jueves, 17 de agosto de 2023

Editorial


con voz propia Nº 127 

Revista literaria 

Agosto 2023


Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner

Publicación creada en noviembre de 2006 
Distribución y publicación gratuitas 
ISSN 2314-0275 




No puedes volver atrás y cambiar el principio, pero puedes comenzar donde estás y cambiar el final. 
C. S. Lewis 




Invasión 

Hay seres que se instalan para siempre
creciendo adentro mío en palabras, 
gestos, actitudes, rostros fundamentales 
que llegan a fundarme nueva vida.

A veces se entretienen en generarme ideas, 
me obligan a luchar todos los días, 
me amigan el amigo, el amor, 
los ancestros activos perdurables, eternos, 
me entregan las banderas y el festejo. 

No sé si escribo yo o dictan ellos 
y últimamente estoy pensando 
que con mis pobladores soy una multitud 
y adentro mío no tengo 
más lugar para cuestiones personales. 

Hamlet Lima Quintana 
Argentina. 1923-2002 




El arrepentimiento y solicitar perdón son actos igual de voluntarios que el daño que puedas haber ocasionado, pero tanto el arrepentimiento como el perdón poseen la mágica capacidad de sanar el alma herida. 
Paloma Sánchez-Garnica 



Revista literaria con voz propia 
ISSN 2314-0275 
Propietaria: Analía Pascaner 
San Fernando del Valle de Catamarca 
Catamarca – Argentina 
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 



Mientras subía y subía, el globo lloraba al ver que se le escapaba el niño. 
Miguel Saiz Álvarez



Autores publicados


Presencia la sonrisa de un niño y tu día triste habrá acabado. 
Donald Zolan 

con voz propia Nº 127
Revista literaria 
Agosto 2023 


Autores publicados en esta edición: 

María Cristina Berçaitz 
Gerardo Molina 
Miguel Ángel Oviedo Álvarez 
Norma Etcheverry 
Amelia Arellano 
Abel Otto Torre 
Alicia Balista 
Salomé Moltó 


Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia: 
https://revistaconvozpropia-autorespublicados.blogspot.com.ar/ 
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 



Revista literaria con voz propia 
Publicación y distribución gratuitas 
ISSN 2314-0275 
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner


María Cristina Berçaitz

Destino 

¿En qué piensas, niño de los ojos negros 
y la mirada azul? 
¿Acaso en tu lejano país de origen, 
o en este, de hoy, de tu adopción? 
¿Podrá tu pisada breve dibujar huellas 
en la arena seca? 

Los vientos que envuelven tus sueños 
te llevarán día a día 
a destinos remotos, impensados. 
A los amores que hoy te protegen 
seguirán otros 
que llenarán de luz tu corazón. 
La risa colmará tu alma 
y quedará por siempre. 

En alas de una alondra dorada 
cruzarás cielos, mares y sabanas, 
volarás el horizonte de norte a sur 
y arribarás a la tierra de tus sueños 
donde encontrarás la paz. 

Ángel de luz, tiende tu mano y 
llévanos a gozar de ese mágico 
mundo de ilusiones, 
ahora eres tú el hacedor. 

En Fort Lauderdale (Fl) Enero2016 


Otoño 

Amanece. 
El sol cuaja de luces de colores las ramas de los árboles. 
El silencio se despereza en el lecho de los amantes. 
Contra el cielo, canta un gallo. 
Un manto de grisácea neblina se desprende del suelo 
y queda suspendido del cuerpo tibio de los ruiseñores. 
Entre las piedras canta el río. 
¡Cómo arrullan las palomas!
Luz y sombras. Oro y negro. 
Voces, sueños, y el sonido tenue de un beso dormido. 
Lágrimas. 
Plata, cielo, nubes, dolor y pájaros muertos de amor. 
Se estrella el cielo en la tierra, alcanza a la noche el día 
y despejando las nubes, eleva al alma enmohecida. 

Editado en el Jardín Mágico, 1966. Edición propia. 


Primer poema 

Cuando estás conmigo 
cantan los grillos
cae el rocío 
sopla la brisa 
Cuando me besas 
me sumerjo en agua mansa 
me sacude el mar 
me cubre la espuma 
Cuando te beso 
susurra el viento 
se agitan las hojas 
trinan los pájaros 
Cuando me amas 
se abre la tierra 
ruge el volcán 
estalla el trueno 
Cuando te dejo 
cae la noche 
brota la bruma 
todo es silencio. 


La paz está en nosotros 

Hoy salió el sol, como todos los días, 
silbó el viento en la copa de los árboles
y el río susurró entre piedras musgosas. 
Los pájaros cantaron al Señor
y yo me di al amor, como todos los días. 

Pero no encontré justicia: 
murió un niño de hambre, 
un hombre perdió la luz y otro sufrió desprecio. 
Hubo quien no trabajó y lloró de impotencia, 
y todo sucedió igual que ayer, como todos los días. 

Sólo encontraré la paz
en el retiro luminoso de mi aurora. 


María Cristina Berçaitz 
Buenos Aires, Argentina – Valencia, España 

El amor es el proceso por el cual yo te conduzco delicadamente de regreso a ti mismo.
Antoine de Saint-Exupéry

Susana Cattaneo


Entre balbuceos de corales 
nace una niña 
con el sol en las manos 
y la libertad en la frente. 
Vestida con palabras
rema en su canoa 
desnuda de sí. 
Se une al primer espejismo 
que le deslumbra los ojos; 
lleva una pequeña luna 
atada a sus cabellos 
y el verano le crece en la boca. 
Una hilera de animales marinos, 
hipocampos, delfines, 
la acompañan en su ruta de partidas. 
Ella va hilando pensamientos 
en las lejanas orillas del paisaje. 
Una bandada de golondrinas azules 
le dibuja el futuro. 


                   * * * 

Hay un manzano detrás de tus ojos. 
Noches en que sus frutos rebosan dulzura 
y riegan el borde del cielo. 
En horas aciagas se secan 
y el mundo es una corteza de dolor.
Pero hay un tiempo -en el medio del tiempo-,
en que las manzanas se abren 
a la tormenta de tus párpados. 
Entonces, un pájaro de luz nos amanece.


                   * * *

Llega la noche desierta de palabras 
y un grillo mudo acaricia la tierra. 

Escucho el eco de algo leve, sutil, 
como una lágrima antigua que cae en el otoño. 

Este silencio une las miradas 
que van hilando equinoccios y solsticios
en los viejos umbrales de la vida. 

Un par de manos de jade acunan el amor 
y la libertad se anuncia
por una campiña del color de lo eterno. 

Con el alba renace una belleza salvaje 
que ahuyenta la soledad y el dolor.

Gota a gota cae al vacío la tristeza. 
El paisaje se moja de cielo constelado 
y en este telar de invierno y primavera 
en un oasis tranquilo, la luna crece y nos bendice. 
Las sílabas brotan en los remotos lugares
donde se fue gestando el mundo. 

Lo que no conozco no responde mis preguntas 
pero no deja de ser un espejo de luz que me enamora. 


Poemas preparados para ser publicados a la brevedad 
Susana Cattaneo 
Buenos Aires, Argentina 

Cuanto más escuchamos nuestra voz interior, tanto mejor oímos lo que ocurre a nuestro alrededor. 
Dag Hammarskjöld

Gerardo Molina

Del Olvido 

De la trágica sombra del olvido 
en tropel me llegaron tus palabras, 
sólo tres en tu voz permanecieron: 
               “¡no te vayas!” 

En un cielo olvidado, 
como mi corazón, la noche calla. 


Una travesura

Igual que una travesura
De niño, una travesura. 
Suelo componer mis versos
A escondidas. En la bruna 
Hondura del monte en flor, 
A pleno sol, en la lluvia
O bajo el sutil polvillo 
De la pedrería nocturna. 
Y en soledosos paseos 
Por el campo. ¡Ah, la rubia 
Esbeltez de los trigales 
Que se espeja en la laguna! 
Igual que una travesura 
De niño, una travesura… 


El viento… 

El viento suele traer 
ecos, pretéritas voces 
con ansias de inmensidades 
y de paisajes insomnes. 

Se regocija y expande 
la luz plural de los montes, 
la impregna de sus efluvios 
y a sus amores responde. 

Sabe que es un peregrino 
y seguirá ¡sabe dónde! 
Mensajero impenitente 
y seductor de horizontes. 

Como al pasar atesora 
suspiros en los balcones, 
el tañer de una guitarra 
y fulgores en las noches, 

no le faltan armonías 
para deshilar canciones 
ora frágiles y efímeras, 
ora eternas como el bronce. 

Cosa nimia es la distancia 
si el viento es aliado y cómplice 
y nos suele regalar 
ecos, pretéritas voces.

Está entre ellas, la tuya 
-mi alma la reconoce- 
y me cuenta de ternuras, 
de infinito amor y goces. 

Y confío a su hidalguía 
de chasque sin condiciones 
la certeza de un regreso 
y de un amor siempre joven. 


La “bici” 

La “chiva” te llamaban los “botijas” 
y “bici” era el consentido apócope. 
“Prestada” te acaricié de niño 
y acompañaste luego 
mi premura y fervor adolescentes, 
para llegar -alado- al balcón de la amada, 
en azul clavileño lanzado a la aventura. 

Años después, inmerso 
en mis ensoñaciones de poeta
toda una noche te quedaste sola 
junto a la pared amiga 
del último almacén. 

Y al otro día, 
con la indulgencia de las novias fieles, 
estabas esperándome 
tan leal como una rosa fresca 
bajo el rayo fecundo de la mañana en flor. 

¡Cuántas veces seguimos 
enamorando musas! 
Y oías y aprobabas en silencio 
cada página nueva de inédito lirismo. 

No dejarás, seguro, 
de acompañarme, cómplice, 
de ofrecerte a los sueños, 
al trabajo, al remanso, 
por lueñes u olvidados caminos 
atesorando estrellas. 


Poemas del E- Book del autor: Oda al árbol y otros poemas. Primera edición: Uruguay, agosto 2020 
Gerardo Molina 
Canelones, Uruguay 

La honradez es siempre digna de elogio, aun cuando no reporte utilidad, ni recompensa, ni provecho.
Marco Tulio Cicerón

Blanca Salcedo

Tarde 

Realmente, no vi a Leandro… fueron sus ojos. 
Había asistido a esa escuela de un barrio marginal de la mano de la directora. Ella me presentó a sus alumnos de letras… me lo presentó a él. 
Esos dos pozos negros me atraparon, succionaron; me sentí un animal pequeño hipnotizado por una gran serpiente. Pude reaccionar luego de una profunda inspiración pero, aun así, su mirada siguió quemándome por dentro. 
Junto a la directora, cumplimos el objetivo de leer textos y escuchar los de los alumnos. El poema que leyó Leandro no correspondía a un chico de catorce años, era el de un hombre de cuarenta que ha vuelto de transitar las tumbas de todos los sueños y esperanzas. Me impresionó. Se lo dije. Él tomó mis manos y me dijo que quería ser poeta… 
Mientras caminábamos hacia la salida, la directora me fue dando pequeños datos sobre su vida: padre abusivo, madre de dudosa conducta, droga, calle, prostitución… Ambas queríamos salvar a esos pequeños seres y buscábamos en los textos una herramienta, en el afecto una esperanza… 

Lo olvidé. Tiempo, ocupaciones, distancia… Imperdonable. La vida no te permite hacer todo y una es más egoísta de lo que cree… 

Ahora, después de diez años, son sus ojos, tan negros, tan profundos, los que me recriminan detrás de la pistola. Posiblemente es sólo mi culpa, debí hacer algo… sólo grito su nombre y veo el fogonazo antes que se me apague la luz. 


Blanca Salcedo 
Formosa, Argentina

Hay batallas que se ganan desde el silencio y desde la paciencia. No esperes reconocimiento al ganarlas y menos aún, consuelo al perderlas. Tu mejor premio es vivirlas.
Jorge Bucay

Alfredo Lemon

Apaguen los celulares, desconecten los relojes

Después de la noche, el día se levanta en otro intento 
Sobre el cristal del papel se refleja la luz del monitor 

Tonos neutros, versiones, moldes,
caricaturas, salvedades 

No dejo de observar en torno: 
el mundo está lleno de otros y lo demás 

Vivimos sin saber qué significa 
Las preguntas se reproducen como erizos 
Siempre garabateamos un autorretrato inconcluso 
Dormiremos el último sueño entre sábanas de plástico 

Los búhos visitarán nuestros despojos 


Derribar a Derrida 

No tengo en cuenta teorías al escribir (las desconozco) 
Tampoco conciencia al expresarme en diversos tonos 

Las formas desarticulan la realidad para darle un imprevisto 
un escalofrío/ un designio 

¿Hay un método eficaz? ¿Un estímulo serio? 
Quizás 

Pero sí o sí debe inventarse un lenguaje con rigor 
Se parte de acá: la perplejidad/ un indicio/ un atisbo 
un iceberg/ un presagio 
luego será un mandala 

Intento no repetirme en los asuntos y casi no llego 
El renacuajo no se dirige a ningún lado salvo a su propio engaño 

Foto carnet desencajada
Artaud en Rodez 

No sé por qué Barthes hablaría de la muerte del autor 

Ningún experimento está exento de peligros
Cuidar de no caer en el poder de la suposición 
Mejor apenas levemente sugerir profundidad 

Alejarse del crítico que llevamos dentro 
y está fuera en lo demás 

Leer entonces ásperamente lo propio (y lo de todos) 

Sellar conocimiento y convencimiento 
hasta definir su conclusión 
La quietud de establecerse así nomás

Aunque puedan dispararse registros pretéritos escondidos
satélites sin edad que apuntalen y fructifiquen 

La luna y su hechizo constante 
El ardid de la belleza y su espejo 
El aullido del gato en la tormenta 

Si bien las palabras no resuelven una angustia 
se activa una vida distinta 
despunta furioso el bramido desobediente 

El poema pulsa y empuja la sangre hacia otro reino: 
feria del revoltijo 

Cuando el verbo fluye oculta profecías y alabanzas 
Lo innombrable se hace visible y se presenta 

Múltiples senderos abren abanicos 
Se reniegan, se gozan, se encuentran, se extravían 

Desplegarse es replegarse no alejarse 
Permitir la polisemia
Los resultados son mera tentativa 

Hay un atlas soñando paraísos remotos 
Dibujá tu nombre en el humo al fumar una pipa 

No conocés otro modo de resistir 
y respirar 


Alfredo Lemon 
Córdoba, Argentina

Lo que tienes, lo tienes ahora, y ese ahora es toda tu vida. No existe nada más que el presente. 
Ernest Hemingway

Norberto Pannone

Recuerdos y Nostalgias 

La nostalgia no es el recuerdo al que rezamos. 
El recuerdo es una foto fría. 
La nostalgia es la emoción que fuga de la imagen. 
La imagen es una mancha amarilla de papel 
que se avejenta en el orbe temporal. 
Sólo la nostalgia es indeleble 
Sólo la nostalgia perdura omnipotente 
y permanece en aquello que fue Dios: 
La ternura, El placer, El amor, La pasión… 
Esa maldita nostalgia, a veces tan hermosa 
captura el paso del horror 
y me condena. 
Y la distancia se escarcha 
en los barrotes legendarios del dolor. 
Y me pare poeta 
en un catre de vino 
arrullado en el humo del tabaco mejor. 
Y la veo en los días donde a veces pienso 
que hilvané algunos versos 
para amarte mejor 

-Vuelvo en el canto del mítico gorrión 
para alegrar tus mañanas de sol…
y el eco de tu voz resuena 
en el anémico jardín de la ilusión-. 

Sólo la imagen me abruma 
como esa foto de amarillo cartón 
donde ha muerto el color. 
Sólo la nostalgia me desnuda. 
¿Cómo regreso en el tiempo 
a confesar mi nostalgia? 


Poema exaltado 

Qué te pasa poeta con las dudas 
que al crecer de la vida, te devoran? 
Ya no juzgas la caricia de las putas 
ni el impío dolor de la señora 
que alguna vez se queda viuda 
y usa sólo un ojo cuando llora?
 
Qué los parió a los gatos 
que acarician las piernas con su cola! 
Me agobia el niño que al encargo 
viene a pedirte sumiso la limosna. 
Me revienta la rubia cincuentona 
que aparenta disfraz de mocetona. 

Qué te pasa poeta, ya no escribes 
de la memoria, la nostalgia y el amigo, 
ni del recuerdo del comienzo que te inhibe 
por el apuro genital, definitivo? 
Arrinconaste la quimera que buscabas 
en la torpe estampa del olvido. 

Qué te pasa poeta, ¿no aprendiste?
La promesa es cuestión desvergonzada 
y la limpia sonrisa ya no existe, 
fue aflictivo tempesteo de un verano, 
necesidad de que el otro satisfaga 
su ego tan ridículo y humano. 


Olvido 

Amo las infinitas tildes 
que sobre el olvido puse. 
Remembranza necia, 
avatar en un trópico neutral; 
acto sideral de la memoria 
que guarda el perfume del septiembre 
y sutura la herida cuando sangra 
derramando la lejía del olvido. 
Fruto de la parra sin simiente, 
ciega mariposa entre las sombras. 

Sobre las hojas del cuaderno puse, 
detalles de las horas de mi ausencia 
por el árido país de la memoria; 
simulando en sus renglones indecentes 
las grotescas llanuras de mi tiempo. 

Amo la lujuria del olvido,
única pasión que no deshonra. 

Amo la lámpara sin llama 
y el libro que exhibo sin sus hojas. 

Amo el aroma del descuido, 
el himen de la mujer que quise 
y el beso virginal de aquellas horas. 

Soy un osado verdugo de abandonos 
sin temor a la justicia del recuerdo.

Amo las infinitas tildes, 
que alguna vez, le sustraje a mis apuntes… 


Último poema, del libro del autor: Por los soles y lunas de abril, 2002 
Poemas anteriores, tomados del blog del autor 
Norberto Pannone 
Junín, Buenos Aires, Argentina 

Raro y celestial don, el que sepa sentir y razonar al mismo tiempo. 
Vittorio Alfieri

Elena Garritani

El sol de un largo día 

Amanecía de golpe con los ojos abiertos. 
La conciencia, en su callada hora, 
demoraba ese breve espacio de tiempo 
para abjurar del día, 
escuchar la lluvia en el techo de zinc,
sentir el calorcito de las frazadas. 
La sensualidad inútil de la penumbra 
me anticipaba el café que saborearía luego 
con ojos de sueño. 
Vaciaba el sol un laberinto sobre mi confusión. 


Te confieso 

Te confieso, eres hermosa, fuera de tu cuerpo 
y de tu sexo no hay nada verdadero. 
Me complace verte debatiéndote hasta el amanecer 
buscando un hipnótico o una escucha. ¿Qué ser, para 
qué ser? Clamor que grita tu silencio. 
Te enamoras como la primavera de las primeras flores 
en el delgado frío de los tallos. 
El placer nieva sobre ti. 
Te miran, te desean, te encuentran. 
Miradas que complacen y esclavizan. 
Te exilias en tu geografía, resistes. 
La rebelión subraya tus actos, los excede. 
Lloras con Romeo y Julieta pero aún más 
con el Ocaso de los dioses. 
Entre la soledad y la histeria, el glamur y el deseo 
cobijas un dolor cercado en el lenguaje. 
Eres fuego, das lumbre a mis visiones. 
Eres cangrejo, retrocedes para avanzar. 
La luna cae en el océano y pasea
lenta por tu cielo. 


Ella va 

Toma el ómnibus/ se mezcla entre la gente/ 
atraviesa la ciudad como cereza en la boca del verano 
Sabe por la mirada de los hombres que despierta deseo 
lasciva halagüeña rapaz pervertida, esa mirada/ 
La constancia de la madre y sus cuidados/ 
el padre y sus pájaros, el tablero de ajedrez/
las rondas/ la rayuela/ 
El lenguaje osado muda la piel de la infancia/ 
En los laberintos de Buenos Aires hay rufianes 
traidores, viejos sátiros/ Señalados de Dios y ocultos 
de aspecto impecable. 
La fauna urbana es impredecible/ 
Fuera del colegio hay todo que aprender/ 
Ella lleva canciones de amor y protesta 
enojos y delicias/ Enloquece por él/ por ellos/ el amor 
la enamora. En los umbrales de la vida, la pasión atraviesa 
el cuerpo, perturba, expresa. 
Hasta que el lenguaje rubrica: novia/ esposa/ madre/ 
amante mujer al gusto de él/ de ellos/ de ellas/ 
Espejos en la culpa/ dedos afilados separan el cabito de 
las cerezas, una por una. 
Ellos degustan, mastican, devoran racimos agridulces 
en oscuro paladar.


                * * * 

Un gato tuerce mi suerte, un espejo se rompe en mil 
pedazos, las gitanas huyen las líneas de mi mano, 
escribo porque 
hay eternidades efímeras y turbulencias en el rostro, 
saltos al abismo, desmemoria de la felicidad 
y cuerpo traicionado. 
Escribo porque escribo mal, no soy buena poeta, 
como aquellos que ni una palabra de más o un adjetivo 
incierto. 
Empuñan con exactitud el idioma y lo dan vuelta 
tentando formas asombrosas. 
Me conmueven, tal vez los envidio, ellos me sugieren 
que deje de escribir, por eso también escribo.


Elena Garritani 
Buenos Aires, Argentina

Por la noche nuestro miedo es fuerte, (…) pero por la mañana, en la luz, encontramos nuestro coraje otra vez. 
Malala Yousafzai

Miguel Ángel Oviedo Álvarez

I

corre 
ágil 

raudo 
como el agua 

cuando baja de las montañas 
como las nubes 
cuando las sopla el viento. 

cabalga 
afanoso encima nuestro 
como un Quijote presto 
a derrotar gigantes. 

Entonces nos lleva 
por territorios nuevos 

hasta que al final 
nos deposita en la otra orilla. 


II 

Pasa 

violento como el viento 
zonda que golpea 
puertas y ventanas 

que arranca árboles de cuajo 
dobla y derrota 
carteles 
zonda que achica los ojos 
arruga la piel 
y después hace tirabuzones 
danzando en la arena. 

Pero después de ésta 
-como de todas las tempestades- 
vendrá la calma 

caerá la lluvia 
siete colores pintarán 
un arco en el cielo 

y el asombro 
nos dejará con la boca abierta. 


-Hay cinco jazmines en la planta-

dijiste al abrir la ventana. 

Estalla la primavera 
en nuestro patio, pensé. 


En este cuadrado 

se asienta 
el sereno de las noches 

y en las mañanas sobre el césped

los gorriones
saltan y reparten 

su alegría inocente 
de ser pájaros 
que asimilamos a los paisajes urbanos. 

De esta isla hicimos 
un símbolo de heroica resistencia 
a tanta sequía que nos cerca. 


Poemas del libro del autor: Palabra concisa 
Miguel Ángel Oviedo Álvarez 
La Rioja, Argentina

El misterio es la cosa más bonita que podemos experimentar. Es la fuente de todo arte y ciencia verdaderos. 
Albert Einstein

Norma Etcheverry

El Trópico 

Cruzamos el Trópico de Cáncer mientras el sol atraviesa el vidrio y horada mi costado izquierdo. Un estado semifebril me lleva a ver todo lo que veo como si fueran imágenes de una película muda. Nubes espesas que se recortan en el cielo, la superficie en sombra de los cerros, el nopal, y los cuervos que sobrevuelan. Y luego están los camiones. Fantasmales figuras escupiendo humo y mezcal en ambas direcciones de la carretera cincuenta y siete. 
Sólo camiones y pequeños santuarios, como una aparición, sobre el camino. Cruces y vírgenes, y unos pocos ranchos abandonados por los cazadores furtivos. Cada tanto, animales resecos reptan bajo el sol. 
A poco llegaremos a Real de Catorce” dice, como quien dicta una sentencia, y su aliento a tequila corta la espesura de esta tarde de piedra. 


El viento 

Escucho el viento, su nombre que viene desde la ruta del desierto cuando las caravanas de menhires deslizaban sus almas blanquísimas y ya estabas, estábamos ahí. Cuando todavía no teníamos designio de los ángeles ni rostro humano. 


Textos del libro de la autora: la vida leve 
Norma Etcheverry
La Plata, Buenos Aires, Argentina 

Después de la palabra, el silencio es el segundo poder del mundo. 
Henri-Dominique Lacordaire

Amelia Arellano

Recuérdame cómo era 

Recuérdame cómo era, amor. 
Antes del barro compartido. 
Cómo era, lo que ya no soy. 
Cómo era lo que sigo siendo. 
La que acercaba su voz de hierba a tu silencio. 
Pigmalión no ha encontrado a Galatea. 
La estatuilla yace fragmentada. Ya no está. 
Tampoco está el hombre de los ojos tristes. 
El amor ha pasado como pasa la infancia. 
El viento, los naufragios, el temblor de los astros. 
Ha callado el crepitar sonoro del brocal de greda. 
Me han llamado otras voces, otros viajes. 
Me he entregado y he sido prisionera. 
Errante, amante, prisionera. 
He elegido la voz que no me llama. 
Se me ha dado lo que se me ha quitado. 
Más, lo que se me ha quitado es lo que se me ha dado. 
Tierra se me ha quitado. Tierra se me ha dado. 
Y aquí me tienes, de vuelta, amor.
Fatigado corazón de tierra, aún palpitante. 


Esa mujer 

Esa mujer es mía. 
Absoluta. Totalmente mía. 
Jugamos a las escondidas. 
Ella siempre me encuentra. Yo, a veces no. 
Tiene una cueva de cristal de murano. 
Solo Alí Babá entra. 

Conozco sus disfraces más secretos. 
Sus horas más tardías. Sus íconos de cera. 
He llegado a la profundidad de sus marmitas. 
He rescatado sus muertos más amados. Sus maromas. 
Los caminos. Las rondas y las cruces. Las amo. 
Conozco los pecados veniales de sus pechos. 
Sus termitas. Sus adormideras. 
La he leído letra a letra a letra, al revés y al derecho. 
Encontré palabras que solo yo conozco. 
He andado y desandado las profundidades de su boca. 
He batallado fieramente con sus impiedades. 
Me ha aturdido el concierto de cigarras en su vientre. 
He llorado sobre su hambre madre. 
Tatuadas mis serpientes en sus brazos. 
Obsesivamente. Hemos luchado cuerpo a cuerpo. 
Conozco sus empalmes y sus bardas. 
Sus axilas dolientes. La tristeza entre los dedos de sus pies. 

A veces, en las noches, me quedo despierta hasta el alba. 
Miro sus sueños agazapados entre los leños. 
Los miedos de sus miedos. Roedores hambrientos. 
La he acompañado en sus entierros y resurrecciones 
En la violencia de sus fuegos fatuos. 
Las normas tiritan de pasión. Bengalas. 

Me he dado tan profundamente a esa mujer tan mía. 
Se me ha dado tanto. 
Ya no quedan arterías que no haya recorrido. 
Todo me ha permitido. 
Menos acceder a su calvario. A su altar. A su sagrario. 


Dunas 

Estás parado en un universo hecho de piedra y dunas. 
Nadie ha de salvarte. 
Ni la agonía del polen, ni el parto de la rosa. 
Ni las huellas en las ardientes colinas. 
Ni la saciedad, ni el hambre. 
Ni las ramas que brotan de tus ojos. 
Ni los anillos de lluvia. 
Ni lo negado, ni lo dado. 
Ni la pupila cerrada del Bautista. 
Ni la espada, suspendida, de Damocles. 
Ni el oro de Siddartha, ni la plata de la traición abrazo. 
Ni Lancelot, ni Gilgamesh. ni el caballo de Troya. 
Nada habrá de salvarte. 
Acaso los salmos de la historia 
Que no has de conocer, hoy. Tal vez, nunca. 


Textos tomados de las páginas: 
Amelia Arellano 
San Luis, Argentina

Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella.
Lucio Anneo Séneca

Abel Otto Torre

Koans” 

¿Por qué el río está tan lejos 
que las almas se encuentran
navegando en el vacío? 

II 
¿Qué río duele más 
que el que corre 
por este valle de lágrimas?

III 
¿Qué ausencia es más ancha 
que nuestra propia ignorancia?

IV 
¿Hay profundos sentimientos 
que se guardan muy adentro 
sin que lleguen nunca al fondo?

¿Qué cielo es más alto 
que un bello pensamiento? 

VI 
Los ríos son las venas del planeta. 
En sus cauces viven los peces 
que no llegaron a ser hombres. 
En sus aguas mueren los hombres 
que no llegaron a ser peces. 

VII 
El Cielo azul es 
Gris 
Verde 
Amarillo 
Rosa 
Naranja 
Rojo 
Violeta 
El cielo es lo que es 
y no se puede describir. 

VIII 
Uno se come al otro. 
El otro lo come a uno.

IX 
No hay diferencia. 
El hambre y la muerte 
son igualitarios. 

X 
Cuando se es igual 
no hay diferencias.
Al descubrir este principio 
se acepta la primera ley: 
Comer para ser comido. 

XI 
Ser y no ser. 
Primero se es 
luego no se es 
pero antes no se ha sido. 

XII 
Sólo cuando se es 
se piensa que se es. 

XIII 
O primero se es 
luego descubres 
que estás siendo. 

XIV 
Si no descubres ni lo uno ni lo otro 
estás fuera de la ley. 

XV 
Primero existo, 
luego pienso. 
Y cuando pienso: 
Existo. 

XVI 
Antes no era, 
soy lo que no fui
más lo que ahora soy. 

XVII 
Para ser, como. 
Para ser comido 
cuando ya no coma. 

XVIII 
Ser, si como, 
si no como, 
no ser. 

XIX 
Una balanza muy sensible
pesa la muerte y la vida. 

XX 
Si la vida es pesada 
hay que dejarse llevar. 

XXI 
A la muerte hay que llevarla 
para que ella no nos lleve. 

XXII 
La ignorancia se carga 
en el vagón de la esperanza. 

XXIII 
La esperanza es la puerta 
para cerrar la verdad 
que es: Comer y ser comido. 

XXIV 
Si es la primera verdad, 
es la verdad. 

                                           19-08-03 

Abel Otto Torre 
Córdoba, Argentina

Una persona es persona gracias a los demás. 
Proverbio zulú

Alicia Balista

El jardín 

Coro de pájaros dorados 
                    están en el jardín 
    -momentos imaginarios- 
sueños suspendidos en el tiempo 
                        altos aromas 
                        encrucijados senderos 
                        rutilantes atardeceres 

Busco tu entrada 
    -alto seto- 
              te esconde 
              te cerca 
              te ciñe 

Obstinada exploro 
     -ansiado jardín- 
¡milagro! te encuentro 
      lugar de mi memoria escondida 
             -breve momento-
la música del viento 
te eleva     te lleva 
           a otros lugares 
y ya 
         ya no te encuentro 


Efímero 

La tierra da luz a un árbol 
mientras la muerte se duerme en el cuello de un cisne 
una boca abre la puerta a los sueños 
escapan con libertad de melodías 
persiguen un canto embrujado
como una serpiente fiel y melancólica 
¿Dónde estás triste noctámbula?
¿Tus efímeras raíces hacen dudar al tiempo? 
¿Qué sería de la vida si no hubieras nacido? 
Una lágrima se derrama con pureza de nardo 
un doblar de campanas 
avisa que no estás despierta 
y te abandonas 
                a los besos de la tierra 


Rebelión*

Esclava soy ante ti 
                amor 
libre de elegir 
         a la persona correspondida 
¿serías tú, esclavo de mi amor? 

Pregunta sin respuesta
           sonido de silencio 
           cadenas invisibles 
                  atan tus sentimientos 
                  acallan tus palabras 

El tiempo pasa
y no deja huellas 
       el amor espera esperanzado 

No te quiere esclavo
                te necesita libre 

* Primer premio en Poesía año 2008, Certamen Internacional de Poesía y Cuento Breve Homenaje al escritor ‘Manuel Curros Enríquez’, Corcubión, España 


Poemas tomados del blog de la autora 
Alicia Balista 
Villa Adelina, San Isidro, Buenos Aires, Argentina 

El próximo mensaje que necesitas de la vida está exactamente allí donde te encuentras. Sólo hace falta que lo leas. 
Ram Dass

Salomé Moltó

Amigos, enemigos 

Asistimos con toda normalidad a las clases de terapia, un grupo de gente diversa, que exponen sus problemas; personas que forman parte de nuestra sociedad, pero que no sabes de sus inquietudes y demás problemas que les angustian, hasta que se expresan. En estas sesiones te das cuenta de la cantidad de problemas, decepciones y sufrimientos que las asisten. 
Veo a aquella simpática señora con la que coincido en la compra en el mercado, de aquella otra que paseaba por los pasillos del supermercado con los nietos, de otra que se apresura a coger el autobús pues se marcha al hospital, su hijo ha sufrido un accidente. Sí, la vida sigue y el sufrimiento diverso está presente. 
De joven pensaba que las personas de una cierta edad tenían que ser, por fuerza, más felices, pues habían superado muchos problemas y dificultades, tales como trabajos difíciles, criar a los hijos, la hipoteca del piso, etc. y con el tiempo transcurrido deberías decir: “misión cumplida, mis hijos ya están criados y tienen edad para hacer frente a la vida por sí mismos”. Sí, pero la vida no les da “caramelos”, más bien lo contrario, sus derechos, sus oportunidades cada día más machacados y poco a poco eliminados, por eso no es de extrañar que los hijos se queden más tiempo en casa de los padres. La sociedad no les da oportunidades a pesar de su buena preparación. 
Y entonces, para los mayores, ya es tiempo de disfrutar debidamente y a su tiempo, de la jubilación. Recuerdo que algunas personas de la generación de mis padres, me daban envidia pues se habían jubilado y con la experiencia alcanzada, podían disfrutar de lo que no les había sido posible durante la juventud. Sí, aquella generación de posguerra con doce horas diarias de trabajo y unas cuatro más, complementarias, no para poder llegar a fin de mes, sino, para dar de comer a la familia. 
Elemental planteamiento, pues cual golpe de viento que sacude el ventanal, la vida no deja de golpearte con una fuerte sacudida o a veces, con una serie de ellas, pero constantes y duras y ahora con menos fuerza, la angustia es superior. Así que los jubilados no son más felices, ni disfrutan de la vida de mejor manera, no pocos tienen que cuidar de los nietos y ayudar a los hijos económicamente. 
Esa pareja de jóvenes que se enamoran, se casan y se aprestan a vivir juntos para siempre y que puedan llegar juntos hasta la vejez, pero cincuenta años después del “sí quiero”, ahora pasan la vida enfrentados el uno al otro, vigilando y exigiendo que cada cual cumpla su parte de obligaciones. Mi vecina dice que hay que negociar, incluso con el marido. 
¿Qué pasó de ese amor que los unió? ¿los avatares a los que tuvieron que hacer frente eliminaron todo afecto? A veces me pregunto si el ser humano es capaz de preservar el amor a pesar de los inconvenientes y las frustraciones, a las que deben hacer frente todos los días. ¿La convivencia conserva el amor o lo elimina? Quizás haya que ir aprendiendo de las cosas, según los cambios que la vida nos depara. 
Tocándome el hombro una viejecita me dijo: “¿me puede dejar pasar delante? he dejado a mi marido solo en casa”, estábamos en la cola de la panadería, “por supuesto” le respondí. Pidió un pan y mientras se lo daban me habló de su marido con cerca de noventa años y que cuidaba con mucho esmero. No dije nada, pero la dulce impresión que me causó aquella anciana se me quedó, para siempre, grabada en la memoria y me reproché por ser tan pesimista en los asuntos de convivencia, tan comunes a todo el mundo, porque, la verdad, veo más cosas malas que buenas y eso me acoj… perdón, me frustra. 


Salomé Moltó
Alcoy, Alicante, España

A veces la mejor terapia es dar un largo y solitario paseo. 
Carl Gustav Jung