Morituri te salutant
Llegar por fin a puerto,
-desterrada sin más cualquier
victoria-,
a los lánguidos días de la
infancia.
Quitarse la chaqueta y el
sombrero,
desempolvar viejos errores,
llorar un breve sueño, contar
los besos dados
y a las puertas del último
disgusto
saber que has figurado.
Darse cuenta de que no has
cambiado
nada, que la huída fue un
consuelo,
que eres tú y también eres
viejo.
Que la vida fue andar buscándole
el doble fondo a los espejos.
Javier Travieso. Santiago de Compostela,
Galicia, España
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Cinco minutos bastan para soñar
toda una vida, así de relativo es el tiempo.
Mario Benedetti
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Celebro el poema de Javier Travieso por su estilo despojado y conmovedor. Me gustó mucho. Saludos
ResponderEliminarGracias por tu lectura. Saludos
EliminarAnalía