lunes, 28 de diciembre de 2020

Editorial


Incluso un mundo herido nos está alimentando. Incluso un mundo herido nos sostiene, dándonos momentos de asombro y alegría. Elijo la alegría sobre la desesperación. No porque tenga la cabeza en la arena, sino porque la alegría es lo que la tierra me da y debo devolver el regalo. 
Robin Wall Kimmerer 

 

Termina un año tan difícil para todos nosotros. 
Cada día nos empeñamos y esforzamos por llevar un camino colmado de expectativas y sueños, y de pronto nuestra marcha se modifica sin aviso ni explicaciones. Muerte, miedo, incertidumbre, tristeza, soledad, desesperanza, ansiedad, caos.
Tengo la certeza que tendremos un mejor año pues somos mejores personas, somos más humanos y solidarios.
Deseo que seamos respetuosos, responsables, comprensivos. Deseo que sepamos mirar a nuestro alrededor brindando una palabra de aliento, sonriendo con nuestros ojos, tendiendo una mano. Deseo que algo hayamos sabido aprender en este tiempo de dolor.
Deseo que sea un buen año para todos. Que estemos todos bien.
Prontito nos volveremos a encontrar.
Reciban mi abrazo cálido
Analía Pascaner



Si es el dolor al fin, quien nos iguala
y la esperanza quien nos ilumina.
César Isella


sábado, 17 de octubre de 2020

Editorial


con voz propia nº 104 

Revista literaria 

Octubre 2020 

Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner 

Publicación creada en noviembre de 2006 
Distribución y publicación gratuitas 
ISSN 2314-0275 



Puedo resumir en dos palabras todo lo que he aprendido acerca de la vida: sigue adelante. 
Robert Frost 




Ruego 

De quién es la Tierra que nos diste  
esta tierra: planeta, país, parcela, 
                el suelo nativo y el adoptado… 

¿es de los primeros que la habitaron? 
¿hubo segundos que supieron respetarlos? 
¿hubo primeros que supieron aceptarlos? 
¿y hubo y hubo… en la noria de los tiempos? 

La lucha por recuperar derechos 
habla de quebrados puentes 
de árboles heridos, de soles olvidados 
habla de un negarse a la vida 
permanente 
habla de contados seres de conciencia abierta 
que persisten 
                      que persisten. 

Que la Tierra que nos diste a todos 
nos contenga, Señor, 
por nuestra posible madura voluntad 
                              de convivencia. 

Cecilia Glanzmann 
Del libro Abedul Pródigo. Obra escogida por la autora, 2018 
www.cecilia-glanzmann.blogspot.com.ar 



Sigue tu destino, riega tus plantas, ama tus rosas. El resto es la sombra de árboles ajenos. 
Fernando Pessoa 



Revista literaria con voz propia 
ISSN 2314-0275 Propietaria: Analía Pascaner 
San Fernando del Valle de Catamarca 
Catamarca – Argentina 
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. 
Analía Pascaner 



Cada instante no es una porción de tiempo, sino una porción de eternidad. 
Sören Kierkegaard

Autores publicados

¿Tienes la suficiente paciencia como para esperar que tu propio barro se asiente y el agua sea más clara? 
Thich Nhat Hanh 

con voz propia nº 104 – revista literaria 
Octubre 2020 
Autores publicados en esta edición

Andrés Bohoslavsky 
José Luis Cubillo 

Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia
https://revistaconvozpropia-autorespublicados.blogspot.com.ar/ 
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. 
Analía Pascaner 

Revista literaria con voz propia 
Publicación y distribución gratuitas ISSN 2314-0275 
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner


Andrés Bohoslavsky

El río de mi padre 

Hace poco estuve en el río, ancho y furioso
leyendo y tomando cerveza 
en la otra orilla, un viejo con su caña de bambú 
esperaba atrapar algún pez 

y pensé en mi padre y en mí pescando juntos 
si hubiéramos tenido tiempo, si esa ráfaga de muerte 
no hubiese existido 

luego, cuando volví caminando, me pareció verlo 
apuré el paso, pero algo sucedió 
lo vi correr y desaparecer en una esquina 

ahora escribo sobre mi padre y sobre mí 
y lo que pienso sobre ambos, lo que hubiéramos hecho 
esas cosas entre padre e hijo 

por la noche, reabrí el libro para continuar con la lectura 
que había postergado aquella tarde en el río 
el siguiente relato era un cuento breve 
de un tipo que pescaba en una orilla y su hijo en la otra. 


Reencarnaciones 

Antes fui un campesino ruso
estuve en 1905 protestando en Moscú 
contra el zar, con mi tío y algunos amigos 

de ahí partí a Praga, fui amanuense 
ponía sellos en la oficina con Kafka
éramos grises los dos 

terminé deportado a un campo, entonces aparecí en Ámsterdam 
jardinero en el barrio de Rembrandt 
me robé un retrato y un pedazo de alma 
que vendí en un callejón de Monastiraki, en Atenas 
unos días antes de que se hunda el pesquero

fui médico en el África, ladrón en Gales, titiritero en Croacia 
falsificador de obras de arte en el Renacimiento, en Florencia 
campesino en Vladivostok y ladrón de bicicletas en Roma
entre miles de ciclos de idas y vueltas 

ahora aparecí escribiendo poemas en Plaza Miserere 
soy un ciego en el barrio de los ciegos 
mi alma es muy vieja, como la tuya 
por eso me mirás como si me conocieras 
de algún lugar. 


El rey de los débiles mentales 

Tardé cuatro horas en resolver esa suma 
cincuenta y siete minutos en salir del laberinto 
y solo me tomó cuarenta y tres años 
reconocer que ese tipo del espejo era yo 
hace unos días aprendí a diferenciar 
lo vacío de lo lleno
lo falso de lo verdadero 

la poesía nunca me fue fácil de entender 
aunque hago grandes esfuerzos 
al escuchar a los poetas consagrados 
que me explican los géneros 
los estilos las cadencias los ismos 

aprendí de ellos a mentirme en el espejo 
a sentarme en la mesa de los impostores 
soltar un poema lastimado por los vidrios 
y pasar inadvertido. 


Del libro del autor: Margot, la prostituta que leyó a Bakunin y otros poemas. Prólogo Sergio Rigazio. Colección Poesía Mayor. Leviatán, 2019 

Andrés Bohoslavsky 

No tenía ganas de nada. Sólo de vivir.
Juan Rulfo

Isabel Nieto Grando

Caminando el Otoño 

La luna jugaba conmigo y se dormía en el agua. 
El patio grande como la mesa colmada de risas, 
Y cabíamos todos, también la abuela 
El tiempo rompecabezas, que desarma los sueños 
diluye la alegría endureciendo el pan. 
Mis hermanos trasmutando los juegos 
se escondieron tras de mí, uno a uno se fueron 
por distintos caminos abrazando el sol. 
Desandando la vida, sonrío 
pero a veces el río de mis ojos, me vuelve a la realidad. 
Quiero jugar con la luna, pero ella me hace un guiño 
Y se va. 
A la mesa grande la cortaron en rodajas, 
solo queda mi espacio en silencio. 
Camino el otoño con pasos tardos, 
de la mano de la soledad que es verdadera. 
Todos se van, también la tarde. 
Solo me acompaña Dios y los pájaros del patio. 
El mate se enfría. Pienso en mi siembra que creí fecunda. 
Resucito de mis fantasías y me cuesta creer 
que soy una más, de los que sobran. 


Deseo 

Se acrecienta el deseo de abrazarte 
queman entre los labios los te quiero. 
Sedienta de los besos impensados
la razón reprimiendo mis anhelos. 

Porqué será amor que justo ahora
se enredan los tapiales con espinas. 
Las rejas con cerrojos y alambrados 
Y estoy solo suspirando en una esquina.

Tal vez escale el sol como jugando 
Y llegue a tu balcón el primer beso 
Aromando mi piel con tus sabores. 
Pero solo te miro desde lejos. 


Isabel Nieto Grando 
Nació en Suco, Río Cuarto. Reside en Villa Dolores, Córdoba, Argentina

Toda pérdida nos transforma en artesanos, al obligarnos a tejer un nuevo diseño en el entramado de nuestras vidas. 
Greta Crosby

Rolando Revagliatti

Ave 

Menos cerca del pavo real 
que del pavote 
me pavoneo 

Me pavoneo 
cercado por pavotes 
y pavos reales. 


Se cumplió 

Yo 
no daba nada por mí 

Y mírenme 
                   a dónde llegué

Después de esto sí que no hay 

NADA. 


Lo que se dice Nadie 

¿Por qué Nadie me quiere? 
¿Por qué justamente Nadie? 
¿Y por qué tanto 
me quiere? 

Ustedes son testigos: 
mucho, muchísimo 
me quiere Nadie 

Nadie se desvive por mí 
Nadie por mí se muere de amor 

Pero yo, desgraciado 
no quiero a Nadie 

¡Oh, Nadie! 


Retaguardia 

Jamás he desaprovechado ninguna de mis oportunidades 
para disputar los principales puestos de la retaguardia 

Y siempre estuve allí, acechando 
más y más cerca 
y temible

De hecho, vengo siendo 
ya estable y maduro 
en forma consecutiva 
nada menos 
que el pentacampeón. 


Caricatura 

Retorna a mí 
resucitada 
mi caricatura 

desde su cuerpo muerto 
desde su pecho. 

Me queda bien
la caricatura 
del recuerdo 
de mí. 


Del libro del autor: Desecho e izquierdo. 2ª edición-e corregida. Ediciones Recitador Argentino, 2018. Buenos Aires, Argentina. Desecho e izquierdo tiene 1 edición en soporte papel: 1999; y 2 ediciones en soporte electrónico: 2009, 2018. 

Rolando Revagliatti
Buenos Aires, Argentina
 
El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla. 
Manuel Vicent

Salomé Moltó

Cosas pequeñas, pequeñas cosas 

Mi querida Ángela: 
Hoy quisiera hablarte de las pequeñas cosas, que no por ello, tienen que ser cosas pequeñas. 
Yo sé que soy un marido bastante huraño, seco, tristón que no te atiendo como mereces, pero ya sabes lo mucho que tengo que trabajar para que en casa no falte de nada. Así que voy, vengo siempre atareado, gruñendo más de una vez. 
Nosotros los hombres queremos hacer grandes cosas, emprendemos negocios en donde “todo el mundo se va a dar cuenta de lo mucho que valemos”, aunque el banco no nos conceda la financiación necesaria y todo se quede en agua de borrajas. Nos decimos que esto y que aquello va a ir estupendamente y va a dar un resultado grandioso, y rápidamente nos subimos en el tren de la fantasía y no paramos de soñar en cosas grandiosas. Salimos a la calle convencidos de nuestro talento, de nuestra prestancia, de que podemos convencer a este o aquel cliente de que lo que le ofrecemos, es lo mejor. 
Pero, como te decía al principio, mi vida está jalonada de pequeñas cosas, de hermosos y diminutos momentos que han sembrado mi existencia y han tejido un sólido y resistente enjambre, y ese mundo hecho de pequeñas cosas, te lo debo a ti. 
No falta gente que apunta, a que el veneno se coloca en pequeños frascos, y que en pequeñas dosis nos mata y la droga que en pequeñas cantidades nos va degradando poco a poco. He aquí pequeñas cosas que son nocivas, por supuesto, pero también en frascos pequeños está el perfume, que aquella noche y otras también culminó un gran momento de amor, sí, en pequeñas gotas que enervaron mi ánimo.
¿Te acuerdas aquellos pequeños golpecitos en la puerta de mi despacho para decirme “déjalo, trabajas mucho”, ese pequeño café que me ofrecías con pequeñas galletas, esa pequeña sonrisa cómplice que me regalaste al reparar el lavabo y otra al acordar la transacción económica, el día que yo andaba muy nervioso? Ese pequeño “buenos días” al despertarme y esos pequeños besitos con que acariciaste mi espalda. Sí mi amor, todas esas pequeñas cosas, tan hermosas, cosas silenciosas, dulces como las pequeñas manos de nuestra hija que cogía las mías a los pocos días de nacer. Mis pequeños niños, eran esas pequeñas cosas que me hacían volver a casa con ilusión. 
Y todas esas pequeñeces han configurado una gran felicidad por qué has sabido adornar nuestra existencia con las muy grandes e importantes, pequeñas cosas. 
 

Del libro de la autora: Cosas que quiero decir, 2018 
Salomé Moltó 
Alcoy, Alicante, España

Vivir para los demás no es solamente una ley de deber, sino también una ley de felicidad. 
Auguste Comte

José Repiso Moyano

Das magia desde que he buscado 

Quiero enterrar mi amor dentro tu boca 
porque no se me muera a sueño lento, 
en alto del pudor del firmamento 
o escrito con el eros de una roca; 

y aun abarcar la fe que el mar evoca 
navegando dulzor a azul sediento 
y enamorarte, ¡ahí!, en un aliento 
de entrañable cuerpo y… aventura loca. 

Porque das magia, desde que he buscado, 
“eso” o lo que quería, asido fuego, 
¡delirio del gemido delicado! 

Tú eres un frenético sosiego 
por el DESEO, al filo apasionado 
de tal caricia y del latido ciego

                       * 

Quiero enseñarte por donde nunca irá el Morir Nuestro 
caído 
        en el libido 
                        de los mares. 


José Repiso Moyano 
Cuevas de San Marcos, Málaga, España 

El cuerpo no es más que un medio de volverse temporalmente visible. Todo nacimiento es una aparición. 
Amado Nervo

TS Hidalgo

El Sur 

Un día tu casa no está tomada 
otro día ellos están en tu patio 
es más tarde y hace frío 
los edificios sin embargo se llenan hasta el enésimo piso con desconsuelo 
el sonido de la locura 
habrás de llegar al borde del arrebato total 
(tantos ritmos, nunca vistos por mí) 
¿queda entregarse a ellos? 
idolatrías locales 
idolatrías totales 
entonces oyes que alguien ha decidido abrir 
una recogida de firmas en Change.org 
después de que le intentaran cobrar cinco mil euros 
por los gastos del cadáver de un familiar. 
Firman 170.000 personas: 
tres días después, 
el Gobierno obliga a las funerarias 
a aplicar precios previos al estado de alarma. 
Antes, habían venido los cielos cubiertos: 
la piel de los hombres, lívida, a causa de las heladas 
y algunos paisanos se quedan en la nieve 
(en la pared, estaba escrito, con pintalabios, 
Pregunta a madre). 
Y todas esas bailarinas, en este sobrevenido desfile, 
alargan las piernas, recién aplaudidas 
(sí, a en punto: ha sido a las veinte a las veinte a las veinte). 
La mancha roja había ido extendiéndose: 
quedaban dos veces, 
dos sueños, dos dosis, 
dos arrebatos, 
dos lo que fuera, pero dos, 
“dos”:
cuatro días para el penúltimo resultado y ¿entregarse? a continuación. 
¿Queréis un poco de alcohol, acaso? 
¿Ofrecieron su indulto, pacientes como, pongamos por caso, 
el número 0a, el 0b, el 0c, el 0d, el 0e, el 0f, el 0g, 
y en perpendicular el 1a y el 1b, 
cuando el 0h, ubicado a modo de cruce de caminos, fue fusilado? 
Nunca lo sabremos. 
Y, al otro lado, 
tras el fondo del pasillo,
la Humanidad, la pausa: 
el cómic. 

* * * 

suicidarse por un reconocimiento
por una aureola: 
cabe considerar a suicidarse, 
en pos de hacer carrera literaria, 
como acaso sería también para una carrera política, 
o un invierno en Lisboa, 
como la peor de todas 
las sinuosas carreteras: 
suicidarse para sujetar a Rimbaud 
a la sombra de un Eurobasket 


TS Hidalgo 
Madrid, España

Un dolor desesperado, con la aflicción de otro se remedia. 
William Shakespeare

Elena Paso

Plaza Doliente


Hoy alegría en la plaza 
afloran, solapadamente, de a una, 
un millón de pañuelos verdes 
pintados con pañuelos blancos 
pañuelos en cuellos y muñecas 
bailan y cantan las pibas 
danza y canto tribal 
que emerge del fondo de la historia 
un millón 
esperanza compartida 
lucha codo a codo 
enhebrada en luchas anteriores 

alguien lo pone en duda 
¡no son tantas! 
un millón 

hay una columna con las descentradas 
Sor Juana, Alejandra Pizarnik, 
Ida Vitale, Idea Villarino, 
Rosario Castellanos, 
Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, 
Julieta Lanteri, Carolina Muzzilli, 
Magda Portal, Blanca Varela, 
Juana de Ibarbourou, 
Manuela Sáenz, 
Ana de Peralta, Salvadora Medina Onrubia, 
María Virginia Estenssoro, 
Ana Grandoso, Dolores Veintimilla, 
Yolanda Oreamuno, 
María Auxiliadora Álvarez 
y otras mujeres que no conozco 
marea verde 

es tiempo 
de llamar a las cosas
por su nombre 
Big Bang 
hasta la nada 
trastabilló 

Piteas se desconcierta 
sororas del mundo 
adhieren 
mujer no es la que calla 


*Fragmento de Plaza Doliente (Publifadecs, 2020) 
Elena Paso 
General Roca, Río Negro, Argentina

La cosa más grande del mundo es saber ser autosuficiente. 
Michel de Montaigne

José Luis Cubillo

Miradas 

     Debido a la pandemia mundial del COVID-19, las autoridades competentes han decretado la obligatoriedad del uso de mascarillas en lugares públicos. 
Hay muchas clases de mascarillas. Las quirúrgicas, por ejemplo, que evitan que nuestros fluidos se transmitan a terceras personas. O las filtrantes, como la FFP2, que nos protegen frente a la inhalación de contaminantes externos. Las hay también con válvula exhalatoria. Cada una tiene sus características y su función. Pero todas tienen un denominador común: Nos subrayan la mirada. 
Hay miradas de pánico, otras sólo asustadas, también indiferentes, y no faltan las distraídas, las amargadas, las malignas, las esperanzadas, las felices, las enamoradas, las que te imploran una ayuda, las que te penetran la pupila para descubrirte tus secretos y las que se te clavan en el corazón para pedirte que las comprendas. 
Hay miradas de cejas pobladas y cejijuntas, y las perfectamente dibujadas, las peinadas y las rebeldes, las rectas, las arqueadas, y las que hacen una suave y larga ondulación que acaba en un filo como el declinar de un suspiro. 
También hay miradas de pestañas largas, densas, sedosas y perfectamente alineadas. Y de pestañas finas que apenas se transparentan. 
Y las de los ojos glaucos como el mar, y la de los azules como el cielo, y las de los negros profundos como una noche misteriosa. 
     Yo no veo las miradas. Me las imagino. Es lo único a lo que puede aspirar un ciego.   


José Luis Cubillo 
Madrid, España 

Reconocer lo bueno que ya tenemos es la base de la abundancia. 
Eckhart Tolle

Susana Solanes

Duendes en la casa

Hay un duende en la cocina, 
que se cuelga en las cortinas.
El duende que está en la cama, 
duerme toda la semana. 
Y el que usa mi sillón, 
mira la televisión. 
Un duende con zapatillas, 
dice que tiene cosquillas. 
El que vive en el jardín, 
pasea en monopatín. 
El duende de la vereda 
sale siempre que no llueva. 
Un duende canta en la ducha, 
como canta, no me escucha. 
Sufre de fuerte ronquera
el que juega en la escalera. 

Hay tantos duendes paseando 
de la sala al comedor. 
Salen en noche de luna, 
y se duermen con el sol. 


Los árboles cantores 

Por la calle de la Luna, 
un árbol quiere cantar. 
Y la Luna no lo deja 
por no dejar de brillar. 

La calle de la guitarra 
tiene un árbol por cantar, 
pero la música quiere 
que el árbol sepa soñar. 

La calle de la aventura 
que de tanto navegar, 
olvidó sembrar un árbol 
para que pueda cantar. 

Hay un árbol que solloza 
junto a la calle del mar. 
Las flores van perfumando 
con el sabor de la sal. 

Un árbol redondo y alto, 
creciendo en el mundo está. 
Sus flores en primavera, 
pronto saldrán a cantar. 


Susana Solanes 
Rosario, Santa Fe, Argentina

Asombrarse ante la existencia no es algo que se aprende: es algo que se olvida. 
Jostein Gaarder

Justina Cabral

Chocolate bien caliente 

Chocolate bien caliente 
para la estrella del mar 
sobre las rocas sentada 
ve sirenas pasear. 

Macarrones de frambuesa 
¡Una fiesta universal! 
En violeta carcajadas 
y salpicadas con sal. 

Transcurre la diversión 
¡Ceremonia singular! 
Mientras los cangrejos bailan 
te sito a participar. 


Amarilla 

Qué hermosa flor, madre mía 
que decora tu jardín 
¡Ni en cuentos de maravilla 
una tan hermosa vi! 

Ella es capaz de bailar 
cuando me acuesto a dormir 
y de cantar al compás 
de la risa del jazmín. 

Es hábil para volar, 
me trae de regalo el sol 
¡Con esta flor especial 
vamos a viajar las dos! 


Mariposa 

Mariposa violeta 
en lluvia de lavanda. 
Aroma con pirueta 
revoloteando anda. 

Mariposa celeste… 
mariposa del mar… 
mariposa del este… 
libre para flotar. 

Mariposa amarilla, 
alma iluminada 
¡Toda herida brilla 
y puede ser cerrada! 


Justina Cabral 
Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina

Sorprendernos por algo es el primer paso de la mente hacia el descubrimiento. 
Louis Pasteur

jueves, 3 de septiembre de 2020

Editorial


con voz propia nº 103

Revista literaria 

Septiembre 2020

Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner

Publicación creada en noviembre de 2006
Distribución y publicación gratuitas
ISSN 2314-0275





En vez de criticarnos, seamos cálidos y comprensivos con nosotros mismos cuando estamos sufriendo, cuando sentimos que hemos fallado o cuando nos sentimos incompetentes.
Kristin Neff




Cuando callas también hablas de ti mismo

Cuando callas un secreto, conozco tu fidelidad de amigo.
Cuando callas tu propio dolor, conozco tu fortaleza.
Cuando callas ante el dolor ajeno, conozco tu impotencia y tu respeto.
Cuando callas ante la injusticia, conozco tu miedo y tu complicidad.
Cuando callas ante lo imposible, conozco tu madurez y tu dominio.
Cuando callas ante la estupidez ajena, conozco tu sabiduría.
Cuando callas ante los fuertes y poderosos, conozco tu temor y cobardía.
Cuando callas ante lo que ignoras, conozco tu prudencia.
Cuando callas tus propios méritos, conozco tu humildad y grandeza.
El Silencio es el tiempo donde el sabio medita,
la cárcel de la que huye el necio,
y el refugio donde se esconden los cobardes.
Siembra para ser tú mismo…

George Eliot, seudónimo de Mary Ann Evans
Inglaterra, 1819–1880 





Cuando te des cuenta de que todo lo que le haces a otro te lo haces a ti mismo, habrás comprendido la Gran Verdad.
Lao-Tsé



Revista literaria con voz propia
ISSN 2314-0275
Propietaria: Analía Pascaner
San Fernando del Valle de Catamarca
Catamarca – Argentina
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor.
Analía Pascaner



Aquél que quiere cantar siempre encuentra una canción.
Proverbio sueco


Autores publicados

¿Cómo puedo honrar el susurro de mi corazón antes de que se convierta en un grito?
La pregunta del día, en Internet

con voz propia nº 103 – revista literaria
Septiembre 2020
Autores publicados en esta edición: 


Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia:
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor.
Analía Pascaner

Revista literaria con voz propia
Publicación y distribución gratuitas
ISSN 2314-0275
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner

Haidé Daiban

Estar en casa (cuarentena)

Late distinto
   este corazón incierto,
esta mirada perdida
en medio del caos,
estas manos
que tientan abrazos
en el aire contaminado,
estos gestos
que envían mensajes
siempre a distancia,
   saludos alados.

Y la casa solitaria
abrirá las puertas
y los brazos
    hallarán refugio
en otros brazos,
y la memoria sellará
    su imagen
de lo vivido y llorado,
y crecerá el futuro
    con el nuevo paso
y el desierto
    creará oasis,
y el mundo todo
con su nuevo rostro
correrá al encuentro
de nuevas alboradas,
    de soles olvidados.  

                                   2020, Abril


Buenos Aires no olvida

Un clavel sobre el piano
Representa tu vida,
Y recuerda tus manos
Sobre blancas y negras
El compás vibra ufano
En el aire dormido
Y predice campanas
Repicando en los barrios.

Y el clavel   no marchita
Porque habla de gloria
Sobre toda injusticia,
Sobre toda desdicha.
Es que hoy tu presencia
Es un vuelo de alondra
Que planea en mensajes
Alegrando los días

A ese Osvaldo y su piano,
Buenos Aires, no olvida.


Último poema está dedicado a Osvaldo Pugliese. Editado en el último libro de Tangos, de la autora.
Haidé Daiban
Buenos Aires, Argentina


¡Ah, la felicidad depende de cosas tan pequeñas…!
Oscar Wilde

Marta Zabaleta

Para nombrarte

Una lluvia de colores riega el día
cada pedazo desprendido de mi vida
un ojo una mano una esperanza una batalla.
Una dulce cadencia de mi historia.
Una amapola.

Espera afuera. Quiero estar sola.

Epping, 24 de enero de 2004


Silencio

Tirana
mi sombra
hondura del silencio
paseé, mis huesos cubiertos
de ojos con tus versos.

Línea de manzanar
dialogo sola:
en la costa la espuma
se esfuma, sorda.
2004


Capricho fragmentado

La noche es un pensamiento solitario
la vida una risa con estrépitos
el amor fantasía pronto olvidada
como la envidia rauda y cantarina
la muerte una verdad tardía:

un caracol con patas
una cigüeña vacía
una vaca gatuna
el sol sin cielo y con estrellas
ese beso por tu boca demorado.

23-12-2003


Adiós Nonino

Abandonar la vida
es una tarea solitaria
Por eso, nunca le pedí
que fuéramos amantes: 

sólo hubiera querido
entonces 
que mis besos
tocaran 
con sus labios
ese silencio.

Y en sus poemas
dejar, cual en calvario
grabado en estaciones,  
el sabor del deseo.
                                         4-2-07


Marta Zabaleta
Nació en Santa Fe, Argentina. Reside en Londres, Inglaterra


Nada pesa tanto como el corazón cuando está cansado.
Juan Zorrilla de San Martín

José Antonio Cedrón

La grande bellezza

A veces miro lejos y alcanzo a ver.
Pero pasa. Y camino.
Vi a mujeres
dormirse en mis almohadas,
los labios en un beso, las pestañas pintadas.
Después llegaba el aire. Yo fumaba.
Y se iba descalza, borrada por el humo.
Puedo estar solo, casi, siempre casi.
Mis amigos predican, hablan, se disuelven
en sus lazos de sangre, sus cuentos de palacio.
Bebemos y mentimos sin razón ni saber,
cuando brindamos.
Me siento igual. Como si supiera que pronto
lo perderemos todo.
Es grande la terraza.
Lo que se ve es el tiempo, que no ve,
vemos nosotros:
un ladrón descuidado, el borracho expulsado,
el caer de una lágrima en el piso.
Pronto no quedará huella.
Y me dicen que escriba. ¿Escribir qué?
Si el que me mira lo hace entre comillas.
A veces cruza un barco en la pantalla
seguido por la luna.
Pero pasa y camino. Yo sigo caminando
cuando todos se han ido. 


De la vida de los espejos

Los espejos sirven para afeitarse, peinarse,
maquillarse, ponerse la corbata,
pintarse las pestañas, despintarse,
jugar a ser no ser…
Los espejos no tienen cultura ni vergüenza,
ni se hacen responsables
del tiempo y la cultura de quien se mira en ellos.
Su función es servil, su inocencia es perpetua.
Y aceptan confesiones, gemidos, llantos, injurias,
raspaduras, traiciones,
sin queja ni dolor.
Los espejos no están obligados a detener el tiempo
ni a revelar pasados ni presencias
de los fieles o infieles.
Tampoco a ser citados como testigos de cargo
o de descargo de acusación posible en ningún juicio.
Bajo ningún pretexto pueden ser desmentidos
ni hacerlos responsables de valoración
en circunstancia alguna
por parte del mirado.
A veces los espejos ven mucho más aquél,
pero no lo revelan, a nadie, nunca, nada.
Porque nacen del agua y son inalterables a la luz,
a la sombra, al frío y al calor,
a la crueldad y al odio, a la bondad,
los espejos pueden resistirlo todo
sin que se les derrame una lágrima de plata.
Sólo el tiempo o la noche desnuda los disfraces
de sus imitadores.


José Antonio Cedrón
Argentina


Y así vamos adelante, botes contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado.
Francis Scott Fitzgerald

Damián Andreñuk

Abrazos y trompadas

Mi único privilegio
es que no encajo en el gentío.
A nadie debo explicación
de este dolor de mi sonrisa.

Gula, bienes, caprichos.
Se ha vuelto agria
la manzana del deseo.
Violencia y egoísmo y desconcierto
dominan este mundo de mentiras.

No me invade ningún odio
con sus nubes tenebrosas.
Solamente estoy exhausto
de luchar contra lo que lastima.

He caído bajo el hacha de mis propios temores.
Una voz bella y femenina se me adentra en la conciencia.
¡Son tan voraces las hienas del resentimiento!
¡Son momentos tan hermosos cuando olvido mi nombre!

Contra el engaño omnipresente de psicópatas.
Contra los muchos vértigos de lo real.
Contra la cueva con murciélagos desorientados
    que hay muy dentro de mí mismo
me acerco a las alturas de mi despertar
dando abrazos y trompadas.


Ideas inconexas

Mi corazón ha enloquecido
de palpar el desengaño.
Mi esqueleto se ha llenado de amargura.
Mi inteligencia más inútil
me ha expulsado a las afueras de la vida.

La niñez es un espacio de sacralidad.
La confianza es un diamante inestimable.
La angustia es un revólver que me apunta.

Un lobo aúlla por las horas que se mueren.
Se oye un estruendo de imperios en derrota.

¿Qué han hecho de mi mágica inocencia
    el desencanto y el exilio y el dolor?
¿Por qué mi grave realidad castiga mi esperanza
       y la arroja a que se pudra ante mis ojos?

Tiene árboles frutales y aroma a mujer
                                    el más genuino paraíso.
Se me ha caído la felicidad en un peñasco
y ver el mundo como es me impide rescatarla.

Voy galopando sin control en la locura.

Con amor todo es brillante
   y repleto de pájaros
  y mariposas en delirio.


Damián Andreñuk
La Plata, Buenos Aires, Argentina


Vivimos mientras nos renovamos.
Henry Frédéric Amiel

Roberto Romeo Di Vita

Las Troyanas

Tras la destrucción de Troya con el ardid de un muñeco infernal, la guerra, la guerra siempre presente como un juego, demostración omnipotente de los poderosos.
Los mares infectados de naves guerreras, los cielos manchados de azufre y fuego, la tierra marchitada por la sangre vertida, el aire con pavor del veneno y en el viento.
El acero que hiere la carne, la lanza que perfora los pechos, la piedra que mata, el talud que aplasta, hombres muertos en los combates, niños despojados de alimento materno, el fuego, el fuego que todo lo arrasa.
Un caballo siniestro, un caballo enorme, ardid de la mentira y de la destrucción.
La invasión, el territorio arrasado por los vencedores, la venganza clava su triunfo sobre los débiles.
Helena de Esparta y de Troya es el pretexto universal para la perversión de los poderosos.
Cualquier motivo sirve para la guerra. Nunca han sido fáciles los tiempos de paz.
Helena será María, Susana, Patricia, la raptada por la pasión. Helena posesión de toda costumbre.
Helena portará todas las culpas de la humanidad.
Helena de Troya vencida, Eva de la tierra humillada, posesión del tiempo y del poder.
Porque el poder, acostumbrado a ganar, mata, saquea, tortura, impone y manda.
Bombardea desde las alturas. Sus pegasos alados, siembran la tierra de desolación y asesinatos.
En Esparta, en Las Troyas de todos los tiempos y confines, derrotas de aceros y de azufres.


Roberto Romeo Di Vita
Buenos Aires, Argentina


El hombre es el único ser sensible que se destruye a sí mismo en estado de libertad.
Jacques H. Bernardin de Saint-Pierre

Catalina Zentner Levin

Aprender a estar sola

Es iniciar caminos de contrastes,
con luz intermitente y algoritmos,
es revisar el libro de pendientes
y actualizar la agenda de suspiros.

Es darse cara a cara con el cielo
y no sentir que el aire se adelgaza,
es respirar el alba, agua de luna,
que lava y purifica y estremece.

Es beber con fruición vino y silencio,
denunciar golondrinas y torcazas,
ahuyentar los espectros y enterarse
que el fruto de la gloria es sólo un sueño.

Sentarse en la escollera del recuerdo,
ver como el viento juega con la arena,
mirarse sin pudores ni recelos,
sumergirse y flotar al mismo tiempo.

Aprender a estar sola es disolverse
en virginal misterio del comienzo,
es saber que la noche es el refugio
murciélago acechante, y no temerle.

Soplar un clarinete imaginario,
degustar el brebaje que apacigua,
el libro que acompaña, unas manzanas,
y afrontar cada lance con las sombras
sin darse a conocer bajo la máscara.


Soneto al desamor y desmemoria

Permíteme aflojar las ligaduras
que sujetan indócil desmemoria
retazos del ayer, trozos de historia
que sumaron delicia y desventura.

No seré yo la sombra que persiga
fantasmas recurrentes o evasivos
del corazón. Salvajes y cautivos
sueños de un desamor que me fustiga.

Se cerró nuestro libro, sólo queda
el saldo en equilibrio sin sobrante,
bien marcado el sendero al caminante.

Un adiós despojado que no exceda
la cuota de emoción determinante
y una estrella implacable en el levante.


Poemas tomados de Revista Literarte Nº 96 (junio 2017) y Nº 99 (septiembre 2017)
Catalina Zentner Levin
Nació en Corrientes, Argentina. Actualmente reside en Israel