lunes, 19 de septiembre de 2011

Editorial

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.................con voz propia nº 47 - septiembre 2011

........................revista literaria





…………………Por dentro mi corazón se está rompiendo
…………………mi maquillaje puede estar descascarándose
…………………pero mi sonrisa aún está
…………………Freddie Mercury, Show must go on


A veces me deslizo suavemente por la vida.
En diversas oportunidades tropiezo o recibo una sacudida, entonces me levanto y sigo adelante.
Y otras veces, delante de mi camino de pronto aparece alguna situación diferente, abrumadora. No hay manera de ignorarla ni esquivarla; no hay manera siquiera de suponer que no me afectará, si apenas al rozarme me saca de lugar. En esos momentos siento que debo detenerme, tomar un descanso, observar a mi alrededor, tal vez llorar… tal vez sonreír… y quizás esperar que esa pared que se levantó ante mí se aparte de mi camino. Y creo que ese obstáculo aparece para mostrarme que no soy omnipotente, que no soy dueña de mis tiempos ni de mis espacios habituales.
Lo que suceda con esa situación ya no depende de mí, tan sólo puedo elegir mi actitud, y en esta pausa obligada, resuena en mi mente el precepto de César Isella: “Abrí los brazos y tragate el cielo / Sentite fuerte y empujá hacia arriba”.
Tal vez mis palabras asombren a algunos lectores, tal vez no. Todo está como debe estar, todo es como debe ser, tan sólo es el curso de la vida que -a veces- nos lleva con los ojos vendados.
Gracias a cada uno de ustedes por estar allí… del otro lado de la pantalla.
Gracias a las personas que me alientan a seguir.
Gracias a mis amigos personales, siempre incondicionales.
Gracias a mi familia, que me sostiene cada día.
Reciban mi cariño y mis deseos que sus días transcurran plenos de armonía, paz y bendiciones.
Analía Pascaner



………………Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma.
………………Fray Luis de León



……………………………Edición y dirección: Analía Pascaner
……………………………San Fernando del Valle de Catamarca
……………………………Catamarca – Argentina

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Mex Urtizberea

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Aunque el festejo por el día del niño ya pasó, publico los Deseos para niños, incluidos anteriormente en esta revista literaria. Es un texto ampliamente difundido, sin embargo considero importante recordar estas palabras.
A.P.


Deseos para niños

Que sean niños los niños.
Que sean niños, y no clientes de las compañías de celulares, o vendedores de rosas en los bares, o estrellas descartables de la televisión.
Niños, no limpiavidrios en los semáforos, o botín de padres enfrentados o repartidores de estampitas en los subtes.
Que no sean niños soldados, los niños. Que sean niños los niños, simplemente. Que no sean foto de un portal pornográfico. Que no sean los habitantes de un reformatorio.
Que no sean costureros en talleres ilegales de ningún lugar del mundo.
Que sean niños los niños, y no un target.
Que no sean los que pagan las culpas. Los que reciben los golpes. Los bombardeados por publicidad. Que sean niños los niños. Todo lo aniñados que quieran. Todo lo infantiles que quieran. Todo lo ingenuos que quieran. Que hagan libremente sus niñerías.
Que se dediquen a ser niños y no a otra cosa.
Que no sean los que no juegan, los acosados por las preocupaciones, los tapados de actividades.
Que sean niños los niños y se los deje preguntar sin levantar la mano, formar filas torcidas, llevar alguna vez la Bandera no por ser mejor alumno, sino por ser buen compañero.
Que sean niños los niños y no los incentivados con desmesura a consumir todo lo que saca el mercado.
Que sean niños, y no los que aspiran pegamento en una esquina o fuman paco en la otra, tan de nadie, tan desprotegidos.
Niños, no nombres que tienen que rogar por recibir el apellido paterno o la cuota de alimentos.
Que sean niños los niños.
Y que los niños sean lo intocable, que sea la gran coincidencia en cualquier discusión ideológica; que por ellos se desvelen los economistas de todas las corrientes, los dirigentes de todos los partidos, los periodistas de todos los medios, los vecinos de todas las cuadras, los asistentes sociales de todas las municipalidades, los maestros de todas las escuelas.
Que sean niños los niños, y no el juguete de los abusadores.
Que sean niños, no “el repetidor” o “el conflictivo” o “el que nunca trae los deberes”.
Niños, y no los que empujan el carro con cartones.
Que sean niños los niños, simplemente.
Que ejerzan en paz el oficio de recién llegados.
Que se los llame a trabajar con la imaginación o con lápices de colores.
Que se los deje ser niños, todo lo niños que quieran.
Y que los niños sean lo importante, que por ellos lleguen a un acuerdo los que nunca se ponen de acuerdo; que por ellos se dirijan la palabra los que no se hablan, que por ellos hagan algo los que nunca hicieron nada.
Que sean niños los niños y que no dejen de joder con la pelota.
Que sean niños en su día. Que lo sean todos los días del año. Que sean felices los niños, por ser niños. Inocentes de todo lo heredado.

……………………………Fuente: http://www.lanacion.com.ar (agosto 2007)

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Protegedme de la sabiduría que no llora, de la filosofía que no ríe y de la grandeza que no se inclina ante los niños.
Khalil Gibran

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Lucía Carmona

-Chilecito, La Rioja, Argentina-

En un día de Septiembre


Otra vez primavera, zonda
y este desprendimiento de mi propia envoltura.

Nadie sabe
lo que sobrevendrá después del remolino.

Acabo de nacer,
me han dado luz entre la sed y el agua.

Doy los primeros pasos por tierra sin libertad
porque nadie pudo volar
y las alas
son un escandaloso resabio de la patria.

Soy una adelantada del recuerdo,
mis padres vegetales arden aún de pasión innombrable.

Me ha parido esta hora de árbol piedra,
si es que manos tendré serán las que agitaba
sobre los precipicios de la antigua centuria.

Zonda… otra vez primavera.


Nacimiento del Zonda

Nosotros, los hijos del Zonda
sobrevolamos junto a las hojas la sangre magnética
y en los sexos, la sed de las espigas antiquísimas,
apenas balanceadas,
apenas.

Nosotros, llevados por el viento
desde el centro de la plaza del pueblo
hasta los camposantos de las viejas aldeas
y desde ellos a nuestro corazón, aquí en el cuerpo.

Quizás fue movimiento
del cosmos inclinado
sumando sus diagonales con la masacre del infinito
para nacer sus hijos
así, tan nada o muerte, así,
ciegos de límite.


De Domingo cerrado

Estoy en el extremo de un zonda
de domingo cerrado
y alguna posesión dentro de mí
late un antiguo esbozo de batallas

Un seguro mandato
para aguardar de bruces las extrañas vendimias.

Es un domingo con fronteras de polvo
y vuelvo a conocerme en la medida
de los altares de leyenda
donde los viejos adoraban los santos
barridos por el viento
y oraban musitando salmos secretos.

Estoy en un domingo con puertas de derrota
pero apenas
he salido recién a luchar y se escucha a lo lejos
un génesis sin agua
y una pasión enferma.


Ráfaga

Se ha tornado ventoso
el día en Chilecito.
Es como si el pasado
fuera sólo una lamina
que se inclina y se inclina
hasta quebrarse.

Hombres y mujeres
llevan viento en los ojos
y caminan
por las piedras hechas movimiento
de avance y retroceso.
Un poco de la sombra del pueblo
es un aura que se disgrega
y se rescata.


La música eterna

No sabemos qué canciones cantaban
los padres de los padres.
Es posible que en el filo del viento
todavía
quede alguna palabra.


……………………………Del libro Por el corazón de la tierra (2007)
………………………………………………Gentileza: Alfredo Luna


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Si la respuesta está en el viento
la calma nos hará ignorantes.
Joan Mateu (del libro Pensamientos)


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Luis Benítez

-Buenos Aires, Argentina-

El pescador de perlas

Esta tarde y parte de la noche
volví a sumergirme en el espeso mar
donde flotamos los seres y las cosas.
Bajé por perlas que mostrar a los hombres
que temen siquiera el riesgo de la orilla.
Esta tarde y parte de la noche
estuve en ese silencio, en esas profundidades
donde el más infinito placer sería disolverse
y supe que en todos los caminos
hay monstruos para quien los teme.
Llegué nadando adonde no se ama ni se odia,
sencillamente se flota sobre un eterno presente
y todo lo que miras es tu contemporáneo:
nada más traen las olas del atrás y el adelante.
Tomé allí esta perla y ahora te la ofrezco.
Pero cuando quise volver,
no vi a ningún hombre en la orilla.
No vi orilla. Todo es el mar.
Esos que temen la orilla
no saben que caminan en el mar.


Lao – Tsé prepara una sentencia

Nada de lo que diga
Puede desviar la caída de una hoja.
Una palabra no
Frenará la otra.
Es inútil que a éstos
Que me escuchan dedique
Una verdad: la harán pedazos.
De sus pedazos nacerá Lao-Tsé.


Las vidas asombrosas

Muchos son los rostros que habitan
el enorme país de la distancia.
Largas caravanas han partido y luego otras,
las guiadas por dioses imprevistos,
han colocado extranjeros a nuestro lado:
ellos nos han mostrado
sus telas multicolores, sus palabras,
los exóticos animales de la infancia
y algunos, sólo algunos,
flores de oro irremediablemente perdidas
entre vagas memorias y sentencias.

Trabajadas lejos, en vidas asombrosas.

Quién lograra cubrir a grandes pasos
el enorme país de la distancia,
ver el conjunto de los rostros
y oír en la noche sin asombro
el coro de las voces,
el coro de las voces que retumban allá lejos,
en los ignotos campamentos
que preparan sus caravanas para venir a vernos.

Ir más allá de sus fuegos,
de sus distantes señales,
llegar antes que Dios
al pecho de los hombres.


Epitafios

Juan Arturo Nicolás Rimbaud:
¿junto a qué sagrado terror
por lo entrevisto, navegó por tu alma
la certeza atroz de perder para siempre
la visión, al abandonar la Ciencia?
Ya no hubo tiempo, ni otra oportunidad
de contemplar aturdido el incendio de las estrellas,
para traducirlo al hombre ya no hubo tiempo.


Estos poemas integran el libro Breve Antología Poética, Selección e introducción por Elizabeth Auster. Ediciones Juglaría, enero 2008

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Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción.
Gilbert Keith Chesterton

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Andrés Bohoslavsky

-Desde algún lugar del mar-

Sección A3 División 24 Sepultura 2


…………………………………………………a mi padre Luis y a Renzo

Las coordenadas correspondientes a la tumba de mi padre, escritas en un
papel sin importancia
mostraban una extraña cartografía para delimitar, como en un viejo juego de
batalla naval
la ubicación en la ciudad de los muertos, de esa especie de inquilinos de la
eternidad
o lo que fuese que hay después de esto.

Sobre la tierra había crecido musgo, ayudado por la sombra y la humedad
y la plaquita que contenía su nombre estaba un poco herrumbrada
el horario favorecía la ausencia de otros visitantes, así que me senté a su
lado
prendí un cigarrillo intentando pensar algo acerca de este misterio llamado
muerte.

En eso estaba, cuando llegó un tipo en bicicleta a la tumba vecina, que
arrodillado
comenzó a rezar vaya a saber qué cosa y al finalizar se acercó a pedirme un
cigarrillo
a la par que me contaba los motivos de su concurrencia:
allí yacían los que habían sido sus padrastros
dos personas muy humildes, que le habían dejado lo que tenían
que a la vista, era poco, casi nada
nos saludamos y partió en su destartalada bicicleta.

Mientras lo miraba alejarse, llegó un auto, cargado de gente
que mostraba signos de su posición social
claramente en las antípodas del personaje anterior.

Esta vez, el que se acerca a pedirme fuego, es el chofer del vehículo
que me ilustra quiénes son y a quien vienen a ver:
el dueño de media ciudad, un personaje siniestro, un tipo que supo cultivar el arte de la usura
y la acumulación de bienes, actividades primarias de una vida dedicada al dinero
y perfeccionada por el desprecio de aquello que no respondiera a esa lógica simple y brutal
éstos, como el anterior, partieron, y el que saluda es el chofer con un guiño que parece
buscar complicidad.

Al quedarme solo nuevamente, pienso en esta breve secuencia
extraña y cargada de simbolismos parece tener significancia o representación real
pero no alcanzo a precisar si constituye una alegoría de la sociedad o algo similar.

Apago el último cigarrillo y ahora, al mirar el lugar donde reposan los restos de mi padre
me doy cuenta que todo ha sido una broma suya
una broma acerca de explotadores y explotados.

Me sonrío y siento su voz, entremezclada en el viento, diciéndome:
todo esto no es más que otro negocio hijo
morir es gratis o casi, pero el post-morten te va a costar un billete siempre
veámoslo en perspectiva
, susurra y me interroga:

¿en qué lugar del féretro guardan su fortuna los explotadores?

el viento cesa de repente y con él las palabras de mi padre.

Me agacho a darle un beso a la tierra que abriga sus huesos, mientras pienso que el más allá
tal vez no sea tan mal lugar, por lo menos para gente como él, que soñaba un mundo diferente
camino algunos pasos y voy al encuentro de mi amigo
en este encantador hostel para melancólicos
sus ojos cargaban dolor y parecían contener un mensaje
lo abrazo y antes que me diga nada le advierto que tengo una historia increíble.


Cicatrices

- “Cierra los ojos y escapa de este lugar antes que sea demasiado tarde.
Aquí las personas, tarde o temprano, se convierten en mercaderes, pequeños-burgueses
o explotadores de obreros.” –

Eran aquéllas las palabras que mi padre repetía, una y otra vez
a quien quisiera escucharlo, y ahora yo estaba frente a aquella casa
donde cuarenta años atrás, sentado en la vereda con él, escuchaba esa sentencia
como un mantra religioso, una especie de misa negra que no comprendía,
pero me llevaría lejos.
Las ventanas y la puerta, estaban tapiadas por una pared de ladrillos irregular
que ni siquiera intentaba disimular lo que alguna vez existió.
La casa ya no era tal, ahora era un cubo monstruoso, sin entradas ni salidas posibles,
la invención de un sepulturero o un perverso.
O ambas cosas a la vez.
En mi cabeza, las imágenes del pasado y del presente se fusionaban en una rara alquimia:
viejas y extrañas heridas que volvían.
Decidí sentarme en el umbral, como si el tiempo no hubiese pasado
y pensé en mi padre y sus palabras.
Mientras hacía esto, desde la vereda de enfrente me saludaron, alzando la mano,
varios de aquellos oscuros personajes, pertenecientes a la detestable fauna que mi padre
había clasificado con precisión y que yo había aprendido a despreciar tanto o más que él.
No pude evitar reírme.
Me puse de pie, me hice el distraído con el nudo que asfixiaba mi garganta
y me fui, con la certeza de no regresar jamás a este pueblo maldito
y la promesa de no buscar más a mi padre.


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El hombre silencioso no presta testimonio contra sí mismo.
Aldous Huxley


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Silvia Long-Ohni

-Buenos Aires, Argentina-

Y mañana

"...y mañana cuando seas
descolado mueble viejo..."


Cuando mañana es hoy y en el espejo
te ves la soledad que es pura arruga,
los triunfos más perdidos que ganados
por culpa de la pata de una sota
de esa mina fuyera, la mentira
y corra el lagrimón entre los surcos
de una vida tirada a la marchanta,
sin ruta que perfile una esperanza
de una muerte mejor, porque la parca
es dura con los viejos solitarios
cuando mete el cuchillo del silencio
y no queda una mano de reserva
para darte el adiós, último gesto.

Mañana, cuando es hoy y las rodillas
son flecos, son hilachas, no sostienen
ni las ganas de ser ni el paso lento,
cuando cada baldosa haya olvidado
el ya viejo paseo del recuerdo
y la plaza esté lejos, aunque nunca
cambiara ni el farol su propio sitio
se te hace el ventanal pura miseria,
un marchito recorte de la vida.

Mañana cuando es hoy y la cabeza
no puede recordar dónde está el ojo
y los brazos un par de marionetas
que cuelgan de unas manos desahuciadas
intentando la vuelta de una hoja
del libro que es borrón ante tus ojos
será un pozo de noche esa amargura
de haber sido el amante de la infamia.


Nada poseo

Nada poseo, nada,
ni la imagen huyente en el espejo
que en penumbras refleja lo destinado a irse,
lo diluido en el tiempo y en la bruma,
esas huellas perdidas
entre grises y oscuros matorrales
de hojas carcomidas por un invierno terco.
Nada poseo, nada,
porque la luz, el viento, el sueño, el agua
se han declarado ajenos,
impropios a mis ojos y a mis manos,
residentes del pálpito que en corazones nuevos
cobran su natural vigor y animan
a muchachas en flor, cadenciosas, despiertas,
con caderas turgentes y pechos no inmolados
y a machos apolíneos de tensos pectorales.
Nada poseo, nada,
sólo un recuerdo lívido y lejano,
un pasado que tiende a podredumbre,
una bujía rota y mucha sombra
y ya no como Anacreonte dolerme
por el placer esquivo y la poma extranjera.
Saludo al tiempo ido desde un barco lejano,
la proa hacia el poniente
en busca de una playa donde nunca habrá nadie.


Nada te debo

Nada te debo, Amor, salvo la pena,
el herrumbre en los ojos por tanto desaliento
y la boca cerrada como una sepultura.
Cuando viniste, Eros, como ráfaga hambrienta
a libar de las rosas la miel de mi inocencia
las puertas del vergel fueron de seda
y todas las estrellas desveladas
a toque de silencio se llamaron
porque tu sueño fuera el más digno de un ángel.
Muchas veces llegaste desharrapado y triste
y otras muchas cubierto de un manto de oropeles
y la cancel abierta con la misma sonrisa
dejó libre el camino de tus pies traicioneros.
Nada te debo, Amor, salvo la pena
de haber perdido el tiempo que hoy me falta.


Textos tomados de AERA Revista de Poesía, coordinada por Alejandro Drewes, Buenos Aires

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Hay gente que está tan triste como si lo supiera todo.
Nicolas Chamfort

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Aníbal Albornoz Ávila

-Poeta residente en Santa Cruz, Argentina-

Romance por mi ciudad


Tierra aromada de luz
que fundó la fragancia,
con su faena de viento,
labrador de distancias.

Fue de campana y maíz
el milagro de un valle,
con resolanas de siglos
maduraron sus calles.

Es San Fernando un verdor
solariego de Ambato,
alma de hispano y de indio
dan tonada a mi canto.

Es serenata del polen
su buen sol y Alameda,
oigo su canto de plaza
en su vieja arboleda.

Lunas que moja El Jumeal
echan luz por las huellas,
para que el Río del Valle
cruce toros de arena.

Hay que soñarle un jazmín,
y en su tierra guardar,
ser la torcaz de sus vientos
donde vuela el azahar.

Romance por mi ciudad,
flor del aire y nostalgia,
alzo su viento del sur,
polen, lluvia y distancias.


Nota del autor:
San Fernando del Valle: capital de la provincia de Catamarca
Ambato: cordón montañoso al oeste de la ciudad capital
La Alameda: paseo público
El Jumeal: dique cercano a la ciudad
Río del Valle: río cercano al emplazamiento de la ciudad

La obra musical Romance por mi ciudad, compuesta con el músico cordobés Mario Gabriel Díaz, obtuvo 1º Premio en la canción representativa de San Fernando del Valle de Catamarca, concurso organizado por su Municipalidad.


…………… * * *


Sepulcro del aire

A Santo Alancay la muerte
ya lo ha vencido,
lo sobrevive un sombrero
bajo el sol descomedido;
los sueños entre sus ropas
sueñan heridos.

Boca abajo contra el suelo,
en las pasturas,
se le atardece la sangre
por un silbo de vicuña.
Los farallones umbrosos
le harán de tumba.

Sepultado sin el canto
de su coplera,
Santo persignó su frío
por un humedal de estrellas.
Constelado de pasturas
……………………………llevó su pena.

Ni el sol, ni las esperanzas
quitaron muerte,
tumbado se fue su grito
cayendo por las pendientes.
Se ha demorado en las piedras
su cruz silvestre.

Es viernes toda su muerte,
y es en febrero,
cuando enviudó la baguala
el ají y el pastoreo.
Por el sepulcro del aire
va con su arreo.


Nota del autor: Según una crónica periodística de febrero de 2010, daba cuenta del hallazgo de un hombre muerto junto a un río en Antofagasta de la Sierra, Catamarca. El hombre oriundo de esa localidad, llamado Santo Alancay, era un criador de animales y marido de una coplera del lugar. En dicha nota, se conjeturaba que habría fallecido por un intenso frío nocturno.

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Las aventuras verdaderamente grandes son aquéllas que mejoran el alma de quien las vive.
Alejandro Dolina


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Sergio Borao Llop

-Zaragoza, España-

Táctica


Durante siglos, se aplicaron a la quema indiscriminada de libros, laboriosa e inútilmente.
Más tarde cortarían la lengua a los vencidos, para que no pudiesen transmitir la filosofía de su raza a las generaciones venideras.
Prohibieron el ejercicio de las artes, enemigo mortal de la ignorancia.
Cansados de soluciones parciales e ineficaces, optaron por celebrar un congreso. Después de intensos debates, según cuentan las crónicas de la época, decidieron aplicar la estrategia del caballo de Troya.
Así, desde el oscuro palpitar de las entrañas, fueron asesinando la cultura.


Té para tres
(triángulo escaleno)

- Sé lo de Antonio - dijo Elena mientras removía el humeante líquido.
Roberto dejó la cucharilla sobre la mesa y se llevó la taza a los labios. No parecía sorprendido.
Sin apresurarse, quizá meditando una respuesta, apuró el té. Solía tomarlo así, muy caliente.
- ¿Te lo dijo él?
- Sí. Anoche.
Sólo al percibir la extraña mirada de su esposa, comprendió lo que se ocultaba tras sus palabras.
- No teníais que haberos molestado- dijo, señalando la taza vacía. - Yo también tengo una sorpresa.
Después de un largo silencio, añadió:
- Soy seropositivo.


Proyecto uno

Desconcertado, consultó otra vez los planos. Había revisado el proyecto de arriba a abajo un sinfín de veces sin encontrar el menor fallo en él. Sin embargo, ahora que ya todo estaba en marcha, no cabía la menor duda: Algo había salido mal, pero se le escapaba qué pudiera ser. Corregir el error se le antojaba imposible; la mera admisión del mismo resultaría nefasta para su carrera. Así las cosas, no vio más que una solución. Mandó llamar al subdirector. Al hablar, fue tajante:
- Hay que poner en marcha el plan B. De inmediato.
El subdirector asintió sumisamente, adoptó la forma de serpiente con la que el mundo habría de recordarle y partió a cumplir su misión.
Así fue como Eva y Adán creyeron ser expulsados de un paraíso que jamás existió. Para que la ilusión fuese perfecta, hizo falta sembrar la semilla de la culpa y la desconfianza en sus corazones vírgenes. Después, el escriba oficial, siguiendo al pie de la letra las instrucciones recibidas, según es costumbre en los escribas oficiales, redactó una edificante historia repleta de tentaciones y manzanas.


Veneno

Creedme: Es en verdad un mal valle, ése de la tristeza, para quedarse a vivir en él.
No hay, oídme bien, ni un solo árbol verdadero, ni un pájaro cuyo canto consiga despertar un destello de magia, ni siquiera un arroyo de aguas transparentes junto al que detener un momento nuestro arduo peregrinaje. Sólo encontraréis allí un exiguo manantial que destila un veneno lento, lentísimo, que el tiempo va inoculando gota a gota en las venas. Lo malo es cuando (a veces pasa, hay gente que le pasa, no pueden evitarlo, les pasa y es casi inconcebible y ojalá que nunca nunca nunca sepamos que se siente) el veneno se convierte en droga y te engancha y comprendes de repente que ya no hay vuelta atrás, y sientes que te estás muriendo -que eso te está matando- y al mismo tiempo sabes que tampoco podrías vivir fuera de ese lugar, porque en el exterior no existe nada respirable.
Yo conocí una mujer que contrajo esa enfermedad; estuve cerca, muy cerca de ella, tan cerca que fue imposible (lo supe desde el primer momento) evitar el contagio, imposible permanecer inmune a ese veneno, y también, -¡cómo olvidarlo!- imposible no amarla sin palabras, no morirse un poco en cada lágrima que manaba de sus ojos, no irse olvidando, poco a poco, de los caminos de retorno, de la posibilidad de retornar a cualquier parte, de la mera existencia de otro sitio que no fuera ese valle donde hasta el rumor del viento es una ausencia.


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Lo importante no es lo que hicieron de nosotros, sino lo que nosotros hacemos con eso que hicieron de nosotros.
Jean Paul Sartre

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Ana Lía Gattás

-Mendoza, Argentina-

……………………………………… “no sé si alguna vez
………………………………………les ha pasado a ustedes”
………………………………………Mario Benedetti
No sé…
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
que esa tristeza aciaga que silencian los ecos
se abriga en la quietud envolvente de un cielo
se esconde en el extraño horizonte del tiempo
y estrella laberintos en el aire de pájaros

No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
ver cómo la indecencia se anima a la nobleza
y la victoria mengua encorvada en el agua
en el grito del árbol o en los brazos del sueño
del sueño adormecido en las manos del canto…

Pero a mí me ha pasado
que derroté el cansancio en los ojos del viento
que bordé la coherencia con ánimo de nube
que parí la ternura
que lamí la semilla
y el verbo fue un brevísimo racimo de lluvia

Pero nos ha pasado
que inventamos la risa con dos notas y el alba
que tejimos palabras en idioma costero
que las luces de agosto abrazaron los bordes
que el éxtasis del aire deliraba nostalgias
y soleamos las manos
y el amor se hizo ángel
y el secreto paciencia
y las voces virtud
y la piel arboleda
y el abrazo desvelo

Pero a mí me ha pasado…
que nombrando su nombre con los labios dormidos
que temblando la noche suturada de acordes
con la melancolía del sur en la estrella
el poeta hizo coplas
hizo copla en la siesta
hizo copla y camino
hizo copla en silencio…

…………………… * * *

llegó el benteveo a mi ventana.
…………no sé si entona el bichofeo
…………………..o me trae tu encanto
……………………………..o desliza tu beso
……………………………………….o me llueven sus alas...

…………………… * * *

Cuando estalla en sangre mi país labriego
y penando peno pueblo y racimo
Cuando obra verbo mi poema y canto
ahorcando miradas en hambres sustantivo.
parto en alto cordillera y grito
y la palabra insurrecta es el olvido
Entonces patria, lloro…
Entonces patria, escribo.

…………………… * * *

Soy llameante verano
cuando una luna se recuesta al sol,
y en horizontal estío brilla una primavera
abrazada de abrazos al jazmín del cielo.
Soy invierno de nieves y de vientos,
cuando el otoño hace cobrizas hojas en la huella
y esperas en la palma de mis ojos…
Así…
lentamente lluevo en la mirada,
el calor se hace boca en el recuerdo
y es el viento y el frío los que ceden,
porque soy nuevamente
llamarada en verano incesante
tras el enjambre de cada primavera…


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No conozco un valor mayor que el necesario para mirar dentro de uno mismo.
Osho

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Carlos Carbone

-Buenos Aires, Argentina-

Samurai I

………………………… “La antigua espada
…………………………se ha fundido en el fuego
…………………………de una palabra”
…………………………Lia Miersch

Cuando un samurai
toca una espada
debe derramar sangre.

Cuando un poeta
toca una palabra
debe derramar fuego.


Samurai II

El samurai le dijo a ella:
-Soy el viento.
Ella
bajando sus ojos murmuró:
-Soy el silencio.
Entonces él, con sus brazos de filosa daga,
la tomó y la hizo resonar por siempre.


Ella y la noche

Ella
estremece la noche
la vuelve fugaz
música en sus ojos
aire en sus besos
noche sin astillas
y sin máscaras.

Aplauso entre las sombras.

Ella
estremece la noche
luego, con las pestañas ardiendo.

Vuela.


Ese jardín

……………………… (a María Montserrat Bertrán)

Miro ese jardín
…………prolijamente ordenado
pongo énfasis en las rosas
………………con un rojo que estalla
y en el blanco jazmín que golpea
………………………………………acariciando.

Ese jardín
a veces queda
…………………lejos de la mano
duele tanto concierto mágico
y tanta belleza
………….definitiva.

Me encantaría
desordenarlo con la mirada.


Áspid

Este poema es una venenosa serpiente
que arrastra antiguos ecos por la memoria de la lluvia
con ojo de piedra y lujuriosa lengua
busca caliente sangre
………………en la pesadilla de los corazones.

Este poema si muerde inevitablemente
te dejará agonizando eternos jueves
girará tu cabeza en el estupor del silencio
se prenderá fuego tu escritorio y tu sarcasmo.

Este poema cuando ataca es mortal
su mordedura trae fiebre
……………………………….rotos espejos
y eternas sombras.

Este poema es una venenosa serpiente

………………………………………………………Y MATA!


……………………Del libro Áspid, Buenos Aires, marzo 2011

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La vida es desierto y es oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en los protagonistas de nuestra propia historia.
Walt Whitman

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Analía Pascaner

-Nació en Buenos Aires. Reside en Catamarca, Argentina-


………………………………………………………………………A GP, en mi recuerdo

El gris de sus ojos resplandece. Sus palabras surgen a borbotones. Sonríe. Su mirada adquiere un color picaresco y vuelve a ser ese niño expectante, mirando el horizonte desde el andén pegado a las vías. Tiene urgencia porque sabe que ese recuerdo no debe esfumarse: su abuelo llegando en un carro tirado por dos caballos, los cinco centavos tintineando antes de deslizarse desde manos enguantadas, la carrera de los hermanos hasta la heladería del pueblo. Instantes más tarde su mirada se torna transparente y se pierde en algún rincón impenetrable. Ya no hay conexión posible.
Generoso y solidario, decidido e inquieto. Brillante y sagaz, inteligente y ágil. Perfeccionista e implacable, la gente de su entorno sabía el precio a pagar al escurrirse algún error. Se postergó cada día priorizando su trabajo, para dar una vida digna a su familia.
Nunca permitió aflorar sus sentimientos. Jamás una lágrima rodó por sus mejillas jóvenes. Su alma sensible aprendió a callar. Sólo quienes comprendían la expresión de sus ojos grises, sabían de su pena o su alegría.
Los años cayeron encima suyo. El tiempo dibujó severas grietas en su frente ancha.
Las ropas oscuras contrastan con su palidez. Sus dedos delgados parecen enredarse entorpeciendo los movimientos de sus manos pulcras. Su corazón gastado por el amor a una mujer. Su mirada y sus palabras denotan desazón por este mundo, mientras protesta: no sé adónde vamos a ir a parar
Su piel es un traje demasiado grande y lo tolera en silencio y con pesar, viendo transcurrir sus días desde una ventana, entre naipes solitarios esparcidos sobre un mantel raído, naipes tan solitarios y ajados como él mismo.
El desánimo acompaña sus pasos. Se siente viejo y agobiado, ya no tiene ilusiones ni sueños, algunos proyectos se concretaron quedando otros muy atrás en el camino. Su mirada y su mente dejaron de brillar hace tiempo.
Sólo espera. Sabe que algún día llegará ese momento en que descansará para siempre de esta vida que tanto esfuerzo y sacrificio le costó andar.

………………………………….....………......……………noviembre 2002 / julio 2011

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Por decir lo que pienso, sin pensar lo que digo
más de un beso me dieron y más de un bofetón.
Joaquín Sabina

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María Montserrat Bertrán

-Ituzaingó, Buenos Aires, Argentina-

De la noche

Pregunto a la noche peregrina
por la música
y en los portales del silencio
entro por el lucero
a una nuez abriéndose en el cielo

ahora,
bajo suavemente como una caricia
hasta el amor

los ojos quieren ver por sí mismos
los oídos, oír
el tacto…
pero no pueden
no pueden con la noche...

De ella,
somos las preguntas
……………………………………………los grillos
y más adentro
……………………………los sueños de la luz.


Preguntas

………………………A Nidia Santa Cruz y Eduardo Dalter

Habíamos hablado de espesura
en una densa tarde donde brotaron sueños

¿fue por el verano que reía en la estación?
¿por el verde que humedecía los labios?

tras decir, cantar y beber vino en el jardín
ya no vi mis pies
sólo pasos que subían
alas
de regreso a la Palabra.


Memoria del Agua

En este desierto
hay tanta sed y luz como silencio

traspasando la muerte
la memoria del Agua brillante y poderosa
rompe las cáscaras del fruto

Oh Amor!


Si los magos

¿Cómo resiste la princesa entre muros?
Si un gorrión le canta desde la torre más alta
Si los árboles del mundo hacen nidos en los altares de la Tierra

¿Cómo resiste la princesa entre muros?

Si los magos del fuego pintan seres multicolores sobre el aire, sobre el agua
Si una lluvia de estrellas moja el valle de su cuerpo despierto y trémulo

¿Cómo resiste la princesa entre muros?


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Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo, no encuentra nada.
Johann Wolfgang Goethe

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Amanda Espejo

-Quilicura, Chile-

Hablando de faltas

Para contigo pasa que...


Le encontré el sentido
a la palabra FALTA
y se antepone al tiempo,
al espacio, al habla,
al descanso de la noche
y al romper de la mañana.
Y faltan caminos nuevos
con estaciones y plazas
en donde agarrar aliento
para gritar fuerte ¡FALTA!
Faltan peldaños que suben,
faltan planicies que bajan,
falta volumen, reverso, pizarra,
para graficar las fórmulas
los excesos, las confianzas.
Faltan dedos en mis manos
para descubrir tu espalda.
Faltan besos en las bocas
falta goce en las gargantas
falta tirar la cordura
falta locura en las sábanas.
Y en contrapunto perfecto,
si hay algo que sobra
son ganas.

…………………………Quilicura/19/04/2006


Aprendizaje

Entonces, dime...
¿Alguna vez te aprendiste mi espalda?

¿Caminaste a paso firme los adoquines de mi columna
deslizando tu cuerpo por sus lomas de huesos curvos
lamiendo - de paso - la textura leve de mis pecas
y el quiebre altivo de mi cintura?

¿Sellaste con tus labios al final del recorrido
la hondonada tibia donde se guarece
la última vértebra de la serpiente?

Y si no lo haz hecho...
¿Cómo puedes saber
quién es la que duerme a tu lado?

……………………………Quilicura / 6 / septiembre / 2008


Algo así...

De vez en cuando, dormía así:
con los brazos cruzados,
curvos y apretados
sobre la cálida luna de su vientre.

Soñaba tal vez...
Acunando, conteniendo, prolongando
todos los calores
los orgasmos, los temblores,
inducidos por...
el tanteo, la lamida y el jadeo
del intruso persistente,
(no nombrado)
empecinado en guarecerse
en el húmedo refugio
que (ella) esconde entre sus piernas.

Los viernes, noche,
casi rozando la madrugada,
después de la venida, la irrupción
y la estampida al galope
del Amatorio Prestado
(y para no llorar su falta...)
ella dormía así.

……………………………Quilicura/20/05/07

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No es lo que los otros hacen ni nuestros propios errores lo que más nos daña, es nuestra respuesta.
Stephen Covey

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Francisco Garzón Céspedes

-Madrid, España-

Sudor de amor

No hace tanto se celebró en Madrid un maratón. La carrera atravesaba festiva: Adolescentes, ancianos, hombres, mujeres. Entusiasmo, esfuerzos, sonrisas y velocidad.
Me hallaba en un café, salí. Encontré una avalancha de corredores que no me permitía llegar de una acera a la otra. Demoré y al fin crucé cuando la carrera no fue compacta.
Caminaba en paralelo, y por entre el gentío pasó un tornado rubio, de piel muy blanca, falda amplísima y cabello en larga cola. Parecía una figura de las películas de los cincuenta. Corría más rápido que los corredores. Pensé que podía haberme hecho caer porque me rozó.
La muchacha se detuvo sobre la acera veinte pasos más allá, giró y levantó un cartel con un letrero en inglés, amoroso y de aliento, que tenía el número de un corredor. Busqué al corredor, lo vi sonreír y pasar como exhalación. A la muchacha, agitar el cartel. Y a él perderse en la distancia con los brazos levantados por sobre su cabeza, moviéndolos como júbilo y despedida.
Comencé mi clase esa mañana contando esta acción que humedeció a Madrid con sudor de cuatro brazos en alto. Un sudor que, de la acera a la calle, se entrelazó.


El primer narrador oral

Él tenía una imaginación creadora. Desbordantemente fecunda. De tanto andar y andar por el universo, a solas, en silencio, inventó un idioma. Palabras a las que hubo de imaginarles lo que nombraban. Dijo: "Luz". Y la imaginó. Y fue la luz. Y habló y habló. Dijo: "Hombre". Dijo: "Mujer". Y los imaginó. Y ellos fueron. Hasta que al séptimo día de imaginar, eligió el reposo. Nunca ha sabido Él, el primer narrador oral, que cuando los hombres y las mujeres, en el tiempo de ese séptimo día, reinventaron las palabras, crearon una y nombraron al narrador oral: "Dios".


Los talismanes de Dios

El Narrador Oral tomó una parte de sí, recordó al Hombre y la moldeó como éste. Le llamó Jesús, lo envió a la Tierra y le dijo las dos palabras elegidas talismanes. "Imaginarás." "Narrarás." Hizo una pausa. Y añadió: "Formarás discípulos. Y te negarán. Pero tú resucitarás. Imaginarás. Narrarás. Tal vez los humanos se den cuenta".


La mirada del amor

Amor:
Dos cosas. Deseo que me recuerdes desde la mirada con la que me viste por primera vez, la mirada de tu juventud, de tu búsqueda; aquella mirada palpitante de anhelo. Y deseo que me recuerdes tal y como me viste la primera vez: en ese instante en que, cristal por medio, me descubriste y todo se iluminó como expectación; y, especialmente, deseo que me recuerdes en ese instante, minutos después, en que en la calle me tomaste del brazo y giré y nuestros ojos se encontraron para saber. Desde entonces hemos sido. Ni vida alguna ni muerte alguna han podido nunca con la mirada del amor.


Como un predestinado

La servilleta esconde lo escrito. Es dejada por el escritor con apariencia virgen. Cuando el siguiente comensal la usa, el texto no leído, cumpliendo feroz como un predestinado, se le graba en la boca, punta de la nariz y en ciertas zonas de las mejillas para que todos puedan degustarlo.


Cuando sale a la intemperie

Cuando el viento del otoño comienza a soplar es imparable. Tan pronto el escritor sale a la intemperie, el viento comienza a deshacerlo. El escritor se va volviendo arena suelta, esparcida. Su corazón no logra protegerlo, está ausente, alojado junto a su razón en alguna de las páginas que ha escrito.


Relevo

Corrió. Están detrás: Le cortan la cabeza. La cabeza seguirá corriendo aún más aterrada.


Corporeidad de la sombra

Cuando la ciencia logre que la sombra humana sea corpórea creará los primeros clones de hombre y de mujer, sólo que se prevé que, lamentablemente, sin autonomía. Los defensores de los derechos humanos, alertas ante las investigaciones en este campo, preparan los argumentos para llevar a juicio a los científicos en cuestión. Consideran que podrían acusarlos por lo que la corporeidad de las sombras significaría a personas y sociedades muy exhaustas por los efectos devastadores de la crisis económica reiterada. No se teme que las sombras vueltas corpóreas estén en condiciones de intervenir en los procesos judiciales.


Textos incluidos en:
Cuadernos de las Gaviotas Número 17: Microficción / Microtextos: 50 Formas Literarias / 2011 y Los Libros de las Gaviotas Número 3 / Cuentos breves e hiperbreves / 2010. Editados por CIINOE Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica / Madrid / México D. F.

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Hay que simpatizar siempre con la alegría de la vida, cuanto menos se hable de las llagas de la vida, mejor.
Oscar Wilde

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Maruja Vieira

-Manizales, Colombia-

Más que nunca

Porque amarte es así, tan dulce y hondo
como esta fiel serenidad del agua
que corre por la acequia, derramando
su amorosa ternura sobre el campo.

Te amo en este sitio de campanas y árboles,
en esta brisa, en estos jazmines y estas dalias.
La vida y su belleza me llegan claramente
cuando pienso en tus ojos, bajo este cielo pálido.
Sobre la yerba limpia y húmeda mis pisadas
no se oyen, no interrumpen el canto de los pájaros.
Ya la niebla desciende con luz de la tarde
y en tu ausencia y mi angustia más que nunca te amo.


Promesa

Está mi voz creciendo, buscando bajo tierra
el júbilo del agua, del trigo y la violeta.

Sube por las raíces milagrosas de un sueño
hacia el aire y la nube, desde la oscura greda.

Nacerá como un árbol de ramas florecidas
que ceñirán la frente del espacio en sus dedos.

Y alargará mi sombra por un camino eterno,
más allá de la imagen borrosa de mi cuerpo.


Luz de presencia

Tú venías buscándome desde playas y sierras.
Venías presintiéndome por todos los caminos.
Encontrabas mi voz en los ecos del viento
y tocabas mis manos en el agua del río.

Me hallaste en una tarde de soledad y música.
Dulcemente llegabas con tu amor a mi vida.
Al fondo las montañas heridas por la lluvia
y en medio de los muros la lámpara encendida.

Yo entendí tu presencia porque un fuego de angustia
destructor y quemante se apagó entre mis venas.
Porque el agua invasora de una inmensa amargura
desplegó hacia el olvido sus oscuras mareas.

Te di mi lejanía de bruma y de silencio
–la tienes en tus manos como una flor de sombra–
en cambio tú me has dado tu claridad de fuego
que resucita muros en mis ciudades rotas.


La tarde lenta

Tengo llenas las manos de sol y de perfume.
La tarde me devuelve tu invisible presencia.

Tu mirada me sigue, dibujando mi sombra.

Estás en el paisaje como un árbol de sueño.

Gotas de luz inquieta tiemblan entre las hojas.

Una columna fina de humo gris en el viento
está formando apenas el nombre del recuerdo.


Pequeño nocturno

Tu mirada encendía
llamaradas lejanas en el bosque del viento.

Se borraba tu sombra.
Se alejaba tu acento
–lenta flor en el tallo de mis manos heridas–.

En la tierra, en el cielo,
en la espuma del aire y en el árbol del eco.

Hondamente la mano
de la noche clavaba sus puñales de lluvia.

Te llamaba el silencio.

……………………………De los libros Campanario de lluvia I y II (1947)

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¿Qué mundos tengo dentro del alma que hace tiempo vengo pidiendo medios para volar?
Alfonsina Storni

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Migé Aparicio

-Málaga, Andalucía, España-

Leer
,
temas creados
a Miguel Hernández Gilabert,
no es cosa trivial, u…
rutinaria.

Pensar en él,
duele hasta erizarte los vellos,
si así no es tu estado de ánimo;
sólo ejerces oficio.

Lo que significa,
sólo le usas,
cual icono desaparecido.

Él como otros anteriores u posteriores,
han de ser honrados ejemplos a seguir; y…
eso no llega al corazón con la imagen en una camiseta.


Clavelillo,
ya recién polinizado,
se preguntaba él,
¿dónde estoy?,
sólo pedregal veo.

¿de qué matas he brotado?
¿caeré seco
antes de llegar al Oasis
que todos merecemos?

Percibo de escorpiones estoy rodeado,
mi infantil intuición,
dice hasta la muerte ellos me cercarán.

La hipocresía y muchas más cosas malas,
a cada segundo,
de ubicación me lo cambia.

……....………11 04 12


Vocecita
apasionada;
puede tú no te des cuenta,
con ella y tu presencia;
rindes corazones a tus pies.

El comparar es muy normal,
pero esta tuya significa me miraste, y…
por ello reafirmas, mis roces;
que tú no analizas.

Ahora ya te has indisolubilizado en yo,
¡lástima! sorda estés a mis ojos;
moriré sin en mis brazos mecerte.

Cada vez nos veamos,
que al centenar no creo llegue;
musitando te seguiré besando.

….....………11 01 06


Sus corceles blancos;
eran esos bichitos plateados,
que a oscuras, y…
entre papelorios viejos se mueven,
como peces en el agua.

La morita quinceañera,
que encerrada estaba,
en el cuarto dorado;
pero ella volar deseaba.

Ella no quería,
casorio obligatorio,
pactado por los mayores.

Mueran las tradiciones todas;
que obligan a los humanos,
a ser tan criminales.

…….....……11 04 06

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El mundo va a ser cada vez más peligroso. No porque haya cada vez más gente mala, sino porque cada vez hay más gente que mira y no hace nada.
Albert Einstein

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Emilio Yaggi

-Escritor de Santa Fe. Reside en Catamarca, Argentina-

La colorada de las vaquitas de San Antonio

-Se largó a llover más fuerte y yo, sin paraguas… ¡a correr! Mejor me saco todo esto y lo guardo en el bolso, porque si no, al diablo las hermosas vaquitas de San Antonio de mis auriculares…¡epa!, casi me caigo; estas corridas ya no son para mí. Es que estoy cansada, muy cansada; pasé la noche sin dormir. ¡Aj! no quiero ni acordarme.
-Hola, ¿hay alguien en casa? ¡arriba dormilones! Alberto, bebé… ¡aquí están!
-Hola Cris, estás mojada y pálida…
-¿Cómo se portó mi preciosura?
-Bien, durmió toda la noche. Sólo se despertó una vez a la hora que le correspondía tomar la mamadera. No dejó ni una gota.
-¿Y vos? ¿cómo estás? ¿descansaste?
-Mal, vos sabés que estoy mal. No soporto todo lo que nos está pasando…
-Yo tampoco, me asquea, pero qué otra salida tenemos… ¿qué otra salida rápida tenemos? ¿qué otra cosa podemos hacer? A varias personas les pedí que si sabían de algún laburito para mí me avisaran, así dejo esta basura… ¿qué otra cosa podemos hacer?
-Esa es la eterna pregunta. Anoche mandé mi currículum a un par de lugares, vamos a ver qué pasa. También me ofrecí para cortar el césped en la casa linda de la avenida y tengo que ir el martes; algo es algo, ¿no? Se te desarmó una trencita, Colorada…
-Qué querés, con tanto trajín; cinco tipos… ¡asquerosos!, ¡repugnantes!...Tengo que bañarme lo antes posible… ¡qué asco! Necesito purificarme, estar limpia para abrazar a mi angelito y a vos, pero cuando esté limpia…
-Andá Cris, hay agua calentita. ¿Te preparo algo para comer o tomamos mates?
-Tomemos mates…ya vuelvo.
-¡País de porquería! ¡País de porquería! ¡Que a los cuarenta años un hombre ya no sirva para trabajar! ¿Y los estudios, la experiencia? ¿No sirven para nada? No sé si en todos lados será igual; sí, los tiempos son así, pero qué me importa, el jodido soy yo y mi familia. Quedás enganchado con deudas y si no pagás te embargan todo o te quitan lo que con tanto esfuerzo habías logrado… ¡maldición!, ¡recontra maldición!...
-Alberto, ¡qué pasa? ¿Estás gritando o es la tele? Me pareció escuchar unos golpes…
-No pasa nada mujer, es la tele, bañate tranquila…después se preguntan por qué los hombres viven menos que las mujeres, o por qué hay más suicidios entre los hombres que entre las mujeres…qué otra salida hay…es que vas cayendo en un pozo, un pozo negro; un torbellino que te hace girar y girar y perder la noción del entorno y se te pegotea el desprecio propio, ya no ves nada, todo está muy oscuro, se pierden los valores, te vas hundiendo, te traga la ciénaga…
-Alberto, me alcanzás la toalla por favor.
-Si Colorada, ya te la llevo; acá está; ya está el mate listo…
-Enseguida estoy con vos y con mi corazoncito.
-…y pasás a ser un cero a la izquierda, un don nadie, nada; se te cierran todas las puertas, no se te ocurre nada y llegás a esto…
-Listo, aquí estoy, dame a mi niño, mi dulce, mi ilusión, y dame un beso. Por favor secate esas lágrimas, no hagas más difícil mi situación. Esto no va a durar toda la vida; creo que en poco tiempo podré dejarlo y trataremos de olvidar. Trataremos.
-Sos tan buena Colorada, no merecés lo que estás pasando…
-Nadie lo merece, vos tampoco. Dame un mate.
-Sí.
-¡Hola mi bebé! ¡Aquí está tu mamá! ¡Qué precioso estás! ¿Así que te portás bien, dormís toda la noche y tomás la mamadera entera? ¡Mi amor! Espero que nunca te enteres de lo que estoy haciendo, pero aunque lo que hago no sea lo mejor, también lo hago por vos mi vida, por vos.
-Ahora no llores vos; valés oro Colorada, y yo soy una basura.
-¡No vuelvas a repetir eso! La vida ya te dará y nos dará una nueva oportunidad. Te amo. Abrazame.
-Valés oro, de verdad…ya vamos a salir de ésta…
-¡Claro que sí!


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Se cree en la sangre que corre, y se duda de las lágrimas.
Alfred de Musset

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Raúl Feroglio

-Las Parejas, Santa Fe, Argentina-

Zamba para Antonio


Llegar a su casa es ganarle al tiempo unas emociones
que empujan la tristeza y la muerte hasta los baldíos del olvido
Llegar a su casa es hallar en el revés del día
los misterios retaceados por la noche
Llegar a su casa es agrupar los corazones
y entregar las manos al juego colectivo del abrazo
La risa y la palabra señorean por un tiempo imposible de medir.
En esas profundas y grandes horas, el vino no falta:
¡Salud, Antonio, amigo del alma!


Hay una casa despierta
Entre todas las que duermen
Hay una música cierta
Donde el silencio se pierde.

Hay un amigo despierto
Entre todos los que duermen
Hay una mano que aprieta
Si la soledad te pierde.

Digo casa, digo amigo, digo tiempo y soledad
Nombro las cosas que quiero porque al nombrar
Voy disolviendo las penas que necesito cantar
Destape Antonio otro tinto, que ya está por aclarar.

Hay un verso emocionado
Una canción y una historia
Pal que llega siempre un plato
Pal que se va, la memoria.

Conversar y amar el tiempo
Humano de la esperanza
Cambiar el mundo y la vida
Cambiar dolor por confianza.


Fuegos

Aquel hombre que mi verso toca
ungiéndolo no
apenas nombrándolo
crujía como un viejo puente
se astillaba en las fibras de sus huesos
y nacía
permanente y blanco
en el disparo de luz del orden nuevo.


Búsqueda...

Buscaba el corazón del frío
el centro donde los hilos confluyen y se abrazan...
la intensidad de los colores y los días.
Pero también,
y ahí está el asunto
la dulzura secreta en la acidez de los limones
cierta suavidad espumosa en el fuego del ají.
Y perseguía en todo tiempo y noche
el silencio de las voces, el vacío en el grito.
Quería hallarse
encontrar el punto de partida de la historia
aunque supiera de antemano
que los continuos no se desmadejan.
En los viejos buscaba
restos de mandarinas que pelaron hace un siglo
y en los niños
las cortaduras
que el futuro pondrá, si es que puede,
en esas almas de hombres y mujeres sofocados de años,
tristes.
Buscaba donde no había
Mientras
iba hallando
voces, luz, palabras,
hermanas de sus miedos
carne de sus mismas soledades
Y así vivió, quién sabe…


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Injusticia es no dejar que un anciano hable sobre su vida.
Leandro Fernández de Moratín

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Betty Badaui

-Rosario, Santa Fe, Argentina-

Brindis

Los lagares, las uvas y el momento
de encontrar en el jugo alucinante
un impacto, un hechizo, un duende andante
que disipe el glacial aburrimiento.

Lagares y manzanas; un invento
de la tierra, del sol y el palpitante
exprimido que aloja, exuberante,
el voto de un frutal aturdimiento.

Los lagares de Dios son un regalo
para el hombre, su sueño y sus albores;
y es la mujer la copa y el consuelo,

el elixir cabal del intervalo,
la que sostiene en todos los dolores,
porque es cabaña, sembradío y cielo.


Alquimia

Espíritu y materia, combinados,
suceso substancial del universo;
no sé cuál de los dos es el anverso
ni qué logros consiguen, separados.

Se repiten en los hechos cimentados,
en el bien, en el mal, en el esfuerzo;
no sé cuál de los dos es el reverso
pero siempre estarán amalgamados.

Bello enigma de siglos recorridos...
cíclicos son, espíritu y materia,
y aún así, en el cosmos se eternizan.

Lo tangible y lo etéreo suspendidos
en la luz y en la sombra de una arteria,
por la vida y la muerte se deslizan.


La manzana y su fantasía

Comienza en el Edén su larga historia
cubierta de pecados y placeres,
tentación que destruye los deberes
y un mordisco se yergue en la victoria.

Su sensual inducción condenatoria
en sabores repliega apeteceres
y mortales, hoy somos, por ayeres
que culminan en dura purgatoria.

Hoy descansa, rallada, sobre un plato
que en infancias recoge su dulzura;
es Eva, nuevamente, quien la ofrece

cabrilleando su cálido arrebato
y en la fúlgida huerta la apostura
del mítico manzano, resplandece.


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La vida es hermosa. Vivirla no es una casualidad.
Albert Einstein

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Horacio Laitano

-Pergamino, Buenos Aires, Argentina-

El tercer ojo


El tercer ojo calcula la distancia a medida que se alejan las carretas. En la primera de ellas, un sheriff de cuarenta años, empobrecido por su trabajo, grita far west a los cuatro vientos. Primeramente en inglés, luego en español y por último en árabe. Esta vez, algo turbado por las dificultades del idioma, recuerda que, en realidad, nunca fue feliz... En la segunda carreta, atestada de bolsos y valijas, el conductor castiga sin piedad a los caballos, hasta que la sangre que brota de las bestias le anticipa su propio sufrimiento. Después de cuarenta y ocho horas sin novedades, el conductor da muerte a los animales y se arroja desde un puente... En la tercera carreta, que, a su vez, guarda relación con el tercer ojo, una familia procedente de San Francisco, aconseja encerrar a los ancianos cada vez que el invierno se aproxima.
(Marque con una cruz en qué carreta viajaría usted, si tuviera cuarenta años como el sheriff, cuarenta y ocho horas sin novedades y cuatro ancianos a cargo.)


Los invitados

Al llegar los invitados, levantaron las manos y salieron. Nivelaron sus zapatos a la altura de la puerta y corrieron sobre el pasto mal cortado.
Después de la comida, se reunieron en la casa de uno de ellos. “El menor” para los grandes. “El mayor” para los chicos. “El émbolo aceitado” para todos los vecinos.
Por último, (para qué contar los detalles de la espera) un llamado congregó a los escasos concurrentes:
“Pocas pacas lechosas y aclaradas. Las calaras no son maravillosas”.


Un hombre sensible

Al decir que la quería, golpeaba una mano contra otra. Se apretaba los dedos con el borde de la puerta y gemía de dolor pegado al pasto. Era raro encontrarlo mal dispuesto. Sus piernas se agitaban al llegar la primavera o cambiaban de color como su espalda... No podía ocultar que, pese a todo, era un hombre sensible a los afectos.


La receta del señor Miraballes

El señor Miraballes desplazó de un plumazo a la señorita Milli. Sus manos se crisparon ante tanto movimiento que nadie contenía.
-El reuma sólo afecta a los mayores –sentenció el sacerdote que andaba por la casa, abriendo y cerrando puertas y ventanas.
-La pata del pollo no es buena para el caldo –comentó la señorita Milli a su vecina. (Ella también consultaba al sacerdote, cuando empezaba a sentir esos dolores en las piernas.)
El señor Miraballes insistió con su receta: dos gotas de vinagre en la punta de la lengua y alguna infusión al despertarse.
Al oír estas palabras, el sacerdote y la vecina opusieron resistencia.
-El reuma sólo afecta a los mayores –respondieron con firmeza.


La tormenta

-Siempre tuve temor a las tormentas –desgranó el Sr. Aravolazo ante un núcleo apretado de vecinos.

-¿La cala es una flor o es una planta? -preguntó la hermana de la viuda.
A medida que las nubes cubrían el entorno, los niños corrían montados en triciclos. El agua salpicaba pantalones y polleras, hasta tomar el color de las baldosas.
Un rumor silencioso recorría el vecindario. Una especie de reptil amarillento, que entraba y salía de las casas.

..............Del libro Humores familiares. Editorial de los Cuatro Vientos

……………………… * * *


Algo más sobre la Srta. Dixi


Quienes conocen a la Srta. Dixi aseguran que no es como nosotros suponemos. La Srta. Dixi es una mujer fogosa y decidida, capaz de triturar entre sus piernas a cuanto hombre se le acerque. Ah, si no fuera por la Srta. Dixi, qué sería de esos señores impecables que buscan un sexo cauto y reservado después de su trabajo.
¿Se puede acaso decir lo mismo de la Srta. Dixi? ¿Necesita ella de esos respetables caballeros, cuyas vidas familiares son un ejemplo de armonía? … Seguramente, no es esto lo que más preocupa a la Srta. Dixi.
-Bah, mujeres como ella hay en todas partes.
-Sí, pero ninguna como la Srta. Dixi.
-Sí, sí, la verdadera Srta. Dixi, no la que nosotros suponemos.


Una charla inconclusa

-Dolorosa recurrencia –manifestó ante el auditorio la Srta. Dilty.
El encuestador sacó su cuaderno del maletín y anotó la frase entre comillas.
La Srta. Dilty prosiguió la charla, tratando de observar al encuestador disimuladamente. Poco después, alguien formuló una pregunta que despertó su interés por un momento. Aprovechando la situación, el encuestador volvió a tomar nota en su cuaderno de tapas negras. La Srta. Dilty lo miró esta vez con insistencia, hasta que uno de los presentes le sugirió que guardara su cuaderno.
-Mi verdadera intención no era ésa –comentó el encuestador en voz alta. Existe la creencia generalizada de que no cumplimos la función que nos corresponde.
-¿Y entonces? –preguntó el otro-. ¿Cuál es la función que cumplen?
-La que mejor se ajuste a las circunstancias –respondió el encuestador, poniéndose de pie.
La Srta. Dilty se preparó para continuar la charla, pero tuvo la impresión de que nadie la escuchaba. Las palabras del encuestador habían concitado la atención del auditorio.


Últimos dos microrrelatos de Los apuntes del Sr. Quq. Ediciones El Cañón Oxidado

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Muchas personas están demasiado educadas para hablar con la boca llena, pero no les preocupa hacerlo con la cabeza hueca.
Orson Welles

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Rosa Lía Cuello

-Cañada de Gómez, Santa Fe, Argentina-

Tus manos


La soledad se filtra en tu mirada
y tu risa acaricia el alma
sedienta de experiencias.
Tu boca besa mis silencios
cuando en la tarde espero a que vuelvas.
Tus pasos se llenan de promesas
para intentar regresos.
Y tus manos son dos palomas
con la fuerza del águila
posándose en mi espalda.


Pájaro de abrazo

Fuiste pájaro de abrazo y no lo sabes,
cuando los harapos del delirio
anclaron el coraje en los cristales.
Fue la tarde o la noche, no recuerdo,
que callaba estremecida uniendo soledades
la que me hizo arder en la penumbra
de tu amor entero.
No quise aceptar que en la mirada
ardían los leños de tu llama inextinguible
y tus proféticas manos aún cargadas de utopías
desplegaban estandartes con mi nombre.
Moríamos las muertes cotidianas
cuando el deseo cabalgaba en los portales,
por haber vivido a contramano
cuando el amor golpea,
porque eras el poema que surge en una lágrima
cuando los restos del amor disperso tambalean,
desflorando la raíz de la conciencia.
Te amé con el cuerpo y la palabra,
con la sorpresa en la piel, sin necedades,
con la tormenta queriendo absorber el fuego
en los suspiros de la fragua,
y después seguí con el corazón quebrado
deambulando cansancios en la tarde.


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Procura amar mientras vivas, en el mundo no se ha encontrado nada mejor.
Máximo Gorki


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Leo Lobos

-Santiago, Chile-

Los vagabundos del karma

El cielo es blanco como el suelo blanco
Ciegos e invisibles vamos
En esta marcha

Para no olvidar en nosotros
El recuerdo de nosotros que se borra insistente

¿cambiará esta luna?

……………….....………Santiago de Chile, 2007


Temor

…………………… “La mejor parte es sentirse vivo pintando
……………………y la peor es necesitar hacer pinturas para sentirse vivo”.
……………………Geoffrey Lawrence

Reverencia emocionada
cuando todo
deje
de
importar
cuando todo esté oscuro
cuando todo esté perdido

Que la musa te toque con sus
dedos la espalda
y te empuje al camino

Que la frialdad de las ciudades
que la rosa de la nada
que el fango inmóvil
que la arena movediza del desierto
no borre la tristeza de tinta
que ha de alcanzar el agua

Y sea aire movido por los labios
una
vez
más

…………..……………San Pedro de Atacama, Chile, 2009


Perdidos en La Habana

Se puede ver a lo largo de Cuba verdes
o rojos o amarillos descascarándose con el
agua y el sol, verdaderos paisajes de estos
tiempos de guerra

Después de tres botellas de ron
ella lloraba en el lobby
del Hotel Capri, mientras le leía poemas que no eran míos

Hablaba de las playas a las que llegó
en motocicleta, cuando aún el sol brillaba
los cubanos son niños que lo miran todo decía

Otro él, aparece desde el centro del salón y necesito
más de un segundo para
reconocerle
me acerco y me cuenta de mujeres, palacios de salsa,
de bailes mágicos
no hay, pienso
no existe una isla
sin orillas...
No quiero habanos
no tengo dólares
mejor será
desaparecer antes que la noche

……………………………El Vedado, La Habana, Cuba, 1995

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A veces por muy alto que pongas la música sólo puedes oírte a ti mismo.
Kurt Cobain

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María Fabiana Calderari

-Santiago del Estero, Argentina-

Un café con mi padre

Cuando llegué al bar, no había otras mesas ocupadas.
Me senté en un rincón, junto a una mesa redonda y pequeña pegada a la ventana. Acomodé la silla y disimulé la mirada hacia la calle. Podía olerse la lluvia a través del cristal humedecido.
No hizo falta ocultar la nostalgia ni el desahogo de las palabras encerradas. Como siempre, mi padre, sereno y sabio; acompañó el café, caliente y rebajado.
No recuerdo cuanto tiempo estuve sentado. Me levanté aliviado. Las monedas quedaron esparcidas sobre la mesa solitaria.
Estos diálogos, desde la eternidad, me alimentan.


No es un cuento

En las ficciones, los besos suelen convertir sapos en elegantes príncipes y princesas.
En la vida real un beso es más poderoso. Rescata de la soledad, de la apatía, del desamor.
Un simple beso… Aventurémonos a sentir el encantamiento.


La tortuga

Tropiezo. Mis pasos se vuelven torpes.
Hablo demasiado o enmudezco. Mis palabras se desordenan.
Mi respiración se agita y se detiene en un suspiro lento y prolongado.
Mientras todo alrededor se adormece se agigantan mis sentidos.
Toda sonrojada y temblorosa escondo la mirada, mi cabeza. Me guardo entera.
Cada vez que te veo. Envuelta en este caparazón juicioso, desbordante de costumbres buenas y ataviadas.
Cada vez que te veo.


“Ilusión imprevista”

Una interminable hilera de jovencitas, apiladas en la sala del teatro Perrault, sueña el protagónico de la obra a estrenarse. Avanzan ágiles y a desgano.
Quedan las últimas. Los encargados no encontraron a ninguna que encuadrase en el personaje. Se apagan varias luces, pasada la medianoche. Los ecos inundan la sala. La empleada del teatro ordena a su hija que colabore con las tareas de orden y limpieza.
Los cuchicheos entre el director de la obra y el resto de los actores sorprenden a una niña de rodillas, fregando el escenario, con un estropajo entre sus manos.
-He ahí a la princesa- señalan complacidos.


Hidalguía

Subastaban ideales en una antigua posada.
-Invertid- dijo un ingenioso hidalgo. –Provechoso es quedar armado caballero.


El vínculo de la humanidad

El mar hambriento abría sus fauces para devorar al sol anaranjado. Ellos lo observaban atónitos, tendidos sobre la arena.
Un escorpión rojizo trepó la empalizada del castillo y entró en los aposentos del rey.
-El enemigo acecha. ¡Preparemos las armas! -exclamó uno de los mosqueteros, desnudando la espada con liviana destreza. El otro lo detuvo asentando su pequeña mano sobre el pecho.
-Abatiremos al intruso -recitó con voz de acero. Recogió la paleta aún humedecida y el baldecito con restos de arena y añadió hincado de rodillas: -Intentaremos primero con la palabra.


El funeral

Hacía apenas unas horas que me sentía mejor. Decidí, por fin, no estar ausente en el funeral.
Cuando llegué, el olor nauseabundo de las flores de la sala y la muchedumbre entretenida y atribulada casi me hizo regresar. Con interminables pasos llegué hasta el féretro. El muerto estaba solo, pálido, frío, desconocido.
Me di cuenta que en la mano derecha tenía el anillo inconfundible de mi padre. No pude llorar mi muerte, me sentía mejor.


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No pidas que las cosas lleguen como tú las deseas, sino deséalas tal como lleguen, y prosperarás siempre.
Epicteto

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Leonardo Zapata

-La Habana, Cuba-

Hombre de ningún lugar

Llegué a mi Buenos Aires querido una tarde tan gris
como el propio aluminio del cisne que me llevó,

ninguno de los amigos me esperaba,
ni el de los poemas tan famosos por Internet,
ni la chica de los ojos almendrados,
ni la iguana azul mensual,
ni el invisible Aldo de la pampa,
aunque a lo lejos se oía gritar un tren
pero sin Letras en el Andén
muy cerca del Río de la Plata;

dónde estaban todos,
quién me trajo a aquí,
por qué éste restaurante se llama Clo Clo,

yo era un hombre más cansado de un viaje largo
tan cansado como los enterrados de Montparnasse,
en mi vida nunca había recordado a mis amigos como ahora,
aunque con tantos poemas bajo el brazo
para mí la poesía es otra novia
y no esta desconocida que me viró la cara;

vivimos en un mundo virtual,
respiramos aire virtual,
nos amamos virtualmente,

pero ya estoy aquí
y éste es mi Buenos Aires querido,
ahora sé por qué el cronopio de Cortazar
no está enterrado aquí sino en París,

son 13 millones para un solo ángel,
Volverá a esperar al Cisne gris
Para que me lleve de regreso.


el hoyo

hoy la calle de mi cuadra
amaneció con un hoyo nuevo,
por donde se avistan
sin la ayuda de los minúsculos,
las estrujadas pieles terrestres,
las lunas del silencio del mundo,
el útero ajado de la vida,
las semillas infernales del purgatorio,
los días y las noches
del espacio-tiempo,
los capilares a flor de piel
por donde corren los verdes
de los árboles y las flores,
las fosas vacías
donde una vez
los amantes hicieron el amor
con las mórulas pérfidas;
pero casi a la superficie
incluso relucen,
un sistema de pensamientos
que le darán las respuestas
a tus preguntas,
la expresión de la realidad
que no tiene nada que ver
con las apariencias,
los acontecimientos de la vida
que no invitaste a tu casa,
alguna que otra tinaja
para la posesión del vino,
aquél Luego sin consultar partida,
lo que ignorábamos
porque excepto el resto
sólo eran mentiras provisionales,
porque este nuevo hoyo
es más propenso al terror
que a los salideros de aguas,
porque aquí no relucen las estrellas
sino los ojos del abismo,
una mano que lejos de ayudarse
se asoma de vez en cuando
para que tú la tomes y halarte
hasta el final de los tiempos.


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Puedo resumir en tres palabras todo lo que he aprendido sobre la vida: sigue su curso.
Robert Frost

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Cris Fernández

-La Pampa, Argentina-

Desde el corazón

En planos superpuestos
de grises y de piedra
el horizonte corta la mirada.
Y la tarde dibuja
con pinceles de nubes
las rocas y los cauces.
Guarda el aire la frágil consistencia
de un embrujo secreto.
Obstinada nostalgia de tu nombre,
de la savia vital de tu poesía.
Viento zonda repasa con silbidos
verticales paredes.
Hay un perfil distinto cada hora
mientras el sol matiza los silencios...
Hay un temblor profundo entre las sombras
preanunciando el regreso...
Toda la luz negada alza el vuelo
en la mirada clara, pensativa.
En el rastro de un cóndor
sobrevuelo las piedras desveladas.
Y te nombra mi pena,
herido el corazón por la distancia.
En planos superpuestos
de azules y de sombra
apenas el recuerdo te convoca.
Obstinada nostalgia.


Memoria de piedra

Existe una razón para que vuelva
a nutrirme de magia y de misterio.
Acaso sea un lazo que me une
a estas piedras desnudas y ancestrales
desde alguna otra vida que aún ignoro.
……………………………………………… ...Pero sé que la voz que me reclama
……………………………………………… insiste sin descanso dentro mío...
En un vuelo de cóndores planeo
entre nubes de airosa consistencia
que dibujan sus formas en la piedra.
En aromas silvestres de algarrobo
me sumerjo buscando una quimera,
ese sueño constante que me acosa.
Y descubro la paz en los lapachos
fulgor rosa que incendia el viento leve
en las tardes calladas de setiembre.
……………………………………………… ...Hay un duende siestero que me llama.
……………………………………………… ¿Es su nombre "destino"?...


Espíritus del aire

En esta Sanagasta del silencio,
que percibo plural y desgarrado
por el viento que, eterno en sus insomnios,
deambula por montañas sin edades,
me reencuentro en la piel y las raíces.
Los ancestros, espíritus del aire,
recorren estas piedras sin descanso.
Milenarios fantasmas que la sangre
siente latir clamando desde el alba.
…………………En esta Sanagasta del silencio,
…………………del verde brillo que despunta el agua
…………………me desvelo de sol entre los cerros
…………………policromos, audaces, que me atrapan
…………………mientras las nubes les dibujan sombras
…………………en un tiempo sin tiempo ni distancia.
…………………Siento crecer la tarde entre canciones
………………… -susurrada tonada en la alameda-
…………………y en un fulgor de oros y de ocres
…………………se adentran, dulcemente, las estrellas.
En esta Sanagasta del silencio,
de las altas paredes gris y greda
recupero mi asombro adolescente,
mi identidad primera. Y la promesa
de guardar un retazo de su cielo
en mi pequeño corazón de arena.


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Algunas caídas son el medio para levantarse a situaciones más felices.
William Shakespeare

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Cuentos breves

Eduardo Bieger Vera
-Madrid, España-
El libro

Tumbado en el diván, leía el libro. Al pasar la página las hojas rasgaban el silencio y cuando terminaba un párrafo, una frase, a veces incluso tras detenerse –sin prisa– en una palabra, cerraba los ojos y aspiraba la fragancia del papel. Después, colocaba el libro abierto boca abajo sobre su pecho, y lo observaba moverse al ritmo acompasado de su respiración, como un pájaro raro que hubiera venido a morir junto a él. Y así hasta que la luz declinaba y se dejaba ganar por el sueño, a la espera del nuevo día que le permitiría seguir leyendo.


Carmen Frontera Quiroga
-Madrid, España-
La pluma

La pluma que días antes se deslizaba rápida, estaba detenida en un punto y aparte, caía un abismo.
Sentado, escudado por la mesa del despacho miró hacia la puerta. Entonces la vio. Llevaba ese moño que a él le gustaba deshacer, y ese escote en el vestido que le gustaba dejar caer, y esas medias de seda que le gustaba acariciar, y esos tacones de aguja fina que le gustaba escuchar resonando en la madera de su habitación.
La pluma se abrió paso por la cuartilla en blanco. La había encontrado. Era la mujer de su novela.


Noemí Valiente Sánchez
-Ávila, España-
¿Penélope?

Después de tantos viajes, de andenes y estaciones, repetidas y distintas, nunca vi a Penélope marchita.
Penélope es siempre joven y en cada espera cambia de rostro, de sonrisa, muda de expresión en la mirada.
Habrá una Penélope en cada Ítaca, varada de nostalgia; pues todas seremos Penélope cuando ansiemos el silbido de metal, mientras busquemos, entre la momentánea multitud, correspondencia en una intensa mirada.
Lo seríamos todas pero tú, Penélope, eres única.


Concha Fernández González
-Guadalajara, México-
El último té

Ernestina preparó el té con la misma minuciosidad de siempre. Luego lo vertió en dos tazas y las depositó sobre la bandeja junto a las servilletas, el azucarero y el platito con las pastas de té. Antes de salir, se acercó a la llave del gas y la giró media vuelta. Después realizó la misma operación con los fuegos de la cocina y, sin acercarles ninguna llama, abandonó la estancia.
Roque la esperaba sentado ya a la mesa en la sala contigua. Ernestina le sirvió el té sonriendo sin reprocharle, ni por un solo momento, que la fuera a abandonar.


Yose Álvarez-Mesa
-Asturias, España-
Liberación

El silencio traspasó los umbrales y se posó en su lecho solitario. La noche, aquella primera noche sin él, había pasado, dejando en la piel un antes y un después de aquel momento. Cesaron las cadenas, el miedo, los puñetazos de amor, el odio guardado en la alacena. Salió a la calle con el único propósito de buscar en las esquelas la noticia de su liberación.


Javier Bervel Solís
-Cataluña, Barcelona, España-
Cuestión de prioridades

Hace ya un tiempo, Leo supo que le quedaba poco de vida. Reflexionó y compuso una larga lista ordenando cronológicamente todo aquello que ansiaba hacer antes de fallecer, poniendo como inicio y fin: la enfermedad y la muerte. Desafortunadamente, la muerte se adelantó algunas posiciones, dejando así sin cumplir algunos de sus deseos.
Ahora, en su lecho de muerte, se arrepiente de haber puesto como penúltimo paso el estar con su gente. No se arrepentía de la posición, sino de la aparición de ésta, ya que ¿acaso recordó en esa lista que debía respirar?


Sofía Castañón
-Asturias, España-
Otra vuelta al mundo

“Hasta la caseta de los helados y paro” se dijo Domingo Díaz aquella mañana en la que había salido a correr. No recordó que hacía una semana que era Octubre y ya habían quitado todos los puestos del paseo.


Beatriz Coira Ríos
-Galicia, Vigo, España-
Alaida

Soñaba con que Alaida estaba con ella, que corrían juntas por el pasillo, el mismo que, cada día, fregaba con la ilusión de conseguir dinero para traer a su hija desde Perú.
Parecía escuchar sus risas en la habitación y, al limpiar los espejos del comedor, casi podía ver reflejado su risueño rostro infantil.
Esa esperanza la ayudaba a sobrellevar su soledad y soportar mejor el duro trabajo diario.
El firme paso del tiempo se iba evidenciando en su semblante y, aunque la aproximaba más a su objetivo, sentía también como desdibujaba lentamente los rasgos de Alaida en el cristal.


M. Salomé Chulvi Lleó
-Valencia, España-
Caracol


Estaba a punto de llegar a su festín: una enorme y jugosa hoja de morera. Entonces el granjero salió de su cabaña y fue a orinar a los pies crujientes del árbol.


Miguel Flores Pintado
-Huesca, España-
La niña que no quería crecer

La niña contempló lo que le rodeaba y decidió que no deseaba seguir creciendo. Vio a su madre sentada en un rincón del sofá y a su padre en el otro sin mayor distancia entre ambos que un cojín mullido que semejaba ser gruesa muralla de silencios. Vio a su abuela observando el vacío sin mayor esperanza que la que tienen aquéllos que nada esperan. Luego giró la cabeza y engatusada por las chispeantes luces de la televisión, abrió la boca y se dejó embelesar.
Intentó hacer un esfuerzo pero fue en vano… ya no se acordaba que deseaba.


Cuentos incluidos en la Colección Gaviotas de Azogue Nº 62 (agosto 2008), editada por la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE). Madrid, España.

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No hay ni malas hierbas ni hombres malos. No hay más que malos cultivadores.
Victor Hugo

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Telma Vaernet

-Resistencia, Chaco, Argentina-

Tregua

Ayer, ayer nomás, eras el norte:
la brújula, aterida, ancló a tu vera,
recuperé la luz para mis ojos
estrenando fulgores de respuestas.
Todo era nuevo y joven:
calendarios en quiebra,
adolescencia rediviva en días
plenos de mi ansiedad por retenerla.

Ayer, ayer nomás, yo te quería:
la medida del tiempo era mi espera,
el reloj sólo el puerto que aguardaba,
mi vida, tu navío en descubierta

Pero a esta edad, comprendes,
es difícil el viaje a las estrellas,
las heridas antiguas
por leves roces abren sus compuertas
y duelen potenciadas de otras llagas:
paren angustias viejas.

Fachadas de sonrisas
van tapiando las penas,
el almanaque vuelve a tener hojas,
la mirada se aquieta,
y tu barco se encalla
atascado entre piedras.

Ayer, ayer nomás, eras el norte:
hoy la brújula busca costa nueva.


Viejo play-boy

Y pasas por la vida sin amarras
con tu actitud eterna de viajero...

Fóbica inmadurez de cualquier ancla,
soledad con escudo hecho de hierro,
sentir superficial que no se arraiga,
señales de peligro en el afecto.
Nunca cruzar el área compartida,
beber del mismo vaso, ni por sueño.
Terror de caminar iguales pasos,
cancelar cercanías ante el riesgo.

Entretanto, la vida se te escapa,
la vejez luce garfios en acecho,
y tú juegas a ser el siempre joven
mientras quedas a solas con tu juego.


Sucedáneo

Acallar los latidos de la sangre
con ancestrales ritos intuidos...
Inquietud que aletea en las entrañas,
ansiedad con destino,
muerte de soledades,
fugaz gozo y olvido,
golpe herido de sueño,
liberado delirio.
No es amor, pero sirve:
a su impulso revivo.

……….........……......…………De Poesía y Cuento, 1977

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El no esperar remedio ni desesperar de él, suele ser el remedio en los casos desesperados.
Diego Saavedra Fajardo

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Susana Máspoli

-Buenos Aires, Argentina-

Transcurrir

Cada día comienza y llega a su fin
cientos de misterios nos traen cada uno
algunos los incorporamos a nuestra vida

Vivir es viajar a través del tiempo
descubriendo personas, sitios,
valorando el aquí y el ahora.

Acumulamos sentimientos y emociones
que nos permiten valorar
la esencia de la vida
avanzando hacia nuestros sueños.

Gozando de la maravillosa
………………………………aventura
de hacer que cada jornada
sea algo especial.


La vida con sus días
…………………es una travesía
recorremos senderos
mágicos y misteriosos
……………que nunca imaginamos.

Transcurrir nuestra existencia
es lo que hace que cada día se convierta en el siguiente.


Elisa

Miniatura, mezcla de porcelana y papel maché.
Tus ojos delineados albergan secretos muy
profundos. Sonidos que vienen del arcano
emite tu boca, una y otra vez,
en tus frágiles pequeños oídos.
Siempre pensé que tus manos púrpuras
abrían las puertas a miles de sueños.
Cofre, abanico, zafiro tu cuerpo breve es la
clave para tener en cuenta. Se aferra al espacio,
hace recreos, aprieta botones maravilla de tu
ingenio, que transita el entretejido del tiempo.


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Cuando tratamos de descubrir lo mejor que hay en los demás, descubrimos lo mejor de nosotros.
William Arthur Ward


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Marylena Cambarieri

-Viedma, Río Negro, Argentina-

Violación


………Me encerró y me acosó sexualmente. Insistió. No quería que me fuera. Yo tenía mucho miedo y no quería quedarme. Me dijo que se estaba convirtiendo en un delincuente. Que siendo bueno no le había ido bien. Me contó que tiene una causa por agresiones recíprocas con otra persona. El otro ya era un delincuente. Que se va del pueblo. Que no quiere más problemas. Que no cree en la justicia ni en la policía. Me pidió que me sentara a su lado. Yo no quería. Tenía que irme. La conversación me había alterado. No pude abrir la puerta. Me permitió que lo intentara y yo lo hice y no pude. Finalmente cedí para que no usara la violencia. No quise oponerme. Y me violó.
No lo lleven preso, por favor.
A mí me gustó.
Y yo lo quiero.
Sí, nos conocíamos.
No, no es mi amante.
Fue mi amante, sí.
No, no estoy enamorada de él.
Sí, estuve enamorada.
Sí, somos amigos.
Sí, le tengo confianza.
Fue un juego, sí.
Tuve miedo, claro.
Él tiene sentido del humor, sí.
Yo tuve pánico, sí.
Él me quiere bastante, sí.
No, no quiere causarme problemas ni dañarme.
Sí, le gusta estar conmigo.
Sí, yo fui por mi propia voluntad.
Me quedé bien, sí.
Está bien.
No me violó entonces.
No molesto más.
Nadie me violó nunca.
¿Falso testimonio? ¿Yo? ¿Una causa por falso testimonio?
Tengo 42 años.
¿Falso testimonio?
Yo soy una señora decente.


En 10ª Antología Anual Especial 2009 de poesía y narrativa breve Tomo 3. Ediciones Raíz Alternativa

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Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.
Françoise Sagan

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