lunes, 12 de junio de 2023

Editorial


con voz propia Nº 125 

Revista literaria 

Junio 2023 


Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner 

Publicación creada en noviembre de 2006 
Distribución y publicación gratuitas 
ISSN 2314-0275 




Sabía leer. 
Fue el descubrimiento más importante de toda su vida. Sabía leer. Era poseedor del antídoto contra el ponzoñoso veneno de la vejez. Sabía leer. 
Luis Sepúlveda 




Me sobra el corazón 

Hoy estoy sin saber yo no sé cómo, 
hoy estoy para penas solamente, 
hoy no tengo amistad, 
hoy sólo tengo ansias 
de arrancarme de cuajo el corazón 
y ponerlo debajo de un zapato. 

Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos de mi reino, 
hoy descarga en mi pecho el desaliento 
plomo desalentado. 

No puedo con mi estrella. 
Y me busco la muerte por las manos 
mirando con cariño las navajas, 
y recuerdo aquel hacha compañera, 
y pienso en los más altos campanarios 
para un salto mortal serenamente. 

Si no fuera ¿por qué?... no sé por qué, 
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo allí metida, 
haría un tintero de mi corazón, 
una fuente de sílabas, de adioses y regalos, 
y ahí te quedas, al mundo le diría. 

Yo nací en mala luna. 
Tengo la pena de una sola pena 
que vale más que toda la alegría. 

Un amor me ha dejado con los brazos caídos 
y no puedo tenderlos hacia más. 
¿No veis mi boca qué desengañada, 
qué inconformes mis ojos? 

Cuanto más me contemplo más me aflijo: 
cortar este dolor ¿con qué tijeras? 

Ayer, mañana, hoy 
padeciendo por todo 
mi corazón, pecera melancólica, 
penal de ruiseñores moribundos. 

Me sobra corazón. 

Hoy, descorazonarme, 
yo el más corazonado de los hombres, 
y por el más, también el más amargo.

No sé por qué, no sé por qué ni cómo 
me perdono la vida cada día. 

Miguel Hernández 
España, 1910-1942 
De 'Otros poemas', 1935 - 1936 




Hay una pena, una tristeza, que cuando es muy profunda se nos queda dentro y nos recuerda quiénes somos. Y no pasa nada, se puede convivir con ella y ver salir el sol. 
María Oruña 



Revista literaria con voz propia 
ISSN 2314-0275 
Propietaria: Analía Pascaner 
San Fernando del Valle de Catamarca 
Catamarca – Argentina 
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 



Yo quiero ser esa clase de persona, de las que cuidan. 
Åsa Larson



Autores publicados


Un buen libro no es aquél que piensa por ti, sino aquél que te hace pensar.
James McCosh


con voz propia Nº 125
Revista literaria 
Junio 2023 

Autores publicados en esta edición



Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 


Revista literaria con voz propia 
Publicación y distribución gratuitas 
ISSN 2314-0275 
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner



Eduardo Dalter

La calle de Giovanna 

Por la calle larga que va al cementerio 
vive Giovanna, 
en cuyo jardín amplio creció un cacto 
que superó la altura de los techos. 
Triste se va poniendo esa calle 
después de su casa, paso a paso. 
Es la calle, sin más, por la que todos pasan,
ricos y pobres del pueblo, un buen día. 


Dormitorio abierto en Via Giolitti 

Muy cerca de la via por donde pasan y relucen los Alfa Romeo y los Mercedes, también los Fiat y Citroen, hay gente durmiendo, algunos envueltos en trapos y otros tapados con cartones. Shhh. Nadie los complique ni juzgue ni despierte. Los anónimos poderes del mundo nos están acostumbrando a verlos cada noche en las incontables urbes del planeta. También a ellos los están acostumbrando, mientras supuran con más resignación y desgano que dolor, a la nueva normalidad creciente, que deshoja sin pausa y entristece. 

                        Roma, 23 de abril, 2023 


Versos tristes por Marvella 

La poeta me llamó para Nochebuena; 
no esperaba su llamado lejano a las 9 de la noche;
recuerdo que sonreía al teléfono y me insistía 
que le tuviera paciencia, y que iba a venir a la Argentina; 
después más de una vez miré las fotos donde estamos 
pensativos o distraídos o sonrientes, 
en la calle, en un museo, o en las costas caribeñas, 
mientras pasaban los meses, sin prisa, sin noticias; 
y me preguntaba oh qué será, qué será de sus pasos; 
me preguntaba, me preguntaba; y me contentaría 
con seguir preguntando, sí, aunque fuera 
sólo en espera de noticias. 


Concierto de los olvidos 

(con fondo afiebrado de calandrias)
Los gobernantes y funcionarios no andan por aquí; 
no les agrada, o no sienten el placer de tomar solcito 
en un gran campo o en un terreno agreste, sentados 
encima de una piedra, o nada saben que existen
lugares reverdecidos e inclinados como éste, 
donde se alcanzan a ver como en un mapa intercalado 
el zinc de los techos plateados y oxidados, 
y allá lejos, en los fondos, el humo que se levanta 
de los basurales, donde abundan a sus costados 
el diente de león, la manzanilla silvestre y los abrojos. 
No, no les agrada, o no los conocen; tampoco 
a la gente que cruza y saluda alzando una mano 
y gritando alguna sílaba. No, no los conocen y sorprende. 
Y lo he pensado muchas veces. No, no los conocen, por lejanos 
o por falta de tiempo, o por falta de alguna magra cosa. 
Aunque sean los territorios que nombran, señalan, tasan 
y gobiernan. 


Revolviendo un cappuccino

Recordar los sueños postergados, también 
tiene su gracia en lo que podrían haber sido. 
Uno puede memorarlos así como los soñó originalmente. 
No tienen contratiempos ni agitación ni dolor de muelas, 
ni la combinación que finalmente se perdió por 10 minutos. 
Los bares se encuentran como uno los dejó hace dos años, 
con la misma mesera y el mismo gato que entregadamente 
se relame. Sí, y así voy comenzando a reencontrar 
a la encantadora y portuaria Messina, con sus tranvías,
restaurantes, cervezas fuertes, y los aires de su gente.
No importa ya por qué, o sí importa, pero no pudo ser
sino esto que es, al momento en que revuelvo 
el cappuccino que humea, y que miro ensimismado 
como esperando una respuesta acerca de la magia 
de los días, que tantas veces nos dan sólo lo que quieren. 


Últimos tres poemas pertenecen al poemario del autor: Concierto de los olvidos. 13 poemas (2018 - 2020). Rosario, octubre 2021 

Eduardo Dalter 
Buenos Aires, Argentina 

Hay verdades tan extrañas y estrafalarias que uno se siente ridículo y culpable antes de comenzar a decirlas. 
Arnold Bennet

Andrés Bohoslavsky

El piano bajo la lluvia 

Cuando el pianista terminó la ejecución de la sonata 
el público de pie aplaudió a rabiar 
extasiado por esa música de ensueño. 

El mundo es extraño me dije 
y sin saber por qué, pensé que las personas 
no siempre sabemos quiénes somos 
sino hasta que es tarde. A veces, demasiado tarde. 

En el mismo instante 
en que concluye mi pensamiento comenzó a llover 
con intensidad 
solo queda el piano mojándose
ni pianista ni público ni nada 
como si esto nunca hubiese sucedido 
o solo hubiera ocurrido en mi mente. 

Mientras miro esta imagen desolada 
se desliza hasta mis pies
mojada, doblada y casi destruida 
una partitura para piano y diluvio. 


El falso genio 

Sale de la vieja lámpara y dice concederme tres deseos 
miro hacia todos lados para que no piensen que estoy loco 
y terminar nuevamente en el psiquiátrico 
o declarando en la comisaría de madrugada. 

Pero el tipo era un simple estafador. 

Cuando vuelvo a mi cuarto
no encuentro a mis padres 
ni retorné a mi infancia 
y tampoco esta noche logré escribir el poema perfecto. 


La cajita de música 

Tirada entre cosas sin uso, en una bolsa arrojada por azar 
en un tacho de basura de la plaza 
encuentro una vieja cajita musical. 
La tomo, le doy cuerda con la pequeña llave 
que cuelga de ella 
debo haberme excedido o tal vez haya roto algo. 
Sale la bailarina de su interior
pero su cuerpo no es porcelana sino humano 
pequeña como las hadas de los cuentos 
me agradece haberle puesto fin al sufrimiento 
y encierro de tantos años. 


Poesía en el lado oscuro de la luna 

Cuando llegué a la luna, abrí mi valija y saqué las pocas cosas 
que necesitaba para pasar esos días 
creyendo que podían convertirse 
en una buena oportunidad para hacer cosas postergadas: 
el libro de Chéjov sin terminar 
el álbum de fotos que no miraba hace tiempo 
el avioncito para armar que mi padre me había traído 
de uno de sus viajes 
y yo dejé sin tocar desde mi niñez, el cubo de Rubik 
para intentar resolverlo y un cuaderno para escribir poesía. 

Ahora que volví a la tierra veo a todos estos objetos
junto a mí, en el banco de siempre en la plaza 
el libro de Chéjov, el álbum de fotos, el avioncito armado 
y el cubo de Rubik sin resolver. 

Estaban todos, salvo el cuaderno que olvidé 
en su única página escrita hay un poema 
que ahora gravita sobre un cráter 
en el lado oscuro de la luna. 


El pequeño Buda

El niño que vende golosinas en la plaza 
se acerca y me pregunta qué escribo 
un poema es mi respuesta 
me pregunta qué es un poema 
un poema no tiene explicación, contesto. 

Si no tiene explicación, entonces es como el pájaro 
que me sigue 
y me cuida hasta que vuelvo a casa, dice. 


Todos los poemas pertenecen al libro del autor: Medianoche en la plaza de los sueños. Editorial Leviatán, Buenos Aires, 2021. 
Últimos tres poemas, tomados de la web. 

Andrés Bohoslavsky 

En este reino hay más mundos del que usted conoce. 
María Oruña

Sergio Borao Llop

Nostalgia 

A Ítaca volví; fue mi destino. 

Largo tiempo vagué sin otra idea 
que retornar a sus doradas costas. 
Hubo noches de fiebre, dolorosas heridas, 
desesperadas horas de silencio. 

Es cierto, sí, que padecí la cólera 
del feroz Poseidón y del exilio;
que velé eternas noches para no perecer. 

Mas al fin regresé: fue mi destino. 

Atrás quedaron cíclopes y cantos de sirena; 
lejos ya en la memoria, la divina Calipso, 
la funesta Caribdis, y Circe, la hechicera. 

Pero hay atardeceres melancólicos 
que me traen aromas de ese tiempo; 
mirando al horizonte y al pasado
siento el ardor del viejo navegante. 

A Ítaca volví; fue mi destino 
mas hoy siento nostalgia de la espuma 
del viento, de la sal, de la resaca… 


El precio de los regresos 

Cuando partí no sabía 
el precio de los regresos.

Ignoraba que hay monstruos 
bajo la superficie 
cuya visión no puede 
soportar la razón. 

Que la luz no penetra 
las simas abisales 
donde el Olvido acecha. 

También desconocía 
que las mareas traen 
decepciones sin nombre 
entre coral y espuma.

(No sabía tampoco 
que todo viaje es largo
cuando es en soledad) 

He aprendido que toda 
navegación esconde tempestades
y crepúsculos negros;
que la ruta 
es un capricho de los dioses 
y el tiempo un aliado del naufragio. 

Pero Ítaca exige tales pruebas. 
No todos los viajeros 
gustarán los manjares del retorno.


Viajero soy 

Viajero soy. La ruta es mi destino. 
El frenesí del mar, mi desafío. 

Viajero soy. En todas partes moro, 
y en ninguna. Mi patria es el recuerdo 
de tres o cuatro rostros y unos versos 
que alguna voz amada pronunció. 

Viajero soy. En el confín del mar 
está la tierra de mis padres; lejos, 
otros mares y otras tierras y otros dioses. 
Todo cabe en mi cuaderno de bitácora. 

Viajero soy. El horizonte espera 
la estela de mis naves, las palabras 
que mi pecho proclama, las batallas 
que los vates cantarán en la mañana. 

Y más allá de todo 
rodeada de mar* se alza la etérea 
Ítaca, paciente, inamovible, 
hermosa al atardecer* eternamente aguarda 
el retorno de sus hijos nómadas. 


*Nota del autor: rodeada de mar y hermosa al atardecer son dos de las formas empleadas para describir a Ítaca en La Odisea. 
Poemas pertenecientes al libro del autor: Arenas de Ítaca 

Sergio Borao Llop 
Zaragoza, España 

Lo que distingue al hombre inmaduro es que desea morir noblemente por una causa, mientras lo que distingue al hombre maduro es que desea vivir humildemente para una causa. 
Wilhelm Stekel

Beatriz Caserta

Soñar con volar 

Desde pequeño Joaquín, nuestro hijo, sueña con volar.
Bueno, quién de nosotros no fantaseó con tener alas y llegar tan alto como el barrilete que armábamos con nuestros amigos. 
Hace mes y medio comenzó la escuela primaria; llaman casi a diario, porque se para en la ventana del aula, diciendo que va a volar. 
La psicopedagoga del colegio, luego de una reunión, nos recomendó a un psicólogo pediatra. Ya tuvo tres sesiones. En la última nos dijo: 
- Vuestro hijo presenta una patología obsesiva por volar.
- No es nada serio a su edad, en tres o cuatro visitas más, estoy seguro de que lo va a superar. 
En la hora de la cena, Joaquín nos dijo:
- No voy a ir más a la escuela. 
Nos miramos sorprendidos. 
Le pregunté: 
- ¿Por qué? 
Él contestó: 
- En la escuela, nadie cree que mi verdadero nombre es Peter Pan. 


Beatriz Caserta 
Buenos Aires, Argentina

Los niños deben ser muy indulgentes con las personas grandes. 
Antoine de Saint-Exupéry

Agustín Serrano Santiesteban

Monólogo para un regreso 

Barrio pobre de mis sueños 
infantiles, hoy retorno; 
la nostalgia es un adorno 
que hace a los sitios pequeños. 
Nosotros que fuimos dueños 
de tus trinos y veredas, 
que inventamos arboledas 
donde proteger la infancia, 
añoramos la fragancia 
de aquellos días. Te quedas 

en nuestros ojos perplejos,
con un arroyo sin agua 
donde muere una tatagua: 
la última. Danos consejos 
para seguir. Somos viejos 
amigos y en la memoria 
arde en un rincón la noria 
de tus dulces murmurios, 
y hasta cambiaron los ríos 
su rumbo, se vanagloria 

el tiempo, nos amenaza, 
nos tiende su red de miedo. 
Estoy triste pues no puedo 
andar en tu luz escasa. 
Nada quedó de la casa, 
de los sueños del ayer, 
del patio al anochecer; 
sólo un rostro con arrugas 
y mil lágrimas en fugas 
que no me permiten ver. 

No canta el gallo, no canta 
a la sombra del anón 
y la voz del acordeón 
se destroza en mi garganta. 
El padre no se levanta
con la azada sobre el hombro. 
Amanece y el asombro 
de mis ojos hace presa; 
dónde poner la cabeza 
si la infancia es un escombro. 

Ya no crecen los ciruelos,
el tamarindo murió, 
la virgen no me ayudó 
a salvar a los abuelos. 
El tío no siente celos 
de la parcela vecina.
Ya no tiende la gallina 
un anuncio en el mayal,
ni escapa raudo el zorzal, 
ni el pobre sinsonte trina. 

Mi buen caballo de palo
escapó en una crecida, 
se fue quemando mi vida 
lentamente. Ya no escalo 
montañas, ni soy el malo, 
el vaquero, el zorro. Quién
me iba a decir que también 
la niñez con su alegría 
en un futuro sería 
tristeza, olvido, desdén. 

Pero regresé, no puedo 
sobrevivir con tu ausencia, 
no para pedir clemencia, 
no para rezar un credo. 
Es mejor no tener miedo 
cuando el tiempo nos hechiza. 
Somos un soplo de brisa 
que expira al anochecer,
una sombra del ayer 
bajo una cruz de ceniza. 

Nota del autor: Décimas dedicadas al barrio que me vio nacer y que quiero con todo mi corazón, El Cerro de Uñas. 
Textos tomados del blog del autor. 

Agustín Ramón Serrano Santiesteban 
Holguín, Cuba 

Esa conciencia de cómo se escapa la vida sin ser conscientes hasta que es demasiado tarde. Hasta que no hay oportunidad para las risas ni los besos. 
Carmen Mola

María José Calatayud Ponce de León

Tal vez 

Por si vuelves 
de donde te dejaron las tormentas.
Por si llamas a mi puerta 
y me extiendes la mano
trayendo entre tus dedos las estrellas 
alcanzadas subiendo hasta el dolor
lacerante de sus puntas: 
ya no busques en mí lo que dejaste. 

Me convertí en una luna descubierta, 
en un menguante huérfano de luz, 
que se oscurece lentamente 
de tanto anochecer en duermevela 

Por si vuelvo a oír tu voz 
entre la niebla, 
mensajera de vientos sin fronteras 
trémulos de promesas sin cumplir, 
no me pidas que ahonde en los recuerdos 
ni en el olor que me dejó tu piel. 

Por si en la noche siento una caricia 
y el calor de otro cuerpo 
sobre mi desnudez, 
dejaré al sueño continuar sobre mi cama 
y tal vez amanezca junto a ti.


Invocación 

Me inclino en este día y a esta hora 
para evocar a los espíritus que habitan 
bajo el cielo, a veces tan distante, 
sobre la tierra, que mis pies amarra, 
en las aguas sin nombre del torrente 
y en la esencia del aire que me besa. 

Llamo a los horizontes 
que se volvieron borrosas lejanías, 
a las profundidades de las simas abiertas 
en los pulsos profundos de un latido olvidado
y a los ecos irreverentes que doblan
las infieles campanas del silencio. 

Clamo al ave que emigra despojada del nido 
con sus vuelos soberbios hacia ninguna parte. 
Convoco a los colores sin perfume 
que emanan de las flores ya muertas anteayer. 

Y a los peces que anidan abisales cegueras 
en el confín oculto del océano inviolado, 
mis ojos les reclaman su luminaria azul. 

Y es en este momento que no tiene principio, 
que un latido se queda detenido en mi pecho 
sin poder escaparse de mis pulsos cerrados. 

Es un frío la ausencia adherida a mi cuerpo, 
un dolor de silencios encadena mi sombra 
y el espejo me grita devolviendo mi imagen 
que necesito del cielo sin final que me invento, 
del aire que me ciñe a la tierra de nadie 
y el agua del deseo que me apremia en la sangre, 
¡en este día y a esta hora! 


Último poema, del libro de la autora: Sol de Agosto. Editorial Poiesis, 2019 

María José Calatayud Ponce de León 
Costa Rica

Aquello que no se dice con toda sinceridad está mal dicho. 
Chuang-Tzu

Iris Giménez

Oráculos 


Llevo conmigo una pila de libros.
Agarro uno, dos, más. 
Abro y leo. 
Leo cual oráculos 
que dicen cosas como 
"...la mujer androide guarda en una caja de recuerdos / 
la lata que encontró en un planeta de humanos". *1 

✓ 
Leo y escribo. 
Tengo las manos entumecidas. 
Hace mucho que no pienso. 
¿Pienso con las manos?, 
me pregunto 
y sigo escribiendo 
una letra que no sé 
si podré descifrar mañana. 

✓ 
Es simple, lo que digo 
me dicen 
es simple. 

Como si lo que escribiera 
lo que leo y escribo 
lo que leo pienso y escribo 
no hiciera preguntas. 

Preguntas que no sé hacer. 

✓ 
Encontrar la pregunta indicada. 
Indicar la pregunta encontrada. 

Leo 
"Yo me pregunto cómo ha sido / que una mujer en la sombra / de libros, 
remedios, escobas / recibe luz, / al fin, de una otra…". *2 

Tal vez la mujer androide 
una otra / yo / la misma 
que guarda respuestas
a preguntas que no sé hacer. 

✓ 
Abro otro libro leo y dice 
"Dime que no son estos los únicos recuerdos". *3 

Me busco entre escombros. 

Ahora sé 
estoy hecha de espejismos 
cubierta
de telones que nunca se abren 
para ver qué hay detrás 
espejismos. 

✓ 
Tengo un libro nuevo 
entre las piernas. 

✓ 
Abro y leo 
"A las mujeres de mi vida, que están y estarán dichas en estos versos". *4 

Debí saber 
que el oráculo hablaría de mí 
me hablaría a mí de mí 

y tomo otro 
libro y leo 
escribo transcribo 

"No hay que meterse / con las cosas / hasta el fondo. / Apenas rozarlas". *5 

✓ 
Me siguen los espejismos 
me persiguen 
donde vaya 
donde abra. 


*1 Carina Sedevich. Cuando la muerte sorprendió a Fassbinder. Tanta ceniza editora 2020. Fragmento extraído del poema `The whispering star' Página 35.- 
*2 Carina Rita Medina. La causa de las cosidas. Tanta ceniza editora 2019. Fragmento extraído del poema 'Otros caminos', página 85.- 
*3 Nito Fritz. Ahí, detrás. Edición Hudson 2018. Fragmento extraído del poema 'Genealogía', página 83.- 
*4 Julieta Santos. #Tripacorazón. Milena Caserola 2020. Fragmento extraído: dedicatoria.- 
*5 Ana María Grandoso. La naturaleza de las horas. Vela al viento ediciones patagónicas 2018. Fragmento extraído del poema s/t página 59.- 

Texto perteneciente a la primera serie del poemario de la autora: Oráculos 

Iris Giménez 
Viedma, Río Negro, Patagonia Argentina 

La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír.
George Orwell

Katy Herendi

Otra de la luna llena 

Anoche la luna llena se cayó desde el techo de mi vecino. Había un viento horrible. Nos costó un montón volver a ponerla en su lugar. Hubo que traer una escalera bastante bastante larga que nadie tenía. Mi vecino, que se llama Paco, estaba despotricando; sobre todo porque la esposa se puso histérica, la luna le había aplastado el ficus y no sé qué otra cosa más dijo. Y se la agarró con él. Dice que esto pasa porque él le da demasiada confianza, y entonces la luna, ya vemos: se toma de la mano y del codo y del brazo. 
Yo no sé qué le da a la luna por andar paseándose por nuestros techos teniendo todo el espacio exterior a su disposición; no es la primera vez que la veo. A veces está como distraída, orbitando por ahí, como corresponde a una luna, y otras veces se pone pesada como anoche, para colmo con ese viento que había, y va que se cae en el jardín. Y el hueco que hizo. 

Igual es lindo verla, siempre. Cuando ilumina como un faro, así como ayer que nos iluminó todo el jardín es muy bonito, pero eso de que dos por tres ande cayéndose de acá para allá, francamente, yo no sé. Un día va a caerse y no va a haber nadie para levantarla. Ahí te quiero ver. 


Katy Herendi 
Pilar, Buenos Aires, Argentina

A veces, la imaginación pinta con más fuerza que la realidad.
Kristin Harmel

Roberto Romeo Di Vita

Alfredo Alcón 
Semblanza 

Dicen que a los actores y actrices y payasos y mimos y arlequines 
no los enterraban en campo santo o buenos cementerios 
malas personas que pervertían las costumbres 
que llenaban las cabezas, de sueños, delirios, ilusiones, 
de libertad, de verdades, de fantasías y de justicias. 

Alfredo Alcón, no habrá altares mayores 
para albergar tanto genio, gracia, apostura. 
Te vas con los libretos de Shakespeare, 
de Pirandello, Calderón, Lope de Vega,
Roberto Arlt, Abelardo Castillo, Manuel el Puig 
y tantos otros, que te dieron sus tesoros. 

“Al mal tiempo buena cara”; nos dijiste una noche. 
A nosotros estudiantes, que ponderamos tu cansancio, 
después de la obra Israfel, que aun hoy recordamos. 
Al buen tiempo de tus pasos, actor talento.

Faro de artistas y la gratitud del público, actor de actores. 
Vivirás por siempre Alfredo, sin “hacer mutis por el foro”. 

                     11 de abril de 2014 


La tierra 
Semblanza 

La tierra brama 
desde sus entrañas brama 
choca, escupe azufre, se terremotiza 

Arroja diluvios, gigantes olas, huracanes, 
arrasa con sus vendavales comarcas y pueblos

Basurales y desechos,
contaminan el aire, enferman a los niños, 
el agua pureza de los cielos 
pierde su vestigio de agua y de cielo. 

Como si nada fuera, 
como si nada se perdiera, 
decir que somos todos 
es culpar a ninguno 

Mientras tanto. 
Los Grandes siguen envenenando el aire,
con gases, azufres, radiaciones.

Avaricias del tener más, 
sin importar sus consecuencias. 


Roberto Romeo Di Vita 
Buenos Aires, Argentina

El estado de pobreza -no de miseria- es indispensable para gozar de las verdaderas riquezas de la tierra: las que no se adquieren con dinero. 
Luis Franco

María Neder

Bajada vieja
a Olga Zamboni
in memoriam 

Pero soy de aquí
y soy millones 
vibrando en el cansancio elemental 
de ganarles nuestra vida
a un puñado de crápulas. 
Laura Devetach 

¿Éramos infantes o las hormigas notables 
de una insaciable escritura de historia? 

adentro nuestro 
imágenes de la época misionera 
                     ¡ay! escribo al revés 
                      el cuerpo y la lengua 
                      los nombres las manos 
                      hormigas notables 
                      mínimos traslados

¿éramos infantes o insaciables? 
                   ¿cuántas fuimos 
                   siempre descabellada corriendo detrás 
                   de mí, delante de mí? 

mudanzas varias María 
dos más dos traslados más las manos 
apresuradas 
                 para plantar la biblioteca 
                 en Puerto Iguazú 

aquí no hay tiempo transcurrido 
es fragilidad presente 
atronan las chicharras
traen mateadas con lecturas en la plaza colorada 
                padres temerosos prohibieron 
                biblioteca pública a sus pibes 
                libros cosa de comunistas 

cada día más libros donaciones
secretas celebraciones en brindis nocturno 
frontera tripartita 
topacios para turistas 
frontera de gendarmes 
autoridades extranjeras andantes 
con dos papeles de identidad 

y nosotras como laboriosas hormigas 
en esos pueblos de orquídeas 
y otras flores perfumadas exultantes 

nosotras desmesuradas fronterizas 

andar el mundo es haber vivido el rostro ajeno 
aquel niño descalzo en la ruta de barro 
la mirada del niño en la llovizna 
amatistas de Wanda sobre la mesa de hoy 

esta inmediatez borra demasiada vida. 


Fosforescencias 

Te acostumbras a no ver y andar 
con un reflejo como una estrellita 
y parecen dos estrellitas
temblorosas 
y se anteponen a la visión de la letra. 

Una lectura en voz alta deriva 
el sabor de una sílaba, 
la endulza la hiere la besa. 
En voz alta 
te desnuda en la intemperie,
siempre. 
Una lectura igual que un águila
sobrevuela en círculos 
las ciudades salitrosas, 
el valle oculto detrás de la página, 
la mesa donde quisieras 
un pan y un pez. 


Primer poema, del libro de la autora: Famatanca, del Capítulo Pasajes de historia. Ediciones en Danza, Buenos Aires, 2020 
Último poema tomado de Mis poetas contemporáneos, blog editado por Gustavo Tisocco 

María Neder 
Nació en Buenos Aires. Vive de manera alterna entre Salta y Buenos Aires, Argentina

A veces sabes que la vida te va a cambiar al minuto siguiente, pero por mucho que te prepares, te viene grande. 
Eva García Sáenz de Urturi

Ronald Bonilla

Signos del agua 

Todo signado por el agua, como 
van las ondas del pájaro en la cresta 
simulando eternos veranos. 

Todo dicho por la fruta ganada, 
-digo Granada
y se instaura el poema, agua del Nicarao, 
agua del hombre, 
agua para los ojos de esta mujer 
que siempre es un incendio, ciudad 
que nos abisma entre sus adoquines. 

Tú conoces las noches y los días, 
los trabajos y sus fatigas, las apacibles 
frondas de la laguna. 

Tú sabes a veces cómo somos islas 
y sus vasos comunicantes 
que extasían el poder del tigre, 
del ocelote oscuro y 
de un viejo manatí perdido. 

Somos solo pueblos pequeños,
lajas incrustadas, 
labios que quisieron ser espada, 
machete del camino, compás perdido 
en el movimiento de caderas
potentes para diseminar el mundo. 

Las mariposas que nos sobrevuelan 
entienden también 
cómo permanece lo efímero del agua,
cómo se forman sus cristales armoniosos. 

Hemos venido de hace centurias 
y la palabra, el signo preclaro 
                                del concepto 
nos precede… 
Dejaremos los huesos acaso sellados 
por el olvido. 
Tú que conoces 
los sagrados intertextos que nos fundaron 
en esta llama, 
en el incendio de una ciudad 
fijado en los ojos de una mujer 
que no se rinde, 
que mira hacia los cuatro vientos. 

Festival donde cada quién olvidó que es cada quién
Granada…fruta con un pie descalzo
 y el otro calzado con zapatilla de oro. 

¡Albricias! 

                                        Granada, Nicaragua, 20 febrero 2016 


Hablando del pecado

Mi pecado es haber nacido indefenso. 

Y haber proferido un grito de libertad 
cuando me alzaron del tobillo. 

Mi pecado es y será 
amar siempre 
de casi toda forma posible tu mirada, 
quizás porque condensa 
la beatitud de todos los pecados. 


Poetas para la clase media baja 

La pobre clase media no encuentra poetas
que los signifiquen, 
más allá de viejos papeles, radioemisoras 
diciendo los goles exagerados, música beat, 
desperdicios tirados al azar, 
un niño hace series con un bolsillo, 
en la pared de madera 
las ranuras se han vuelto de un color marrón 
contrastante, 
la clase media no tiene un violín que resuena 
en las noches con mendelsohn ni bethoven
winchester catedral entrega una pobre melodía, 
igual que los carpenter dulzones, 
igual que los four season o pink floid 
aunque parezca estallar en las paredes. 

La pobre clase media no tiene poetas 
que digan porfiados y saquen sus silbidos 
para ir con la pandilla a cazar aves en las ramas del jocote,
la manzana rosa
a la orilla del torres, basta el tocadiscos 
que ya ni siquiera existe, los monkis 
son desazules imitaciones, francamente, 
las buenas vibraciones hacen la pausa 
para que inicie de nuevo un tren en la noche; 
la clase media no tiene poetas que los resignifiquen,
quizá un hombre callado dice 
en versos pequeños 
una pequeña píldora de sueños imperfectos, 
un comentario de cine, una foto en blanco y negro, 
un vehículo atascado en la avenida cuarta, pesado, 
polaroid no tiene manera de parecerse a un poeta triste 
en la madrugada 
en que la vieja puta va aburrida a cumplir con el horario 
desbarajustado del porvenir. 

Alguien quiere hacer un poema en el parque 
después de masturbarse, 
anuncian la pelea del siglo en la tv, 
un 120 YE, lleva la ventana abierta…una chica 
muestra sus senos por la ventana… 
esta ciudad no tiene poetas para la clase media 
baja 
baja 
baja… 
para qué si no quieren leer…salvo algunos, muy pocos, 
de la clase media 
baja 
baja 
baja… 


Poemas del libro del autor: Herida de agua, de pronta publicación en Editorial de la Universidad Nacional. Libro finalista al VII Premio Iberoamericano Pilar Fernández Labrador de Salamanca, España

Ronald Bonilla 
San José de Costa Rica 

Vuele bajo porque abajo está la verdad, esto es algo que los hombres no aprenden jamás. 
Facundo Cabral

Luis Carlos Fallon Borda

Esta noche contigo! 

Esta noche contigo estoy despierto,
loco y alucinado en tu mirada, 
tendido junto a ti sé que no he muerto; 
amo, respiro, asumo otra jornada. 

Esta noche contigo es un encuentro 
feliz para entonar trovas al alma 
reír, cantar e improvisar un verso 
tras festejar, con vino, otra mañana. 

No obstante el dulce amor, hiere un misterio: 
¿Te he de volver a ver? Destinos vanos 
que al gozo del amor le marcan precio! 

Siento erizar tu piel, las tibias manos 
tu talle en el sudor; que tonto y necio 
es pensar el después...mientras amamos! 


Epitafio 

Es mi vida lumbre y fuego 
de un amor apasionado 
porque a él nací condenado 
sin descanso ni sosiego. 

Este amor en que me anego 
todo mi ser le he entregado, 
inocencia, fe y pecado; 
mi corazón vano y ciego. 

Debo amar, esa es mi suerte 
ser antorcha permanente 
porque al partir, cuando muera, 

los que musiten mi nombre 
no dirán: ha muerto un hombre, 
¡sino se apagó una hoguera! 


Identidad 

¿Quién es usted? 
¿Cree que unas 
breves palabras 
pudieran definirlo? 
¿Y cuál es su color 
blanco, negro, 
cobrizo? 
Es pobre, o posee
algunas pertenencias? 
¿Juega a la bolsa? 
¿Puede burlar el hambre? 
¿Cuál es su origen? 
¿Cómo intuye el amor 
la duda, el desespero, 
el dardo del dolor? 
¿Cree acaso en la alegría 
habla inglés, español, 
o tal vez portuñol? 
No busco perturbarlo, 
amigo mío! 
solo intento decirle,
que tal vez, también 
yo...soy un poco 
usted mismo! 
Quizás todos ustedes 
lleven mi identidad! 
Mi patria es el lugar 
donde respiro! 
Soy conjunción de
herencias y caminos! 
¡Vine para quedarme! 
Diversidad es mi etnia; 
es la fe mi destino! 
Soy de la raza Cósmica! 
Hablo español, y es 
mi “last name”: Latino! 


Luis Carlos Fallon Borda 
Poeta nacido en Colombia. Reside en Miami, Florida, EEUU 

Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar. 
Mark Twain

Maikel Sofiel Ramírez Cruz

El loco 

Nadie sabe exactamente cuándo llegó el loco vestido de militar al pueblo, ni de dónde vino. La gente se lo encuentra a cualquier hora en las calles, en las esquinas, repitiendo sin cesar las mismas palabras incomprensibles como un disco rayado; y haciendo mil gestos, como quien preside un multitudinario acto.
En ocasiones, cuando tiene hambre, llega a cualquier casa y pide algo para comer, así, con una mueca y abriendo la boca bien grande, como si fuera un niño. Los vecinos le ofrecen algunos panes y sopa, o alguna torta de casabe y un poco de agua con azúcar. No entiendo por qué la gente se empeña en compartir sus miserias. 
El loco ni siquiera cuando come deja de repetir su alocución, pero al irse, se despide siempre con un GRACIAS que resuena en todas partes, como si lo hubiera dicho desde lo alto de una tribuna en medio de la plaza. Entonces sigue su incansable andar con los zapatos derruidos. Se detiene por momentos ante cualquier señal de tránsito, o frente a un poste telefónico, va engalanado con su viejo uniforme, sucio y maloliente, sin dejar de pronunciar jamás su incoherente discurso.


Cuento del libro del autor: El bar de las revelaciones 
Maikel Sofiel Ramírez Cruz 
Las Tunas, Cuba

…retirarse del mundo fue la única salida que encontró para soportar su dolor. 
Armando Lucas Correa