lunes, 9 de diciembre de 2019

Editorial


con voz propia nº 93

Revista literaria

Diciembre 2019

Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner

Publicación creada en noviembre de 2006
Distribución y publicación gratuitas
ISSN 2314-0275




Si yo no soy para mí, ¿quién será para mí? Y cuando me ocupo de mí, ¿qué soy "yo"? Y si no es ahora, ¿cuándo?
Hillel el Sabio. Pirkei Avot 1:14




Cómo distinguir la noche del día

Preguntó un gurú a sus discípulos si sabrían decir cuándo acababa la noche y empezaba el día.
Uno de ellos dijo: ‘Cuando ves a un animal a distancia y puedes distinguir si es una vaca o un caballo’.
‘No’, dijo el gurú.
‘Cuando miras un árbol a distancia y puedes distinguir si es un mango o un anacardo’.
‘Tampoco’, dijo el gurú.
‘Está bien’, dijeron los discípulos, ‘dinos cuándo es’.
‘Cuando miras a un hombre al rostro y reconoces en él a tu hermano; cuando miras a la cara a una mujer y reconoces en ella a tu hermana. Si no eres capaz de esto, entonces, sea la hora que sea, aún es de noche’. 

Anthony de Mello




Olvídate del mundo. Piensa solamente en lo que llevas piel adentro y sabrás qué dulce y qué sabroso es, de pronto, vivir. 
Jorge Debravo


  
Revista literaria con voz propia
Inscripción Registro: ISSN 2314-0275
Propietaria: Analía Pascaner
San Fernando del Valle de Catamarca
Catamarca – Argentina



Nadie puede hacerlo todo siempre mal, no existe tal perfección.
John Seymour


Autores publicados


Revista literaria con voz propia nº 93
Diciembre 2019
Autores publicados en esta edición: 



Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia:

Revista literaria con voz propia
Publicación y distribución gratuitas
ISSN 2314-0275
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner


Victoria Asís


Si. . .

Si tu voz se pierde irremisible
Puedo encontrarla, degustarla a solas
igual que a los sones
modulados por el viento.

y el abrupto movimiento de tu mar
caudal sonoro de tu canto.

Tu nocturnal caricia me llega
desde el bravío andar de tus manos
en mi piel.

La distancia llora por no lograr
poner una barrera entre los dos
por no poder quitarnos eso. . .

Eso que nunca muere. . .


Hoy. . .

Me planto en el ruedo
desprovisto mi cuerpo de implantes
de inútiles accesorios
con la amargura que me viste.

Con preguntas repetidas y no,
con temores y. . .
Por lo que vendrá.

Me sobran quebrantos y decepciones
mentiras piadosas, la hipocresía

El dilema es sólo uno,
cómo seguir sin hipotecar mi sueño
mi última esperanza de encontrarlo
y que me abrace. . .


Victoria Asís
Nació en Entre Ríos. Reside en Magdalena, Buenos Aires, Argentina


Caer está permitido. Levantarse es obligatorio.
Proverbio ruso

Bertha Carou


La fraternidad de los opuestos

Están allí, entrelazados
como observando la Nada,/ el Infinito
en un punto del cielo…
o tal vez/ el devenir de los humanos.
Uno, con la voz roja de pasión desmesurada
otro, con la blancura aromada entre los verdes
que apenas se insinúa con recato.
Porque aún queda suspendida
la sorpresa eléctrica del vuelo
que les brinda/ a la mañana/
ese colibrí que no descansa:
un aleteo ágil ensancha su plumaje
un derrame de colores
saturando el patio en un instante
Y no descansa…
Se agita/ va y viene/ toca breve
el blanco del jazmín/ saluda al rojo
-pura pasión descontrolada, ese geranio-
¡Tan diferentes pero tan juntos!
Hermanados
El geranio y el jazmín en el muro de mi patio.


Una tanka
Forma de poesía japonesa de más de 1400 años

Dos sentimientos
de humanos, florecidos:
la pasión, la templanza
los dos, tan diferentes
no obstante, tan unidos.


Ruego

La tierra despierta su voracidad de ocaso
se nutre del sol desprevenido
que cae en la negrura de su vientre.
Oh, sol atormentado!
Sé que estás allí
-no me humilles en mi fragilidad de sombra-
le pediré que en su rutina
ilumine la desventura de los hombres.


Bertha Carou 
Lincoln, Buenos Aires, Argentina


Es un gran privilegio haber vivido una vida difícil.
Mahatma Gandhi

Andrés Bohoslavsky


Elección de autoridades del Honorable Consejo Mundial de Escritores

Llegué a la dirección que me habían dado, donde concurrirían todos los escritores del mundo a elegir su presidente. Eso intenté, pero no me franquearon la entrada, una voz que salía de un aparato extraño me pidió mis datos personales y yo desde el lado de afuera de una puerta blindada de acero los fui dando: apellido, nombre, dirección, teléfono y otros. La voz, que me dejó en espera un par de minutos, salió al aire nuevamente, diciéndome simplemente que mi acceso estaba denegado ya que no cumplía con los requisitos necesarios para ingresar a la elección de autoridades del Honorable Consejo Mundial de Escritores (HCME).
Al cruzar la calle me encuentro con mi amigo Pedro, ciego de nacimiento, uno de los mejores poetas hiperrealistas del mundo, cuya mirada sobre él mismo es tan particular que nadie que lo lee pensaría que es no vidente. Sagaz como pocos, también invalidado para entrar, mientras acaricia a mi gatito Sasha, me explica que para ingresar había que escribir sin incriminar, sin cuestionar y sin interrogar nada ni a nadie. Esos eran los preceptos básicos que no habíamos cumplido y que habían determinado nuestro rechazo.
La asamblea eligió las autoridades del HCME, su presidente es el dueño de una entidad financiera de carácter mundial, su vice es el CEO de una de las fábricas de armamento más afamadas en su rubro y así se iba completando el organigrama con más gente de ese tipo, que ha construido este tipo de sociedades y que ahora viene por las palabras para convertirlas en mercancía, en objeto de consumo integrado en la aldea global.
Con Pedro y otros amigos, fundamos la antítesis del Honorable Consejo Mundial de Escritores (HCME), no tiene sede, no tiene autoridades ni organigramas, no tiene objetivos ni metas, no tiene negocios ni fines de ningún tipo, y para completar el cuadro, por el momento ni siquiera posee un nombre.
Su único requisito es que al escribir, incrimines, cuestiones e interrogues lo que quieras y a quien quieras. 


Andrés Bohoslavsky


¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?
Blaise Pascal

Julia Burguener


Ruego y promesa

Jesús:
Agua pura y transparente
de tus cielos y tus ríos,
te suplico: deja en mí.
Lava mi alma.
Cicatriza mis heridas.
Baña el árbol de mis penas.
Haz que brote, florecido.
Ponle frutos bienhechores
y nutrientes de esperanza en su raíz.
En mis brazos doloridos
deja el peso de tu fuente.
Beberé de tu alimento.
Y en el cántaro vacío de mi pecho,
gota a gota,
poco a poco,
nuevamente,
agua pura y transparente
de tus cielos y tus ríos
como pueda,
juntaré.


A los maestros

Maestros:
Guardianes de un tiempo de inocencia 
durante el tímido despliegue de las alas.
No sólo alumbran la mente de los niños
sino que forman para siempre el alma.

Torbellino de un tiempo que requiere
de paciencia, de amor, de tolerancia…
Es el milagro de la acción docente
en la tierra fértil que entibia la esperanza.

Siembran semillas que brotan con el tiempo
y como árboles frondosos se agigantan.
A su sombra va creciendo la experiencia
y florece después en la nostalgia.

Nadie sabe de los desvelos y pesares,
ni de la entrega generosa y diaria.
Dios los bendiga, Maestros! Son ustedes, 
rayos de luz en “las noches de ignorancia”.


Del libro de la autora: Amaneciendo, Poesías
Julia Burguener
Villa Ocampo, Santa Fe, Argentina


La alegría de ver y entender es el más perfecto don de la naturaleza.
Albert Einstein

Mirta del Carmen Gaziano


Más no puedo

En total desacuerdo me presento,
nunca nadie me dijo lo real, menos lo cierto.
Es posible ver claro, más no puedo
oculta está la verdad, sí, más que oculta.

Por qué nadie nunca me lo dijo?
por qué sigo solo y confundido?
de qué se trata tanto misterio, tanto contrapunto?
de este modo no seré yo, no podrán nunca conocerme.

Aléjense de mí, déjenme solo,
ya podré salir de tanto enredo,
no intenten darme más consuelo.
Yo así no entiendo,
De este modo no comprendo.

Abierto estoy a nuevos despertares,
la esperanza me abre su mejor ventana.
Pude verlo así esta mañana.


Debía ser

Quedó parada allí, junto a la puerta,
no pudo dar ni un paso más, ni darse vuelta,
en el frío umbral, como una estatua,
con ganas de llorar, con desconsuelo.

Quedó parada allí, sin darse cuenta,
él decidió partir esa mañana,
lo vio temprano con sus cosas.
preparó una a una las maletas.

No dijo ni hizo nada,
nada podía,
debió dejarlo ir
verlo alejarse.
Se fue así nomás, sin darle un beso
debía irse ya, debía dejarla,
lo esperaba su esposa
y él la amaba.
Entró a la casa llorando
ya lo extrañaba.


Mirta del Carmen Gaziano
Santa Fe, Argentina


La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme siempre estaré contigo.
Isabel Allende

José Luis Cubillo


Sin vuelta atrás

Acabo de finalizar el informe para la absorción de la empresa y aunque apure todo el tiempo del que dispongo siempre cumplo el plazo prefijado. Incluso en un caso como éste, de suma complejidad por la dimensión de ambas empresas, la absorbida y la absorbente. Me tomo unos segundos de descanso para disfrutar del trabajo bien hecho. Sé que en unos pocos minutos sonará el teléfono. Será el director y me pedirá que suba a su despacho con mi informe. Mis compañeros me observarán pasando entre ellos, con un montón de documentos bajo mi brazo, y se esforzarán inútilmente en aparentar que no ocurre nada y que el día transcurre como otro cualquiera. En fin, por desgracia, esto son cosas que pasan. Los números son los números y no vale darle más vueltas. Uno no se puede dar cabezazos contra un muro, porque tu cabeza es frágil pero el muro nunca se va a inmutar. Es contundente, imperturbable, sólido. Además, dicen que donde una puerta se cierra otra se abre. Me acerco a mis compañeros, lanzo los cientos de folios de mi informe por el aire, y comienzo a desnudarme mientras canto “adiós, adiós adiós, adiós a dios, dios dios, dios dios, a a a a adiós, adiós adiós…”. Sé que en el fondo me lo agradecerán.


José Luis Cubillo
Madrid, España


Yo sé que la muerte no resuelve nada, que todos los problemas hay que resolverlos de pie.
Alejandro Casona

Jaime Icho Kozak


Aunque todos se esfuerzan por salir de sí mismos

                                                  Rainer Maria Rilke

Según lo veo en este instante,
los que aman también son poetas de un tiempo breve;
besan una boca inexpresiva, dándole una sonrisa,
haciéndola más bella y aportan al placer, y acostumbran
a los dolores, que hacen madurar.

Traen pesares junto a las risas, nostalgias que dormían,
y despiertan para llorar sobre la página.

Y cuando algo cae,
¡cómo se precipita la ley de gravedad,
tal un viento marino, en su violencia, en cada bola, en cada baya,
y las lleva hacia el núcleo de la tierra!

En tales cuestiones me incluyo y me reitero.

A veces, pongo un mismo verso en distintas partes,
pero en cada momento, tiene un sentido diferente. 
La Luz es la que cambia.
Iluminar es repetir.
Me gusta poner el mismo verso bajo distintas luces,
bajo la luz de la tarde y de las estrellas.
En la mañana no suena la canción como en la noche.

¿Quién soy?
¿Me he escapado de un sueño o viajo hacia él?
¿Se enrolla o se desenrolla la película?
¿O es una novela que busca su forma después del Ulises de Joyce?
Y aun ando colgado de mi sombra con el traje a rayas del campo de exterminio.

Tengo ya varios siglos y no he encontrado otro mástil de más fuste
que el silencio y la sombra donde colgar mi orgullo y mi ser huérfano.

Ya vendrá un fuerte viento que me arranque de mi sitio,
quizá pasó sin darme cuenta, tal vez, fuera la nota de una sinfonía
y la piedra de un destino que comienzo a ver ahora.

Aguardo mi turno con paciencia y trabajo.
Que hay más estrellas que hombres
y hay alas para quien desee volar.


Jaime Icho Kozak
Madrid, España 


¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?
Pablo Neruda

Lucía Alfaro


Ritual matutino

Nos hemos convertido
en dioses atrapados
en nuestros propios miedos.
Nuestras heridas
continúan oliendo
a jaguar y ocarina,
atadas a rutinarias cuerdas
de vicio y de desdén.

Las cifras desiguales,
con más ceros que sueños,
nos incluyen a todos:
al crónico indigente, al Papa,
al embrión que se aferra
en el útero de una adolescente,
y al iluso magnate
que ordenó destruir
las torres de Babel.

Tanto fantasma estúpido
transita a nuestro lado,
dejando su locura
y su pétalo mordaz
en la misma estación.

La túnica que estamos arrastrando
es demasiado densa…

Mientras en las iglesias
los ángeles inclinan sus campanas
al ritual matutino,
solariegas cigarras
se mutan en asfalto
y neón plastificado.

Un día somos dioses
inventándolo todo
y otro somos heraldos
avanzando rabiosos
hacia nosotros mismos.

¿Dónde gravita la fe horizontal
de tantas golondrinas?


Del libro de la autora: Vocación de herida. EUNED 2016
Lucía Alfaro
San José, Costa Rica


Los años enseñan muchas cosas que los días jamás llegan a conocer.
Ralph Waldo Emerson

María Cristina Chiama


Estación de trenes

A Nora Domínguez

Mi padre recorre el andén con pasos firmes/ mientras desde arriba del tanque de agua/ veo a mi madre muy pequeñita en la ventana de casa /-como si yo hubiera podido jugar con ella/-tiende el mantel para la cena-/ como si fuera una de mis muñecas./ Mientras mi padre asegura cerraduras, escritorios y la caja fuerte,/ deseo no bajar del tanque de agua,/ quiero más tarde llegar como siempre tarde,/ medio rasguñada, con el pelo enmarañado y que madre me diga: No parecés una niña, cualquier cosa, una gitana./ ¿Las gitanas nunca son niñas madre?/ Yo quería saber…Y nunca lo supe, hasta para eso llegué como siempre tarde para ver una gitana de mi estatura./ A la Dolores le dicen gitana y mirá cómo anda. Andaba madre -corrijo- se tiró a las vías./ ¿De dónde sacás esas barbaridades?/ Y esa noche, como siempre, sonaron campanas en el andén hubo corridas algún grito,/ el tren es ruidoso siempre y desacomoda el sueño y los días suceden a veces sin sucesos/ y cuánto más me acerco al medio de la noche en la vieja estación de trenes,/ mi padre me sale al paso, me aconseja acostarme y descansar tanto que ahora ya ni regreso y la vida me aloja en sitios ajenos./ Pero bien de madrugada me llegan los fantasmas de esos durmientes,/ me cuentan vidas, hechos, leo cartas llegadas de Italia o de Siria o de Galicia…Tanta palabra en medio, tanta memoria huérfana./ El andén, los pasos de mi padre, el andén./


María Cristina Chiama
Nació en Buenos Aires. Reside en Laboulaye, Córdoba, Argentina


Dejemos que el pasado sea el pasado.
Homero

Jasmín Cacheux


Correspondencia

Díganle que la he querido,
que estoy entera, dolorosa,
inexacta, nítida,
que sigo siendo,
que estoy, no duermo.
Díganle que he sido sustancial,
incorpórea
y que en su cuerpo desgranado
se quedó conmigo
la necia costumbre de ahogarme.

Díganle, por favor,
                            cuando sea tarde
que le derrame la voz a las estrellas,
para que nazcan y el cielo no se encamorre,
como esta noche, mientras me marcho.

Díganle que la he querido,
que estoy desnuda, azuzada,
                                         ovillada,
que estoy hendida,
y aún sigue latiendo fuerte
ese lugar casi extinto
en el dedo chico de su mano.


La nostalgia

La nostalgia debe llamarse faraona,
debe ser un poco virgen, un poco puta,
estar muerta, arrojada.
Debe llorar cuando no la encuentran,
A tragos grandes, con café y de noche.
Llamarse cielo verde, reventarse,
almidonarse las solapas y salir por la boca,
tragada, masticada, invertebrada.

La nostalgia debiera amarrarse al cuello,
apretar de a poco,
arrugarse,
parirse por el ombligo,
matarse a carcajadas.


Del libro de la autora: Creaturas cotidianas
Jasmín Cacheux
Xalapa, Veracruz, México


¡Qué cosa tan extraña es la felicidad! Nadie sabe por dónde ni cómo ni cuándo llega, y llega por caminos invisibles, a veces cuando ya no se le aguarda.
Henrik Ibsen

viernes, 15 de noviembre de 2019

Editorial


Revista literaria con voz propia nº 92

Noviembre 2019

En su 13º aniversario


Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner

Publicación creada en noviembre de 2006
Distribución y publicación gratuitas
ISSN 2314-0275


  
Cuando doy, me doy a mí mismo.
Walt Whitman




Mi agradecimiento

Aquí estoy… 13 años difundiendo voces literarias contemporáneas. Hoy vuelvo a tomar prestadas las palabras de Robert Frost:
“Debo estar diciendo esto con un suspiro
de aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
yo tomé el menos transitado,
y eso hizo toda la diferencia.”

Doy gracias a Dios, al destino, a la vida, por haber elegido ese camino, por aquella decisión tomada en 2006, tan difícil y dolorosa en ese momento.
Miles de gracias a cada uno de ustedes.
Por enviarme sus textos para ser publicados.
Por sus e-mails.
Por su compañía edición tras edición, en particular a mis lectores con “asistencia perfecta”.
Por acompañarme desde mucho tiempo antes que naciera la revista con voz propia.
Por mi familia y mis amigos personales, quienes siempre me están sosteniendo.
La revista literaria con voz propia se debe a cada uno de ustedes, yo tan sólo reúno las voces. Muchas gracias por permitirme construir este puente. Muchas gracias por estar allí… del otro lado de la pantalla.
Mi abrazo cálido y mis mejores deseos siempre

Analía Pascaner


  
Nunca vaciles en tender la mano. Nunca titubees en aceptar la mano que otro te tiende.
Juan XXIII


  
Revista literaria con voz propia
Inscripción Registro: ISSN 2314-0275
Propietaria: Analía Pascaner
San Fernando del Valle de Catamarca
Catamarca – Argentina



Debes encontrar el lugar dentro de ti donde nada es imposible.
Deepak Chopra



Autores publicados

Revista literaria con voz propia nº 92
Noviembre 2019

- 13 años difundiendo voces literarias contemporáneas -

Autores publicados en esta edición: 


Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia:

Revista literaria con voz propia
Publicación y distribución gratuitas
ISSN 2314-0275
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner


La adversidad es como un fuerte viento que nos arranca todo menos las cosas que no pueden ser arrancadas. En ella nos vemos como realmente somos.
Arthur Golden

Sergio Borao Llop


Ciudad vieja

Y volveré a cruzar
una vez más el puente.

Mientras miro las torres
de enmudecidas cúpulas,
me tragarán las calles,
esas calles angostas
en las que todo cabe;
esas calles antiguas
donde todo es silencio
y las almas en pena
vagan sobre la piedra
sin que nadie perciba su presencia
allí bajo la niebla de los siglos
donde toda presencia es un olvido.


Contracorriente

El poeta siempre escupe contra el viento.
¿Qué sentido tendría
transitar a favor de la corriente?
¿Qué sentido tendría
ponerse de rodillas
implorando el amparo de los dioses?

¿Qué sentido tendría
fatigar los senderos ya trillados
cuando es tan grande el bosque,
tan seductor el susurro que se escucha
en el tibio corazón de la espesura?


Espejismos

Las ciudades, las sierras,
los aviones, los patos, 
los parques y ambulancias,
las luces, los teléfonos,
los gatos, los tranvías,
las alocadas multitudes,
las carreteras grises,
las farolas y esquinas,
tus manos, los bolígrafos,
el vuelo de los pájaros
y el mar, el mar, el mar...

Todo desaparece tras la siguiente duna.

Sólo es real la sed.


De Por si mañana no amanece. Textos tomados del blog del autor
Sergio Borao Llop
Zaragoza, España


Retírate dentro de ti, sobre todo cuando necesites compañía.
Epicuro

Analía Pascaner


La eternidad es un segundo

Ojalá no demoren mucho. Pienso vagamente al disfrutar de la sombra generosa de este centenario árbol. No deseaba ir con mi grupo turístico, prefería descansar y comentaron que muy pronto volverían.
Aquí estoy, sentada en un confortable banco, sola y expectante. Me siento animada, alegre y curiosa. Observo el movimiento de la plaza: gente caminando, vendiendo, charlando, algunos riendo, otros gritando. Una fiesta de colores, olores, sonidos. Una mezcla de razas, lenguas, culturas. Gente que supongo, además también escapa del calor agobiante de las calles.
Miro hacia mi lado, por enésima vez, y sigue allí -¡y por supuesto que ahí está!-. Espío por la pequeña abertura. ¿Qué habrá adentro? No me atrevo a hurgar, no me pertenece. Tan correcto el hombre, ¿cómo voy a meterme en sus cosas? Tal vez debería haberle preguntado… Tan educado, con su ropa de marca… en impecable inglés me explicó que regresaría en unos minutos, ¿acaso me dio motivos para sospechar?
Ahora, mis sentidos concentrados en descubrir el contenido, sin tocar y penetrando con mi mirada en su interior. Distingo algo oscuro y compacto, pareciera de plástico. Hacia un lado y algo escondido, observo eso alargado y amarillo… ¿un cable? Percibo un tenue sonido ¿de reloj? proviniendo desde adentro. Aguzo mi oído… ya no tengo dudas. Esfuerzo mi vista y distingo dos colores diferentes de cables. ¡Claro que debería haber sospechado!
De pronto el silencio es absoluto. Se desvanecen los sonidos. Se esfuman los colores. Se diluyen los olores. Ya no hay gente. Ya no hay árboles. Ya no siento calor. Imágenes, sensaciones, sentimientos: desordenado y vertiginoso me está invadiendo un pasado que no pido ni quiero rememorar.
“La eternidad es un segundo”. Algún pariente solía repetir esta sentencia cuando yo era pequeña, y en este ínfimo instante puedo comprender la frase.
Experimento una extraña calma mientras recuerdo que acepté cuidar una mochila ajena. Y repentinamente todo se torna blanco y brillante. En una plaza céntrica y concurrida, un hombre correcto y amable, una mujer sola y expectante. En Palestina.


Analía Pascaner
Buenos Aires – Catamarca, Argentina


La vida no se pierde al morir; la vida se pierde minuto a minuto, se arrastra día a día, en mil pequeños descuidos.
Stephen Vincent Benét

Isidoros Karderinis


Cuerda cortada

En el fresco jardín bajo el viejo plátano de sombra
Cortó con los dientes la cuerda que lo ataba al futuro.

Las violetas y los asfódelos se mecían desconsolados
Mientras ahora caminaba por las llanuras del cielo.

El aire exhalaba un perfume embriagador de incienso
El sol mareado tropezaba sobre la mar amarga.

El barco de blancas y rasgadas velas se había entregado
A las olas que lo arrastraban a las rocas del cabo.

Los pájaros oscurecidos picoteaban las nubes negras
Que rompiéndose como burbujas vertían sus lágrimas.


En la ribera

En la ribera con los ojos húmedos y oscurecidos
Encontré a un viejo sabio que pescaba despreocupado.

Cuando me acerqué a él con pasos sombríos y cansados
Me dijo con su voz recia:

«Amigo
No veas el sol radiante melancólico y triste
No veas las flores fragantes marchitas en el campo
No veas el mar infinito y azul en tempestad
Vive como si fueras a morir el próximo segundo».


Barrio humilde

Las casitas del barrio humilde hechas de adobe y de escasa altura
El sol revitalizante desaparecido de las sucias callejas de tierra
Rostros surcados por el honrado esfuerzo cotidiano
Y zapatos polvorientos entre el nublado de mediodía.

En las macetas los jacintos tienen sed de agua fresca
Las ventanas golpean por el dolor del viento
Sueños que se apagan como el negro humo de la chimenea
Y niños pálidos que aletean por el cielo herido.


Del libro del autor: Poemas de fuego. Casa Editorial Punto Rojo Libros, 2018
Isidoros Karderinis
Atenas, Grecia


Mi decisión fue ir a buscarlo, más allá de toda la gente en el mundo.
Ernest Hemingway

Orlando Valdez


Grisácea

bajo la niebla
será partido
el verso
en marzo la luna de titanio
del horizonte picanesco
en junio el carmín
el poder de los grillos
tala el silencio por el límite
el azar el escondite
un muerto por siete colores
grisácea jamás avisa
empieza tibia
después arrebata
no teme quedar sin morada


quemante como arena

clamorosa del reloj
resguarda cenizas
dando como azotes
cruel confesión
ilumina el vestigio
del gato y la cornisa
pero devuélveme
quemante como arena
azarosa la mirada


y su sombra oblicua

soy desde lejos una mirada
que no ve al suicida
en todo este silencio
que conozco mecedor
que reencuentro
en las esquinas
y que a nada parece
tiene muertos
y desaparecidos
esa violencia
y su sombra oblicua


Del libro del autor: El hondo silencio de toda locura. Ediciones Los Lanzallamas
Orlando Valdez
Rosario, Santa Fe, Argentina


Lo peor que puede pasarle aun hombre es llegar a pensar mal de sí mismo.
Johann Wolfgang Goethe

Martha Valiente


El taller

La escalera se afilaba
dentro de aquella enredadera del perfume
que subía desde el patio hasta tu pelo.

Las ventanas cubiertas de pañuelos verdes,
para enternecer las luces
                                    y el silencio.
Ladridos de grillo cuando abrías la puerta.
                                        Un ronroneo
mal disimulado en el abrazo.

Nunca tuve el coraje de entregarme
                                        entera y a lo largo
al acecho deseado de tu cuerpo.

La memoria consuela,
hasta que llega el arrepentimiento.


Días como hoy

Días como hoy
te hacés presente
con tus frágiles dedos aniñados
la línea de luto de tu ceja
los ojos lobunos y amielados
tu boca y su beso irrevocable
el desencuentro vital que recortó el milagro
del tiempo denso que duramos.

Días como hoy
me despierto llorando sin saberlo
me pongo de duelo sin pensarlo
y caigo más y más adentro
en un lugar tan hondo que no termina nunca
y abajo tan abajo que da miedo
porque estás
                  todavía
esperando de mí un abrazo
otro más
                  antes de irte
con un portazo dulce
lleno de agujas y de llanto.

Días como hoy
Desespera la ausencia
con tu boca que espera un nuevo beso
el penúltimo siempre.

Hay días como éste
que no es cualquiera no
porque es tu cumpleaños
porque es julio
y es un invierno más
sin beso y sin abrazo
en que mejor sería no estar
o volcarme de una vez en ese oscuro agujero
hacerme espacio y hueso donde estuvo tu cuerpo

para renacer,
                   quien sabe.

Un día de estos a lo mejor no me despierto
llorando ni de ninguna forma
y me angustia saber que en días así
sólo vos me hacés falta,
Alejandro.


Martha Valiente
Nació en Uruguay. Reside en Buenos Aires, Argentina


La tierra es insultada y ofrece sus flores como respuesta.
Rabindranath Tagore

Norberto Pannone


El refugiado

La brisa helada abofeteó su rostro. Alzó las solapas del raído sobretodo y guardó con pesar sus manos en los bolsillos.
Corría el mes de julio del 2006 y el frío del invierno congelaba los sueños. El césped, se había teñido de amarillo enfermizo.
Con desesperación, el hombre añoró la primavera, pero ella estaba lejos, tan lejanamente lejos como su patria y los rubios recuerdos en brazos de su madre.
Siempre le había temido a todo lo extranjero. A la multitud. A la distancia. Recordó cómo había llorado el primer día de su arribo! Su lenguaje resultó estéril. Sus gestos, ambiguos e inútiles.
Atravesó la Avenida del Libertador, llegó hasta el Monumento de los Españoles y se miró en las aguas heladas y sucias de la fuente. Su rostro apareció indecente y desteñido.
Ahora, un rayo de sol anidaba en su mano desnuda, allá, en su amada Yugoslavia. ¡Desgraciado guiño de la vida! después, sumergió su cabeza definitivamente.
Su memoria se diluyó en la asombrosa dualidad de la voluta de pólvora encendida por el franco-tirador y el cuerpo de su hermano dormitando en un charco de sangre. Juzgó que era primavera… y abundaba la miel.
Casi de inmediato, sucumbió el hambre y la nostalgia.
 

Norberto Pannone
Junín, Buenos Aires, Argentina


El verdadero dolor es el que se sufre sin testigos.
Marco Valerio Marcial 

Ricardo Ponce Castillo


Nuestros sueños

Someteré mi impaciencia
al dolor que me provoca
tu ausencia,
créeme amor mío,
para mí es un martirio
no poder olvidarte,
remolinear mis caricias
en tu cuerpo,
besarte hasta que la lluvia
sellara con sus lágrimas
nuestros sentimientos
que jugaban a fecundar
el amor.

Más allá del camino
donde sembramos
la simiente vida
nuestros sueños
fueron hilvanando
la realidad,
nos seguimos amando
a pesar del tiempo
y la distancia,
de la pena y el dolor.

Sólo espero, amada mía
nuestro reencuentro
para volver a sonreír.


Las promesas 

¿Cuáles son los enemigos de hoy?
¿contra quién luchamos?,
el mar de dinero que les llega
a los que tienen el poder
y la humana misión
de distribuirlo entre
los más necesitados,
ellos, los que ya se olvidaron
de las promesas hechas
en tiempo de elecciones,
de los que pasan en comisión
de servicios y capacitación
en el extranjero.

La sinfonía proveniente
de las protestas, de los paros,
de la falta de justicia social,
de los estudiantes,
de los sin trabajo, de los enfermos,
de los extranjeros,
debe llevar a los gobernantes
a pensar con seriedad
sobre las necesidades del pueblo.

Mientras más nos hundimos
en el lodazal de la corrupción
vemos lo poco que valemos.


Ricardo Ponce Castillo
Coquimbo, Chile


Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas a tu propia casa. 
Proverbio chino

José Diez Zalazar


Orgullo

La reina que me engendrara tiene cien años.
Crecí en el entorno de un bello paraíso.
Los valles eran tiernos, al arenal inmenso,
regiones que llegaban hasta el mar.
Escuchaba la brisa con delirio aventurero
que fugaba por las playas buscando algún
recodo, un abismo, un altar.

El rostro de los náufragos volvieron -sobre
la arena golpeada- por un bárbaro espejismo.
Dejaron pasar el tiempo igual que el humo
torpe y sigiloso que se fue desvaneciendo.
Mis manos se llenaron de frutos pero no
de glorias. Con ellas encontré luces y sembré
caminos, pero en el fondo de mis aguas
turbadoras.
Océanos que sufren el estorbo del progreso
morirán arrancando los perfumes naturales,
la belleza milenaria de los campos,
el alma de mis propios algarrobos.

Aves que surcan los cielos, la divinidad
efímera sobre las viejas comarcas.
Nube, viento y soledad que arrastraron
primaveras. Cuchillos mochicas desgarraron
la historia, para llenarme siempre de insólitas
quimeras.
Los luceros ¿Qué son, qué eran?
Eran pequeñas aves pasajeras que veía
en mis noches huracanadas tenaz
y transparente.
Hoy las veo a lo lejos, tímidas, huyendo
como un crespón perdido nuevamente.

Alguien toca las puertas del corazón
Alguien cansado de caminar el horizonte
Alguien que fue perdiendo la ilusión
cual criatura feroz de aquellos montes
Alguien que sabe de la inspiración cuando
llega, y la musa muestra su figura
incesante para engendrar los frutos del amor.
¡Oh, poesía! Siempre serás la arcilla
tentadora que entregas a la vida la eterna
creación.


El gran amor

¿A dónde me llevas maravillosa criatura?
¿A dónde?
El cielo se precipita de su abismo infinito
donde las estrellas fugan igual que golondrinas,
heridas y errantes el camino.

Tú me esperas. De inmediato me esperas
y no dejas que el espectro cósmico se aproxime.
Única y maravillosa te concibo.

Por tus carnes se arrastran los círculos del fuego
donde el universo sonoro está envuelto en llamas.

La combustión de sus gases te hace transparente
y tu belleza liviana gravita en mis versos.

Hacia qué regiones que hasta hoy desconozco
me atrapará el ostracismo de tus labios,
el peso geométrico de tu inspirada poesía,
furiosa y sensual.


José Diez Zalazar
Chiclayo, Perú