domingo, 27 de agosto de 2017

Editorial


revista literaria con voz propia nº 76

                  agosto 2017


                          publicación creada en noviembre de 2006
                             distribución y publicación gratuitas
                              ISSN 2314-0275




¡Ojalá pudiera mostrarte, cuando estás solo o en tinieblas, la asombrosa luz de tu propio ser!
Hafez de Shiraz




Me preguntas cómo…

Me preguntas cómo me volví loco. Ocurrió así: 
Un día, mucho antes que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que se habían robado todas mis máscaras, las siete máscaras que había modelado y usado en siete vidas.
Huí sin máscara por las atestadas calles gritando: “¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!”.
Hombres y mujeres se reían de mí, y algunos corrieron a sus casas temerosos de mí.
Y cuando llegué a la plaza del mercado, un muchacho de pie sobre el techo de una casa, gritó: “¡Es un loco!”.
Alcé la vista para mirarlo y por primera vez el sol besó mi rostro desnudo y mi alma se inflamó de amor por el sol y ya no deseé más mis máscaras. Como en éxtasis grité: “¡Benditos, benditos sean los ladrones que me han robado mis máscaras!”.
Así fue como me volví loco.
Y he hallado libertad y salvación en mi locura, la libertad de estar solo y a salvo de ser comprendido, porque aquéllos que nos comprenden esclavizan algo nuestro.

Gibrán Khalil Gibrán, de El Loco



  
Y hay alegría porque (…) no importa cuán lejanos y desconectados estemos, siempre podemos volver. Independientemente de la cantidad de capas que nos envuelvan y de la cantidad de ira que nos consuma, no estamos atascados. Todavía existe una posibilidad.
Eliana Cline

  

             revista literaria con voz propia
 Inscripción Registro: ISSN 2314-0275
             Edición y dirección: Analía Pascaner
             San Fernando del Valle de Catamarca
             Catamarca – Argentina

  

Porque el dolor compartido es más llevadero. La clínica sirve a los pacientes, pero más me sirve a mí. Todos tenemos demonios en los rincones oscuros del alma, pero si los sacamos a la luz, los demonios se achican, se debilitan, se callan y al fin nos dejan en paz.
Isabel Allende

Autores publicados


revista literaria con voz propia nº 76

    agosto 2017
                    
          autores publicados en esta edición: 


- Robert Gurney
- Andrés Bohoslavsky
- Haidé Daiban
- Bertha Carou
- Marta Zabaleta
- María Cristina Noguera
- Anabel Vera Suárez
- Emilio Núñez Ferreiro
- Daniel Abelenda Bonnet
- Laura Beatriz Chiesa
- Osvaldo Hueso
- Raquel Piñeiro Mongiello
- M. C. Vásquez
- Adriano de San Martín
- Miguel Crispín Sotomayor
- Marisa González


Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia, en:
http://www.revistaconvozpropia-autorespublicados.blogspot.com.ar/


             revista literaria con voz propia
             ISSN 2314-0275
             Edición y dirección: Analía Pascaner
             San Fernando del Valle de Catamarca
             Catamarca – Argentina

Robert Gurney

El Valle de los Murciélagos*

A César Vallejo

¿Qué fue lo de los murciélagos
del Valle de los Murciélagos?

¿Qué fue lo que me fascinó?

¿Fue que se llevaron el aire cada día
con una puntualidad con la que podrías
ajustar tu reloj?

Andrés Bohoslavsky

El espejo de Sara

Tenía ocho o nueve años pero ya era un racionalista. Será por eso que cuando rompí el espejo de mamá escuché su enojo e indignación riéndome; más aún cuando habló de los malos presagios, de los siete años de desgracias.
En casa las cosas siempre anduvieron mal, desde que recuerdo, sin necesidad de que se rompiese nada.
A los pocos días, pasó lo de papá; luego, mi hermana Julia fue asesinada por la triple A; Ruth engrosó la lista de escritores desaparecidos; a Pedro lo perdimos en los vuelos de la muerte; y Eric partió en una sala de torturas y su cuerpo fue hallado en las afueras de La Plata.

Haidé Daiban

Blues de la Inundación

Volviendo a la casa, negro,
el río se la llevó,
Negras olas, negra el agua,
la que todo lo inundó.
Un manto de espuma blanca
cubre su honda pena de hoy.
Las lágrimas acaudalan
al Río, Rey y Señor.

Bertha Carou

La primavera

La primavera
se agita en tus plumas
¡zorzal amigo!

Corola roja
me saluda en lo alto
desde el balcón.

Marta Zabaleta

Asidas como en mortaja carnaval de penas blandas

Dedicado a Santiago y Buenos Aires en primavera y a mi jardín en otoño.

Suben
bajan
vuelan
solas.
Como el rumor de las hojas
piensan
sudan
se idolatran
caen.

María Cristina Noguera

Ventanas

Hay al jardín, a la calle
al patio, a la terraza.
La del corazón a veces la abro
para ventilar el pasado.
Entonces se mueven libres
los niños, la cuna, la casa.
Y yo navego en la dulzura

Anabel Vera Suárez

Versos que yo te escribo

Vuélveme a conocer, porque
en esta edad estoy muriendo.
Tráeme veinte poemas de amor
pues mi canción, es un dolor
desesperado, que se contempla
en el agua de los ríos, pierde la orilla
y vuelve lento su paso.

Emilio Núñez Ferreiro

Sin tocarse

     Ella lo amó hasta lo incomprensible. Él ni se dio cuenta.
     Después de tantos años esperándolo, cuando Andrés enviudó, Norma creyó que había llegado el momento en que se fijara en ella, pero el hombre ya se había embelesado con otra boca, y tampoco se dio cuenta.

Daniel Abelenda Bonnet

Piamonteses

Recuerdo aquellas manos enormes
curtidas por las heladas de julio,
los brazos hercúleos tostados
por largos veranos en el surco.
Veo todavía su espalda
encorvada sobre el Fordson
arando la Tierra Prometida.

Laura Beatriz Chiesa

Reloj incansable

Sos como el compás del pulso,
el fondo sonoro del destino,
al que no le permites escapar
al que le obligas a compartir tu ritmo.

La torre, el hombre, las paredes,
sostienen tu esqueleto circulante

Osvaldo Hueso

La miraba mientras…

se movía ágil, dulce, graciosa, insinuante, hermosa, decididamente hermosa; pelo negro, sonrisa blanca.
   Todo su cuerpo moviéndose gracioso, siguiendo esa música, con su contoneo, su girar sin pausa, su risa, sus pies, apenas tocando el suelo.

Raquel Piñeiro Mongiello

Cuentas pendientes

Todos los días
un sol lee,
hace números
y saluda
a ese atardecer
de antigua data;
luego en soledad

M. C. Vásquez

A través de tus ojos

A través de tus ojos,
Encuentro mi paz,
Atrás del cerrojo
Saciando mi sed,
Al final de mi enojo
Está nuestra piel,
Tú y nadie más
Encierra mi ser…

Adriano de San Martín

1.

Una puerta de madera en barrio Escalante, Kabanga, oculta la estación de limoneros y pejibayes, pueblo de montaña donde las serpientes volatizan sus caídas de agua por ríos profundos, la voz del vaquero enmaraña luz del maíz o toronjas relucientes en azúcar de hielo raspado.
Un tocadiscos rumbea al son de las tardes con juventud campesina congregada en salón de pulpería y cantina, faena de maderas elementales en romance.

Miguel Crispín Sotomayor

Así eres

Apacible
como suelen ser los ríos
y violenta
como también pueden serlo. Así eres.
Mar que en grave atardecer brinda calma
y en brava tempestad hunde los barcos.

Marisa Noemí González

No quiero

No quiero un viejo
demente
que clame por mis dientes
en él.

No quiero un joven
insolente
que borbotee
mentiras en un frasco de miel.