Si Dios fuese…
Si Dios fuese mariposa,
en sus alas
estaría
el milagro
y alzaría
vuelo por el mundo
derramando
sabiduría y encanto.
Reinaría
una paz de colores
en la serenidad
de los llanos
y un amor
cual morada
en la tierra
del descanso.
Si Dios fuese mariposa,
¡qué hermoso
sería
que detenga
su andar
en cada mano!
El gigante
El
gigante
a
tientas camina
y tal
vez a hurtadillas
echará
raíces en el presente
sin
más que conformarse
de
estar a oscuras,
a
sabiendas que de memoria
no se
vive.
De
hito en hito
comprenderá
que la tierra
es un
lodo postmoderno
y que
en un tris
se le
esfumarán las ganas
de
recorrer punto por punto
los
poros de la arcilla.
Verá
en primer lugar
que
ahora la vida
es
una calesita al revés
y que
al fin y al cabo
es el
destino que a la postre
le
dice que es mejor
que
muera de súbito
que
en última
aplastado
por el tiempo.
Pero
el gigante sigue allí,
tan
obstinado como siempre
aferrado
a un andén
que
no sabe de tranvías.
Pasaporte de plástico
Quiero ser un pasaporte de
plástico
para toda la vida,
un pasaporte
que a la vez sea el pase
a la eternidad,
a disfrutar
en los paisajes de la fantasía
y a despedirme
de la sangre que transita
con esa sombra que agobia.
¡Qué bueno es convertirse
en pasaporte de plástico
y refugiarse en la nada!
Sin nacionalidad existente
ni edad que transcurra,
sólo un plástico rectangular
reposado en el escritorio
del aeroparque de los vientos.
Sin embargo
ahora que soy un pasaporte
para toda la vida,
me siento tan solo
sin el despertar de las pupilas.
Aquí en mi pecho
Caen
las hojas de nostalgias
y vuelven los cuerpos
para hundirse
bajo la plateada sombra
en la vigilia
del cielo.
Caen
las hojas de nostalgias
y llevan un rumor
de golondrinas
de este septiembre
de tus besos,
donde no hay fronteras
ni misterios
y sólo un letargo
de quererte,
permanece
aquí en mi pecho.
Roberto Ángel Aflitto. Nació en San
Fernando, Buenos Aires. Reside en la
Ciudad de Santiago del Estero, Argentina
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Si la libertad significa algo,
será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír.
George Orwell
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Hola Analía; hola Roberto. Gracias por esta galería de poemas, temas distintos pensados con hondura y dichos con espontaneidad, grata, muy grata lectura.
ResponderEliminarBetty
Muchas gracias!
EliminarGracias por tu lectura, querida Betty
EliminarGracias Roberto, por permitirme compartir tus poemas en esta revista literaria
Saludos cordiales
Analía