Horóscopos
En Rouen, en la Normandía francesa, el 18 de Mayo de 1847 nace,
de padres campesinos, Charles Perigot Damûet que después de una juventud llena
de privaciones decide trasladarse a París con la idea de buscar fortuna.
En la misma fecha, en Kuala Lumpur, capital de
Malasia una joven de la aristocrática familia Yap da a luz un varón al que pone
de nombre Woti que es educado en las mejores escuelas del país y al cabo de los
años se traslada a Paris a completar su formación.
En verano 1869 Mademoiselle Fournarin, trabaja como
camarera en una fonda de la
Rue Rivoli donde acaba de incorporarse un normando llamado
Perigot por el que se ha sentido atraída desde el primer instante. Fournarin,
mujer de fuerte formación religiosa, se sorprende a sí misma al responder a las
insinuaciones de un varón cetrino de nombre Woti que cada tarde repasa sus
libros en la mesita del rincón.
Ambas relaciones crecen paralelamente en el corazón
de la doncella, hasta el momento en que los dos galanes descubren el doble
juego de la dama lo que les lleva a batirse en duelo en las inmediaciones del
Bois de Bologne.
Únicamente Woti sale indemne del duelo y la muerte
de Perigot cae como una losa de culpabilidad sobre el corazón de la joven. En
el entierro descubre la coincidencia en las fechas de nacimiento de ambos y se
pregunta porqué dos personas con el mismo horóscopo han tenido destinos tan
dispares. Uno consiguió el amor y el otro la muerte.
Decide no creer en el destino que marcan los astros,
pero después de meditarlo detenidamente admite que puede que no haya error,
porque quizás el amor y la muerte sean lo mismo.
Beduinos
El
desierto se presentaba delante de ellos como un mar de arenas sin fin y a pesar
de ir dejando atrás una duna tras otra, la aparición de otras de igual
apariencia les hacía tener la sensación de que no avanzaban en su huida.
No se
arrepentían de su decisión y el amor que les había lanzado a marcharse de sus
respectivas tribus les daba fuerzas para seguir. Su amor estaba por encima de
las rencillas, los odios y las continuas peleas que durante décadas habían
enfrentado las dos familias.
Sólo
la casualidad hizo que se conocieran y gracias a ella se había fraguado aquel
amor que les llevó a resolución de huir y formar su propia familia lejos del
pasado.
Al
cabo de muchas jornadas llegaron a un oasis pequeño y escondido detrás de unas
formaciones rocosas de escasa altura, pero que mantenían el lugar lejos de las
miradas de circunstanciales trashumantes por lo que decidieron establecerse
allí.
Con
el curso de los años, tuvieron dos hijos, consiguieron cultivar la tierra y
tener algunos animales pudiendo con todo ello vivir una vida tranquila, feliz y
en paz.
Una
mañana despertaron sorprendidos al ver que el oasis había desaparecido, sus dos
hijos no estaban y el huerto y los animales se habían esfumado. Sentados sobre
la arena caliente con los primeros rayos del sol de la mañana, se miraron a los
ojos y comprendieron, con desesperación, que habían vivido todos aquellos años
en un espejismo.
Los viajes
No he oído el reloj esta mañana y cuando me he despertado en el lugar del cuarto de baño había un trastero. La cama era antigua y hacía frío. ¿Por qué no notaba la calefacción? Mi ropa de Armani, la colección de corbatas Plumkier y los zapatos de Tood's habían desaparecido.
Al bajar por la escalera ya suponía lo que había
pasado pero me acerqué a la calle para constatarlo. Hay un camino de tierra
donde debía haber una carretera de asfalto. Tampoco hay ningún coche,
únicamente un carro al final de la curva. ¡Ya empiezo a estar harto de estos
viajes en el tiempo!
El Acuario
Era un amante de los peces y siempre había soñado ser uno de ellos. Le hubiera gustado que la gente le mirara a través de un cristal mientras él nadaba plácidamente entre las aguas. Suponía que de esta manera estaría en paz consigo mismo.
Uno
de los sueños mas recurrentes consistía en imaginarse que nadaba en un gran
acuario mientras el público le observaba desde el otro lado de los grandes
cristales reforzados. Sabía, sin embargo, que eso era una utopía, pero no le
importaba porque el mero hecho de imaginarlo ya le daba placer.
Abrió
los ojos y creyó que su sueño se había cumplido. Veía desfilar a todos sus
amigos y familiares por detrás del cristal observándole y haciendo comentarios.
Le extrañó sin embargo, que el cristal fuera tan pequeño, apenas suficiente
como para que le vieran la cara, pero se extrañó aún más al constatar que el
resto de aquel pequeño acuario fuera de madera.
Textos tomados de Inventiva Social, publicación editada y
dirigida por Eduardo Coiro, Buenos Aires, Argentina
http://www.inventivasocial.blogspot.com
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Joan Mateu. Escritor nacido en Girona.
Reside en Barcelona, España
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El mundo es de quien nace para
conquistarlo y no de quien sueña que puede conquistarlo.
Fernando Pessoa
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Analía Pascaner