martes, 3 de mayo de 2022

Editorial


con voz propia nº 117 

Revista literaria 

Mayo 2022 


Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner 
Publicación creada en noviembre de 2006 
Distribución y publicación gratuitas
ISSN 2314-0275 



Si todo a tu alrededor parece oscuro, mira de nuevo: quizás tú seas la luz. 
Rumi 




La mala racha 

Mientras dura la mala racha, pierdo todo. Se me caen las cosas de los bolsillos y de la memoria: pierdo llaves, lapiceras, dinero, documentos, nombres, caras, palabras. Yo no sé si será gualicho de alguien que me quiere mal y me piensa peor, o pura casualidad, pero a veces el bajón demora en irse y yo ando de pérdida en pérdida, pierdo lo que encuentro, no encuentro lo que busco, y siento mucho miedo de que se me caiga la vida en alguna distracción.

Eduardo Galeano 




Mientras el corazón late, mientras cuerpo y alma siguen juntos, no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad tiene necesidad de perder la esperanza en la vida. 
Julio Verne 



Revista literaria con voz propia
ISSN 2314-0275 
Propietaria: Analía Pascaner 
San Fernando del Valle de Catamarca 
Catamarca – Argentina 

Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 



Que la calma del alma sea mía, para poder enfrentarme a la fuerza de las circunstancias. 
Esquilo



Autores publicados


¿Qué es “suficiente”? ¿Cómo lo sabes? 
Pregunta del día, Internet 

con voz propia nº 117 – Revista literaria 
Mayo 2022 
Autores publicados en esta edición

Salomé Moltó 

Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 


Revista literaria con voz propia 
Publicación y distribución gratuitas
ISSN 2314-0275 
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner


Eduardo Dalter

La realidad me escribe 

Hay poemas, Lubio, que es mejor no escribirlos; 
sería como deslizar la lapicera sobre algo ya escrito 
y cuyos signos se fueron arraigando en los años, 
no con vocales, consonantes, sino con aires, voces…; 
estaríamos haciendo una copia, o un intento 
de copia, que nunca podría ser sino un agregado.
La realidad también escribe sus poemas en nosotros
hondamente, como si fuéramos una pizarra o un papel 
repleto de caminos y muelles que se fueron dibujando. 
A menudo, sobre todo cuando me detengo en los tiempos 
(o en sus momentos más vívidos, o entrañables), 
yo los leo y releo, no sin emoción y no sin sorpresa. 


Tesoro caribe 

Güiria, La Salina, Punta Brava, Irapa, 
hundieron en mí un tesoro, que no lo van a encontrar. 
Un tesoro indecible, extraño, o a medio entender. 
Con sus costas, sus bananos y sus aromas de caoba, 
que circulan por las calles donde los libaneses 
tienen sus negocios de quincalla y baratijas. 
Sí, casi sin advertirlo, mientras venía por la calle Vigirima, 
o avanzaba en dirección de la camaronera o del puerto, 
mi vida quedó tocada, habitada, desde aquellos días
en que escuchaba los braceos y bramidos del mar 
desde la cama, con una joven mujer, en aquella lejana
sala, con algún grillo desvelado siempre cerca. 
Como les decía, Güiria, La Salina, Punta Brava, Irapa, 
por si alguna tarde me quedo sin memoria, sin suerte o dormido. 


Macuro 
Poema de las voces 

Si fuego, viento, piedra, 
         odio, amor o agua 
devastaran estas calles, 
desde las costas hasta la última 
          iguana, 
de nada serviría. 
Cada roca, cada hoja, 
          cada luz 
volverían a su sitio,
como ha sido desde siempre. 
          Y ésa es nuestra gloria, 
también nuestra condena. 


Frutas y caracoles 

El cortinado de su sala tenía diminutos 
caracoles de tonos beiges y rojizos, 
calados en un extremo y cosidos, que 
al llegar ella resonaban cual maracas; 

tenía la piel entrañable e indecible, como 
una única fruta del Caribe, que anuncia 
el horario oportuno para que los aires 
den lugar al frenesí ciego y los perfumes; 

la tarde entonces, casi noche, era 
una frágil envoltura que todo lo contenía 
sin quebrarse, y todo, todo lo diario y 
farragoso o pesado, cesaba de existir, 

a la altura de su lengua, que obraba 
como una llave manejada con destreza 
desbordada en el intrincado momento 
en que se debe exigir a pleno para ser; 

su balcón daba hacia la avenida, con 
las costas arboladas divisándose apenas 
entre nieblas; y todo aquello además 
cuyo aroma será de necesaria escritura,

aunque difícil, algo lejano, o imposible…

                                                                    Maracaibo, 1982 


Del poemario del autor: Semeruco. De Güiria a Maracaibo 
Eduardo Dalter 
Buenos Aires, Argentina 

Como todos los grandes viajeros -dijo Essper- yo he visto más cosas de las que recuerdo, y recuerdo más cosas de las que he visto. 
Benjamin Disraeli

Haidé Daiban

Buscar otra salida 

En un día de perros, 
en la ciudad dormida, 
camino como siempre 
la mirada perdida. 
Después del desayuno, 
de una despedida, 
será otro pasearse 
en calle amanecida. 
Y no lo culpo al aire 
que esconde en su huida 
Ideas y esperanzas, 
eso es también la vida. 
Acepto y rechazo 
el robo de los días, 
La mano en el bolsillo 
que busca una salida: 
la llave, el celular, 
el diario con mentiras, 
algunas novedades 
e historias repetidas. 
En lento caminar 
al borde de la vida, 
los pasos van en vano, 
buscando otra salida… 

Poema del año 2013 


Si yo era… 

Si yo era el hada trashumante 
en los sueños con bengalas, 
en la costumbre de crear las utopías 
desde un despojo o de cenizas. 
Si yo era la Reina de una Alicia
enterrada de los pies a la cabeza 
en un pozo de fantasías 
y sirena en los cantos de las aguas, 
y estrella rutilante 
que guiaba al argonauta, 
            al caminante, 
            al peregrino, 
yo no sé 
en qué día desandado
me consumí en la herrumbre, 
y carcomida, 
luchando contra todo calendario, 
en la sombra de mi nombre, 
se agostó mi sonrisa. 


Panfleto 

Mariposa letrada 
     con avisos de Urgencia 
     baila, gasa de otoño 
     en el aire opalescente. 
Hay un temblor subterráneo 
     bajo pasos aviesos 
     y un zapato aplasta 
     la revolución 
            de mis letras… 


Premoniciones 

Entre la vida y la muerte, 
como un sueño, 
un gran texto en tecnicolor. 
Secuencias que acontecen 
y telones que cierran 
los ciclos de comedia 
o de escenas desgarradas. 
Entre el prólogo condescendiente, 
prometedor 
y el epílogo terminante, 
el arcoíris del destino. 

Nadie ose adelantar 
el final de la novela 
que, por inconclusa 
engañará a la mejor premonición. 


Haidé Daiban 
Buenos Aires, Argentina

A la vida le basta el espacio de una grieta para renacer. 
Ernesto Sábato

Robert Gurney

El poeta de la fábrica de almas muertas 

La vida se ha vuelto muy dura 
desde que llegó a ese trabajo.

Es muy poco el tiempo 
que le queda para sí. 

A veces siente 
que la vida se le escapa 
pero ya se encaminará algún día. 

Nota que día a día 
se aleja de las letras. 

Algo lo aleja de todo. 

Poema inédito 


Sonidos 

Recuerdo el sonido 
del reloj del Cabildo 
lo oíamos desde la cama 
a dos kilómetros del centro 
y los cuervos en el callejón
de los enamorados. 

La ciudad estaba llena de sonidos 
el vendedor de periódicos 
en la esquina enfrente de 
“La Espita de la Cervecería” 
que imitaba pájaros 
mientras esperaba al próximo cliente 
las sirenas que nos advertían 
un ataque inminente 
el descanso del té en la fábrica Vauxhall
anunciado con una fanfarria de trompetas 
transmitida por los parlantes 
luego las campanadas 
para decir que había terminado. 

En los años cincuenta y sesenta 
tenías que cubrirte los oídos 
con las manos 
cuando encendieron 
el túnel de viento en el aeropuerto 
el zumbido de la autopista a lo lejos 
y el carillón del reloj Westminster 
simulando el Big Ben 
que estaba en la repisa de la chimenea 
y al que no he vuelto a darle cuerda 
desde que mis padres murieron. 


La silla 

Hay una silla enorme, 
demasiado grande 
como para un rey, 
en el vivero 
cerca de The Noke Hotel 
en Chiswell Green. 

Desde ahí se puede ver 
el horizonte 
y más allá aún. 

Ahora mismo está en oferta. 

Creo que la voy a pedir 
como regalo de Reyes. 


Los barqueros 

Se encontraban en todas partes 
esos tanques de agua estática. 

Estaban allí debido a las bombas 
que caían en la ciudad. 

Había uno en mi calle, 
Wardown Crescent. 

Pasaba horas mirando 
a los barqueros de agua. 

Eran insectos que nadaban 
con un movimiento parecido 
al de un remero, 
sus piernas como remos. 

Me encantaba la conexión 
entre la palabra y la acción. 


Últimos poemas pertenecen al libro del autor: La casa de empeño y otros poemas. Lord Byron Ediciones, 2013. Colección Prometeo Desencadenado 
Robert Gurney 
St. Albans, Inglaterra 

Soy optimista. No parece muy útil ser otra cosa. 
Winston Churchill

César Bisso

Otro camino 

Lo que la poesía dice el poeta nunca lo sabrá. 
Simulan ir por la misma senda. Pero no. 
El poeta responde la pregunta de los otros. 
La poesía habla para sí. Es su propio espejo. 
El poeta celebra la vida cada mañana, 
quiere sujetar al mundo con un puño. 
La poesía va desnuda, 
en ella el hoy es para siempre. 
El poeta vislumbra el rumbo de la pasión, 
la sangre derramada en cada batalla. 
La poesía no lastima. 
El poeta abre los ojos de la conciencia. 
La poesía ve más allá. Gobierna la palabra. 


Identidad 

Nuestros cuerpos 
no andan 
uno junto al otro. 
Tampoco chocan 
entre sí. 
Amorosamente 
han forjado 
un solo cuerpo 
donde dos almas 
conviven 
sin que otros cuerpos 
pesen sobre ellas. 


La culpa

El poema es culpable porque vive al desamparo, 
se acalambra de hambre, delira con el frío. 

Es culpable porque nos quita el antifaz, 
escupe las sábanas de los impostores, 
orina sobre los oráculos.
 
Es culpable porque muda el rumbo de la noche, 
se emborracha de miedo, 
sustrae a la hiena la carroña de la boca, 
conserva la última moneda, 
anda desnudo por el inframundo. 

Es culpable porque asesina un adjetivo 
y reprende al verbo del delito. 
Repara con su voz todo aquello que enmudece. 

El poema es culpable porque no sabe ser inocente. 


Del libro del autor: Andares. Ed. Ananga Ranga 
César Bisso 
Nació en Santa Fe. Reside en Buenos Aires, Argentina 

El tiempo siempre está maduro, la pregunta es para qué. 
François Mauriac

Marta Zabaleta

Herencia 

                A Matisse 

Cuando mi boca ausente de la tuya 
ya no hable
y mis dedos en los tuyos 
ya no escriban 
sal en la noche y si lo quieres, 
mírame 
dormida para siempre en una hormiga. 

Si escuchas al atardecer un mirlo que te pía 
mientras descubres nidos en la madreselva 
o ves un huevo de pájaro roto en tu camino 
sonríele como siempre a la mañana, amigo 
y déjate acariciar por mi sonrisa.  

Como las hojas que el otoño seduce 
partiré vuelta sombra en noche umbría 
heredando mis huesos. 
A quien no me llore 
ni descuide mis flores 
le hablarán mis pescados 
y las ardillas 
todas las horas, 
pues muy vivas 
estarán mis venas 
en mis amados hijos, 
como si fuera ahora. 

15 de abril, 2005 


Canción del día siguiente 

Todo parece igual 
y el pajarito 
dice su pío pío 

La mañana 
sin sombras 
frío en la almohada

Una mujer herida 
y dos violadas 

La suavidad total 
toda negada. 

Vuelve la historia, 
y la memoria embriaga círculos 
que la enmascaran. 

Sobre mi cuello cuelgo 
esta otra rama, 
fruta y mañana. 


El desamor 

                  Al puente 

Como sería la vida 
si pudiera no tenerte tan dentro: 
saldría al jardín y vería las rosas 
deshechas por el viento anoche 
mirando a la tierra 
con siete pares de ojos de perro viejo 
a los pescaditos 
desnudos de recuerdos 
cuando mueven sus aletas
agitando la espera del sol entre las algas 
que no atrapan 
sino ilusiones viejas 
utopías quemadas 
respiraciones sin aliento 
y magnates con dinero a dos manos 
mientras el horizonte duerme traspasado de miedo 
la lluvia fría caída en un instante y después 
del trueno el run run del tren que se agiganta 
y me cede 
de su lecho la fe definitiva
de sus rieles la muerte razonada 
todo sería eterno silencio en la alborada. 

Epping, 5 de junio, 2005 


Marta Zabaleta 
Nació en Santa Fe, Argentina. Reside en Londres, Inglaterra 

El que quiera contemplar un torrente lo primero que debe hacer es no ser arrastrado por él. 
José Ortega y Gasset

Sergio Borao Llop

Aniversario 

Está anocheciendo y cae la niebla, como entonces. De acuerdo a lo previsto, hoy va a helar de nuevo.
Escucho y clasifico los ruidos de la calle, los del rellano, los de mi propia casa. Verifico la absoluta normalidad mientras compruebo la disposición de los cuadros en la pared del recibidor. 
Oigo voces, pero sé que no son más que los ecos de mi propia voz, que el tiempo ha ido amontonando en los rincones y el silencio multiplica espantosamente. Pronto sonarán las nueve en la vieja iglesia; sin embargo, desde aquí no pueden escucharse las campanadas. Repaso minucioso, inútilmente los detalles. Todo está en su sitio. Todo idéntico a aquel 30 de diciembre de hace veinte años, idéntico a todos los treinta de diciembre desde entonces, como cumpliendo un ritual que no termino de comprender, pero al que no puedo sustraerme. Miro el reloj, calculo el retraso, me asomo a la ventana. A esta hora no circula casi nadie. Por eso me sorprende la vaga silueta que se insinúa a través de la niebla. Despacio, como insegura, camina por la acera de enfrente. Sé que no puede ser ella, pero a pesar de todo es lindo soñar que son sus pasos los que resuenan sobre las húmedas baldosas, que son sus manos las que ahora sujetan un papel en el que sus ojos parece que intentan descifrar algo, que es su rostro el que se levanta de golpe mirando hacia este lado, buscando tal vez los números de los portales. Sé que es una tontería, que ella no tiene el pelo así, ni un abrigo como ése, pero después de veinte años estériles es tan lindo soñar que ha sido su brazo el que ha empujado la puerta del patio que ahora se oye cerrarse sin violencia, que son sus tacones los que lentamente ascienden hasta el primer piso, deteniéndose allí unos segundos, como dudando, y reanudan luego su marcha hacia arriba, hacia este segundo piso en el que sin darme muy bien cuenta ya la estoy esperando. Mientras pienso que seguramente ha de ser otra persona y que de un momento a otro escucharé el lejano sonido del timbre de alguno de mis vecinos, bajo un poco las luces y pongo el disco de Miles. Absurdo suponer siquiera que la imitación de fechas, temperaturas y gestos haya podido provocar, por fin, una ruptura en el tiempo, una repetición de lo que jamás debió ocurrir, una oportunidad para cambiar la historia. Los pasos han dejado de subir, pero si se pone atención puede escucharse el sonido de una respiración agitada ahí fuera. Seguro que en el rellano no hay nadie, que se trata sólo de mi imaginación, pero ya es la hora. Me dirijo a la puerta mientras miro de reojo hacia la mesa. Todo está dispuesto y los cuchillos relucen. No conviene demorarse: suena tan bien la música esta noche... 


Cuento tomado de la página web del autor 
Sergio Borao Llop 
Zaragoza, España 

El tiempo no es sino el espacio entre nuestros recuerdos. 
Henri-Frédéric Amiel

Irene Bompas

202 

Café de las mañanas 
claridad que anuncia
lo que no vendrá 
Aciago suspenso en la espuma 
del largo amanecer 
Pisadas y cenizas desparramadas 
Ya estamos listos 
Un día más nos espera. 
Insondable. 

                                        Plaza 16/02/22 


187 

Si le diéramos anchura a los deseos 
no podríamos sobrevivir 
inconscientes mentiras que 
soportan el presente 
Pasan y pasan ingobernables 
somos estúpidamente vulnerables 
pero qué placer ser parte de ellos 

                                29/12/21 6.39 am Qhispikay 


159 

“Nostalgia de la luz” siempre presente 
como la luz añorada 
como las sábanas blancas 
después del amor 
Y en la encrucijada de los tiempos 
el encuentro con la muerte 
será apacible, acaso mundano 
Y despierta de la sangre el olvido 
desvelo irrenunciable 
¿Cuánto estaremos así casi dormidos 
y viviremos en el recuerdo del camino? 

                                                                2/11/21 


196 

Unidos como muro sin argamasa 
así, los cuerpos engarzados 
Tal vez, acaso como pirca 
piedra sobre piedra 
y como la hiedra palmo a palmo 
Ya son uno. 
Inexpugnables. 

                                                      6/2/22 Plaza 


Irene Bompas 
Buenos Aires, Argentina

Observa las maravillas que ocurren a tu alrededor. No quieras apoderarte de ellas. Siente cómo se manifiesta su arte, y guarda silencio. 
Rumi

Daniel Barroso

la chica danesa

era tan delicado ella 
y tan femenino él 
que cuando se puso las medias de seda se acarició la infancia 
y una parte insospechada de él la erizó entera 
desde ese momento sus retratos fueron ella 
pintados por su amante que deseaba de él 
todo lo que tenía de ella 

se buscó en retratos y bocetos 
en fotografías y en rubor de sus mejillas 
siempre se vio igual a lo que deseaba 
siempre pudo sospecharse frágil 
siempre pudo soñarse con suavidad salvaje
se ponía a salvo despintándose las uñas 
o abotonando la bragueta bajo la falda 

una tarde llenó su bolso con la ropa adecuada 
se asomó a la ventanilla del tren
y saludó a la que quedaba en el andén 
mientras él iba a buscarse para estar completa 

en el hospital no había otro como ella 
ni como ella hubo otro que la reconociera
el doctor le dijo ¡te va a doler! 
y él le dijo que el dolor era lo que lo unía a ella 

la muerte dejó que ella no muriera incompleta 
y aunque da tristeza verlo morir en su cuerpo alegre de mujer 
podemos acudir a sus funerales con nuestra verdad en el alma 
su ilusión entre las piernas
y la impiedad de los que rezan por él y no por ella 

* The Danish Girl / Inglaterra /2015 / Drama basado en hechos reales / Tom Hooper 

                             *   *   * 

pauline y paulette 

no sos mi nena muerta 
no 
ni el jardín quebrado entre las rosas 
ni la canción de paulette entre las lápidas 
ni la regadera azul de dios a las cuatro de la tarde 

ah! pauline 
la virginidad de un sueño es despertar sediento 

nena tonta 
pauline 
atravesada por un tiempo de agua 
por oscuras aves que comen de tu boca 
y dulces animales de oro 
adheridos al pan como hígados de frambuesa 

nena tonta
pauline 
mañana siempre es un arco quebrado de belleza 
¿cómo buscar rostros de arena en las fotografías 
vibrando con lógica de máquina 
rompiendo los engranajes del cerebro 
y los paraguas del miedo? 

no sos mi nena muerta 
no 
como los ojos de mi mujer
esas campanas celestes tañendo como uvas 
como el dolor de mis brazos 
o las agujas del llanto entre mis manos 
y eso tampoco sos 
pauline 

ah! pauline 
se están llevando mi sombra 
de nada sirve el calendario 
ni el peso del ataúd 
las cuentas de la carnicería 
la marca en el pupitre 
o tu sonrisa entre la baba y los cojines 

no pauline 
no acudo en tu rescate 
te abandono a la intemperie del alma 
al silencio de pirámide de tu falda 

detrás de la ventana es un buen lugar para nombrarte 

* Pauline et Paulette / Bélgica / 2001 / Drama / Lieven Debrauwer 


Daniel Barroso 
Buenos Aires, Argentina

Imagino el día en que prácticamente todos los seres humanos, por sentido común, rechacen deliberadamente hacer daño. 
Charles Bukowski

Manuel Serrano

A veces 

Hay veces que discutimos, 
quizá demasiadas, 
pero, qué sería la vida sin discusiones. 
A veces te encuentro distante, 
o quizá lo esté yo; 
hay veces que te grito; 
a veces me gritas;
incluso hay veces que gritamos a la vez, 
hasta que vemos que si callamos 
y caemos en un beso encontrado, 
nuestras bocas gemelas ahogan las voces 
despiertan silencios 
nuestros cuerpos juntos trocan chillidos en jadeos 
y la hiel de la discusión, en néctar de besos. 


Tus labios 

Aquella noche sin luna 
millares de estrellas fugaces 
llegaron para resaltar tu cabello; 
cientos de mínimas gotas 
se posaron en los abanicos 
de tus ojos negros 
para engalanar tu suave mirada; 
pétalos rojos, amarillos y blancos 
anidaron tus labios, esos labios 
que saben a miel, a ambrosia, 
esos labios que son solo míos. 


Espinas de flor 

Espinas sonoras
tiene la flor oculta, 
el mar se vuelve espejo, 
soñado peregrino, 
como ropa que al cielo 
resbala en el abismo, 
como río que se curva
donde mis pies dudan 
en pasos descansados 
con manos mudas
De tacto aniñado. 


Nochebuena 

La luna perfila 
a ras del suelo su hoz 
sobre una siembra 
de granos de luz 
arrojados a puñados, 
perdidos en el aire. 
Por la negra campiña, 
lucecitas temblorosas 
caminan. 
El negro campanario 
les espera, 
es Nochebuena. 


Manuel Serrano 
Valencia, España

La primera tarea del amor es escuchar. 
Paul Tillich

Bertha Carou

Es preciso cantar 
                agotar la zozobra del 
                                           espejo 
                buscar la tregua 
                el paisaje de los 
                                          sueños 
y desde el fondo de la línea del 
                         naufragio 
                extraer la desnudez 
               el éxtasis. 
Pero vemos 

Una madre 
abrazando a los hijos 
       (despedazada esperanza) 
       su corazón 
ahogado en las angustias. 
       Derrumbe de materia 
sobre ángeles caídos. 
A veces
       el canto es una empresa 
                              insostenible. 

                  *   *   * 

* És menester cantar 
                 esgotar la sotsobra del 
                                            l’espill 
                 buscar la treva 
                 el paisatge dels 
                                           somnis 
i des del fons de la línia del 
               naufragi 
           extraure la nuesa 
        l’èxtasi. 
Però veurem
 
Una mare 
abraçant els fills 
       (esbocinada esperança) 
       el seu cor
ofegat en las angoixes. 
       Enruna de matèria 
damunt d’àngels caiguts. 
De vegades 
      el cant és una empresa 
                          insostenible. 


* Traducción al catalán: Pere Bessó 
Bertha Carou 
Lincoln, Buenos Aires, Argentina

Todo niño viene al mundo con cierto sentido del amor, pero depende de los padres, de los amigos, que este amor salve o condene. 
Graham Greene

Isabel Cristina Arroyo Calvo

Bordear la espuma 

Hoy mi mundo gira, 
he descubierto los terrones 
en mi cartera, 
he levantado los hombros y transito. 
¿Por qué renegar de mi destino? 

La noche fue pasajera de mis ojos 
y bordeando la espuma 
he tratado de asirme al arcoíris. 
¿Por qué ignorar matices si mi piel 
fue hierro fundido por la historia? 

Hay quienes miran atónitos 
su propia calavera cuando les cubre 
una piel añeja y triste, una piel 
sin fragua y sin recuerdos. 

La Tierra es mi presagio y trascenderá 
los fuegos de la paila, como una cordillera 
naciendo desde el pecho y empinada 
sobre el talle del espacio. 

He recorrido el laberinto del silencio
y he optado por girar 
en cada ausencia el devenir profundo
de la piedra. 

Hoy estreno zapatos para mirar 
el mundo de otra forma 
y girar como la insondable luna 
en el espacio. 


También tú eres tierra 

Me guindo de tus sueños 
porque hoy un astro sigue tus pasos 
y encandila mis ojos 
Es el horizonte que ciñe mi mirada
al borde del abismo donde cae 
el crepúsculo para nacer nuevamente 
al girar el reloj sobre el mar. 

Y las horas son esta enredadera 
extendida en mis brazos, 
una noche que cabalga en mi memoria 
y la hace girar despacito entre mis manos, 
que derrochan lluvia. 

Nazco entre tus sueños, 
Quizás soy esa hormiga 
que desata espinas en tu rostro, 
que te despierta entre caracoles 
para llevarte a bailar sobre la arena, 
soy ese fetiche que sin querer 
creaste cuando te cubría el asombro. 

Sí, soy la que besó tu nombre, 
tan solo porque también tú eres Tierra 
amaneciendo al borde de mis ojos. 


Del libro de la autora: Presagios de arena, 2020 
Isabel Cristina Arroyo Calvo
San José, Costa Rica

Sólo cerrando las puertas detrás de uno se abren ventanas hacia el porvenir. 
Françoise Sagan

TS Hidalgo

Nostalgia 

En las calles, en las plazas, desde los balcones, 
en las cercanías del puerto: 
todo nuestro perímetro era una enorme barricada 
(y grabamos todo aquello porque teníamos miedo). 
El mar era la retirada natural, 
y era impensable la rendición: 
se había derramado mucha sangre, 
mucha, 
como para estropearla con una bandera blanca 
(para no perder la costumbre, rompimos a carcajadas, 
descalzos, 
persignándonos a intervalos regulares. 
Y, luego, nada: sólo silencio). 


El sonido 

muere finalmente en las hojas 
(se estrella entre las flores), 
siguiendo algo así como un pretendido parámetro, 
un algoritmo: 
muerto de aburrimiento, 
en esta imitación de bosque 
ni tan siquiera poetizado por Whitman, 
los fuegos artificiales 
evocan en mi memoria 
el rugido de la urbe, 
en anárquica policromía. 


Primera experiencia televisiva 

¿Se podrá superar la barrera de los 100 años?, 
estamos hablando de vida media, 
trata de inicio el programa de hoy 
(inmortalistas y sus argumentos), 
de ahí se pasa a la criogenización: 
diversos especialistas en la materia 
aseveran no estar locos, 
y agregan que se trata de especulaciones razonables 
(según ellos, 
las posibilidades de éxito rondan el 40%): 
preparados en definitiva para evacuar el alma; 
deseo virar el rumbo de todo esto y
así lo expreso en directo, 
<ropa en lugares en donde no vendan también gasolina>
(off the record: 
¿un discípulo de Yahvé debe ser honrado en todos sus actos?). 


TS Hidalgo 
Madrid, España

La incertidumbre es una posición incómoda. Pero la certeza es una posición absurda. 
Voltaire

Salomé Moltó

Una carta solidaria 

Me ha gustado mucho tu carta, Marieta. Es verdad que han venido a verme al hospital muchos de nuestros amigos, familiares y vecinos. Muy agradecida a todos ellos por supuesto. Entraban en tropa, todos hablaban a la vez, todos interesados en saber cómo había ido la operación. Después han desaparecido todos, enterados de que no he perdido la pierna y que con la operación y un tiempo de reposo, volveré a la normalidad. 
Cuando el último visitante ha cerrado la puerta tras de sí, he respirado aliviada, he cerrado los ojos hasta que ha entrado la enfermera para las últimas curas. Después un silencio reparador lo ha invadido todo. He sentido un gran placer, he acariciado el sobre y he abierto la carta, gracias Marieta por tus amables palabras escritas y no bulliciosas, como las de las personas que me visitan, y no es que no las aprecie, pero las tuyas emanan dulzura, confort, esperanza, con ellas me duermo y con ellas despertaré, cuando la enfermera vuelva mañana a entrar y realizar su tarea de las curas diarias, seguro que me hallará felizmente abrazada a tu carta. 
Recordar nuestra niñez, nuestros juegos al escondite, corridas por el patio a la búsqueda del compañero escondido, ¡qué bonito! Sobre todo, poder volver a vivirlo. 
Es en estos momentos en que te encuentras bien atendido, aunque separado de tu vida cotidiana, de las personas que comparten tu rutina, trabajo, familia, amigos, etc… Es como un impase, como un lapsus de tiempo aislado en donde surgen recuerdos de infancia, recuerdos también en que eras tú quien visitaba a algún amigo o pariente hospitalizado. Quizás me haya excedido en mis manifestaciones afectivas no teniendo en cuenta que el enfermo necesita tranquilidad y reposo, sí, es verdad, solemos mesurar las cosas según nuestro estado anímico sin tener en cuenta que la persona está hospitalizada, por su enfermedad, disminuido de recursos y una visita breve es muy de agradecer, no hace falta quedarnos horas a su cabecera para cansarlo, una retirada a tiempo demuestra que nuestra sensibilidad es la adecuada y de seguro que el enfermo lo agradecerá profundamente en su fuero interno. 


Del libro de la autora: Cosas que quiero decir, 2018 
Salomé Moltó 
Alcoy, Alicante, España

Estoy convencido de que todo ser humano puede encontrar gozo en hacer el bien a los demás. 
Thomas Jefferson