Por agujeros de un absoluto
ajeno a lo humano
huye el aire
sube el verde baja el azul
apenas un huerto de naranjos
donde alguno dejó
aquí las entrañas allá el corazón
en un rincón los ojos
en otro las manos
cuando decidió vivir
sin sombra en la tierra
* * *
La manada de bueyes se negó
a cruzar la plaza de los mil degollados
yacentes en la tórrida náusea
Una decisión acertada
ante la retórica de las buenas causas
y la voluptuosidad general
* * *
Moneda de oro en moneda falsa
sombra larga en luz breve
ojo cerrado en ojo abierto
lengua diurna en lengua nocturna
Ni bien ni mal
sólo altura
sólo altura
* * *
Aquí acampan
los que eligieron dormir pesadilla
Aun el infierno tiene un mundo
Y es justo
* * *
Goza y crea memoria
Huele fuerte la desnudez
Alma de dos luces
* * *
Crepita fulmíneo sol
sobre el travertino
resuena
un paraíso que no existe
pero alcanza
* * *
Crece en su lugar
el vacío y el todo
El cerebro
caldero de tu penitencia o lujuria
Y está debajo de tu almohada
* * *
Nada cielo el ojo del águila
blancas lápidas blanco tiempo
que no cierra
hondo blanco
y vuelve al todo
Poemas del
libro Prodigios residuales. Ediciones Al Margen. La
Plata , Buenos Aires, Argentina. Primera edición: marzo de
2009
Osvaldo
Ballina. La Plata, Buenos Aires, Argentina
--
Los obstáculos no pueden
aplastarme. Cada obstáculo proporciona una resolución firme.
Leonardo da Vinci
--
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