A la Poesía *
Fue nuestro afán de niño conquistarla
y escapa en el intento nuestra vida.
y no vivimos sino para amarla.
Sentirla y escribirla y adorarla:
irreal, hechizada, presentida,
llegar al lecho donde está dormida
y con un beso leve despertarla.
Imposible, gentil, esquiva, cierta,
en nuestro ser a cada instante abierta
como una blanca flor sobre la herida.
Así, en sueños, soñamos y vivimos
y cuando al fin sintamos que partimos
con ella volveremos a la vida.
*Poema publicado
en La Página Literaria del diario
HOY CANELONES, dirigida por Gerardo Molina. Uruguay.
Valparaíso
Al mar.
Al viento.
Bajo un
cielo estival
dije
mis versos.
En tu
mar, Valparaíso,
dije
mis versos.
Estampa
de colores
vivos
de sol y vida
la
ciudad a lo lejos.
Valparaíso
latía con los vates de América
que
escribían sus cantos
en el
sol, en la brisa, en el aire, en el cielo.
Tu mar,
Valparaíso,
es un
gigante bueno.
A
veces, sin embargo, lo enfurece
la
maldad de los hombres
y azota
sin piedad
tus
costas y tus cerros.
Pero
vuelve a su paz, a sus remansos
porque
no deja nunca de ser bueno.
Tu mar,
Valparaíso,
es un
gigante bueno.
Iván me
contó tus historias dormidas (1)
y supe
que Rubén recalara en tu puerto. (2)
Desde
todos los rumbos
el
habitante vino,
dibujó
con su aliento
tus
formas imposibles,
tu ser
para los sueños.
¿Desde qué
olvidados, lueñes pueblos
llegó
para quedarse?
Y
acendró tu arquitectura de soles el invierno.
Pero tu
espíritu, ¡ah! pero tu espíritu
hay que
asirlo en silencio
una
noche de estrellas
y
beberte, y beberlo
como un
vino de siglos,
ensoñando,
sintiendo
que es
imposible irse
y que
acaso me quedo
en tu
mar, en tu sol,
en la
sal y en los versos
que en
tinta de mi alma
¡yo te
escribo… en el viento!
1-Iván Aarón,
novelista chileno contemporáneo.
2-Rubén Darío,
poeta nicaragüense (1867-1916).
Fantasmas
Una claridad de lluvia
lunada, sobre los campos
parece nieve la brisa,
parecen de oro los pájaros.
Arriba, las Tres Marías
luz de mi silencio, abajo.
En el cristal de la senda
tu fantasma y mi fantasma
retratados.
El tiempo le pone alas
al humo de mi cigarro
y hay un viajero celeste
que a un horizonte gitano
se lleva las Tres Marías…
Cambia el silencio, la brisa
y hasta el color de los pájaros.
En el cristal de la senda
ha quedado mi fantasma
solitario.
Gerardo Molina. Canelones, Uruguay
--
Acogeré la felicidad porque
engrandece mi corazón; pero también soportaré la tristeza porque descubre mi
alma.
Og Mandino
--
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