miércoles, 24 de marzo de 2010

Editorial

con voz propia nº 38 - marzo 2010

revista literaria




……………………………………………Donde quiera que vayas, ve con todo,
……………………………………………
lleva siempre al lado tu corazón.
……………………………………………
Confucio



Mi existencia misma la sacrificaría antes que echar una mancha sobre mi vida pública, que se pudiera interpretar por ambición.
José de San Martín



……………¿Qué diría?

……………¿Qué diría la gente, recortada y vacía,
……………si en un día fortuito, por ultra fantasía,
……………me tiñera el cabello de plateado y violeta,
……………usara peplo griego, cambiara la peineta
……………por cintillos de flores: miosotis o jazmines,
……………cantara por las calles al compás de violines,
……………o dijera mis versos recorriendo las plazas
……………libertado mi gusto de vulgares mordazas?

……………¿Irían a mirarme cubriendo las aceras?
……………¿Me quemarían como quemaron hechiceras?
……………¿Campanas tocarían para llamar a misa?

……………En verdad que pensarlo me da un poco de risa.

……………………Alfonsina Storni (Suiza, 1892 - Argentina, 1938)
……………………De El dulce daño, 1918




Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible.
Mahatma Gandhi



……………Mientras cae el otoño

……………Nosotros esperamos
……………envueltos por las hojas doradas.
……………El mundo no acaba en el atardecer,
……………y solamente los sueños
……………tienen su límite en las cosas.
……………El tiempo nos conduce
……………por su laberinto de hojas en blanco
……………mientras cae el otoño
……………al patio de nuestra casa.
……………Envueltos por la niebla incesante
……………seguimos esperando:
……………La nostalgia es vivir sin recordar
……………de qué palabra fuimos inventados.

…………………………Giovanni Quessep (Colombia, 1939)




El problema del hombre no está en la bomba atómica, sino en su corazón.
Albert Einstein

......................................
......................................
......................................Edición y dirección: Analía Pascaner
......................................San Fernando del Valle de Catamarca
......................................Catamarca – Argentina
......................................

Miguel Ángel Bustos / Francisco Paco Urondo

Miguel Ángel Bustos
-Argentina (1932-1976)-

Vientre profeta sin tiempo

Yo no soy de ningún siglo.
Vivo ausente del tiempo. Soy mi siglo como soy mi sexo y mi delirio.
Soy el siglo liberado de toda fecha y penumbra.
Pero cuando muera, el profeta que hay en mí se alzará como un niño sin moral y sin patria. Un niño loco con lengua de alaridos. Entonces amanecerá en el millón de Galaxias.
Madres del futuro; cuidado; cuando muera puedo volver.
Entonces, ay, vientre que me aguardas, dulcísima catedral de tinieblas.

.............................Tomado de http://www.escribirte.com.ar/

……………* * *

Francisco “Paco” Urondo
-Argentina (1930-1976)-

Hay un juramento

Cuando esta casa
en la que vivo hace años
tenga
una salida, yo cerraré
la puerta para guardar su calor;
yo la abriré
para que los vientos
de todas partes, vengan
a lavarle la cara;
a remontarla
de esa manera con que vuelan
las intenciones,
los aparecidos, los recuerdos por venir,
y lo que a uno le asusta
aunque todavía no haya ocurrido.

...........................Tomado de http://www.poemasde.net/

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Seguramente haya otro lugar
más allá de este pozo
y de este horizonte seco
y quebradizo.
……………………Un lugar
para sentirse más palpable
………y que hay que edificar aquí.

Eduardo Dalter


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Eduardo Galeano

-Montevideo, Uruguay-

Los nadies

Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia nacional, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.


……………………………………………………………De El libro de los abrazos

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Ver lo que está delante de nuestros ojos requiere un esfuerzo constante.
George Orwell

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Andrés Bohoslavsky

-Desde algún lugar del mar-

Sabat

...……………“El Sabat es el día de la Luz, de la Ley, de tu Dios.
…...…………En él no harás trabajo alguno, sino buscarás la Luz,
……...………el Reino de Dios y todas las cosas te serán dadas”.
………...……Dios a Moisés en el Monte Sinaí

Ese domingo habíamos bajado al nivel F
de la mina
unos 300 metros abajo de la superficie
cuando sucedió la explosión.

Arrastrándonos como pudimos
Vladimir y yo logramos salir
justo cuando pasaba una procesión
que rogaba por las almas de los obreros.

Nos sacudimos la tierra de la ropa
nos pusimos presentables
hicimos un gesto de desesperación y alegría
a la columna que corría a abrazarnos;

lejos, el cura nos gritaba:
¡Fenicios, mercaderes!
¿Cuándo van a aprender a respetar
las Leyes Sagradas?


El pianista del Black Cat

………………………………Sólo el cambio perdura”.
………………………………Heráclito

……………………………………………………a María Teresa Andruetto

En aquellos años, en que trabajé en el cabaret Black Cat
conocí a Vlad
el pianista.
Tocaba blues como pocos.

Me llamaba la atención
que tocara allí
entonces decidí charlar con él
directamente.

Dijo que prefería estos lugares
a los teatros
y las putas del puerto, a las mujeres
de la ciudad

y luego siguió, contándome
sin parar
su declaración de principios.
Rabiosamente.

De eso hace 26 años
yo estudiaba música
y soñaba con tocar
en el Royal Center de Londres
con los grandes
con los mejores
y codearme con ese mundo
que imaginaba todo el tiempo.

Ahora, nuevamente me gano la vida en el Black Cat
y me preguntan
por qué elegí tocar acá
les digo que no sé
tal vez todo me recuerde a mi amigo Vlad.

¿O será que prefiero estas chicas
y no las burguesitas de la ciudad?


La Balada de la Bahía de los Tres Picos

………………………A mis amigos Paddy y Robert Gurney, que creen en mí.
………………………A Dylan Thomas, mi recuerdo intacto.

No sé por qué Dylan me empujó,
supongo que fue una broma
de esas que él sabía hacer.

Es poco lo que recuerdo de aquella noche
salvo mi caída al mar
la ropa mojada
los cigarrillos flotando entre las algas

el rumor de las olas
el fuego improvisado entre las rocas
y la vieja petaca, corriendo
entre los dedos.

Quisiera volver a esos días
donde devorábamos eternidad
donde el sueño de vivir
no nos había aniquilado.

Donde yo era feliz,
aún flotando ahogado en el mar.


No poema

Este no es un poema.

Incluso un poema malo
es una cosa seria.

Una palabra adecuada en este verso
resultaría fuera de lugar
en el sexto
entonces me pregunto por dónde empezar
y dónde terminar
este no-poema.

Mi espíritu de contradicción
me lleva lejos
y quiero decirte una sola cosa seria:
escribí un poema, aunque sea aterrador,
clavalo en la puerta de tu casa

a partir de ese momento
estarás libre de toda la gente
respetable,
la más inaguantable
que Dios ha creado


Los poemas pertenecen al libro El pianista del Black Cat y otros poemas (2007)

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Nunca se va con la cabeza tan baja
como cuando llueve.
En mi país
por las cabezas bajas
parece que lloviera desde antes del diluvio.

Julio Carabelli, de Jurisdicción de la lluvia

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César Cantoni

-La Plata, Buenos Aires, Argentina-


02.05.05

No eras mi tipo, como se dice,
pero, de haber podido, te hubiera regalado
los jardines colgantes de Babilonia,
aquella noche, en la desolación
de un parador de ómnibus, en medio de la ruta,
mientras esperábamos rehacer la marcha
que nos devolvería a La Plata
y el verano se apagaba sin gloria.

(Epílogo para un viaje de vacaciones)

……………* * *

27.04.05

Soy el eterno perdedor.
Perdí el empleo, la gorra y la paciencia.
Cada vez que aposté a un caballo,
se mancó en la largada.
Mi número de la suerte
no es nunca el elegido.
Y hasta en el juego del amor
mi corazón trabaja a pérdida.
De buena gana, me arrojaría ahora bajo el tren
de las nueve y treinta y uno que viene de Tolosa,
pero temo que no pase a horario.

(Soy el eterno perdedor)

……………* * *

24.06.05

Ayer vino mi madre muerta a visitarme.
Vino vestida de entrecasa, con su gastado delantal a cuadros,
que colgaba de un gancho en la cocina.
No preguntó por nada ni por nadie. Simplemente,
quería saber si todo se encontraba en orden:
las camas tendidas, los cuartos ventilados,
las plantas podadas y con agua…
De paso, me recordó que la felicidad no dura,
que el amor es triste y duele demasiado
Y que, al final, sólo queda arreglárselas como se puede.
También me dijo que no comiera dulces
y, sobre todo, que me cuidara del invierno,
que, en invierno, el viento suele ser traicionero en las esquinas.
Después, cuando la tarde agonizaba,
salió a la calle, saludó a los vecinos como de costumbre
y se fue con su escolta de ángeles indulgentes.
Sí, ayer vino mi madre a visitarme.

(Ayer vino mi madre)

……………* * *

07.08.05

Desolada y sin luz, como una cosa más
tirada a la vereda, entre latas
de cervezas vacías y preservativos,
asoma la mañana; esta mañana propia de domingo,
mientras todos duermen a sus anchas
y el diariero pasa por debajo de las puertas
las sórdidas crónicas del día.

(Desolada y sin luz)

……………* * *

10.05.05

Si nada es gratuito
me animo a decir
que ese puntito negro,
esa pequeña deyección de mosca
en la testa brillante –magníficamente
tonsurada- del santo de yeso
que está sobre la cómoda, es una crítica
a la fe iconoclasta de la casa.

(Si nada es gratuito)


........................Poemas del libro Diario de paso (2008)

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El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.
William Shakespeare

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Analía Pascaner

-Nació en Buenos Aires. Reside en Catamarca, Argentina-

Buenos Aires, 1975


…..…………………Hay algo peor que la angustia de la página en blanco.
………………………Algo peor que no tener ninguna historia que contar:
………………………es haber oído demasiadas, y no poder olvidarlas.
………………………………………………………………………Fabián Polosecki


Era adolescente, regresaba despreocupada a mi casa cuando cerca de la entrada vi a un grupo de uniformados, algo usual por aquella época. Imprevistamente, un fusil me señaló la puerta y un soldado me ordenó:
-Entrá, pendeja, que la cosa no es con vos.
El miedo me apuró aunque no me impidió ver al hombre acostado boca abajo en la vereda, sus manos cruzadas sobre la nuca, rodeado por varios soldados apuntándole con sus armas.
Traspasé el umbral de mi casa sin comprender qué sucedía. No lo hablé con nadie, no se lo conté a nadie, ni siquiera esperé el desenlace espiando por la ventana.
El miedo se convirtió en cobardía y luego en indiferencia: ignoré esa situación y la guardé bajo llave.
Recordé ese hecho algún tiempo después, cuando la palabra “desaparecidos” comenzó a tener para mí un significado real, palpable, desgarrador. Cuando los desaparecidos comenzaron a golpear en las personas que llevábamos años de retraso respecto al dolor de quienes sufrieron la ferocidad y la omnipotencia de la dictadura.
Durante muchos años me sentí culpable por no reaccionar esa tarde. El rostro del hombre tirado en la vereda -un rostro que no alcancé a ver- se aparecía en mis noches tomando la forma de miles de rostros hasta finalizar en mis propias facciones, siempre formando mis propios rasgos, envueltos en culpa, indiferencia, cobardía.
Recién entonces tomé conciencia: la cosa sí era conmigo, era con todos.
Comprendí la necesidad de involucrarme con el dolor de las personas. Aprendí a no ser complaciente ante ciertas situaciones. Comencé a observar aquello que ocurre a mi alrededor.
Y fundamentalmente reconocí que no debo olvidar porque -según las palabras de Joan Manuel Serrat- “si uno no se acuerda exactamente de lo que pasó, es muy difícil que pueda valorar lo que tiene”.

Hasta el día de hoy me estremezco al pensar que ese hombre tirado en la vereda fue uno de los tantos…
Jamás olvidé a ese hombre sin rostro. Y jamás lo olvidaré.
Aunque era una pendeja, la cosa sí era conmigo.

…………………………………………………………………...……………Marzo 2006

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Aquél que duda y no investiga, se torna no sólo infeliz, sino también injusto.
Blaise Pascal

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Francisco Cenamor

-Leganés, España-

Abuelo

Llegábamos siempre de noche a aquel pueblo entrañable.
Sus habitantes, envueltos en el viento, sonreían.
Al entrar en la casa nos esperaba el olor familiar de una sopa caliente.
Los besos, los abrazos.
Abuela cubría nuestros pequeños cuerpos con sábanas de franela,
con aquella manta que tanto nos picaba.
A mi hermana y a mí nos asustaba el brillo opaco de la cruz
sobre nuestras cabezas, con su Cristo esperando un abrazo.

Abuelo nunca aparecía los viernes.

El sábado salía el sol en aquel pueblo.
Sonrosado, con su traje de pana, la boina limpia,
oliendo a aquella colonia rocosa, Abuelo entraba feliz en mitad del desayuno.
Rompíamos el silencio cómplice de la espera para saludarle entre risas.
Gotas de colacao y migas de madalena festejaban entre tazones de barro.
Le abrazábamos, roble que nos acogía entre sus ramas robustas.
Alborozados, nos subía en aquella impoluta bicicleta
que siempre recordaré apoyada en la cal de la entrada.
Con su impecable color marrón y su alazán de tintes dorados.
Nos paseaba por las estrechas calles mientras, risueños,
saludábamos a las señoras y a los gatos; aquellos sábados sobre dos ruedas…

El domingo, somnolientos, restregándonos con fuerza los ojos,
acudíamos a misa en la pequeña iglesia del pueblo.
Mi hermana y yo, muy juntos, imitábamos el gesto de los mayores
cuando recibían en sus bocas la sagrada forma.
Por la tarde había que marcharse.
Abuela nos cubría de besos y caramelos. Abuelo desaparecía de la casa.
Nos esperaba en la carretera y, al pasar, nos saludaba con ternura, sonriente;
con su bicicleta apoyada en algún árbol.

Un año,
tras otro,
y otro año.
No tardamos en crecer. Tampoco tardó Abuelo en morir.
La bicicleta siguió presidiendo la entrada de la casa.
Los habitantes del pueblo fueron pareciéndonos, poco a poco, menos felices.
Mi hermana dejó de ir. Abuela también murió;
se abrazó muy fuerte a su marido cuando la enterramos.

Un día, el brillante alazán quedó borrado por el ocre orín del hierro.
Mi padre llevó la bicicleta al vertedero que estaba en la carretera.
La dejó apoyada en un árbol caído.
Al marcharnos la vi, y a Abuelo saludando con su sonrisa de ternura.
Nunca quise volver.

…………………………Del poemario inédito Recuerdos de mi muerte

……………* * *

De la serie ‘Casa de aire’

XIII

Enseñas
la foto de tus hijos
cuando te piden
el carnet de identidad.

………* * *

De la serie ‘Ríos de gente’

8,47 a. m.

El niño tira la piedra,
muere el pájaro contra el tronco del árbol.
La piedra cae al suelo partida en su frialdad.
El niño mira el pájaro un segundo,
la sangre saliendo por el pico.
Se vuelve, se va sonriendo.

El barrendero recoge
pájaro y piedra
en su carro de basura.


………………………Ambos poemas pertenecen al libro Casa de aire
………………………(Ediciones Amargord, Madrid, 2009)

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Dos soles: el de afuera y el que está en nuestra sangre y amanece en el alma.
Luis Franco

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José Antonio Cedrón

-Argentina-México-

Carta a casa

Ayer pensé o soñé que estaba en casa.
Y te pensé o soñé como eras hace mucho
bajo un cielo que era también como hace mucho,
esas cosas de hombre de niño que uno tiene.
Te soñé como eras cuando yo no era éste
y te pensé después, y anduviste girando
en mi cabeza durante todo el día.
Esta mesa es tan chica
acá se desayunan con su ruido de jarros
las mínimas tormentas
acá llueve seguido y las noches se llenan
de tazas negras.
A veces alguien canta para desocuparse
de las lágrimas
y a veces hay un ruido de final que me roba
las pocas herramientas que reuní de a poco
esa pequeña historia asomada en desorden
al reloj de la casa
los gajos que juntabas por los alrededores
donde ha subido el polvo.
Injusto es este otoño obligando a cubrirnos
con las hojas que caen de esta miseria
que se pone a crecer
como el tiempo en las fotos amarillas
como las uñas.


Este poema pertenece al libro De Este Lado y del Otro
Primera Mención Honorífica Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío, 1981
Mención Honorífica Premio Carlos Pellicer para Obra Publicada en México, 1982

……………* * *

…………………………a Carlos Díaz, Caíto

………Aquella plaza con sus monumentos,
………sus árboles, sus sombras,
………todo fue desplazado por el tiempo,
………destruido, perdido.
Y la suerte corrida por los próceres
casi desconocidos que la habitaban
-ese enigma tan vago-
se ha quedado en las piedras de esos días.
Y porque ya no existe, quizás, es sólo tuya.
La inquietante nostalgia que demoran
los sueños, como las viejas tumbas
de parientes que sólo conociste
por enormes retratos ovalados,
te pertenecen ahora
que recorres el gesto para verlos,
levantando la vista
por arriba del hombro de tus vidas.
Mirarás ese cuerpo de una mujer
de entonces
como a un mapa del mundo
tal cual era
cuando el amor le daba movimiento
y su boca era un juego de intimidad dormida
que movía la noche.
Estarás junto a ellos, detrás, al lado, en ellos.
En un desconocido recogerán tus ojos
la edad de aquel que fuiste
en el umbral de mármol
-antes de entrar al mar y regresar hasta hoy
……con la pena confusa del mismo desamparo.
Y te querrás en él
con los sobrentendidos de la ausencia.
La historia intransferible que esos cielos
……dejaron en tus manos,
te devuelve al anillo del primer inmigrante
……que pronunció tu tierra
y no vio estas miradas.
Con todo lo ignorado de esas muertes reales
construyes el pasado que te anuncias.
El tiempo sobrevive reteniendo en sus manos
lo que desordenamos con las nuestras.

……………* * *


Ay Francesca sabemos mi poesía no rima con
tu nombre/ apenas te conoce extraña otras
cadencias otros labios costumbres/ preferiría
llamarte sin pronunciar el giro de tu nombre/
enredarse en tus manos amarrarse/
en tu mirada verse y no explicarse nunca
si tu espalda es un cello o una viola
Francesca/ porque todo es mentira no me
sonás a cuerdas desafinás Francesca/
para vos sólo vientos ráfagas de cuartetos/
largos solos de flauta de trombones/ el trazo
de Chagall impredecible/ rojos negros azules
sólo viento Francesca/ como pasa la vida
cruzando por las islas/ a veces sin palabras
silbando por el aire/ y respiro Francesca/
respirás sobre el mar o las rocas de costa/
y no estamos a salvo/ sobre la húmeda cama
de tu cuerpo este viento no vuelve a repetirse
dirían los expertos/ lleva generaciones
esperándose en tierra/ nos inclina/ truena
llueve en tu frente improvisa en tus brazos en
tu boca sin partitura alguna/ no es un amor
de atriles/ no sabemos qué cosa es este viento
qué rumbo llevará/ pero cruza las islas y no
importa/ respiremos Francesca este único
temblor este minuto.


Utopía menor

El silencio en sus voces dicta cartas que nadie
escribirá/ mientras se besan ellos/
se murmuran se enjugan se acarician
el mundo espera afuera -en otro mundo-
como niños que miran su aspiración
los amantes no saben su tamaño/
sólo se homenajean engrandecen celebran
cruzan ríos colinas se dan tregua se beben
se deshacen de cuerpos que tuvieron pasado
entre sus cuerpos
izan sus manos nuevas liberan territorio
centímetro a centímetro
pero nunca se expropian ni se toman rehenes
ni conspiran ni endeudan
y con líneas ya libres de fronteras
se dibujan, dibujan y dibujan
y se iluminan tanto que hasta se transparentan
como una hoja mirada por el sol.


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Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos.
Confucio


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Oscar Wilde

-Irlanda, 1854 - París, 1900-

El hacedor del bien


Era de noche y estuvo él solo. Y vio desde lejos las murallas de una vasta ciudad y se acercó a ella.
Y cuando estuvo muy cerca oyó el jadeo del placer, la risa de la alegría y el sonido penetrante de numerosos laúdes. Y llamó, y uno de los guardianes de las puertas le abrió.
Y contempló una casa construida con mármol y que tenía unas bellas columnas de igual materia en su fachada, y sus columnas estaban cubiertas de guirnaldas y dentro y fuera habla antorchas de cedro.
Y él penetró en la casa.
Y cuando hubo atravesado el vestíbulo de calcedonia y el de jaspe y llegó a la gran sala del festín, vio acostado sobre un lecho de púrpura a un joven con los cabellos coronados de rosas rojas y con los labios rojos de vino.
Y se acercó a él, le tocó en el hombro, y le dijo:
-¿Por qué haces esta vida?
Y el joven se volvió y reconociéndole contestó:
-Era yo leproso y tú me curaste. ¿Cómo iba yo a hacer otra vida?
Y algo más lejos vio una mujer con la cara pintada, y el traje de colores llamativos, y cuyos pies estaban calzados de perlas. Y detrás de ella caminaba un hombre, con el paso lento de un cazador y llevando un manto de dos colores. Y la faz de la mujer era bella como la de un ídolo y los ojos del joven centelleaban cargados de deseo.
Y él le siguió rápidamente. Y tocándole en una mano, le dijo:
-¿Por qué sigues a esa mujer y la miras de esa manera?
Y el joven se volvió, y reconociéndole, respondió:
-Era yo ciego y me devolviste la vista. ¿Cómo iba yo a mirarla de otra manera?
Y él corrió hacia adelante, y tocando el vestido de colores chillones de la mujer, dijo:
-Ese camino que sigues es el del pecado, ¿por qué lo sigues?
Y la mujer se volvió y le reconoció. Y le dijo riendo:
-Me perdonaste todos mis pecados y este camino que sigo es agradable.
Entonces él sintió su corazón lleno de tristeza y abandonó la ciudad.
Y cuando salía de ella, vio por fin, sentado al borde de los fosos de la ciudad, a un joven que lloraba.
Y se acercó a él, y tocándole los rizos de sus cabellos, le dijo:
-¿Por qué lloras?
Y el joven alzó los ojos para mirarle, y reconociéndole, respondió:
-Estaba yo muerto y me resucitaste. ¿Qué iba yo a hacer más que llorar?


El artista

Un día nació en su alma el deseo de modelar la estatua del “Placer que dura un instante”. Y marchó por el mundo para buscar el bronce, pues sólo podía ver sus obras en bronce.
Pero el bronce del mundo entero había desaparecido y en ninguna parte de la tierra podía encontrarse, como no fuese el bronce de la estatua del “Dolor que se sufre toda la vida”.
Y era él mismo con sus propias manos quien había modelado esa estatua, colocándola sobre la tumba del único ser que amó en su vida. Sobre la tumba del ser amado colocó aquella estatua que era su creación, para que fuese muestra del amor del hombre que no muere nunca y como símbolo del dolor del hombre, que se sufre toda la vida.
Y en el mundo entero no había más bronce que el de aquella estatua.
Entonces cogió la estatua que había creado, la colocó en un gran horno y la entregó al fuego.
Y con el bronce de la estatua del “Dolor que se sufre toda la vida” modeló la estatua del “Placer que dura un instante”.


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El dolor más intolerable es el producido por la prolongación del placer más intenso.
George Bernard Shaw


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Juan Antonio Borges

-Malvinas Argentinas, Buenos Aires, Argentina-

sos mi reina

no te arrastran los vientos que arrasan con todo
ni tampoco pueden devorarte los mares sedientos
sos reina
y en tu corona no hay oro ni piedras
apenas mis dedos incrustados en su eterna caricia
tampoco tenés ejércitos que te escoltan
tan sólo mis pasos que te siguen en cada camino que emprendas
sos mi reina
y esos mortales jamás reconocerán tu reino
sólo yo puedo verte
con tus pies de cristal y tu cabello de mar
yo soy apenas un guerrero desnudo abriendo océanos salvajes para que camines
soy tan sólo un mortal que junta pétalos de rosa
y desafiando templos, jerarquías y leyes
te haré juramentos eternos cubriéndote entera con mis pedacitos de rosas húmedas
sin ofrecerte más riquezas que un amanecer repleto de calma…


Ansiaba tu llegada

Ansiaba tu llegada me lo dicen los pájaros coloridos
de mi cuerpo
me lo grita la brisa que me acaricia en la noche
y en la oscuridad de los que sufren, de los desposeídos, los oprimidos
están tus manos curando heridas,
y no hay himno más grande que tu dulce voz
la batalla es larga/persistente
pero es a tu lado
ansiaba tu arribo por eso mis manos están abiertas
urgentes por acariciarte.


Si te elijo

si te elijo no es porque callés
sino porque gritás ante el silencio cómplice,
porque llorás en los mundos donde todos ríen mofándose
te elijo porque te conmovés ante tanta injusticia
mientras las burguesitas elijen zapatitos y carteras
vos sos única porque tus ojos luminosos no pasan desapercibidos
y en tu trinchera cotidiana das batalla
mientras todos se agachan
resignados / traidores
tu coherencia, tu dignidad
hembra compañera /
hembra batalladora
que nunca das por abandonada ninguna lucha contra la opresión…
por eso y por tus ojos que me hacen invencible
a cada paso de nuestra lucha te elijo una y otra vez…


Enemigos de los trabajadores

de que color es tu sangre?,
de que vientre blanco salió semejante bestia?
a qué jugabas cuando eras niño
y adónde habrán quedado esas caricias que te hacía tu madre…
mientras esos hombres que construyen casas,
o esos otros que hacen funcionar las fábricas van creando,
vos vas aniquilando trabajadores


Voy hacia la lucha

poco a poco
me voy extraviando en tu mirada,
cuando levantamos banderas, compañera
y en el grato sueño de nuestra victoria tomo tus manos
y me quedo perplejo recordando tu risa
el enigma placentero de tus dedos curando mis heridas
voy hacia la lucha
y me llevo tus besos,
cada mañana espero lo inesperado, la revolución
construyendo nuestras trincheras
pero tu piel, pero tu piel
en cada batalla me acompaña


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Secreto
Antes yo no sabía
por qué debemos todos
-día tras día-
seguir siempre adelante
hasta como se dice
que el cuerpo aguante.
Ahora lo sé.
Si te vienes conmigo
te lo diré.

José Agustín Goytisolo


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Marta Zabaleta

-Nació en Santa Fe, Argentina. Reside en Londres, Inglaterra-

'TEAR and SHARE' *


En tardes como esta
quisiera tener
aceitunas negras, aceitunas verdes
verdes como el trigo, verdes como el mar
que el vino tuviera
el aroma del tinto corriente
que el abuelo echaba
en su sopa la vez que le vi.

quisiera más que nada
sentirme una sirena,
saberme ya sin dietas,
caracol con pies.
Y más que un 'tear and share',
quisiera comer
una pizza grande de cebolla y queso,
mientras que en la plaza la gente paseara
su calor humano,
quisiera dormir
bajo grandes árboles,
entre mis dos padres,
verlos sonreír.

más vale si quisieras
sangre por primera vez menstruada,
ojos en los cuadros, canoas sin remo,
el jeep en el estero, ranchos de a pedazos, trinos,
y arriba
vestida de corona y manto, la santa, muy Virgen,
junto a la bandera tan celeste y blanca,
sin gritos y sin armas, ambas mancilladas.

Quisiera yo ser
fugaz y dormir,
suspirar los besos en el matiné,
vaciar la luz mala,
cruzar el puente ferroviario,
contar las palomas, jugar al tire diez,
reír y llorar, ir a la escuela en tranvía,
dormir y otra vez, soñar.

todas esas cosas poderlas hacer
Mientras los recuerdos vagan,
allá en Argentina los diarios desuellan
la patria encendida
y entonces quisiera poder yo volver:
sin tanto ‘to tear’ y con mucho ‘to share’
poder vivenciarlo, y nunca olvidar.

……… * nombre de pan italiano ‘Made in England’.
Poema del libro inédito Dulce de leche. Pseudo memorias de Lucía Salazar



Primores
……………………a Lucía Macedo Costa

mis poemas
son desparejos
como copos de nieve
cuando caen
en días de lluvia

Algunos me sonríen
otros se cimientan
la ardilla los come
mientras yo
los vuelos.


Miep Gies

Murió ayer
la conocí mientras nacía.

Después de sobrevivir
sus varias vidas,
abrió la puerta
y subió al anexo.

La conocí ayer
cuando moría.

Contó que había encontrado
hacía unos sesenta años
tirados por el piso
tres diarios,
y unas palomas
que buscaban
salirse del encierro
para escribir al mundo
mecerlo entre sus brazos
ser escritora y famosa
encerrada Ana Frank.

Decía que el pasado
sirve para enseñarnos
lo aprendí ayer
cuando ella moría.

Fue el diario de esa joven
que la convirtió en estrella
de un firmamento
más sobrio que el del cielo.

Fue heroica y justa
amiga y compañera,
temple de acero
y piel de rosas.
Sus ojos puros
irradiaban las luces
de muchas inocencias
sus dedos,
ritualísticos
dibujaban en la historia
todas las sombras y
sonreían todos sus secretos.

La conocí sólo ayer
y fue mi amiga.

Supe que su pasado
nos incendia el presente
para que Ana Frank
nunca se apague.

La conocí ayer,
mientras subía.

Descansó sabia ayer
a las 100 años, y pura.


Dos últimos poemas, del libro Mujeres de mis otros mundos (inédito)

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Nunca se pierde el tiempo que se emplea en procurar hacer el bien, el mejor homenaje que puede tributarse a las personas buenas es imitarlas.
Concepción Arenal

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Sergio Borao Llop

-Zaragoza, España-

Boletos


………………A mi amigo Miguel,
………………que despertó estas palabras.

No nombraré la ciudad porque la ciudad es múltiple, y porque lo que allí sucede, bien puede suceder a diario en otra ciudad, en otro país. Acaso cambien los nombres, los rostros, los objetos.
Yo, turista en todas partes, eterno extranjero, pertinaz inhabitante, venía caminando hacia la estación, con mi maleta medio vacía (maleta de nómada incurable, brevísimo catálogo de recuerdos y ausencias, inútil equipaje), y un creciente cansancio que se iba acentuando a medida que mis pies cruzaban más fronteras, a medida que mi pasaporte acumulaba sellos. Puesto que aún faltaba más de una hora para la salida de mi tren, tomé asiento en una terraza sombreada.
Enfrente, al sol, había varios niños jugando. Niños pobres, harapientos, de los que abundan en los alrededores de casi todas las estaciones del Sur. Cuando pasaba alguien con traje, o con aspecto de turista, uno de ellos se separaba del grupo y se acercaba al desconocido, ofreciéndole un billete de lotería. El timo es antiguo. Se trata de billetes viejos, sin premio, que los chicos recogen del suelo o de las papeleras y planchan lo mejor que pueden para darles apariencia de nuevos. A veces, algún despistado compra un billete, pero generalmente hay gritos y amenazas, y a menudo, los chicos tienen que salir corriendo para no caer en manos de la policía.
No muy lejos de allí, las máquinas excavaban lo que muy probablemente se convertiría con el tiempo en un centro comercial o un edificio de oficinas. Quizá a causa del monótono ruido de las excavadoras, me amodorré un poco.
Una voz suave me despertó.
-Señor…
Cuando levanté la vista, una chiquilla morena, con dos trenzas medio deshechas y una mancha oscura en la mejilla, me ofrecía uno de aquellos billetes.
Mi primer impulso fue echarme a reír y despedir a la mocosa con unos céntimos o con la amenaza de la policía, que es el remedio habitual en estos casos, pero algo en su mirada me impedía hacer una cosa así.
-El número es lindo -dijo, tratando de vencer mi indecisión con esas simples palabras.
Entonces la miré con más detenimiento. Sus ojos no eran los de una niñita suplicante, no eran ojos mendicantes, ni ojos víctimas; tampoco eran los ojos pícaros de quien está estafando a un turista crédulo; aquéllos eran los ojos firmes y tranquilos de alguien que sólo pide lo que por derecho le corresponde.
No lo dudé un instante. Conté algunas monedas y puse en su mano el dinero que costaba el billete. Ella me dio las gracias, sonrió dulcemente y regresó junto a sus amigos. Mientras la miraba alejarse correteando alegremente, guardé el papelito en mi cartera, junto a la fotografía de Mariela.
Miré el reloj. Había que irse. Mi tren estaba a punto de llegar.
Sé que es innecesario contar lo que sigue, decir que aquél fue el primero de una larga colección de boletos caducados, que hubo en mi camino otras muchas estaciones, otros niños y otras excusas, que en cada lugar que visité fui atesorando con avidez los boletos que aquellos niños famélicos me ofrecían, siempre ante la atenta y burlona mirada de los testigos, ciegos, incapaces de percibir que todos y cada uno de aquellos papelitos medio arrugados tenían un premio mucho más valioso que el que indicaban los números impresos.
Durante años he llevado conmigo ese primer boleto, prueba irrefutable de que la escena anteriormente narrada no fue un sueño. A veces, contemplo la cifra («El número es lindo») como si en ella pudiera leerse algo que no fuese una sucesión más o menos armoniosa de dígitos. A veces, contemplo la cifra como esperando que esos signos revelen algo que en realidad no necesita ser revelado.


…………………………Tomado de Revista Cultural Almiar Margen Cero
………………………… http://www.margencero.com/

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Había recuerdos en cada uno de los árboles. Cada poste de la cerca contenía un deseo que esperaba cumplirse cada vez que llegaba la primavera.
John Fante

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Liliana Chávez

-Córdoba, Argentina-

Cristo

Sobre mí inclina su cabeza.
Particularmente
sobre mí
como si supiera...

..........Christus
..........Traducción: Alejandro Drewes

..........Über mich beugt er sein Gesicht
..........Genau
..........über mich
..........als wenn er was wüßte


Carta

Pocas noticias he recibido en este tiempo.
Ese silencio se parece al gato gris que duerme en mi cama.
El felino mira como preguntándome: ¿qué quieres saber?
Voltea la cabeza y sigue con su sueño.
Con mi nostalgia, entonces, voy hacia el patio
………………a curar tu duraznero.

Qué lejos parecen los países donde nunca estuvimos.
Qué extenso el océano cuando separa.
Amarillo el pañuelo blanco de tu despedida.

Florecieron tres veces las lavandas sin tu presencia.
El abuelo perdió dos cosechas por la piedra.
En el baldío de los Aguirre edificaron una casa.
Donde encendías la hoguera de Sanjuán hay ahora una pileta.

Tengo que decirte algo.
Sé que no vendrás aunque te lo pida.
La mañana del lunes me caso con Isidro.
Preparo la valija. Apenas unas mudas. Son sólo unos días en la costa.

Desde que lo sabe,
tu gato va conmigo a todas partes.


Orígenes

No pretendo
los cien ojos de Argos.
Sólo un ojo en la nuca
que no pierda la huella del pasado.


Historial

Otra vez frente al confesionario del tiempo.
Lo que rememoro es lento, repetido y pobre.
Vacío y sordo es el vientre de la lengua.
Seca
me deja de palabras.
Sin embargo,
el fondo del ojo reserva algo de la esencia
en la mirada.
El espejo lo sabe y- ¡oh, sorpresa!–
por primera vez no me succiona.


Miedos

Imaginen
que sólo hay un muro
ante sus ojos.
Que por detrás
los aprisiona
una hiedra gigante.
Imaginen
un enjambre
entre la hiedra
y el muro.


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Ponemos más interés en hacer creer a los demás que somos felices que en tratar de serlo.
François de La Rochefoucauld

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Irene Marks

-Buenos Aires, Argentina-

Conjuro

Te conjuro por las Altas Estepas y el Osezno.
por Agua te conjuro, Sol Largo, Estrella Ardiente,
te conjuro en el Fuego,
en la caldera roja donde estás cocinando los destinos,
te conjuro en la sangre de los pájaros muertos,
en el corazón de los asesinados,
en los ojos de cada prisionero
………………………………………te conjuro…

Para que llegue el barco de los barcos,
el remo de la sed,
la luz caliente sobre el párpado rojo de todas las heridas,
te conjuro
Mosca de Alas Azules
y larga vida tengas en las ancas del Caballo de Mar.
Águila negra, te conjuro, Señora de las Cumbres, te conjuro,
Eco de los Antepasados, Guijarro del Camino,
oh Ruta del lucero, Blanca Vía te conjuro.

Porque ya no hay milagros en el Valle de los Cuatro Racimos,
te conjuro por Aire, Fuego y Agua, por Tierra y Lejanía,
por calma y por estruendo, por espada y por cielo
te conjuro.

Este grito es la llave que atraviesa los siglos con los labios sellados
más allá de los vientos que lentamente impulsan la canoa que aguardo.


Visiones en el valle del silencio

Escribo una carta donde comienza el sur.
Ya no regresaré. Es medianoche.
Por eso anoto aquí las primeras señales del camino.
Había un pino y un álamo y una senda muy blanca contra el verde.
Después llegó el rostro marrón y enjoyado del toro.
Había burbujas en su curtida superficie brillosa
y un anillo
para pasar al otro lado.
Ah no tengas miedo ahora que ya no se regresa.
Estalla el rosado violento contra azul de meteoros,
y pájaros geométricos sobre muy blancos árboles
y arcos de luna extendidos en horizontes índigo.
Oh violento es el azul como una llamarada que asoma
tras los troncos que crepitan
Este es otro Universo donde los pájaros cambian nuevamente de
formas,
ahora son blancos con las alas moteadas de las mariposas,
y sus cuerpos rosa furioso.
Oh, extínguete en la luz:
Cuando cierras los ojos ya no hay sombra
sino haces amarillos
que se tornan difusos.
Y el Sol ha entrado en ti hasta el último sueño.
No hay regreso
después de atravesar el Mar de Pasto.


A la sombra de la piedra vestal

Pero la luna fue señal que partía, fue lámpara que huyendo se
incendiaba
Enorme flota de reflejos, fantasmas sobre la opuesta cumbre.
Desconsuelo terrible de duendes que escapaban para poblar las
sendas de otra tierra.

Cuando rueda-la-rueda
y grita el laberinto del conjuro a la sombra de la piedra vestal.
Cuando el monte se abrió,
cuando la tierra toda era un lamento
y amanecer parido bajo el temblor del último lucero.
Ya quebrado el terrón de los silencios;
donde antes hubo mar, ahora la seca
majestad de la arcilla. Donde antes hubo arcilla,
ahora los pies extraños del diluvio, la burbuja gigante de las
aguas,
la sal.

Alzará ojos de pánico bajo su manto transparente
la mensajera de los días que lloran,
la Secreta, llegada para nombrar al Sol,
que está esperando
debajo de su sangre
cuando rueda-la-rueda
y grita el laberinto del conjuro
a la sombra imantada de la piedra vestal.


…………………………Poemas del libro Origen (2009)

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Para que tu tristeza muda no oyese mis palabras, te hablé bajito.
Antonio Porchia


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Luis Benítez

-Buenos Aires, Argentina-

La ingenua


Ella creía que la reflejaban los espejos
que era esos dedos que hurgaban en el rostro
las lentas mutaciones
que era su pulóver sus zapatos
lo que recordaba y lo olvidado
que era una guirnalda detrás suyo
que era su cabeza
que era sus amigas sus trabajos
un hombre en una esquina. Una mañana.
Las casas que habitó sus cuatro barrios
que era las que era tras el portón borroso de los sueños
que alcanzaba para ella el gentilicio
y la historia de un país incierto
el hambre la sed
o lo que amaba


Esta mañana escribí dos poemas

Esta mañana escribí dos poemas.
No me pregunto ya por el sentido
que tiene o no tiene este oficio oscuro.
Simplemente es otra manera, posible, de estar vivo.
Me pregunto por el origen
de esas dos cosas que ahora están sobre la mesa,
no exactamente hechas de papel y de pigmentos.
Por los hombres que lo han dicho mejor
y hoy están muertos.
Por los siglos de guerras y de paces
que entre las palabras han corrido.
Me pregunto los nombres y el semblante
del que en otra parte del globo ha dejado
sobre su mesa otras dos cosas iguales
y que duda también de mi existencia.
Me pregunto por los miles de días y de noches
que han debido transcurrir para que hiciéramos esto.
Por los cientos de personas
que han donado los versos.
Me pregunto por qué, hace un rato,
se ha modificado dos veces este mundo.


Conversaciones

La historia de las constelaciones
grabada en el brillo de una hoja:
quisiera leer la hoja
y recordar aquella forma
de donde nos desprendimos
los seres y las cosas.
Y antes de que nos devore la Gran Noche
oír su nombre,
por empañar la orgullosa oscuridad
con el ardiente sonido de la luz, al quebrantarse.


Entonces, el canto...

Cruza tu voz los círculos del sueño,
como si un dios antiguo te cerrara la boca,
¿detrás de qué otros cantos
sin estela en qué aguas?
Es de día en tu sueño bajo un sol diferente,
sonámbula a la vez en la orilla y el centro.
Oh no despierten a la elegida
en las profundas gargantas de las cosas,
que nadie, cruzando la habitación,
salte dentro del sueño
por caer en sus huellas sobre cuáles caminos;
nadie, ni los sonidos ni mi mano,
que existen en donde existe el tiempo,
agreguen sus llaves al enigma;
no cantas, eres tú la cantada.
En la mañana ardiente de los ojos cerrados,
escucha los susurros, las vetas minerales,
acaricia las sombras, reclama otra estatura,
la trae hasta los hombres.


…………………………De Breve Antología Poética (2008)

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Un poeta es como cualquier hombre, pero cualquier hombre no es un poeta.
Raúl González Tuñón

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David Lagmanovich

-Tucumán, Argentina-

La inundación


Comenzó a llover y durante días no hubo más que lluvia; llovió sin truenos ni relámpagos, casi sin ruido salvo por el diminuto rumor de algunas hojas, no escuchado por nadie. Los roedores que se habían refugiado en sus cuevas comenzaron a huir despavoridos, resbalando en el lodo que se formaba bajo el agua y obturaba todos los orificios. Algunos pájaros buscaban árboles más altos que los habituales para posarse y, en su marcha hacia el exilio, rozaban con sus alas las caras de los hombres que, con sus mujeres y niños, habían trepado a los techos de sus viviendas. “Vamos a perder todo”, decían las mujeres. El puente sobre el arroyo cercano se hundió con un crujido y, después de formar una gran fosa, el agua avanzó hasta no dejar rastro de lo que allí había existido. Del molino de viento sólo sobresalía, inmóvil, la roseta que les gustaba mirar en los atardeceres, y lo que una vez fue la cinta gris del camino había desaparecido para siempre. Sólo en los techos de los edificios más altos del pueblo quedaban grupos de personas que, tomadas de las manos, rezaban con grandes voces destempladas. Un cadáver pasó flotando, como si fuera un anuncio llegado del Este. A lo lejos, en esa dirección, se alcanzaba a ver una forma grotesca, como una nuez gigante: era un barco sin velas ni arboladuras, que venía avanzando hacia ellos. “Es el Arca”, dijo uno de los hombres más jóvenes, antes de darse cuenta de que él y su mujer eran los únicos seres que quedaban sobre el techo de la iglesia.


En su lugar

-Póngase usted en mi lugar -solicitó la Reina, con gesto implorante. El pedido fue recibido con un gesto que oscilaba entre la duda y la preocupación. Pero sólo fue un instante: de inmediato el Alfil obligó al oponente a retirarla del tablero y se situó, muy orondo, en la casilla contigua a la del Rey.


La Calle de la Melancolía

Todas las tardes, Celina y yo -Eduardo- recorríamos aquella callecita suburbana. Como tantas otras, seguramente tenía un nombre oficial que nadie repetía. Tal vez el de un borroso guerrero de la Independencia, hoy sólo recordado por sus descendientes. O el de un político, ahora maldecido por muchos. Para nosotros era la Calle de la Melancolía. Nos impresionaban las casas cerradas, la ausencia de flores y esa neblina que parecía envolvernos apenas entrábamos en ella. La calle ejercía sobre nosotros una invencible atracción, con una fuerza indefinible. Una tarde, juntando coraje, nos animamos a preguntarle a alguien que pasaba si allí habían vivido Eduardo y Celina. La respuesta no se hizo esperar: “Aquí murieron”, contestó.


Babel

Lo peor no fue la confusión de las lenguas, sino la pérdida de las viviendas que habíamos ido ocupando a medida que construíamos la torre. Cuando todos hablábamos la misma lengua tampoco nos entendíamos demasiado, pero al menos no sufríamos problemas de alojamiento.


…………………………………Textos del libro Las intrusas, microrrelatos (2007)

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La ética, como la libertad, no es nada si no se la pone en acto, si no se la vive cotidianamente desde el centro de nuestro ser.
Abelardo Castillo

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Julio Bepré

-Poeta de Córdoba. Reside en Buenos Aires, Argentina-

Decir algo

Escapan las palabras, huyen de mí,
se ocultan misteriosas en los huecos del aire
y detienen el vuelo galano de los pájaros
dejándolos inmersos en un instante inmóvil.

Las palabras emigran repletas de silencio
y llevan escondido un ardid en sus letras
por mí reconocido al esperar que arribes
y luego en la alegría de caminar la tarde.

Las palabras deshacen la pobre realidad
al abrir el enigma sumiso de tu ser.
¿Dónde hallar prontamente las ideas precisas
para exaltarte más y realzar al mundo?

Pero yo necesito ahora contemplarte,
retener tus visajes y quedar demudado
porque sonríes hasta cuando cierro los ojos.
Rehago cada día si llamas por mi nombre.

……………………De la plaqueta Adiós inacabado, Buenos Aires 2008

…………* * *

Quizá las cosas

Quizá las cosas guardan un solitario nombre
y un llamado esperado en la estación tardía
cuando tu imagen veo bajo un árbol frondoso
e inquieta la memoria desecha cada olvido.
Pero hasta hoy ofrece su castidad la luz
en este año incipiente de lluvias jubilosas.
Es así el movimiento encerrado en la vida
al negar el apremio de algún dios disoluto.
Y es un misterio el aire y el planeo de un pájaro
en esta latitud donde se acaba el mundo.
Las noches se suceden hastiadas del verano
y complacidas rondan las horas de molicie.
Y el limonero allí y el cielo que contempla
maravillado el paso de los días de infancia.


Siempre hay algo

Siempre hay algo que excede y nos conduce
hacia aquel todavía que una vez penetró
en cada sien y apretó con rigor cada brazo.
Un anuncio arriesgado ha llegado a mis ojos
y un cálculo severo de cada acontecer
en la débil y diaria progresión de la vida.
Difícil es sentir desde un último anhelo
y saber que no aprisiona más esa común pavura
escondida en la voz que sigue a mi silencio.
Ahora apenas tengo algunos escarceos
de frente a la embriaguez solitaria del aire.
Pero vivo este instante y aún me reconozco
porque perdura en él aquello que se ha ido.


Súbito roce

Siento cómo se empequeñece el día
al crecer un antes olvidado.
La gracia de un pasado amor
acerca la esperada pregunta.
Y es simple este suceso. Sé además
de su inicio y su final distante.
Escucho a quien algo refiere
pero a todos ofrezco la frescura del agua,
la quietud vespertina,
y un apacible sueño donde se unen
el arco iris y el asombro de un niño.
Miro ahora hacia arriba y atrapo cada imagen.
De las ramas de los árboles cercanos
surgen oleadas de luz, cegadoras saetas
y este súbito roce de un instante perpetuo.


Los tres últimos poemas pertenecen al libro Historia del instante

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La diferencia que existe entre los hombres necios y los hombres de talento suele ser que los primeros dicen necedades y los segundos las cometen.
Mariano José de Larra

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Telma Vaernet

-Resistencia, Chaco, Argentina-

Tarde perdida

………………… “Hemos perdido aún otro crepúsculo.
…………………Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas,
…………………mientras la noche azul caía sobre el mundo”.
………………………………………………………Pablo Neruda
……………………………………………………… “XX Poemas”

Y así, como en los versos de Neruda,
nosotros, por orgullo o por capricho,
por no retroceder ante lo dicho,
ni conseguir triunfar sobre la duda
también hemos perdido muchas noches
y hemos dejado transcurrir los días,
cruzándonos palabras huecas, frías,
cuando no frases llenas de reproches.
Esta tarde es hermosa, no perdamos
un crepúsculo más, ni un solo instante:
acércate y abrázame como antes
para saber que sí, que nos amamos,
que no hay tarde perdida, si logramos
otra vez, el valor de ser amantes.


Autenticidad

Cuando callen las máquinas,
y se escuche el latido de la sangre,
y se apaguen los ruidos
y el silencio se ensanche,
cuando cesen el vértigo y la lucha
por llegar adelante,
cuando por fin el tiempo se detenga
en el momento justo que lo salve,
quizás entonces, cauce de la vida,
alma expuesta en descarne,
vibrará como un arco
nuestro yo que se expande.


Desesperanza

Con óxido de sueños,
se herrumbra la esperanza.
Gestos reiterativos,
mecánicas palabras,
van cercenando anhelos de inquietudes
que perdieron sus alas.
Los colores vibrantes del paisaje
en triste gris se opacan.
A la vera del mundo
se detiene la vida, demorada,
y a orillas del camino,
como agua que se estanca,
van, muriendo retazos de silencio
en honduras de nada:
las poesías que nunca se escribieron,
música sin nacer en pentagramas,
cuadros que se enquistaron en paletas,
y días que se han muerto en alboradas.


…………………………De Poesía y Cuento 1976, SADE

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Las faltas o defectos que los demás nos ignoran los damos angelicalmente por no existentes.
Luis Franco


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Patricia Díaz Bialet

-Buenos Aires, Argentina-

Como agua de colonia

………………………………………Cada día que se va
………………………………………algún pesar que se queda;
………………………………………así es la suerte del hombre:
………………………………………agua de río y arena.
………………………………………Aledo Luis Meloni

La vida se escurre como agua de colonia.
Y entonces recurrimos al pasado,
a su tejido minucioso de melancolía,
y el hígado se vuelve un tanto medieval a pesar nuestro.

Porque la vida se escabulle como ceniza de pasto
y lo que vuelve sólo apenas nos contiene.

Existe en nosotros un porvenir absurdo de cosa efímera,
una utilidad de muerte que no desciframos por completo.

Tracemos entonces una suerte de bosquejo a modo de tiempo transcurrido.
Veamos qué de pauta trágica podemos acribillar con nuestro beso.
Y revisemos el alfeizar que se derrama secreta y lentamente sobre el mundo.


El extenuado

Entonces en una bandeja oscura viene el sueño.
No tiene fuerza de dicha sino distinción de reclamo de lujo.

En una bandeja oscura viene el sueño.
Con abrazo de prevención de riqueza.
Con pulseras recobradas de la rueda de la niebla.
Con cansancio de hallazgo suave.
Con cuerdas de profunda espalda tallándose en mis brazos.

Después del amor
viene en una bandeja oscura el extenuado sueño sombrío
apaciguándonos.


Por qué hay que tener amantes (II)

Ahora abunda la cautela,
el miedo o la aburrida recompensa.
Abunda la palabra contundente,
el saber común,
lo prefijado.

Por eso me emperro detrás de todo como punto imberbe en el vendaje.
Desde allí titilo mi despojo de odalisca y así me recupero.

Yo detrás de todas tus mujeres soy la que fulgura como un alga incandescente

y te llamo cien veces a mi cuerpo
a mi cóncava cueva de planeta parcial e inhabitado.


Detrás

Como una ciega acaricio mis poemas.

Y no son más que eso.

Detrás de las palabras debo seguir buscando.


Ante los viajes

Yo me acobardo sea como sea.
No viajo no me muevo no hago viento del aire.
Ni un gramo de fe ni un punto de esperanza.

Digo que no total no importa.


…………………………Poemas del libro Agualava (junio 2009)

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La poesía es el lugar donde todo sucede.
Alejandra Pizarnik


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Viviana Walczak

-La Lucila, Buenos Aires, Argentina-

Edredón

Las dos mujeres intercambiaban breves frases en voz baja. Por momentos, Valeria asentía con la cabeza. Escuchaba con atención, la descripción del próximo viaje que realizaría su amiga mientras observaba sus delicadas facciones.
Susurrante, Eliana, definía al encantador lugar, diciendo:
Allí nunca llueve. No hace frío ni calor. De vez en cuando, el ulular del viento te acompaña, pero ni siquiera te intimida. Descansas, plácida, sobre un mullido edredón de hojas secas. No te preocupes, pues no tengo miedo de ir sola. Estaré muy bien…
El semblante de Eliana, a contraluz, se asemejaba al nostálgico y pálido rostro de la ninfa Cloris de Botticelli. Ante la etérea visión, su compañera, no pudo resistir la tentación de acariciarle, delicadamente, la tersa mejilla.
De improviso el silencio, como una dentellada, se apoderó de la habitación. Luego de unos instantes de perplejidad, Valeria se dirigió hacia la puerta y, desconsolada, dejó entrar al sacerdote.
El cura, solícito, avanzó hasta la cama de Eliana, la bendijo y le cerró los ojos inertes.

…………………………………De La voz del silencio, 2008 - Creadores Argentinos


La hija de La Curcuncha

Un concierto de grillos y chicharras impregna el silencio del mediodía mientras un sapo solitario, armónico, acompaña y salpica la quietud con su áspero lamento.
Corre el arroyo cristalino y parece detenerse, apenas un instante, en una piedra ocupada por una lagartija y sus crías.
Es tiempo de melocotones, de sandías, de fruta madura y verdura de la tierra. Es tiempo de abejas, de libélulas, de sol y de cosechas. El paisaje se tiñe de vivos colores, la atmósfera se perfuma y huele a jazmines. Ya regresará el crudo invierno, con su helada escarcha, a poner su manto de olvido sobre el pueblito taciturno de apenas once casas y una capilla. Las aves huirán en bandadas y las ranas se enterrarán en el fango en pos del ansiado letargo. El cálido viento del verano dejará de acariciar los tejados y partirán los dulces aromas a otras aldeas, dejando al pequeño caserío con las esperanzas dormidas en sus calles polvorientas.
También se marchará la hija de La Curcuncha en busca de nuevos horizontes.
Todos saben que irá a la ciudad a estudiar medicina, como otros años pero que pronto retornará con el ansiado título de “Doctora”, que tanto necesita la comunidad. Lo hará en la época de los melocotones y las sandías, cuando la vida se alegre con el gorjeo de los gorriones y cuando los higos maduros impregnen el aire con su fragancia. Será cuando la vegetación, de nuevo, con renovados bríos, se colme de sonidos y cuando las vistosas barcas de los pescadores se hagan a la mar. Entonces, como tantos otros veranos, volverá con el porte erguido, encaramada sobre sus altos tacones, meneando las caderas al ritmo de su vieja valija repleta de sueños rotos…

…………………………………De Pecados ajenos. Buenos Aires. Ediciones AqL. 2007

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El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas.
William George Ward

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Raquel Piñeiro Mongiello

-Funes, Santa Fe, Argentina-

Insomnio de los tristes

Otra vez insistentemente
verdades oxigenan el aire
y en la prontitud de una nada que se va
exponen el insomnio de los tristes
desde el prolijo gesto de la vida
que respira desde un pulmón
con dolores cansados,
pero no débiles para preguntar
si algo se traspapeló
cuando ellos nacieron
sin ser avisados.

Pueblos denuncian herencia de genes sin suerte,
piden perdón por la osadía de existir.

…………* * *


Se adivina
antes de la sombras
un temblor de luces,
nada se oye,
ni siquiera el ruido roto
de algún fantasma
ha deteriorado la prolijidad de los silencios.
Las grietas se amortiguan
y la existencia queda sostenida
en los verbos de mandalas.
Yo, apago mis diálogos,
los salvo del naufragio
y cubro mis espaldas,
con eso, ya es bastante.


Bohemias

A un puñadito de mi alma
le propuse bohemias,
para dar un gran salto en el aire
y extirpar lastimaduras
que aún atropellaban.
Cabalgué por tormentas de vientos,
y entre forcejeo y forcejeo
de viejas ironías
me habité desparramada
entre los fuegos,
soñé con una osadía instintiva
de mandatos incandescentes
y entre territorios desorientados,
descubrí el nuevo tributo
que debía pagar
a la alquimia de mis relojes.


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Sé el que eres.
Píndaro

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Luis Edgardo Soulé

-Nació en San Nicolás de los Arroyos. Reside en La Plata, Argentina-


Envidio
la levedad del agua del rocío
que yace en la llanura
refrescando las huellas de los muertos.

Celebro la madera
que recuerda la rama
la savia renacida
que presagia la sombra
el olor olvidado
de la infancia.

…………* * *

Hay una historia
detrás de cada llaga.

No es sólo transcurrir.
Hay que asumir la sombra y el silencio

……………………………mientras la tierra espera.

…………* * *

Levedad de la piel
esa extensión vacía
que rozan los recuerdos.

Y una memoria infiel
que sólo calla

…………* * *

El olvido derrumba la nostalgia.
Habita los umbrales de la noche
oculto en el celaje que enmascara las zarzas.

Es un descuido doloroso del tiempo
una desatención de la memoria.


…………* * *

Crucé el umbral.
Sólo encontré en la casa el tiempo detenido
sin señales de voces.
Tan sólo los vestigios de las sombras
encendiendo recuerdos.
Los patios memoriosos que nada dicen,
que olvidaron todo.
El silencio
no concede recuerdos, se aferra a las ausencias.
Todo huele a pasado, a lluvia desteñida.

……………………………………Sólo faltó la casa.


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Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.
Aristóteles

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Cuentos populares

Sabiduría
De la tradición oral japonesa

-¿Qué se debe hacer cuando el ruiseñor se niegue a cantar?
-Retorcerle el cuello -contestó el primero.
-Obligarle cantar -dijo el segundo.
-Esperar a que cante -declaró el tercero, que era un sabio.


Un padre, su hijo y “las mieles”
De la tradición oral rusa en versión de Francisco Garzón Céspedes

Un joven regresó de visita a la casa de sus padres después de “la luna de miel”.
El padre, deseoso de saber cómo habían ocurrido “las mieles”, le preguntó:
-¿Qué me cuentas, muchacho, que tal de “mieles”, cómo ha sido?
Y el hijo, mirándolo serenamente, palabra a palabra, le respondió:
-Yo no dije nada. Ella no dijo nada. Así, silencio tras silencio, nos pusimos de acuerdo en todo.


El ciervo escondido
Tradición oral china

Una vez un leñador de Cheng al ir hacia su trabajo se encontró en el campo con un ciervo asustado y lo mató. Para evitar que el ciervo fuera descubierto por otros, lo enterró en el bosque y lo tapó con hojas y ramas. Ya de regreso olvidó el sitio donde lo había ocultado y creyó que todo había ocurrido en un sueño. Y lo contó en la taberna, como si fuera un sueño, a la gente de su pueblo.
Entre los oyentes hubo un cazador que fue a buscar el ciervo escondido y lo halló.
El cazador llevó a su casa el ciervo, y dijo a su mujer:
-Un leñador soñó que había matado un ciervo y olvidó dónde lo había escondido y ahora yo lo he hallado. Ese hombre sí que es un soñador.
-Tú habrás soñado que encontraste un leñador que había matado un ciervo. ¿Realmente crees que hubo un leñador? Pero como aquí está el ciervo, tu sueño debe ser verdadero -afirmó la mujer.
-Aun suponiendo que hallé el ciervo por un sueño -respondió el cazador-, ¿a qué preocuparse averiguando cuál de los dos soñó?
Aquella noche el leñador al llegar a su casa pensaba todavía en el ciervo, y realmente soñó, y en el sueño soñó el sitio donde había ocultado el ciervo y también soñó quién lo había hallado.
Al amanecer fue a casa del cazador y encontró el ciervo.
Leñador y cazador discutieron y fueron ante un juez, para que resolviera el asunto.
El juez le dijo al leñador:
-Leñador, realmente mataste un ciervo y creíste que era un sueño. Después soñaste realmente y creíste que era verdad. El cazador halló el ciervo y ahora te lo disputa, pero su mujer piensa que su marido soñó que había hallado un ciervo que otro había matado. Luego, nadie mató el ciervo. Pero como aquí está el ciervo, lo mejor es que se lo repartan.
El caso llegó a oídos del rey de Cheng. Y el rey de Cheng expresó:
-¿Y ese juez no estaría soñando que repartía un ciervo?


Luna vieja
De la tradición oral turca

A aquel hombre, conocido por sus sutilezas, le preguntaron:
-De las dos lunas, la que vemos y la anterior, ¿qué le ocurre a la vieja?
Y sin dudarlo respondió:
-La desmenuzaron para hacer estrellas.


La sopa
De la tradición oral turca

Un hombre estaba al borde de un estanque lleno de patos; cuando hizo el intento de coger uno, los patos emprendieron el vuelo. El hombre se sentó, sacó un trozo de pan, comenzó a mojarlo en el agua y se lo comió. Otro hombre, que por allí cruzaba, le preguntó extrañado:
-¿Qué haces?
-Como una riquísima sopa de patos.


La misma fuerza que en la juventud
De la tradición oral rusa en versión de Francisco Garzón Céspedes

Había una vez un hombre que era tan jactancioso como el más jactancioso de todos los jactanciosos y que así había llegado a la vejez.
Un día este hombre le dijo a su amigo de la infancia:
-Lo cierto es que conservo hasta hoy toda la fuerza que tenía en mi juventud.
-¡No me digas! -exclamó su amigo, y como lo conocía muy bien le preguntó:
-¿Y cómo puedes demostrar que es cierto?
-¿Ves la vieja piedra molar que está junto al molino?
-¿No vas a decirme que puedes moverla? -preguntó escéptico el amigo.
-Más que eso, más que eso, es la prueba indiscutible de que conservo toda mi fuerza -respondió el hombre jactancioso-. En mi juventud no pude moverla de su sitio y ahora… tampoco.


Cuentos incluidos en diferentes entregas de la Colección Gaviotas de Azogue, editadas por la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE). Madrid, España.


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No se nace con suerte, sólo se amanece con ella.
Dicho guaraní

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Graciela Wencelblat

-Buenos Aires, Argentina-


Mamá
¿Dónde encuentro un abrazo como el tuyo?

Estoy cansada de ogros
de esquivar cuervos
de fingir que no tengo miedo.

El mármol es bello pero tan frío!
las lucecitas de colores no se prenden como antes
y a los hijos mamá no se les pide esto.

Este cuento me lo contaste mal.
¿Podemos empezar a tejer de nuevo?

…………* * *

Ya no seré la que delira
por nada
sólo escucho los homenajes
que desnudos caen sobre el
cuerpo
-ese que no sé de quién es-
mañana entraré al mundo
con vestido de encaje
con el amor en la mano y trataré
de sentir la locura de lo extraño.
Espero con la duda en la carta marcada
que tus labios muerdan las coordenadas
y laman lo que dejé abierto
para que te atrevas.
En cualquier lugar mes o segundo
a beber los jugos que se derraman.

…………* * *

Se puso la piel de loba le aulló a la noche
derramó sobre el horizonte las estrellas robadas.
Juntó a los grillos para hacer un coro
una cortina de rosas para hamacar en el aire.
Con su pelo al viento trepó por la risa
buscando mujeres ardientes hombres
con corazón de trinos.
ágiles sus dedos de seda borraron la indiferencia.

Para poder seguir.

…………* * *

Y sin embargo
mis palabras están secas.
No encuentran
la lluvia del atardecer
y aunque regué las plantas
con absoluta dedicación
ni una gota logró ayudarlas.
El rocío del amanecer que
sutilmente las acariciaba
está bordando los jardines
de vecinos desconocidos.
La humedad de los besos huyó.
Mis palabras están secas y tan
doloridas
que ni siquiera pueden llorar.


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Sólo una persona mediocre está siempre en su mejor momento.
William Somerset Maugham


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Osvaldo Risso Perondi

-Huinca Renancó, Córdoba, Argentina-

De antiguos poemas

Aquellos
antiguos poemas
que se gestaron súbitamente
en la eternidad de los sueños
se embriagaron
…………………un día
con el vino amarillo
del sol

Emergieron
con alas blancas
…………………de Ícaros
abstractos de ocultos vuelos
……………………………………naturales
cayendo
…………vertiginosamente
en los asfaltos curtidos
de ciudades futuras
cercadas
……………de autopistas
………………………………muros de ignominia
luces de neón.

Y esos antiguos poemas
fueron capturados sorpresivamente
por opacos transeúntes
que divagaban
……………………trasnochados
entre tantas penumbras acaecidas
cuando el reloj tictacteante del tiempo
marcaba la hora exacta
del segundo establecido.

Y
pernoctaron
………………clandestinos
en transparentes harapos
de fantasmas marginales

custodiados
y cuestionados

acribillados
y resucitados

esos antiguos poemas
que no dejaron sus palabras
……………………………………en vano
retomaron otras etéreas geografías
se introdujeron sigilosos en nuevos cuerpos
………………………………………………………vagamundos,
jugaron a ser
………………poetas
con las musas
………………que bajaron desde las estrellas
para inmiscuirse
en los silencios de los bares
anaqueles de bibliotecas
y en la humedad contemporánea
de los museos de la vida.

Esos antiguos poemas
que hoy

…………habitan
los silencios


Ciudad de poetas

Ciudad de poetas
universo oculto
…………………de palabras
donde transmigran metáforas
y el delirio
……………se bebe sigiloso
el aura incandescente
de los horarios.

Calles circulantes
pasajeros invisibles
de los bares
………………la musa
trepa acrobática
el muro transparente
que divide
……………tantas historias y utopías.

Y alguien escribe
Y alguien viaja transitmundo
por las coordenadas
…………………………que trazan
los arquitectos celestes de las estrellas

Ciudad de poetas
te observan desde afuera
en algún rincón intrínseco de la existencia;

ciento y ciento de ojos
mudas bocas vacías
hastíos transeúntes
marionetas desgastadas
de un show
……………que ya pasó
y desean ser parte
………………………del papel
de este
incipiente
gris nocturno
………………poema.



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Una vez que se han sobrepasado los límites, ya no hay fronteras.
Alphonse Allais

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Francisco Garzón Céspedes

-Madrid, España-

Cuentos de Magas, Magos, Magia, incluidos en la colección Gaviotas de Azogue Nº 46, editada por la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE). Madrid, España.


Mago y veleta
El mago está en la punta de la torre. La ha escalado porque se sabe una veleta. Para sorpresa de los curiosos y del viento, cuando ve a quien ama, el mago gira. Gira.


Mago y ¡Ñiii!
¡Ñiii! La puerta, de par en par, permitió al mago salir de la celda y, por un instante, creyendo maravillado en el poder de la magia, no vio a los gladiadores ni oyó, desde el redondel de la plaza, los rugidos de los hambrientos leones.


Perfil
La rama está en el árbol perfilada como varita mágica y a punto de destellar.


Maga y mirador
La maga asciende por la colina hasta el mirador. Al llegar, se venda los ojos. La tela es oscura, es gruesa, es ancha. La maga imagina el paisaje. Lo transforma.


Angustia existencial
El dragón se preguntaba si un dragón existía en la realidad o sólo existía en el acto de ilusionismo del mago. Porque, de ser ilusión: ¿qué lo protegería cuando cesara la suspensión mágica de la incredulidad?


Mago tan sabio
Había una vez un mago tan, pero tan sabio, que se sabía libre.


Mago y mar
El mago con su varita pinta las fachadas. Un pedazo de mar cubre la parte superior de cada pared. El mago está convencido de que puede acercar el mar al cielo. Pasa de un andamio con forma de gaviota a otro que parece volar.


…………* * *

Cuentos del Ogro, Siete Hiperbrevedades, incluidos en la Colección Gaviotas de Azogue Nº 49, editada por la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE). Madrid, España.


Autoengaño
El ogro comenzó disfrazándose para los demás. Y ha terminado disfrazándose para sí mismo. Se cree normal. Se siente vegetariano. Se piensa exquisito. Es irreconocible para los normales.


Círculo
Hombre alguno devoraría al ogro, ni mujer alguna lo lograría. El ogro, no obstante, es devorado. Y no por un animal. Lo devora entero el ogro de su pesadilla.


Dientes
Los dientes son la mordida del ogro y bailan. Cuando la boca se retira, los dientes se quedan clavados a la carne. Podría tratarse de una dentadura postiza. Sólo que no lo es.


Gourmet
El ogro tiene mucha hambre. Ha cazado al cazador, pero no se lo come de inmediato porque el ogro ha aprendido de refinamientos. Decide prepararse una “delicatessen”. Invierte tiempo en ahogar al cazador. Le gusta la carne cruda reahogada.


Puntería
Desestimando que un humano lo es también por su capacidad incorpórea de venganza, el ogro escupe cada hueso del cadáver con tal puntería que rearma su esqueleto. Desde el viento, un hueso regresa a la boca abierta del ogro. Queda clavado en su garganta, oscilando, pulido a dentelladas como trofeo.


Táctica
El ogro ladra al perro. Y el perro maúlla. El gato no. El gato abre la boca y no emite sonido alguno. El canario lo que hace es mugir. Tanto miedo provoca el ogro y su inusual conducta.


Tumba
La manta le cubrió. Le cubre. Le cubrirá. No puede impedirlo. Ninguno de los dos puede impedirlo. Y eso que podría ser que no se gustaran. Son tela burda y cadáver. Es todo lo que hay para la tumba del ogro.


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No puedes evitar que el pájaro de la tristeza vuele sobre tu cabeza, pero sí puedes evitar que anide en tu cabellera.
Proverbio chino


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Ketty Alejandrina Lis

-Rosario, Santa Fe, Argentina-

Madrugada

Un cierto día de marzo
nació
la opacidad de un río subterráneo.
Un globo iluminado bajó hasta la pradera
recorrió palmo a palmo los ríos y los lagos
y en el medio del monte como si fuese un dios
se acomodó el anciano.
Después de mucho andar
vertió gotas de vida en la semilla
hizo un secreto cálculo de cara al horizonte
para zarpar el viento fue propicio
y sin decir adiós se ha evaporado.
Hoy
un raro punto ígneo se reflejó en el agua
a un trazo iluminó la mansa y dulce manzanita de cristal
saltó luego hacia mí
se acomodó con gracia hacia el costado izquierdo de la mesa
y yo
absorta
miré su último destino en la vara que sahumeria.
Una figura transparente parece estar de pie
inmóvil
sobre una piedra hermosa en su pureza
ella se dibujó de golpe y si se observa bien
es una pira
aunque no se consume
no
mira en silencio
se expande en un deseo doloroso de profundo abrazo
llora en silencio
y en silencio espera.
Y he aquí mi queja
anciano que vienes caminando de un lugar
y te vas sin decir adiós quién sabe dónde
nadie al entrar por la puerta de las lágrimas nos dice
que el número de la blancura es uno
y uno también el cuenco de azabache que nos mece.
¿Quién
di quién maltrata sin piedad las ramas
quién no protege los capullos?
De este lado del estanque hubo dos
ahora hay uno
la trama con el tiempo siempre escaso
ya no saben jugar en otro espacio
que en imagen dudosa
a distancia.
Bajo la arcada
una carta aunque breve
se obstina en presenciar la ausencia
de hoy
que no es precisamente miércoles de cenizas
pero Tom tose acodado en la ventana
el muelle es un timbal que percute en las olas
no hay derecho
no hay derecho me digo
más que despierta insomne
casi a las seis de la mañana.
Algunas chimeneas están con su bocaza abierta
son incontables las ventanas de los edificios
y no sé por qué
firme y sólido aquí sigue el destello.
Di anciano
¿la persona que no duerme esta noche
como yo no duermo
será un enfermo de absolutos en un mundo sano
o un ser sano buscando lo absoluto en un mundo enfermo?
La niebla se ha expandido por la casa
diez pisos más abajo alguien silba
diez pisos más arriba alguien
el cuerpo calcinado
no sabe en cuál de los armarios se ha desintegrado el sol.

……………………Tomado de Antología Virtual, editada por Julio Carabelli

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La vida no es fácil para nadie. ¿Y qué importa? Debemos tener perseverancia y confianza en nosotros mismos; creer que tenemos un don para algo y que ese algo debe ser realizado.
Marie Curie

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Alba Estrella Gutiérrez

-Buenos Aires, Argentina-


ya no hay rincones
ni llorar de ausencia
alguien se va
y uno se queda
sin traje
contemplando el vacío
inútilmente
desata su castidad de absurdo
acomoda su equipaje de lámpara
y enciende su oscuridad de mañana absoluta
es apenas toda la eternidad
que se arrodilla
ya no hay rincones
ni puertas que cerrar

sólo hay ventanas


…………* * *

………………………………a Nekane

cómo decirte
fuiste toda mi infancia
cuando el dolor
me quebró la cintura
el asombro de muerte
llenó de miedos
los rincones del alma
y el grito lloró
en la voz más sola de la casa
porque hubo una vez
el silencio fraccionó
mi boca de agujeros
y al lado de mis ojos
siempre de pie
mi Nekane estabas
cómo decirte
esa palabra
que defina el instante del aire
me completo en tu nombre
y hoy te canto

mi gracias


…………* * *

a veces
somos todos los rostros
soñamos el amor
de un otro que nos mira
inventamos otro abrazo
nos duelen los ojos
ventanas del alma
y un otro corazón
se nos vuela de pájaros
caminamos juntos todo el infierno
los que hacemos el dolor
nosotros somos todos los miedos
hacedores de pasos y regresos
los magos del exilio
nos atrevemos a aceptar lo que no somos

un coraje de luz en el espejo


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Hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja.
Jean de la Bruyere

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Simón Zavala Guzmán

-Guayaquil, Ecuador-

Canto a la Esperanza


Sólo cuando seas libre
entenderás el vuelo de los pájaros
su proyectada sombra sobre la
espalda terca de los siglos
la dimensión exacta de sus alas.

Ojo, piedra, luciérnaga fantástica
cabalgarás sobre la claridad de tus
ideas.
No habrá un resquicio para el descanso
de tu mente
tu voz será un océano
una luz que rompa el tímpano del tiempo.
Irás hacia el espacio
para que el golpe de tu huella
inicie el trazo perfecto de la forma.

Para entonces ya no tendrás cadenas
ser alado
verbo encendido lengua simultánea
camino para siempre
hombre
te crecerán jilgueros en las manos
y cruzarás
viajero ineludible
por todos los besos de la tierra
sembrando la esperanza.


Reconstrucción de la verdad

Espejo de lodo la mentira.
Todo lo que ella arguye inventa escupe
sirve para tapar el sol con el dedo meñique.
La verdad
la pobre y huérfana verdad
siempre tendrá la estatura de una desconocida
pero no será un cadáver de mármol
velándose entre gusanos.
Por eso uno piensa que en la claridad de los
sabios
hay un sol más hondo
donde los seres aparecen realmente
como son.
La verdad es un rostro de cristal
cuerpo tibio de mujer.
La verdad tiene un sitio
por donde se puede respirar aire libre
llega como una inconmovible fruta
llena de olas
y ahoga en su momento a tanto
mercader
a tanto mono de organillero
a tanto político de subasta.


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Todas las guerras son guerras civiles, porque todos los hombres son hermanos.
François Fénelon


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