con voz propia nº 13 – noviembre 2007
………………………………...……………“Donde quiera que vayas, vé con todo,
………………………………...…………………….lleva siempre al lado tu corazón”.
………………………………....………………….………………………………………Confucio
Había una vez una persona que decidió abrir un camino en medio de la maleza, un camino del cual sólo podía ver unos pocos pasos más adelante.
Debió tantear, escuchar, esperar, avanzar lentamente, y a veces desandar.
Escuchó voces y sonidos extraños. Recibió raspones y algunos golpes.
También percibió voces agradables y observó cómo se iluminaba el camino.
Esa persona avanzó, cada paso con mayor firmeza.
En cierto momento tomó un rumbo diferente: encontró su propio camino, elevó su propia voz.
Y nació con voz propia.
Hoy rememoro algunas de las palabras de Alejandro Dolina a las cuales me referí hace un año cuando abrí una puerta y tendí un puente entre nosotros:
“El verdadero milagro de la vida no es encontrarse con uno mismo (…) Lo importante es encontrarse con alguien. Esos efímeros puentes que dentro de este mundo de islas algunos suelen tender; efímeros porque duran muy poco y hechos quizás de la misma materia de la que están hechos los sueños. (…) Hay que estar atento a las señales, atento a las citas, que se cumplen pero son muy pocas, atento a los sueños que se dan, pero son muy pocos…”.
Muchas gracias por estar allí del otro lado de la pantalla, por sus cartas y colaboraciones, por leer las voces publicadas, por reenviar la revista literaria, por escucharme y alentarme.
Sin ustedes no existiría con voz propia: Feliz cumpleaños para todos.
Les mando un abrazo cálido.
Nos reencontramos en diciembre.
Analía Pascaner
* * *
Y es disciplina de hombre, más que de soldado, por cierto, lo que necesita el argentino. La que le enseñará a dominarse para que no lo dominen otros; la que siendo gimnasia de la libertad le enseñará a vencer al Juan Manuel -atrabiliario y egoísta, feroz y farolero, mandón y servil- que lleva adentro. Entonces podrá hablarse de hombres, no de reses; de pueblo, no de rebaño.
Luis Franco, El general Paz y los dos caudillajes
............................Edición y dirección: Analía Pascaner
............................San Fernando del Valle de Catamarca
............................Catamarca – Argentina
Todas las noches, a la hora del rocío, el ciego se internaba desnudo en el espeso monte. Lo hacía para ganarse el favor del dios de su creencia.
-¡Quiero ver! ¡Quiero ver! -suplicaba a su dios, mientras las espinas le surcaban el cuerpo.
Su dios lo escuchó una noche, y le otorgó el don de la poesía.
Maximiliano Casalino
miércoles, 7 de noviembre de 2007
Marco Denevi
El emperador de la china
Cuando el emperador Wu Ti murió en su vasto lecho, en lo más profundo del palacio imperial, nadie se dio cuenta. Todos estaban demasiado ocupados en obedecer sus órdenes. El único que lo supo fue Wang Mang, el primer ministro, hombre ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada y ocultó el cadáver. Transcurrió un año de increíble prosperidad para el imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto pelado del difunto emperador.
“¿Veis? -dijo-. Durante un año un muerto se sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui yo. Merezco ser emperador”. El pueblo, complacido, lo sentó en el trono y luego lo mató, para que fuese tan perfecto como su predecesor y la prosperidad del imperio continuase.
Marco Denevi - Argentina, 1922-1998
*********************************************************
¿Qué he de hacer para perdonar a otros?
Si no condenaras a nadie, nunca tendrías necesidad de perdonar.
Anthony de Mello
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Cuando el emperador Wu Ti murió en su vasto lecho, en lo más profundo del palacio imperial, nadie se dio cuenta. Todos estaban demasiado ocupados en obedecer sus órdenes. El único que lo supo fue Wang Mang, el primer ministro, hombre ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada y ocultó el cadáver. Transcurrió un año de increíble prosperidad para el imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto pelado del difunto emperador.
“¿Veis? -dijo-. Durante un año un muerto se sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui yo. Merezco ser emperador”. El pueblo, complacido, lo sentó en el trono y luego lo mató, para que fuese tan perfecto como su predecesor y la prosperidad del imperio continuase.
Marco Denevi - Argentina, 1922-1998
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¿Qué he de hacer para perdonar a otros?
Si no condenaras a nadie, nunca tendrías necesidad de perdonar.
Anthony de Mello
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Raymond Carver
Lo que me dijo el doctor
Él dijo esto no es del todo bueno
él dijo en realidad es malo muy malo
él dijo conté treinta y dos en un solo pulmón
y dejé de contar
yo le comenté que me alegraba
porque no me hubiera gustado saber
de uno solo alojado ahí
él dijo -qué dijo no sé- y preguntó si yo era creyente
si me arrodillaba en las grutas del bosque
frente a la pequeña cascada de aguas cristalinas
con el viento y la niebla soplando en mi rostro
si me detenía a pensar y pedir comprensión
en esos momentos difíciles
yo le contesté que no
pero que pensaba comenzar ese mismo día
él dijo estoy verdaderamente apenado
él dijo desearía tener buenas noticias para vos
yo dije Amén él dijo algunas palabras en voz baja
yo no comprendí lo que decía
y no sabiendo qué hacer
y deseando que no repitiera sus palabras
porque temía no poder digerirlas
sólo lo miré
por un larguísimo minuto y él me miró y fue cuando
me levanté repentinamente y le di un apretón de manos
a este hombre que me había dado algo
que nadie me dio antes en esta tierra
yo creo que incluso le agradecí
siendo tan poderosa la fuerza de la costumbre.
………………………………………………Traducción: Esteban Moore
Raymond Carver - EEUU, 1939-1988
*********************************************************
Ellos también son como yo, me digo. Y así me defiendo de ellos. Y así me defiendo de mí.
Antonio Porchia
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Él dijo esto no es del todo bueno
él dijo en realidad es malo muy malo
él dijo conté treinta y dos en un solo pulmón
y dejé de contar
yo le comenté que me alegraba
porque no me hubiera gustado saber
de uno solo alojado ahí
él dijo -qué dijo no sé- y preguntó si yo era creyente
si me arrodillaba en las grutas del bosque
frente a la pequeña cascada de aguas cristalinas
con el viento y la niebla soplando en mi rostro
si me detenía a pensar y pedir comprensión
en esos momentos difíciles
yo le contesté que no
pero que pensaba comenzar ese mismo día
él dijo estoy verdaderamente apenado
él dijo desearía tener buenas noticias para vos
yo dije Amén él dijo algunas palabras en voz baja
yo no comprendí lo que decía
y no sabiendo qué hacer
y deseando que no repitiera sus palabras
porque temía no poder digerirlas
sólo lo miré
por un larguísimo minuto y él me miró y fue cuando
me levanté repentinamente y le di un apretón de manos
a este hombre que me había dado algo
que nadie me dio antes en esta tierra
yo creo que incluso le agradecí
siendo tan poderosa la fuerza de la costumbre.
………………………………………………Traducción: Esteban Moore
Raymond Carver - EEUU, 1939-1988
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Ellos también son como yo, me digo. Y así me defiendo de ellos. Y así me defiendo de mí.
Antonio Porchia
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Andrés Bohoslavsky
Casi un asesino
La dueña de la pensión
dejó un papel que decía
a partir de Febrero
las piezas a 180.
No hubo revolución
no flamearon banderas socialistas
no hubo barricadas
ni Mayo Francés ni panfletos
que llamaran al alzamiento
ni pintadas anarquistas
ni puños en alto
ni banderas del Che
ni de Sandino, ni de Lenin, ni de Trosky
encima Ho Chi Min me miraba callado desde el póster.
Tal vez en un rato venga el ejército Rojo
a darme una mano
solo una cuestión de tiempo.
Esperé tres días
al cuarto pensé en asesinarla
y en las complicaciones para mi familia
salir en los diarios
los comentarios del barrio
las voces que murmuran
ahí van los hijos del asesino
entonces le pagué
le dije que la entendía
la devaluación, el libre-mercado, la usura internacional,
la banca Morgan, la crisis de Medio Oriente,
el endeudamiento externo, la misión del F.M.I. llega mañana
y me volví a la pieza
a escuchar a
Beethoven.
¿Te gustan estas palabras?
Usan camisas Dior, corbatas al tono
palabras adecuadas
elegidas cuidadosamente para decirte
que no hay más trabajo
pero ha sido un placer
conocerlo
sus datos quedan en la empresa
lo llamaremos
¿te gustan estas palabras?
entonces, mejor hacé una cosa
tirá estas hojas a la basura
ponéte en la cola de empleos
cuando te llamen sonreíles mucho
les agradarás
te dirán el puesto es suyoelegirás las palabras
para decirme
no hay más trabajo.
Un poeta
Si me preguntás
qué es un poeta sinceramente no sé la respuesta
pero quiero hacer un esfuerzo
decirte algo, aunque sea incompleto
y aparece un lugar, una pradera
en la pradera una casa y un molino
en la casa un viejo con ropa destrozada
libros tirados, perros que ladran
canillas que gotean, ventanas rotas
tapadas con cartón
unas hojas sobre el piso
el sillón que más me gusta
ahí estoy sentado
mirándote
preguntándome qué hice con mi vida.
El blues de los pájaros
Sobre el río flotaba el piano
y sobre el piano, sin los rostros
dos personas cruzadas de piernas
hablaban en voz baja.
La charla giraba en torno a un poeta chino
que leía sus textos a los pájaros
si ellos no volaban
el poema era posible
atrás, el piano
ardía
sin extenderse al resto.
Últimamente
recuerdo este sueño
esos detalles
y a ese extraño poeta chino.
Ahora sé quienes son ellos,
sus rostros aparecen sobre el piano
sin los cuerpos, mientras los pájaros tocan
blues
y yo estoy quieto, extasiado
sin poder volar.
XVII
Un minúsculo trozo
de paisaje
llama mi atención
me acerco
a la pintura
montañas
bosques
arroyos
rocas
hombres
flores
eternamente inmóviles
me dicen
que entre en el.
Cuando las cosas se ponen
difíciles
vengo hasta el museo
y
entro al cuadro.
Elijo ser una piedra
cercana
al río.
Andrés Bohoslavsky – Desde algún lugar del Mar del Norte
*********************************************************
Haciendo girar su caballo sobre un cuero de vaca sin pisar tierra, probaban nuestros gauchos su profundo dominio sobre él. Así en la estrechez más angustiosa se prueba el dominio sobre nosotros mismos: en saber darnos vuelta sin perder pie.Luis Franco
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La dueña de la pensión
dejó un papel que decía
a partir de Febrero
las piezas a 180.
No hubo revolución
no flamearon banderas socialistas
no hubo barricadas
ni Mayo Francés ni panfletos
que llamaran al alzamiento
ni pintadas anarquistas
ni puños en alto
ni banderas del Che
ni de Sandino, ni de Lenin, ni de Trosky
encima Ho Chi Min me miraba callado desde el póster.
Tal vez en un rato venga el ejército Rojo
a darme una mano
solo una cuestión de tiempo.
Esperé tres días
al cuarto pensé en asesinarla
y en las complicaciones para mi familia
salir en los diarios
los comentarios del barrio
las voces que murmuran
ahí van los hijos del asesino
entonces le pagué
le dije que la entendía
la devaluación, el libre-mercado, la usura internacional,
la banca Morgan, la crisis de Medio Oriente,
el endeudamiento externo, la misión del F.M.I. llega mañana
y me volví a la pieza
a escuchar a
Beethoven.
¿Te gustan estas palabras?
Usan camisas Dior, corbatas al tono
palabras adecuadas
elegidas cuidadosamente para decirte
que no hay más trabajo
pero ha sido un placer
conocerlo
sus datos quedan en la empresa
lo llamaremos
¿te gustan estas palabras?
entonces, mejor hacé una cosa
tirá estas hojas a la basura
ponéte en la cola de empleos
cuando te llamen sonreíles mucho
les agradarás
te dirán el puesto es suyoelegirás las palabras
para decirme
no hay más trabajo.
Un poeta
Si me preguntás
qué es un poeta sinceramente no sé la respuesta
pero quiero hacer un esfuerzo
decirte algo, aunque sea incompleto
y aparece un lugar, una pradera
en la pradera una casa y un molino
en la casa un viejo con ropa destrozada
libros tirados, perros que ladran
canillas que gotean, ventanas rotas
tapadas con cartón
unas hojas sobre el piso
el sillón que más me gusta
ahí estoy sentado
mirándote
preguntándome qué hice con mi vida.
El blues de los pájaros
Sobre el río flotaba el piano
y sobre el piano, sin los rostros
dos personas cruzadas de piernas
hablaban en voz baja.
La charla giraba en torno a un poeta chino
que leía sus textos a los pájaros
si ellos no volaban
el poema era posible
atrás, el piano
ardía
sin extenderse al resto.
Últimamente
recuerdo este sueño
esos detalles
y a ese extraño poeta chino.
Ahora sé quienes son ellos,
sus rostros aparecen sobre el piano
sin los cuerpos, mientras los pájaros tocan
blues
y yo estoy quieto, extasiado
sin poder volar.
XVII
Un minúsculo trozo
de paisaje
llama mi atención
me acerco
a la pintura
montañas
bosques
arroyos
rocas
hombres
flores
eternamente inmóviles
me dicen
que entre en el.
Cuando las cosas se ponen
difíciles
vengo hasta el museo
y
entro al cuadro.
Elijo ser una piedra
cercana
al río.
Andrés Bohoslavsky – Desde algún lugar del Mar del Norte
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Haciendo girar su caballo sobre un cuero de vaca sin pisar tierra, probaban nuestros gauchos su profundo dominio sobre él. Así en la estrechez más angustiosa se prueba el dominio sobre nosotros mismos: en saber darnos vuelta sin perder pie.Luis Franco
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Rodrigo Morales
El muelle
Esa noche nos quedamos solos en el muelle, frente a la inmensidad del mar. Yo no te prestaba atención. Únicamente me interesaba la botella de tequila en mi mano, aunque cada trago me dejara más indefenso ante el peligro inmerso en tu cuerpo. Pronto te enamoraste del cielo estrellado, al extremo de empezar a bailar para la luna llena, siguiendo dócilmente el ritmo de una música inexistente. Con miedo, con los ojos húmedos y desolados, me dejé atrapar por la hermosura carnívora de tus piernas, por la sensación de estar respirando la palabra lujuria. Continuaste bailando descalza sobre la madera, torturándome con tus movimientos, como un tridente que se clavara en mí y se retorciera. Después te aproximaste, hundiste tus dedos entre mis hombros y mi camisa, y te aparté con una desesperación de ahogado. Ambos sabíamos que nunca serías mía aunque me lo pidieras. Me aferré a la botella como si fuera la última tabla de salvación de un naufragio de proporciones épicas. Traté de huir del insoportable contacto con tus piernas, ese manjar tan agridulce y tan irremediablemente ajeno a mí. Pero finalmente cedí, desvaneciéndome en un manantial de lágrimas huérfanas. Entonces te conmoviste y balbuceaste un perdón, abrazando mi cuello y susurrando incoherencias tiernas en mi oído. Asentaste tus caderas sobre mis muslos cercenados, haciendo que la silla de ruedas se estremeciera con tu peso sumado al mío. Nos fuimos dejando enredar por un espejismo deliciosamente nocivo, que paulatinamente nos cegaba y embrutecía. A uno de los dos, no puedo precisar a cuál, se le escapó un golpe que el otro contestó con una caricia. Levanté la botella sobre tu cabeza y derramé lentamente el tequila en tu pelo, tus hombros y tus pechos. Con ansiedad y desesperación, bebí los hilos del líquido que corría por tu piel. Luego arrojé la botella a un costado y escuché la bebida volcándose sobre la madera, mientras comprendía que esa pérdida no era lo peor de aquella noche. Lo peor eran tus piernas, lejanas e imposibles aunque las estaba tocando. No tuve más remedio que tragarme el llanto, oír tus declaraciones de amor eterno a la luna, escucharte jurar que eras feliz. Ojalá hubiera podido decir lo mismo, pero el muelle y el mar me hicieron sentir patético, me provocaron unos gruñidos agónicos que no te dieron miedo. Antes de deshacerme en una sucesión de jadeos rabiosos, le rogué a Dios que de una vez por todas me arrancara de este mundo. Y estrujando tus cabellos pegajosos por la bebida, te miré a los ojos antes de provocarte un grito de dolor.
Rodrigo Morales (1980) – Catamarca
*********************************************************
Seamos realistas, pidamos lo imposible.
Mayo del '68, París
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Esa noche nos quedamos solos en el muelle, frente a la inmensidad del mar. Yo no te prestaba atención. Únicamente me interesaba la botella de tequila en mi mano, aunque cada trago me dejara más indefenso ante el peligro inmerso en tu cuerpo. Pronto te enamoraste del cielo estrellado, al extremo de empezar a bailar para la luna llena, siguiendo dócilmente el ritmo de una música inexistente. Con miedo, con los ojos húmedos y desolados, me dejé atrapar por la hermosura carnívora de tus piernas, por la sensación de estar respirando la palabra lujuria. Continuaste bailando descalza sobre la madera, torturándome con tus movimientos, como un tridente que se clavara en mí y se retorciera. Después te aproximaste, hundiste tus dedos entre mis hombros y mi camisa, y te aparté con una desesperación de ahogado. Ambos sabíamos que nunca serías mía aunque me lo pidieras. Me aferré a la botella como si fuera la última tabla de salvación de un naufragio de proporciones épicas. Traté de huir del insoportable contacto con tus piernas, ese manjar tan agridulce y tan irremediablemente ajeno a mí. Pero finalmente cedí, desvaneciéndome en un manantial de lágrimas huérfanas. Entonces te conmoviste y balbuceaste un perdón, abrazando mi cuello y susurrando incoherencias tiernas en mi oído. Asentaste tus caderas sobre mis muslos cercenados, haciendo que la silla de ruedas se estremeciera con tu peso sumado al mío. Nos fuimos dejando enredar por un espejismo deliciosamente nocivo, que paulatinamente nos cegaba y embrutecía. A uno de los dos, no puedo precisar a cuál, se le escapó un golpe que el otro contestó con una caricia. Levanté la botella sobre tu cabeza y derramé lentamente el tequila en tu pelo, tus hombros y tus pechos. Con ansiedad y desesperación, bebí los hilos del líquido que corría por tu piel. Luego arrojé la botella a un costado y escuché la bebida volcándose sobre la madera, mientras comprendía que esa pérdida no era lo peor de aquella noche. Lo peor eran tus piernas, lejanas e imposibles aunque las estaba tocando. No tuve más remedio que tragarme el llanto, oír tus declaraciones de amor eterno a la luna, escucharte jurar que eras feliz. Ojalá hubiera podido decir lo mismo, pero el muelle y el mar me hicieron sentir patético, me provocaron unos gruñidos agónicos que no te dieron miedo. Antes de deshacerme en una sucesión de jadeos rabiosos, le rogué a Dios que de una vez por todas me arrancara de este mundo. Y estrujando tus cabellos pegajosos por la bebida, te miré a los ojos antes de provocarte un grito de dolor.
Rodrigo Morales (1980) – Catamarca
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Seamos realistas, pidamos lo imposible.
Mayo del '68, París
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Myriam Leal
Ángeles perdidos
Alguien perdió sus ángeles
Los olvidó
en el asiento trasero de la pick-up
Desde entonces ellos fuman habanos
juegan póker todo el tiempo
y abusan de la cerveza
En las noches
por allí anda
alguien desangelado
con un manojo de plumas en el bolsillo
y estos chicos -a los que
ya les está creciendo la barba-
quieren redimirse
Volver a casa
I
Hay un ángel enfermo
sentado sobre el borde de mi cama
compungido
pide perdón por otra noche en vela
mientras bebe su boldo
gesticulando náuseas inminentes
En ocasiones le ha pasado
amanecer su borrachera
con un ala enganchada
en los cables de video
Me ofrezco a acompañarlo
a alcohólicos anónimos
mas él miente “mañana”
cara de rala cosecha
Ambos sabemos
No podrá con su genio
..y otra vez
cuando me crea dormida
saldrá de ronda
II
Hay ángeles para todo
Están los que cuidan niños
los protege ancianos
los que hacen horas extras
cuando les tocan ebrios
Pero éste no encontró trabajo
Usa rasta
y su túnica es verde manzana
Él confía en la publicidad
reparte tarjetas
asegurando que el márketing
todo lo puede
en una de sus alas se puede leer:
“joven para todo servicio”
y en la otra su e-mail
En verdad
ya no sé qué hacer con él
Mi madre
cree
que son míos
esos porros que aparecen por ahí
V
-Sos un ángel- le dicen ellas
El niega con la cabeza
y camina laxo
mirando a sus chicas
les sonríe
las acaricia
en tanto ellas recatadas
le entregan lo recaudado
al final de la noche
A los ángeles
no les gusta
ni el póker ni los habanos -
se justifica
mientras acaricio los rulos
enredados en su aureola
VI
Él vende estampas
en las escalinatas de la catedral
invisible desierto el de su mano
aguarda el goteo
……………monedas y monedas
de aquellos que allí adentro
golpean sus pechos perfumados
mea culpa, mea culpa, mi grandísima culpa
y espían el segundero
ansiando encender el celular
Él guarda en sus alas los centavos
tras la cortina del vacío pedestal
Esta noche
en los arcos dorados
tendrá su cajita feliz
Myriam Leal - San Miguel de Tucumán
http://letrarte2006.blogspot.com
*********************************************************
Para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer?
Bertrand Russell
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Alguien perdió sus ángeles
Los olvidó
en el asiento trasero de la pick-up
Desde entonces ellos fuman habanos
juegan póker todo el tiempo
y abusan de la cerveza
En las noches
por allí anda
alguien desangelado
con un manojo de plumas en el bolsillo
y estos chicos -a los que
ya les está creciendo la barba-
quieren redimirse
Volver a casa
I
Hay un ángel enfermo
sentado sobre el borde de mi cama
compungido
pide perdón por otra noche en vela
mientras bebe su boldo
gesticulando náuseas inminentes
En ocasiones le ha pasado
amanecer su borrachera
con un ala enganchada
en los cables de video
Me ofrezco a acompañarlo
a alcohólicos anónimos
mas él miente “mañana”
cara de rala cosecha
Ambos sabemos
No podrá con su genio
..y otra vez
cuando me crea dormida
saldrá de ronda
II
Hay ángeles para todo
Están los que cuidan niños
los protege ancianos
los que hacen horas extras
cuando les tocan ebrios
Pero éste no encontró trabajo
Usa rasta
y su túnica es verde manzana
Él confía en la publicidad
reparte tarjetas
asegurando que el márketing
todo lo puede
en una de sus alas se puede leer:
“joven para todo servicio”
y en la otra su e-mail
En verdad
ya no sé qué hacer con él
Mi madre
cree
que son míos
esos porros que aparecen por ahí
V
-Sos un ángel- le dicen ellas
El niega con la cabeza
y camina laxo
mirando a sus chicas
les sonríe
las acaricia
en tanto ellas recatadas
le entregan lo recaudado
al final de la noche
A los ángeles
no les gusta
ni el póker ni los habanos -
se justifica
mientras acaricio los rulos
enredados en su aureola
VI
Él vende estampas
en las escalinatas de la catedral
invisible desierto el de su mano
aguarda el goteo
……………monedas y monedas
de aquellos que allí adentro
golpean sus pechos perfumados
mea culpa, mea culpa, mi grandísima culpa
y espían el segundero
ansiando encender el celular
Él guarda en sus alas los centavos
tras la cortina del vacío pedestal
Esta noche
en los arcos dorados
tendrá su cajita feliz
Myriam Leal - San Miguel de Tucumán
http://letrarte2006.blogspot.com
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Para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer?
Bertrand Russell
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Andrés Aldao
Olga, Galleguita...
........................'…durante una fracción de segundo su cabeza
...........................................alcanzó la dulce ingravidez, giró
...........................lentamente y sus ojos recogieron por última
..................................vez la engañosa luz de las estrellas, la
.............................................última promesa loca de la vida'
............Juan Marsé - La oscura historia de la prima Montsé
Y aunque no te conmovían los tangos,
tu cara fresca me conmovía a mí… y eso me bastaba.
Cometiste el pecado de ser Olga, la Galleguita,
y tu frescura caía sobre mis sueños empapándolos de ilusiones.
Te decía con lasciva angustia que tu pubis
era como un cuadro del renacimiento; y que tus piernas,
pálidas y largas, eran una llamada de amor indio.
Vos con disgusto me crucificabas:
Andá a joder a otras con esas comparaciones tontas,
y al decirlo recogías tu cabello revuelto por la brisa.
Meneabas ese garbo traído de las muñeiras de Galicia,
donde tus viejos se rompieron el lomo gallego.
Y yo disfrutaba tu pantalón ajustado…
Eras un ángel distraído que llegaste a la calle de baldosas sueltas,
quebradas a tu paso taconeado,
en la que gorriones incestuosos se columpiaban
entre esos paraísos que se llevó el tiempo,
arrugados…exhaustos por inviernos tétricos−lúgubres.
Tengo en la retina tus ojos color difuso−almendras,
parpadeando con esa candidez deliberada
que regocijaba mi corazón.
Eras como un fresco pintado sobre una pared de barrio
por un artista muerto de pena y amor…
Sos un adulador embustero, me decías,
sacudiéndome aquel dedo tan delgado, tan blanco
que yo llamaba aguja de colchonero.
Y entonces te hacías la rata yéndote por largos días,
tan largos y tan tristes me parecían,
que había decidido voltearme y dejarme morir.
Luego, siempre, volvías liada
entre un montón de sonámbulos
sacándome la lengua…
como relamiendo una costra de chocolate.
Reaparecías como un trasgo
envuelta en la niebla que trepaba del Riachuelo,
y yo suspirando, marmota imberbe
aplanado por una ristra de emociones virginales.
A veces te imaginaba taconeando
como una andaluza metida en esos timbos bochincheros,
mientras tus piernas largas y pálidas llamada de amor indio
se deslizaban entre las burbujas de la tardecita de fantasías y espejismos,
como para tomar el mate con rosquitas…
o una taza de café renegrido con bizcochitos de grasa.
Y a veces pensándote en la cama
arrullados los dos entre las sábanas,
los sexos buscándose con premura e inocencia
para gemir entre vaivenes agónicos e inermes de placer.
Veía a esos tipos desgarbados, Galleguita,
que con estulticia despareja te desnudaban sin bochorno
con miradas concupiscentes… húmedas de deseo.
Y me angustié el día en que
sentada en la fonda de la calle Río Bamba
susurraste: me voy ¿Que qué? que me voy,
y no pongas cara de cristo apuñaleado
o de Che Guevara sobre el mármol sucio y frío,
que me voy…
No supe de vos hasta que encontraron
tus piernas largas y pálidas llamada de amor indio,
tu cara fresca y el pubis, como un cuadro del renacimiento,
tumbados en ese basural del Docke,
la sangre marchita y negra,
como el alma del violador que punzó tu garganta,
tan suave, tan bella, tan Olga, Galleguita…
Tus ojos color difuso rociados por aquellos lagrimones
que resbalaban con pena, porque vos,
Olga, Galleguita,
fuiste con tus pájaros
a saltar de rama en rama
entre los paraísos de la barriada.
El fresco pintado sobre una pared de barrio
por un artista muerto de amor y pena,
yace atribulado entre velas de colores y lágrimas de yeso.
Ahora ya no te escucho, pucha,
decirme con aquella voz de sonsa:
Sos un adulador embustero,
sacudiéndome aquel dedo tan delgado, tan blanco
que llamaba, entonces, aguja de colchonero.
Y yo que quiero dejarme morir, Olga, Galleguita,
porque acuchillaron tu inocencia y a la mía la murieron ■
Andrés Aldao – Maalot, Israel
www.artesaniasargentina.co.il
www.escritosdeandresaldao.blogspot.com
*********************************************************
no sé si llorar como el día
o sonreír como la lluvia
Lucas Centurión
*********************************************************
........................'…durante una fracción de segundo su cabeza
...........................................alcanzó la dulce ingravidez, giró
...........................lentamente y sus ojos recogieron por última
..................................vez la engañosa luz de las estrellas, la
.............................................última promesa loca de la vida'
............Juan Marsé - La oscura historia de la prima Montsé
Y aunque no te conmovían los tangos,
tu cara fresca me conmovía a mí… y eso me bastaba.
Cometiste el pecado de ser Olga, la Galleguita,
y tu frescura caía sobre mis sueños empapándolos de ilusiones.
Te decía con lasciva angustia que tu pubis
era como un cuadro del renacimiento; y que tus piernas,
pálidas y largas, eran una llamada de amor indio.
Vos con disgusto me crucificabas:
Andá a joder a otras con esas comparaciones tontas,
y al decirlo recogías tu cabello revuelto por la brisa.
Meneabas ese garbo traído de las muñeiras de Galicia,
donde tus viejos se rompieron el lomo gallego.
Y yo disfrutaba tu pantalón ajustado…
Eras un ángel distraído que llegaste a la calle de baldosas sueltas,
quebradas a tu paso taconeado,
en la que gorriones incestuosos se columpiaban
entre esos paraísos que se llevó el tiempo,
arrugados…exhaustos por inviernos tétricos−lúgubres.
Tengo en la retina tus ojos color difuso−almendras,
parpadeando con esa candidez deliberada
que regocijaba mi corazón.
Eras como un fresco pintado sobre una pared de barrio
por un artista muerto de pena y amor…
Sos un adulador embustero, me decías,
sacudiéndome aquel dedo tan delgado, tan blanco
que yo llamaba aguja de colchonero.
Y entonces te hacías la rata yéndote por largos días,
tan largos y tan tristes me parecían,
que había decidido voltearme y dejarme morir.
Luego, siempre, volvías liada
entre un montón de sonámbulos
sacándome la lengua…
como relamiendo una costra de chocolate.
Reaparecías como un trasgo
envuelta en la niebla que trepaba del Riachuelo,
y yo suspirando, marmota imberbe
aplanado por una ristra de emociones virginales.
A veces te imaginaba taconeando
como una andaluza metida en esos timbos bochincheros,
mientras tus piernas largas y pálidas llamada de amor indio
se deslizaban entre las burbujas de la tardecita de fantasías y espejismos,
como para tomar el mate con rosquitas…
o una taza de café renegrido con bizcochitos de grasa.
Y a veces pensándote en la cama
arrullados los dos entre las sábanas,
los sexos buscándose con premura e inocencia
para gemir entre vaivenes agónicos e inermes de placer.
Veía a esos tipos desgarbados, Galleguita,
que con estulticia despareja te desnudaban sin bochorno
con miradas concupiscentes… húmedas de deseo.
Y me angustié el día en que
sentada en la fonda de la calle Río Bamba
susurraste: me voy ¿Que qué? que me voy,
y no pongas cara de cristo apuñaleado
o de Che Guevara sobre el mármol sucio y frío,
que me voy…
No supe de vos hasta que encontraron
tus piernas largas y pálidas llamada de amor indio,
tu cara fresca y el pubis, como un cuadro del renacimiento,
tumbados en ese basural del Docke,
la sangre marchita y negra,
como el alma del violador que punzó tu garganta,
tan suave, tan bella, tan Olga, Galleguita…
Tus ojos color difuso rociados por aquellos lagrimones
que resbalaban con pena, porque vos,
Olga, Galleguita,
fuiste con tus pájaros
a saltar de rama en rama
entre los paraísos de la barriada.
El fresco pintado sobre una pared de barrio
por un artista muerto de amor y pena,
yace atribulado entre velas de colores y lágrimas de yeso.
Ahora ya no te escucho, pucha,
decirme con aquella voz de sonsa:
Sos un adulador embustero,
sacudiéndome aquel dedo tan delgado, tan blanco
que llamaba, entonces, aguja de colchonero.
Y yo que quiero dejarme morir, Olga, Galleguita,
porque acuchillaron tu inocencia y a la mía la murieron ■
Andrés Aldao – Maalot, Israel
www.artesaniasargentina.co.il
www.escritosdeandresaldao.blogspot.com
*********************************************************
no sé si llorar como el día
o sonreír como la lluvia
Lucas Centurión
*********************************************************
Gabriel Impaglione
Sobre mis influencias
I
El hombre que vi con la fuga rota bajo metralla
en medio de una calle donde colgaban
raídas las guirnaldas de un antiguo pan.
El hombre repetido como eco en la injusticia
bajo explotación a mansalva,
bajo metal de dictadura,
cercado por la hipocresía,
inválido de balaceras de imposible.
El hombre que vi raspado de exilios,
destruido por máquinas destruidas,
mordido por la prensa ramera.
El hombre en medio de los hombres
ahogado en abismos de tiempo,
lleno de plomo imperial,
vendido por todos los traidores.
El hombre alzado todavía
voz en puño
lucha en boca
capaz de ternura de rosa en pecho
invencible en la síntesis del sueño.
Y el amor, ay amor, en el centro de las horas
como un niño que reclama mis brazos.
II
Una foto de Chaplin donde ríen mis hijos
y el silencio
con el que a veces me miras.
III
La ternura
esa sustancia
imperturbable
de mis amigos.
IV
Cualquier hora frente al mar
donde la vasta red del silencio
le roba relámpagos a las palabras
y el rumor de quillas y cubiertas
traza singladuras,
surcos de luz donde nacen los pájaros.
V
Y el airefuegotierraaguamor que tú eres
besorefugio, licor de crepúsculo y gota
encendida de música en las manos.
VI
Y la música en las manos
es decir
la música
VII
Y las manos
es decir
la voluntad de los oficios terrestres.
Te miro
En cada casa del día te miro
como si fueras todas las ventanas,
uno por uno los llamados de la geografía.
Te miro entre naves blancas
que vierten el algodón de su sombra
en el mar callado
hondamente quieto en el rumor
del viento que inventa recónditos
pasajes de guitarras, te miro.
Te miro en las vertientes de plata fugitiva
que dibujan en las faldas de la piedra
nervaduras esmeralda.
En la razón del humus y la gota
y la terca utopía de la raíz, te miro,
en la constelación de las sustancias
y la maravilla del vino en su luna precisa.
Por las crepitaciones del pan,
en la mesa servida, te miro
embarcado en la claridad de tu cuerpo
en el mío, y en mis manos
te miro, en la vastedad de tu boca
en cada relámpago de la noche en calma
donde habitan los labios que se anidan,
en el pequeño país de los besos, te miro.
Te privesc (Te miro)
Traducido al rumano por Marilena Rodica Chiretu
In fiecare casa a zilei te privesc
ca si cum ai fi toate ferestrele,
una cate una pentru chemarile geografiei.
Te privesc printre nave albe
care intind panza umbrei lor
in marea cuminte
profund linistita in rumoarea
vantului care inventeaza secrete
peisaje de chitara, te privesc.
Te privesc in gurile de argint fugitiv
care deseneaza in formele pietrei
nervuri de smarald.
In ratiunea pamantului si in picatura
si in tenacea utopie a radacinii, te privesc,
in constelatia substantelor
si minunea vinului in luna sa precisa.
Pentru crapatura painii
pe masa servita, te privesc
imbarcat in lumina corpului tau
in al meu, si in mainile mele
te privesc, in vastitatea gurii tale
in fiecare scanteie a noptii linistite
in care salasuiesc buzele ce se cuibaresc
in mica tara a saruturilor, te privesc.
De las orillas de la mañana
vienen los pájaros.
Del nácar que olvidaron
los astros en su fuga.
Nacen en las simples gotas de luz
y se multiplican
para darnos alas
alzarnos la mirada
para hacer de la contemplación
un arma pura.
Las palabras
que ocuparon la tierra cuando nada había
vinieron por el silencio.
Los gestos se llenaron de campanas,
la foresta, la llanura, cada cima
multiplicó los ecos del nombre de las cosas.
La profundidad del pan y las mareas
fue revelada
y entonces el canto distribuyó horizontes,
nuevas explicaciones
para fundar el mundo.
Campesino
El hombre decide su rumbo en la semilla
se vuelca en los muslos de la tierra
va hacia una profundidad de savia
con el sudor a manos llenas
De Explicaciones con mar y otros elementos, Editado por UniService, Trento, Italia - 2007. Edición Bilingüe.
Gabriel Impaglione – Sardegna, Italia.
http://isla_negra.zoomblog.com/
*********************************************************
Me atreveré a todo lo que pueda hacer un hombre. Quien se atreva a más es insensato.
William Shakespeare
*********************************************************
I
El hombre que vi con la fuga rota bajo metralla
en medio de una calle donde colgaban
raídas las guirnaldas de un antiguo pan.
El hombre repetido como eco en la injusticia
bajo explotación a mansalva,
bajo metal de dictadura,
cercado por la hipocresía,
inválido de balaceras de imposible.
El hombre que vi raspado de exilios,
destruido por máquinas destruidas,
mordido por la prensa ramera.
El hombre en medio de los hombres
ahogado en abismos de tiempo,
lleno de plomo imperial,
vendido por todos los traidores.
El hombre alzado todavía
voz en puño
lucha en boca
capaz de ternura de rosa en pecho
invencible en la síntesis del sueño.
Y el amor, ay amor, en el centro de las horas
como un niño que reclama mis brazos.
II
Una foto de Chaplin donde ríen mis hijos
y el silencio
con el que a veces me miras.
III
La ternura
esa sustancia
imperturbable
de mis amigos.
IV
Cualquier hora frente al mar
donde la vasta red del silencio
le roba relámpagos a las palabras
y el rumor de quillas y cubiertas
traza singladuras,
surcos de luz donde nacen los pájaros.
V
Y el airefuegotierraaguamor que tú eres
besorefugio, licor de crepúsculo y gota
encendida de música en las manos.
VI
Y la música en las manos
es decir
la música
VII
Y las manos
es decir
la voluntad de los oficios terrestres.
Te miro
En cada casa del día te miro
como si fueras todas las ventanas,
uno por uno los llamados de la geografía.
Te miro entre naves blancas
que vierten el algodón de su sombra
en el mar callado
hondamente quieto en el rumor
del viento que inventa recónditos
pasajes de guitarras, te miro.
Te miro en las vertientes de plata fugitiva
que dibujan en las faldas de la piedra
nervaduras esmeralda.
En la razón del humus y la gota
y la terca utopía de la raíz, te miro,
en la constelación de las sustancias
y la maravilla del vino en su luna precisa.
Por las crepitaciones del pan,
en la mesa servida, te miro
embarcado en la claridad de tu cuerpo
en el mío, y en mis manos
te miro, en la vastedad de tu boca
en cada relámpago de la noche en calma
donde habitan los labios que se anidan,
en el pequeño país de los besos, te miro.
Te privesc (Te miro)
Traducido al rumano por Marilena Rodica Chiretu
In fiecare casa a zilei te privesc
ca si cum ai fi toate ferestrele,
una cate una pentru chemarile geografiei.
Te privesc printre nave albe
care intind panza umbrei lor
in marea cuminte
profund linistita in rumoarea
vantului care inventeaza secrete
peisaje de chitara, te privesc.
Te privesc in gurile de argint fugitiv
care deseneaza in formele pietrei
nervuri de smarald.
In ratiunea pamantului si in picatura
si in tenacea utopie a radacinii, te privesc,
in constelatia substantelor
si minunea vinului in luna sa precisa.
Pentru crapatura painii
pe masa servita, te privesc
imbarcat in lumina corpului tau
in al meu, si in mainile mele
te privesc, in vastitatea gurii tale
in fiecare scanteie a noptii linistite
in care salasuiesc buzele ce se cuibaresc
in mica tara a saruturilor, te privesc.
De las orillas de la mañana
vienen los pájaros.
Del nácar que olvidaron
los astros en su fuga.
Nacen en las simples gotas de luz
y se multiplican
para darnos alas
alzarnos la mirada
para hacer de la contemplación
un arma pura.
Las palabras
que ocuparon la tierra cuando nada había
vinieron por el silencio.
Los gestos se llenaron de campanas,
la foresta, la llanura, cada cima
multiplicó los ecos del nombre de las cosas.
La profundidad del pan y las mareas
fue revelada
y entonces el canto distribuyó horizontes,
nuevas explicaciones
para fundar el mundo.
Campesino
El hombre decide su rumbo en la semilla
se vuelca en los muslos de la tierra
va hacia una profundidad de savia
con el sudor a manos llenas
De Explicaciones con mar y otros elementos, Editado por UniService, Trento, Italia - 2007. Edición Bilingüe.
Gabriel Impaglione – Sardegna, Italia.
http://isla_negra.zoomblog.com/
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Me atreveré a todo lo que pueda hacer un hombre. Quien se atreva a más es insensato.
William Shakespeare
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Rogelio Ramos Signes
Fugacidad eterna
……………………………………………"Nuestros muertos no están muertos,
……………………………………..…… sólo regresan a los sueños"
……………………………………………(Reynaldo H. Uribe)
En este poema mi padre está vivo
………………(como en los sueños),
poda sus plantas,
limpia de hojas el diminuto jardín,
habla de fértiles valles en medio del desierto
y espera el encuentro del domingo
donde Independiente posiblemente gane.
En este poema mi padre lee con voracidad,
sin discurso que lo sustente, sin ideología.
Lee por el simple placer de la lectura,
alimento del alma
que sólo consumen algunos seres animados.
En este poema mi padre habla de maderas,
de la siempre misteriosa veta del roble,
del aroma del cedro
que perfuma los dientes de la sierra.
Es el olfato de un hombre
que goza de todos sus sentidos
el que habla por boca de mi padre.
………………Yo sólo soy un niño de siete años
que escucha y aprende.
En este poema
………………(al igual que en una fotografía)
mi padre es el tercero desde la izquierda,
el que sonríe como diciendo
"en algo hay que ocupar el tiempo".
Y en su tiempo está vivo.
En este poema
mi padre inicia un nuevo injerto
sobre la rama motora del ciruelo.
Tal vez por eso se lo ve inquieto,
anhelante, lleno de locas expectativas.
En este poema
mi padre vive eternamente.
Pero es el poema
………………(pequeño, mezquino, dubitativo)
el que no está a la altura de mis necesidades.
Es el poema
……………….(volátil, inexacto, cobarde)
el que no logra que este instante sea eterno.
Tomado de la revista “Museo Salvaje”, Santa Rosa, La Pampa, Argentina, 2001
Tus sueños y vigilias
Yo no quiero escribir
una carta de amor
a una mujer ya muerta.
………Yo quiero aforar tu caudal,
………ascender en la contracorriente
………de tus benditos líquidos.
Yo no quiero
una literatura de pesadillas.
………Yo quiero una situación carnal
………(como una fundación)
………con poste enhiesto
………y rollo de justicia
………ingresando en esos mares,
………en esos desiertos
………(ingresando)
………en esas grietas del paisaje.
Yo no quiero los restos de un naufragio
sobre mi mesa de noche.
Yo no quiero el remanso
de ajenos vendavales.
………Yo quiero ser vendaval
………sin pensar en remansos.
Yo no quiero migajas
ni lástima a compartir
ni seguros contra incendios.
Yo no quiero llegar a una cena
cuando otros ya repiten su postre.
Yo no quiero ser el historiador
de tus cicatrices.
Yo quiero ser el recuerdo de esas huellas
no el escriba que diserte
sobre su condición de rúbrica.
………Tus sueños y vigilias quiero ser.
………Nada más que tu vida
en lo posible.
Inédito
En el antiguo lavadero
La ropa que usaba la señorita
días antes de la guerra
no se veía igual que la ropa que usaba
después de la guerra. Y era la misma.
Yo la hundí en la pileta del lavadero.
Yo la cubrí con jabones perfumados.
Yo la hice girar en el agua
que soltaba su vapor de suspiros hacia el techo.
Yo logré ahogarla de cuidados y de amor,
a la señorita. No a la ropa.
Del libro “Tucumán: Huit poètes argentins”, edición bilingüe español-francés, libro y CD, Abra Pampa Editions, París, Francia, 2006
Rogelio Ramos Signes – San Miguel de Tucumán
*********************************************************
Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.
Antonio Machado
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……………………………………………"Nuestros muertos no están muertos,
……………………………………..…… sólo regresan a los sueños"
……………………………………………(Reynaldo H. Uribe)
En este poema mi padre está vivo
………………(como en los sueños),
poda sus plantas,
limpia de hojas el diminuto jardín,
habla de fértiles valles en medio del desierto
y espera el encuentro del domingo
donde Independiente posiblemente gane.
En este poema mi padre lee con voracidad,
sin discurso que lo sustente, sin ideología.
Lee por el simple placer de la lectura,
alimento del alma
que sólo consumen algunos seres animados.
En este poema mi padre habla de maderas,
de la siempre misteriosa veta del roble,
del aroma del cedro
que perfuma los dientes de la sierra.
Es el olfato de un hombre
que goza de todos sus sentidos
el que habla por boca de mi padre.
………………Yo sólo soy un niño de siete años
que escucha y aprende.
En este poema
………………(al igual que en una fotografía)
mi padre es el tercero desde la izquierda,
el que sonríe como diciendo
"en algo hay que ocupar el tiempo".
Y en su tiempo está vivo.
En este poema
mi padre inicia un nuevo injerto
sobre la rama motora del ciruelo.
Tal vez por eso se lo ve inquieto,
anhelante, lleno de locas expectativas.
En este poema
mi padre vive eternamente.
Pero es el poema
………………(pequeño, mezquino, dubitativo)
el que no está a la altura de mis necesidades.
Es el poema
……………….(volátil, inexacto, cobarde)
el que no logra que este instante sea eterno.
Tomado de la revista “Museo Salvaje”, Santa Rosa, La Pampa, Argentina, 2001
Tus sueños y vigilias
Yo no quiero escribir
una carta de amor
a una mujer ya muerta.
………Yo quiero aforar tu caudal,
………ascender en la contracorriente
………de tus benditos líquidos.
Yo no quiero
una literatura de pesadillas.
………Yo quiero una situación carnal
………(como una fundación)
………con poste enhiesto
………y rollo de justicia
………ingresando en esos mares,
………en esos desiertos
………(ingresando)
………en esas grietas del paisaje.
Yo no quiero los restos de un naufragio
sobre mi mesa de noche.
Yo no quiero el remanso
de ajenos vendavales.
………Yo quiero ser vendaval
………sin pensar en remansos.
Yo no quiero migajas
ni lástima a compartir
ni seguros contra incendios.
Yo no quiero llegar a una cena
cuando otros ya repiten su postre.
Yo no quiero ser el historiador
de tus cicatrices.
Yo quiero ser el recuerdo de esas huellas
no el escriba que diserte
sobre su condición de rúbrica.
………Tus sueños y vigilias quiero ser.
………Nada más que tu vida
en lo posible.
Inédito
En el antiguo lavadero
La ropa que usaba la señorita
días antes de la guerra
no se veía igual que la ropa que usaba
después de la guerra. Y era la misma.
Yo la hundí en la pileta del lavadero.
Yo la cubrí con jabones perfumados.
Yo la hice girar en el agua
que soltaba su vapor de suspiros hacia el techo.
Yo logré ahogarla de cuidados y de amor,
a la señorita. No a la ropa.
Del libro “Tucumán: Huit poètes argentins”, edición bilingüe español-francés, libro y CD, Abra Pampa Editions, París, Francia, 2006
Rogelio Ramos Signes – San Miguel de Tucumán
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Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.
Antonio Machado
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Enid Pereda Girón
El cuarto vacío
………………………………………………………………“El futuro está hecho del pasado”
………………………………………………………………………………………...Anatole France
El tren subterráneo, de la línea A, se detuvo en la estación Piedras. Levanté la vista del libro que estaba leyendo y dejé vagar la mirada por el andén, desierto a esa hora de la tarde. De pronto, como atraídos por una extraña fuerza, mis ojos se detuvieron sobre una gran vidriera que simulaba ser, con sus cortinas recogidas, el ventanal de una alcoba matrimonial. En su interior se exhibía un juego de dormitorio estilo inglés. El lecho estaba cubierto con un cobertor del mismo color que las cortinas. Todo en él reunía belleza y elegancia. Sin saber porqué, me pregunté a quién podía pertenecer.
De pronto sentí que una rara emoción oprimía mi garganta mientras una nostálgica sensación de reconocimiento me embargaba. Poco a poco, todo se fue desdibujando de mi vista y ante mis ojos apareció una escena inesperada: acostada en el lecho había una mujer, extrañamente parecida a mí, que miraba con adoración a la pequeña criatura que reposaba a su lado. De pie, junto a la cama, un hombre las contemplaba con infinita ternura.
La brusca sacudida del tren, al arrancar, me devolvió a la realidad. Desconcertada me pregunté qué significaba esa escena familiar que parecía arrancada del pasado y que yo creí entrever, en el breve tiempo que el tren estuvo detenido en la estación.
Casi sin darme cuenta, repasé la historia de mi vida. Soy una mujer de treinta años, soltera, doctorada en filosofía, única hija de un matrimonio que, al recibirme en la medianía de sus vidas, me colmó de dedicación y cariño. Nada hay de secreto o extraño en mi pasado, no que yo sepa o recuerde.
Llegamos a Plaza de Mayo; a medida que subía por las escaleras, mis pensamientos se fueron centrando en los trámites que debía realizar.
Esa noche, durante la cena, comenté con mis padres el inexplicable suceso que viví esa tarde. El ruido que produjo, al caer sobre la mesa, el plato que sostenía mi madre, hizo que le preguntara sorprendida:
-¿Qué te sucede, mamá?
-Nada, hija, sin querer me quemé con el plato, por eso lo solté. Tranquilízate, no es nada.
La cena concluyó, en apariencia, similar a otras a las que estamos habituados, pero una indefinible sensación de inquietud quedó flotando en el aire.
Días más tarde, decidí bajarme en la estación Piedras y acercarme a mirar, nuevamente, los muebles que estaban en exhibición, en la vidriera que simulaba ser la ventana de una alcoba. Cuando me detuve ante ella, encontré un cuarto vacío y un cartel que decía: “J. J. Martínez, Anticuario”. Vidriera en preparación.
Mientras me alejaba por el andén sentí, íntimamente, que acababa de perder un pasaje de mi vida que desconocía, pero también supe que sería en vano que intentara recuperarlo.
Enid Pereda Girón – Buenos Aires
*********************************************************
Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo.
Frédéric Chopin
*********************************************************
………………………………………………………………“El futuro está hecho del pasado”
………………………………………………………………………………………...Anatole France
El tren subterráneo, de la línea A, se detuvo en la estación Piedras. Levanté la vista del libro que estaba leyendo y dejé vagar la mirada por el andén, desierto a esa hora de la tarde. De pronto, como atraídos por una extraña fuerza, mis ojos se detuvieron sobre una gran vidriera que simulaba ser, con sus cortinas recogidas, el ventanal de una alcoba matrimonial. En su interior se exhibía un juego de dormitorio estilo inglés. El lecho estaba cubierto con un cobertor del mismo color que las cortinas. Todo en él reunía belleza y elegancia. Sin saber porqué, me pregunté a quién podía pertenecer.
De pronto sentí que una rara emoción oprimía mi garganta mientras una nostálgica sensación de reconocimiento me embargaba. Poco a poco, todo se fue desdibujando de mi vista y ante mis ojos apareció una escena inesperada: acostada en el lecho había una mujer, extrañamente parecida a mí, que miraba con adoración a la pequeña criatura que reposaba a su lado. De pie, junto a la cama, un hombre las contemplaba con infinita ternura.
La brusca sacudida del tren, al arrancar, me devolvió a la realidad. Desconcertada me pregunté qué significaba esa escena familiar que parecía arrancada del pasado y que yo creí entrever, en el breve tiempo que el tren estuvo detenido en la estación.
Casi sin darme cuenta, repasé la historia de mi vida. Soy una mujer de treinta años, soltera, doctorada en filosofía, única hija de un matrimonio que, al recibirme en la medianía de sus vidas, me colmó de dedicación y cariño. Nada hay de secreto o extraño en mi pasado, no que yo sepa o recuerde.
Llegamos a Plaza de Mayo; a medida que subía por las escaleras, mis pensamientos se fueron centrando en los trámites que debía realizar.
Esa noche, durante la cena, comenté con mis padres el inexplicable suceso que viví esa tarde. El ruido que produjo, al caer sobre la mesa, el plato que sostenía mi madre, hizo que le preguntara sorprendida:
-¿Qué te sucede, mamá?
-Nada, hija, sin querer me quemé con el plato, por eso lo solté. Tranquilízate, no es nada.
La cena concluyó, en apariencia, similar a otras a las que estamos habituados, pero una indefinible sensación de inquietud quedó flotando en el aire.
Días más tarde, decidí bajarme en la estación Piedras y acercarme a mirar, nuevamente, los muebles que estaban en exhibición, en la vidriera que simulaba ser la ventana de una alcoba. Cuando me detuve ante ella, encontré un cuarto vacío y un cartel que decía: “J. J. Martínez, Anticuario”. Vidriera en preparación.
Mientras me alejaba por el andén sentí, íntimamente, que acababa de perder un pasaje de mi vida que desconocía, pero también supe que sería en vano que intentara recuperarlo.
Enid Pereda Girón – Buenos Aires
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Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que perturbará nuestro reposo.
Frédéric Chopin
*********************************************************
Robert Gurney
El hospital
Mi padre estaba
en el último piso
del hospital
de Luton y Dunstable.
Sufría
terriblemente.
Me susurró
que quería lanzarse
por la ventana.
Le pedí
que no lo hiciera
por si acaso
hubiera alguien abajo.
Creí ver una sonrisa
en sus labios.
Córdoba, España
(para una amiga en Córdoba, Argentina)
Hace 43 grados hoy.
La temperatura
está subiendo.
Hay incendios forestales
en el valle, más arriba.
Podés oír los aviones
y los helicópteros
continuamente.
Es la única manera
que tienen
para aproximarse a ellos.
Parece que el humo
se nos acerca.
Siento que me estoy asfixiando.
29 de Julio, 2007
Los encapuchados
Me encuentro dividido hoy
entre dos imágenes.
En una estoy esperando
en la parada del colectivo
al final del callejón
que llamamos la Bolera
en Old Bedford Road.
Siento la presencia a mi lado
de alguien que tiene
la cabeza cubierta
con un saco de los carboneros
parecido a los que usaban
en Abu Ghrail.
En la otra
detrás mío
estoy consciente
de una corriente de personas
que bajan la Bolera
cada una llevando
un saco de arpillera.
No dicen nada.
Me recuerdan a los monjes encapuchados
que andan sin piernas
y que, según dicen,
atraviesan los muros
de una casa muy antigua
cuyo fondo da a la catedral
de San Albano.
Sé qué quieren decir
pero no me atrevo a nombrarlo.
El Cello
Había pocas casas
entonces,
pocas pensiones
entre Barcelona y Tarragona.
Nos sentamos
en la duna
delante de la casa
de Pablo Casals.
Estaba cerrada,
vacía
y con rejas en las ventanas.
La música ausente
de un violoncelo
se mezclaba
en nuestras mentes
con el sonido de las olas
de un mar transparente.
Un guardia civil
con una ametralladora
le dijo a mi novia
que cubriera su bikini.
Un tren pasó
lleno de monjas
que se santiguaron.
El Cello
Traducido al catalán por Pere Bessó
Hi havia poques cases
llavors,
poques pensions
entre Barcelona i Tarragona.
Ens asseguérem
en la duna
davant de la casa
de Pau Casals.
Estava tancada,
buida
i amb reixes en les finestres.
La música absent
d’un violoncel
es barallava
en les nostres ments
amb el so de les ones
d’un mar transparent.
Un guàrdia civil
amb una metralladora
li digué a la meua núvia
que es cobrira el bikini.
Un tren passà
ple de monges
que se senyaren.
De El cuarto oscuro y otros poemas [La cambra fosca i d’altres poemes], inédito.
http://www.bublegum.net/perebesso/13341/CARA+Y+CELLO+DE+BOB+GURNEY+A+ORILLAS
Robert Gurney – St. Albans, Inglaterra
http://www.poeticas.com.ar/Directorio/Poetas_miembros/Robert_Gurney.html
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Si quieres construir un barco, no reúnas a la gente para recoger madera ni le asignes tareas y trabajo; más bien, enséñale a anhelar la eterna inmensidad del mar.
Saint Exupéry
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Mi padre estaba
en el último piso
del hospital
de Luton y Dunstable.
Sufría
terriblemente.
Me susurró
que quería lanzarse
por la ventana.
Le pedí
que no lo hiciera
por si acaso
hubiera alguien abajo.
Creí ver una sonrisa
en sus labios.
Córdoba, España
(para una amiga en Córdoba, Argentina)
Hace 43 grados hoy.
La temperatura
está subiendo.
Hay incendios forestales
en el valle, más arriba.
Podés oír los aviones
y los helicópteros
continuamente.
Es la única manera
que tienen
para aproximarse a ellos.
Parece que el humo
se nos acerca.
Siento que me estoy asfixiando.
29 de Julio, 2007
Los encapuchados
Me encuentro dividido hoy
entre dos imágenes.
En una estoy esperando
en la parada del colectivo
al final del callejón
que llamamos la Bolera
en Old Bedford Road.
Siento la presencia a mi lado
de alguien que tiene
la cabeza cubierta
con un saco de los carboneros
parecido a los que usaban
en Abu Ghrail.
En la otra
detrás mío
estoy consciente
de una corriente de personas
que bajan la Bolera
cada una llevando
un saco de arpillera.
No dicen nada.
Me recuerdan a los monjes encapuchados
que andan sin piernas
y que, según dicen,
atraviesan los muros
de una casa muy antigua
cuyo fondo da a la catedral
de San Albano.
Sé qué quieren decir
pero no me atrevo a nombrarlo.
El Cello
Había pocas casas
entonces,
pocas pensiones
entre Barcelona y Tarragona.
Nos sentamos
en la duna
delante de la casa
de Pablo Casals.
Estaba cerrada,
vacía
y con rejas en las ventanas.
La música ausente
de un violoncelo
se mezclaba
en nuestras mentes
con el sonido de las olas
de un mar transparente.
Un guardia civil
con una ametralladora
le dijo a mi novia
que cubriera su bikini.
Un tren pasó
lleno de monjas
que se santiguaron.
El Cello
Traducido al catalán por Pere Bessó
Hi havia poques cases
llavors,
poques pensions
entre Barcelona i Tarragona.
Ens asseguérem
en la duna
davant de la casa
de Pau Casals.
Estava tancada,
buida
i amb reixes en les finestres.
La música absent
d’un violoncel
es barallava
en les nostres ments
amb el so de les ones
d’un mar transparent.
Un guàrdia civil
amb una metralladora
li digué a la meua núvia
que es cobrira el bikini.
Un tren passà
ple de monges
que se senyaren.
De El cuarto oscuro y otros poemas [La cambra fosca i d’altres poemes], inédito.
http://www.bublegum.net/perebesso/13341/CARA+Y+CELLO+DE+BOB+GURNEY+A+ORILLAS
Robert Gurney – St. Albans, Inglaterra
http://www.poeticas.com.ar/Directorio/Poetas_miembros/Robert_Gurney.html
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Si quieres construir un barco, no reúnas a la gente para recoger madera ni le asignes tareas y trabajo; más bien, enséñale a anhelar la eterna inmensidad del mar.
Saint Exupéry
*********************************************************
Carlos Penelas
Trémolo de la sombra
………………………¿Qué se ha hecho de las almas grandes y tiernas?
………………………Nietszche
Mi padre buscaba amparo en la quietud,
en el arpegio de la melancolía.
Cuando cobijaba la rosa ardida de rubor
el corazón de mi padre soñaba con una aurora.
Y su voz reclamaba la penumbra del alma,
tan bella como el mar o la fragua.
Confiaba su mirar al bosque de su infancia,
al constelado cielo que invade los recuerdos,
a los libros de la noche y del hábito.
Y su empuje furioso de latidos y bueyes,
en palidez incierta.
Cuando la soledad se hizo vidente
mi padre asomaba cierto pudor.
Un día invocó el instinto, la luz furtiva de la nada.
Ahora, como un aire nonato me visita.
Regresa con su sombrero gris,
con sus ojos de océano, invisible.
Es un padre que cavila
la sobriedad, la ternura, el fervor de los nietos.
Su palabra vela desde las crines de la pampa.
Llega para invocar el pulso,
el hirsuto monte sobre el viento.
Lo saludo junto a un ciprés que recobra la tarde.
La resurrección es devoción y bruma
sobre los ejidos del exilio.
De El aire y la hierba (2004)
Ausencia
Preciso es que te bese dormida.
Que descienda la noche en el engaño.
Que hablemos del desván,
de mi pobreza, de mi fluvial nostalgia.
Dulce mía, es necesario amar
desde el silencio.
Y de súbito el miedo,
la oscuridad, el sueño inútil.
Y tu blusa ondulante
sobre la silla azul.
Los relojes
Recién ahora son visibles los relojes,
las flores azures de la fatalidad,
la demencia. La ferocidad del odio,
el abismo. Tarde descubrimos
lo absurdo del ensueño,
las cartas de amor, el abandono
de una alcoba alucinada.
Y la furtiva presencia del mar
en las estrellas.
De La muerte y la rosa (inédito)
Carlos Penelas – Buenos Aires
http://www.carlospenelas.8k.com/
*********************************************************
¡Qué grande es, pese a sus miserias y vergüenzas, la fortuna del hombre! Quizá tan profunda como la noche y tan espléndida como el día. Cuánto infinito oculto en su finito. Me atrevo a sospechar a veces que fue la envidia la que mató a los dioses.
Luis Franco
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………………………¿Qué se ha hecho de las almas grandes y tiernas?
………………………Nietszche
Mi padre buscaba amparo en la quietud,
en el arpegio de la melancolía.
Cuando cobijaba la rosa ardida de rubor
el corazón de mi padre soñaba con una aurora.
Y su voz reclamaba la penumbra del alma,
tan bella como el mar o la fragua.
Confiaba su mirar al bosque de su infancia,
al constelado cielo que invade los recuerdos,
a los libros de la noche y del hábito.
Y su empuje furioso de latidos y bueyes,
en palidez incierta.
Cuando la soledad se hizo vidente
mi padre asomaba cierto pudor.
Un día invocó el instinto, la luz furtiva de la nada.
Ahora, como un aire nonato me visita.
Regresa con su sombrero gris,
con sus ojos de océano, invisible.
Es un padre que cavila
la sobriedad, la ternura, el fervor de los nietos.
Su palabra vela desde las crines de la pampa.
Llega para invocar el pulso,
el hirsuto monte sobre el viento.
Lo saludo junto a un ciprés que recobra la tarde.
La resurrección es devoción y bruma
sobre los ejidos del exilio.
De El aire y la hierba (2004)
Ausencia
Preciso es que te bese dormida.
Que descienda la noche en el engaño.
Que hablemos del desván,
de mi pobreza, de mi fluvial nostalgia.
Dulce mía, es necesario amar
desde el silencio.
Y de súbito el miedo,
la oscuridad, el sueño inútil.
Y tu blusa ondulante
sobre la silla azul.
Los relojes
Recién ahora son visibles los relojes,
las flores azures de la fatalidad,
la demencia. La ferocidad del odio,
el abismo. Tarde descubrimos
lo absurdo del ensueño,
las cartas de amor, el abandono
de una alcoba alucinada.
Y la furtiva presencia del mar
en las estrellas.
De La muerte y la rosa (inédito)
Carlos Penelas – Buenos Aires
http://www.carlospenelas.8k.com/
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¡Qué grande es, pese a sus miserias y vergüenzas, la fortuna del hombre! Quizá tan profunda como la noche y tan espléndida como el día. Cuánto infinito oculto en su finito. Me atrevo a sospechar a veces que fue la envidia la que mató a los dioses.
Luis Franco
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Gustavo Vaca Narvaja
Pensamientos Mágicos
Tus párpados cerrados duermen sin tiempo/ impiden que imágenes de tus sueños/ se evadan/ Despierto a tu lado/ Quiero atraparlos/ y compartir fantasías de tus pensamientos mágicos/ Abrazando recuerdos/ Humanidad descubierta/ Desnuda/ Solo desnuda/ Te cubre un manto de ternura inagotable/ Tu piel ha hechizado/ un capullo suave/ fundiendo la noche y el día/ y el fulgurante deseo/ que apremia lunas/ Cuando duermes/ tu cabellera baña tu espalda/ dibujando aguijones/ Que horadan mi alma desatada/ y me llevas igual que tu sueño/ Hacia ti/ sin esperar que despiertes/ Has cubierto de luz/ esa sábana blanca/ Tu luna/ Mi luna/ Iluminan formas perfectas/ Cadera...de curvas suaves/ Hermosos muslos...estirados sin pecado/ Rutas del placer/ envuelta en tules/ Amor portentoso/ Sin saberlo/ Acaricias esa almohada/ escuchas secretos esparcidos/ Desgarra rutilantes intimidades/
…………………………………………Has convertido las palabras
………………………………….En una barca / que transporta amor
………………………………….…………Prisionera en su cuenca
………………………………….….Para navegar.../ por mares erizados
…………………………………………Lamiendo arrecifes y corales
………………………………….………………¡No puedo!....
…………………………………………….No quiero despertarte
……………………………………………..Llevas en tus sueños
…………………………………………..Pensamientos mágicos....
…………………………………………….También.... me pertenecen
Letras sin Nombre
Escribo/ palabras en el agua/ ¿Puedes hacerlo?/ ¡Sí!/ Frágiles letras flotando/ Algunas/ sumergidas en lechos de ríos/ Ausentes/ desnudas/ olvidadas/ Fui a buscarlas/ Y mágicamente se fundieron en arena/ He soplado letras al cielo/ Palabras viajeras/ Algunas/ Atrapadas por nubes/ Otras/ Otras...cayeron amalgamadas en vientos/ Buscando respuestas me quedé sin preguntas/ He pensado en palabras/ juntando letras olvidadas/ ¿Puedes hacerlo?/ ¡Sí!/ Puedo/ Unas...quedaron grabadas/ Otras/ Otras...formaron palabras que no puedes leerlas/ No tienen forma/ Son palabras del sentir/ Soplando vocales en el agua/ escribo letras ondulantes Ahora.../ ¡Sí!.. Existen/ Aparecen/
………………………………Buscando respuestas / encontré la pregunta.
……………………………..Las letras son palabras / que nacen de la nada
……………………………………………………Para verlas
…………………………………..Hay que esperar / que ellas se junten
………………………………….En ese momento / Dejarán el mensaje.
Vamos a imaginar
………………………………………..¿Que hay un mundo de cristal?
…………………………………..………………..Ja /Ja /Ja/
Veo una vegetación que impacta/ Y un mar de bella espuma/ Un río de cálidas aguas/ Miles de mariposas de colores/ Y voces que dicen/ ¡Que en este mundo de cristal....! Ja /Ja /Ja// Nada se marchita/ Vamos a imaginar/ Que hay un mundo...con justicia/ donde puedo ver..../ una sociedad que impacta/ Tum Tac/ Tum Tac/ Donde no hay dolor/ Tampoco pobreza/ y menos aún:..Maldad/ Mmmmmm/ ¡Vamos a imaginar!/ Que hay voces que dicen.../Que en este mundo con justicia/ Nadie será dañado/ Mmmmmm Que hay un mundo de verdad/ donde puedo ver lo que hoy no veo/ porque un misterioso resplandor me ciega/
…………………………………………………...….¡Ahora! /
…………………………………………..………….¿Adonde?/
Justo...donde el horizonte...corta el mar/ ¿Entonces?..../Espero/ Solo.....espero/ Zzzzzzz
Del libro Rocas en Flor, poesías en prosa.
Gustavo Vaca Narvaja – Córdoba
*********************************************************
Creedme que todo depende de esto: haber tenido, una vez en la vida, una primavera sagrada que colme el corazón de tanta luz que baste para transfigurar todos los días venideros.
Rainer Maria Rilke
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Tus párpados cerrados duermen sin tiempo/ impiden que imágenes de tus sueños/ se evadan/ Despierto a tu lado/ Quiero atraparlos/ y compartir fantasías de tus pensamientos mágicos/ Abrazando recuerdos/ Humanidad descubierta/ Desnuda/ Solo desnuda/ Te cubre un manto de ternura inagotable/ Tu piel ha hechizado/ un capullo suave/ fundiendo la noche y el día/ y el fulgurante deseo/ que apremia lunas/ Cuando duermes/ tu cabellera baña tu espalda/ dibujando aguijones/ Que horadan mi alma desatada/ y me llevas igual que tu sueño/ Hacia ti/ sin esperar que despiertes/ Has cubierto de luz/ esa sábana blanca/ Tu luna/ Mi luna/ Iluminan formas perfectas/ Cadera...de curvas suaves/ Hermosos muslos...estirados sin pecado/ Rutas del placer/ envuelta en tules/ Amor portentoso/ Sin saberlo/ Acaricias esa almohada/ escuchas secretos esparcidos/ Desgarra rutilantes intimidades/
…………………………………………Has convertido las palabras
………………………………….En una barca / que transporta amor
………………………………….…………Prisionera en su cuenca
………………………………….….Para navegar.../ por mares erizados
…………………………………………Lamiendo arrecifes y corales
………………………………….………………¡No puedo!....
…………………………………………….No quiero despertarte
……………………………………………..Llevas en tus sueños
…………………………………………..Pensamientos mágicos....
…………………………………………….También.... me pertenecen
Letras sin Nombre
Escribo/ palabras en el agua/ ¿Puedes hacerlo?/ ¡Sí!/ Frágiles letras flotando/ Algunas/ sumergidas en lechos de ríos/ Ausentes/ desnudas/ olvidadas/ Fui a buscarlas/ Y mágicamente se fundieron en arena/ He soplado letras al cielo/ Palabras viajeras/ Algunas/ Atrapadas por nubes/ Otras/ Otras...cayeron amalgamadas en vientos/ Buscando respuestas me quedé sin preguntas/ He pensado en palabras/ juntando letras olvidadas/ ¿Puedes hacerlo?/ ¡Sí!/ Puedo/ Unas...quedaron grabadas/ Otras/ Otras...formaron palabras que no puedes leerlas/ No tienen forma/ Son palabras del sentir/ Soplando vocales en el agua/ escribo letras ondulantes Ahora.../ ¡Sí!.. Existen/ Aparecen/
………………………………Buscando respuestas / encontré la pregunta.
……………………………..Las letras son palabras / que nacen de la nada
……………………………………………………Para verlas
…………………………………..Hay que esperar / que ellas se junten
………………………………….En ese momento / Dejarán el mensaje.
Vamos a imaginar
………………………………………..¿Que hay un mundo de cristal?
…………………………………..………………..Ja /Ja /Ja/
Veo una vegetación que impacta/ Y un mar de bella espuma/ Un río de cálidas aguas/ Miles de mariposas de colores/ Y voces que dicen/ ¡Que en este mundo de cristal....! Ja /Ja /Ja// Nada se marchita/ Vamos a imaginar/ Que hay un mundo...con justicia/ donde puedo ver..../ una sociedad que impacta/ Tum Tac/ Tum Tac/ Donde no hay dolor/ Tampoco pobreza/ y menos aún:..Maldad/ Mmmmmm/ ¡Vamos a imaginar!/ Que hay voces que dicen.../Que en este mundo con justicia/ Nadie será dañado/ Mmmmmm Que hay un mundo de verdad/ donde puedo ver lo que hoy no veo/ porque un misterioso resplandor me ciega/
…………………………………………………...….¡Ahora! /
…………………………………………..………….¿Adonde?/
Justo...donde el horizonte...corta el mar/ ¿Entonces?..../Espero/ Solo.....espero/ Zzzzzzz
Del libro Rocas en Flor, poesías en prosa.
Gustavo Vaca Narvaja – Córdoba
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Creedme que todo depende de esto: haber tenido, una vez en la vida, una primavera sagrada que colme el corazón de tanta luz que baste para transfigurar todos los días venideros.
Rainer Maria Rilke
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Adriana Pozzo
Atril
Las hojas de un cancionero
el canto que vuela
la vida que se expresa.
El libro que se abre
comunica y entrega.
La caverna que deja de ser oscura
para transformarse en luz.
El atril que sostiene
de madera noble
y acompaña
las noches de búsqueda.
Que es único
que pertenece
que no puede compartirse
que liberan la voz,
que existe en el momento de soledad.
Mi atril y yo
entrelazados en el acto creativo
sin miradas,
sin aplausos.
Puente
En un tiempo sin medidas
me alejé, primero de ti
y luego de mí.
Ahora sin pulsión
quedé aprisionada por la vida.
El vidrio de mis ojos
aún está empañado,
es la intuición la que guía.
Mi marcha aún silente,
presiente oculto un puente,
cruzarlo significa
dejarte atrás para siempre.
Lunes
El Lunes tiene forma de
presentimiento,
y también ahora de desencuentro.
La proa visionaria
apunta a la semana
si tan solo empezaras.
Desapareció ese lugar
del encuentro de almas
y ahora solo queda una mirada.
¿Que hay allí dentro?
Una diosa Temis encerrada.
Ahora vislumbro la semana
pues cae un muro, la justicia,
y se abre un camino de esperanza.
Adriana Pozzo – Córdoba
*********************************************************
Apresúrate; no te fíes de las horas venideras. El que hoy no está dispuesto, menos lo estará mañana.
Ovidio
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Las hojas de un cancionero
el canto que vuela
la vida que se expresa.
El libro que se abre
comunica y entrega.
La caverna que deja de ser oscura
para transformarse en luz.
El atril que sostiene
de madera noble
y acompaña
las noches de búsqueda.
Que es único
que pertenece
que no puede compartirse
que liberan la voz,
que existe en el momento de soledad.
Mi atril y yo
entrelazados en el acto creativo
sin miradas,
sin aplausos.
Puente
En un tiempo sin medidas
me alejé, primero de ti
y luego de mí.
Ahora sin pulsión
quedé aprisionada por la vida.
El vidrio de mis ojos
aún está empañado,
es la intuición la que guía.
Mi marcha aún silente,
presiente oculto un puente,
cruzarlo significa
dejarte atrás para siempre.
Lunes
El Lunes tiene forma de
presentimiento,
y también ahora de desencuentro.
La proa visionaria
apunta a la semana
si tan solo empezaras.
Desapareció ese lugar
del encuentro de almas
y ahora solo queda una mirada.
¿Que hay allí dentro?
Una diosa Temis encerrada.
Ahora vislumbro la semana
pues cae un muro, la justicia,
y se abre un camino de esperanza.
Adriana Pozzo – Córdoba
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Apresúrate; no te fíes de las horas venideras. El que hoy no está dispuesto, menos lo estará mañana.
Ovidio
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Osvaldo Risso Perondi
Un Poema
Un poema
……………….apurado
……………….…………desparramado
náufrago
de un silencio milenario
que escamotea
los confines
de este siglo.
Un poema
que no está ilustrado
ni iluminado
por las luces
de eruditos.
Un poema
que contiene
a mil poetas
fantaseando irrealidades
que mendrugan
por un milésimo
espacio de sí mismos.
Un poema
que no está escrito
en ningún libro
que emerge
de repente
que se apropia
de tantos cuerpos
que divaga
estrellas
y vinos compartidos
Un poema
que es
noche.
Un poema cualquiera
sin títulos
y oficios que le dieran.
Es sólo
un poema;
aquí
en esta instancia
de vida
que nos depara.
* * *
La tarde
se adormece
entre
el moho denso
de tu ropaje;
estás desgastado
la ausencia
naufraga
por los ríos
de tu cuerpo;
no hay
compensaciones ni fiestas
para los duendes metafóricos
de tu estirpe;
un vino
fosforescente
quizá
……….indague
sobre la teoría
existencial
………de tu teorema;
hombre azul-gris
de todos los colores
habidos
y por haber
en esta constelación
de la nada
y la materia.
Figura
desdibujada
bosquejo
de
….códigos
….signos
….sílabas
….articulaciones
….rasgos
a medio plasmar
en la infinidad
alba
minimetriculada
es este papel
incompleto
de
…..poemas
Osvaldo Risso Perondi – Huinca Renancó, Córdoba
http://www.editormapuche.blogspot.com/
*********************************************************
Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores.
Benjamin Disraeli
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Un poema
……………….apurado
……………….…………desparramado
náufrago
de un silencio milenario
que escamotea
los confines
de este siglo.
Un poema
que no está ilustrado
ni iluminado
por las luces
de eruditos.
Un poema
que contiene
a mil poetas
fantaseando irrealidades
que mendrugan
por un milésimo
espacio de sí mismos.
Un poema
que no está escrito
en ningún libro
que emerge
de repente
que se apropia
de tantos cuerpos
que divaga
estrellas
y vinos compartidos
Un poema
que es
noche.
Un poema cualquiera
sin títulos
y oficios que le dieran.
Es sólo
un poema;
aquí
en esta instancia
de vida
que nos depara.
* * *
La tarde
se adormece
entre
el moho denso
de tu ropaje;
estás desgastado
la ausencia
naufraga
por los ríos
de tu cuerpo;
no hay
compensaciones ni fiestas
para los duendes metafóricos
de tu estirpe;
un vino
fosforescente
quizá
……….indague
sobre la teoría
existencial
………de tu teorema;
hombre azul-gris
de todos los colores
habidos
y por haber
en esta constelación
de la nada
y la materia.
Figura
desdibujada
bosquejo
de
….códigos
….signos
….sílabas
….articulaciones
….rasgos
a medio plasmar
en la infinidad
alba
minimetriculada
es este papel
incompleto
de
…..poemas
Osvaldo Risso Perondi – Huinca Renancó, Córdoba
http://www.editormapuche.blogspot.com/
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Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores.
Benjamin Disraeli
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Analía Pascaner
Quién es?
Mis pies contagian la pereza a ese sol que aún no salta sobre las montañas. Vislumbro un espléndido día: el cielo lucirá radiante, la gente disfrutará del prematuro calor y serán esas mismas personas quienes expresarán en el verano, agobiadas por cuarenta y tantos grados: “qué sofocante, ni un solo día fresco tuvimos en invierno”.
Camino sin prisa reteniendo en mi alma el cielo gris que disfruté días atrás. Miro el rostro de las personas que cruzo. Me vuelvo y observo cada gesto, me detengo y examino cada palabra. Busco algo que me resulte familiar.
No lo veo, no lo puedo hallar. No lo sé encontrar, no sé dónde buscar. ¿Qué conozco de él? ¿Acaso sé quién es? No sé su nombre ni el lugar del planeta que recibe diariamente sus pasos. Mis ojos están vendados, ando a tientas sin saber si algún día lo encontraré.
Cierto acontecimiento lejano detuvo el tiempo mientras nuestras miradas se fundieron en una extraña sensación de deseo y urgencia. Luego el atropello: gritos y empujones, corridas y sirenas me abrumaron dentro de una realidad inesperada. Su mano me arrastró lejos de allí y nos hallamos solos, arrancando nuestras ropas, expulsando los pensamientos, desatando suspiros, explorando ocultos rincones, convulsionando la sangre, estallando de pasión. Y una vez en calma, sus dedos pasearon por cada milímetro de mi piel, me miró con dulzura, me besó con ternura y desapareció tan rápidamente que a nada pude atinar. Salí corriendo y me mezclé entre la multitud, lo busqué en cada rostro y en cada mirada. Nunca más lo volví a ver. Jamás tuve la certeza si estuvimos juntos o sólo fue una jugarreta de mi imaginación. Sin embargo, al evocar aquel instante mi corazón sale de sus límites, mi respiración se torna incontrolable, mi piel se eriza pensando en sus manos, mi cuerpo se estremece ante el deseo.
Nada sé de él. Tal vez está tan cerca mío como lo siento siempre: cuando necesito cerciorarme que no camina junto a mí, o cuando le escribo miles de palabras que jamás leerá, o cuando mi mente se enmaraña en esta obsesión.
Aprieto el recuerdo de ese encuentro, extiendo las palabras escritas, escondo los sentimientos dentro de mi corazón. Sólo eso tengo, sólo eso conservo de él. Sensaciones fugaces rondando mi vida. Un momento que no consigo olvidar… o tal vez no quiero olvidar.
Hoy reniego contra aquél recuerdo que se apoderó de mí. Hoy necesito liberarme de esa persona adherida a mi vida y a pesar de ello muy cerca de él estoy ahora mismo, observando y mirando con la impresión de que realmente está a mi lado.
Camino sin prisa para encontrarme con un hombre. Doy vuelta a la esquina expectante por esta reciente relación que debiera rescatarme. Pocos pasos me separan del bar donde veré a esta persona que conocí hace algunos días y ejerce cierta atracción sobre mí. Alguien se topa conmigo, levanto la vista mientras murmuro una disculpa y de pronto el tiempo se detiene en esa mirada, en esos ojos que jamás creí ver nuevamente. Observo más adelante, aquel hombre ya está esperando sentado al lado de la ventana a escasos metros de allí. Regreso a esos ojos que están frente a mí, esos ojos que esperé todos mis días, esos ojos que se llevaron todos mis sentimientos hace tanto tiempo atrás. Le regalo mi sonrisa más valiente mientras él toma mi mano entre la suya y caminamos presurosos en sentido opuesto al bar.
Invierno de 2003
Analía Pascaner
*********************************************************
…no habrá flores en la tumba del pasado.
Andrés Calamaro
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Mis pies contagian la pereza a ese sol que aún no salta sobre las montañas. Vislumbro un espléndido día: el cielo lucirá radiante, la gente disfrutará del prematuro calor y serán esas mismas personas quienes expresarán en el verano, agobiadas por cuarenta y tantos grados: “qué sofocante, ni un solo día fresco tuvimos en invierno”.
Camino sin prisa reteniendo en mi alma el cielo gris que disfruté días atrás. Miro el rostro de las personas que cruzo. Me vuelvo y observo cada gesto, me detengo y examino cada palabra. Busco algo que me resulte familiar.
No lo veo, no lo puedo hallar. No lo sé encontrar, no sé dónde buscar. ¿Qué conozco de él? ¿Acaso sé quién es? No sé su nombre ni el lugar del planeta que recibe diariamente sus pasos. Mis ojos están vendados, ando a tientas sin saber si algún día lo encontraré.
Cierto acontecimiento lejano detuvo el tiempo mientras nuestras miradas se fundieron en una extraña sensación de deseo y urgencia. Luego el atropello: gritos y empujones, corridas y sirenas me abrumaron dentro de una realidad inesperada. Su mano me arrastró lejos de allí y nos hallamos solos, arrancando nuestras ropas, expulsando los pensamientos, desatando suspiros, explorando ocultos rincones, convulsionando la sangre, estallando de pasión. Y una vez en calma, sus dedos pasearon por cada milímetro de mi piel, me miró con dulzura, me besó con ternura y desapareció tan rápidamente que a nada pude atinar. Salí corriendo y me mezclé entre la multitud, lo busqué en cada rostro y en cada mirada. Nunca más lo volví a ver. Jamás tuve la certeza si estuvimos juntos o sólo fue una jugarreta de mi imaginación. Sin embargo, al evocar aquel instante mi corazón sale de sus límites, mi respiración se torna incontrolable, mi piel se eriza pensando en sus manos, mi cuerpo se estremece ante el deseo.
Nada sé de él. Tal vez está tan cerca mío como lo siento siempre: cuando necesito cerciorarme que no camina junto a mí, o cuando le escribo miles de palabras que jamás leerá, o cuando mi mente se enmaraña en esta obsesión.
Aprieto el recuerdo de ese encuentro, extiendo las palabras escritas, escondo los sentimientos dentro de mi corazón. Sólo eso tengo, sólo eso conservo de él. Sensaciones fugaces rondando mi vida. Un momento que no consigo olvidar… o tal vez no quiero olvidar.
Hoy reniego contra aquél recuerdo que se apoderó de mí. Hoy necesito liberarme de esa persona adherida a mi vida y a pesar de ello muy cerca de él estoy ahora mismo, observando y mirando con la impresión de que realmente está a mi lado.
Camino sin prisa para encontrarme con un hombre. Doy vuelta a la esquina expectante por esta reciente relación que debiera rescatarme. Pocos pasos me separan del bar donde veré a esta persona que conocí hace algunos días y ejerce cierta atracción sobre mí. Alguien se topa conmigo, levanto la vista mientras murmuro una disculpa y de pronto el tiempo se detiene en esa mirada, en esos ojos que jamás creí ver nuevamente. Observo más adelante, aquel hombre ya está esperando sentado al lado de la ventana a escasos metros de allí. Regreso a esos ojos que están frente a mí, esos ojos que esperé todos mis días, esos ojos que se llevaron todos mis sentimientos hace tanto tiempo atrás. Le regalo mi sonrisa más valiente mientras él toma mi mano entre la suya y caminamos presurosos en sentido opuesto al bar.
Invierno de 2003
Analía Pascaner
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…no habrá flores en la tumba del pasado.
Andrés Calamaro
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