martes, 2 de diciembre de 2008

Editorial

con voz propia nº 25 - diciembre 2008

revista literaria




....................Pies, ¿para qué os quiero si tengo alas para volar?
........................................................................Frida Kahlo




Cien veces todos los días me recuerdo a mí mismo que mi vida interior y exterior, depende de los trabajos de otros hombres, vivos y muertos, y que yo debo esforzarme a fin de dar en la misma medida en que he recibido.
Albert Einstein




.............................Diario

.............................Escribe tu diario en la noche
.............................entonces verás más claro
.............................lo que sobrevivió, lo que quedó
.............................lo que te importaba del día
.............................lo que en la vida fue más vivo.
.............................En el espejo del salón apagado
.............................se abre el ojo interior.
.............................Es la suma de las miradas.
.............................Escribe tu diario en la noche
.............................cuando todos se hayan acostado.
.............................Habla cuando todo se silencie,
.............................es cuando eres necesario.
.............................Interpreta el fuego apagado.
.............................Lee el libro cerrado.
.............................Ama el amor extraviado.

......................................Henrik Nilsson (Suecia, 1971)
......................................Traducción de Ángela García



Eso es aprender, después de todo:
no el hecho de perder el juego sino cómo lo perdemos, cómo nos cambia el perder, qué obtenemos de eso que no tuviéramos antes, para así aplicarlo a otras partidas.
Perder, de algún modo extraño, es ganar.
Richard Bach



.....................................Edición y dirección: Analía Pascaner
…..................................San Fernando del Valle de Catamarca
.....................................Catamarca – Argentina

..........................................
..........................................

Augusto Monterroso

-Guatemala, 1921 – México, 2003-

El paraíso imperfecto

-Es cierto -dijo mecánicamente el hombre, sin quitar la vista de las llamas que ardían en la chimenea aquella noche de invierno-; en el Paraíso hay amigos, música, algunos libros; lo único malo de irse al Cielo es que allí el cielo no se ve.


Historia fantástica

Contar la historia del día en que el fin del mundo se suspendió por mal tiempo.


El Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio

Hubo una vez un Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontró que ya la primera había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, y se deprimió mucho.


El grillo maestro

Allá en tiempos muy remotos, un día de los más calurosos del invierno, el Director de la Escuela entró sorpresivamente al aula en que el Grillo daba a los Grillitos su clase sobre el arte de cantar, precisamente en el momento de la exposición en que les explicaba que la voz del Grillo era la mejor y la más bella entre todas las voces, pues se producía mediante el adecuado frotamiento de las alas contra los costados, en tanto que los pájaros cantaban tan mal porque se empeñaban en hacerlo con la garganta, evidentemente el órgano del cuerpo humano menos indicado para emitir sonidos dulces y armoniosos.
Al escuchar aquello, el Director, que era un Grillo muy viejo y muy sabio, asintió varias veces con la cabeza y se retiró, satisfecho de que en la Escuela todo siguiera como en sus tiempos.


Fecundidad

Hoy me siento bien, un Balzac; estoy terminando esta línea.


El fabulista y sus críticos

En la Selva vivía hace mucho tiempo un Fabulista cuyos criticados se reunieron un día y lo visitaron para quejarse de él (fingiendo alegremente que no hablaban por ellos sino por otros), sobre la base de que sus críticas no nacían de la buena intención sino del odio. Como él estuvo de acuerdo, ellos se retiraron corridos, como la vez que la Cigarra se decidió y dijo a la Hormiga todo lo que tenía que decirle.


El dinosaurio

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.


Textos tomados de http://www.patriagrande.net/ y http://www.ciudadseva.com/

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La culta dama
Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado “El dinosaurio”.
-Ah, es una delicia -me respondió-, ya estoy leyéndolo.
José de la Colina (México)

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Héctor Berenguer

-Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina-

Anima bendita

De un ser
subsiste lo imposible,

detalles
en un objeto predilecto,
instantes azarosos
que anudan sueños con vigilia.

Fronteras de árbol tatuado
que deja su ausencia,

segmentos de gozo
intransitado.

Y ese vacío
que se confunde al fin
con existencia

es la meta extrema
de un largo deseo
por ser otro.


Un hombre acabado

Cuesta tanto cada amanecer,
hay tanto dolor
en la gratuidad de esta luna diurna.

¿Por qué no quedar así
constelado de belleza
inexplicable,
erguido aún en donde estuve siempre
entre la nada y el asombro?

Por esta fragilidad
de hombre acabado
nada más que por confianza,
por estar en este mundo
y merecerlo.

………………………………Del libro Entre la nada y el asombro

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Todo hombre paga su grandeza con muchas pequeñeces, su victoria con muchas derrotas, su riqueza con múltiples quiebras.
Giovanni Papini

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Robert Gurney

-St. Albans, Inglaterra-

Poesía budista


Prefiero poemas
que son
pequeñas visiones budistas
momentos de conciencia
textos, que suben rápido
a la mente

saco la puntuación
y llego
al Nirvana

…………………Del libro El cuarto oscuro y otros poemas (febrero 2008)


El slade

……………………A Paul Valéry y César Vallejo


Tuve un sueño esta mañana.

Fue uno de esos que tenés
cuando no estás seguro
si estás dormido o despierto.

Sentía que estaba despierto,
que estaba realmente allí
pero algo me decía
que no podía ser así
que estaba aquí en Hertfordshire
no allí, en Gales.

Bajaba un sendero.

Era un lugar
esculpido por los glaciares,
demasiado grande para ser llamado barranco
demasiado pequeño para ser un valle.

En ese rincón de Gales
los llaman slades.

Era evidente, para mí,
que era Long Hole Bay,
La Bahía del Hueco Largo.

Caminaba hacia el mar.

El andar no era fácil.

Me hallé atrapado
en un lecho de ortigas.

Mis piernas se encontraban enganchadas
en unas zarzas bajas
que parecían muertas, aplastadas.

Tuve la sensación
que había ocurrido un incendio
y que el viento del mar
había esparcido las cenizas.

Las palabras “bremmels”,
(zarzamoras)
y ‘versey sticks’,
(palitos de aulaga)
y otras briznas del dialecto
zumbaban en mi cabeza.

Por debajo de la maraña
de ramas torcidas y ennegrecidas
mis pies podían sentir el pedregal
que baja poco a poco las laderas.

Para mí es unos de los sitios más tranquilos.

Se ensancha
a medida que bajas.

El mar y sus yates
parecen un techo azul
con palomas blancas.

Son encuadrados por los acantilados
que se abren en la forma de una v.

Ves solamente el mar.

Escuchas solamente las olas
y los gritos de las gaviotas.

El agua centellea
bajo el sol del mediodía.

Es imposible no pensar
en Sète
y El cementerio marino
de Paul Valéry,

¿Por qué me sentí tan incómodo
en ese sitio tan reconfortante?

¿Debo traducir o no
esta novela,
Vallejo en los infiernos?

Por un lado esto,
por otro lado aquello.

Volví a mi escritorio
y el sueño se desvanecía
pero seguía reclamando
mi atención.

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He ofendido a Dios y a la humanidad porque mi trabajo no tuvo la calidad que debía haber tenido.
Leonardo Da Vinci


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Pedro Martínez Corada

-Madrid, España-

Veintitantas letras


El alfabeto es un grupo de símbolos, llamados letras, que utilizados con un orden determinado representan el lenguaje. Son veintitantas letras, no más…
Forman las palabras.

Me enseñaron las letras.
Las palabras se forman de letras.
Pero no me dijeron cómo vivir las palabras.
Me enseñaron cómo comportarme, cómo manejar algunas palabras.
Pero se olvidaron de decirme el significado de algunas de ellas.
Las he tenido que buscar en el transcurso de la vida. Construirlas con veintitantas letras, poca cosa al parecer, ¿verdad?

Las palabras que luego he encontrado, son palabras que tienen que ver con la vida, con la muerte, con la poesía, con el misterio… Son palabras que casi nadie escribe en un teléfono móvil. Son palabras condenadas a muerte.

Conjugo estas palabras cada día. Acaricio la mezcla de letras que las forman. Siento el misterio de su orden aleatorio. Susurro la mezcla de vocales y consonantes y me echo a soñar…

En todo este laberinto de símbolos, ninguna Ariadna me va a prestar ayuda.

Escribo. Junto letras. Formo palabras. Y tengo la esperanza -bendito sea el destino que algunos dicen que existe- de que todas ellas juntas conduzcan a alguna parte.

Que todas ellas formen una escalera al cielo…

……………………………………………………………………………………………2006

Al final del camino

La veía pasar todos los atardeceres pedaleando en una vieja bicicleta. El reflejo de la silueta en el agua del canal se desgajaba entre latas oxidadas y neumáticos mohosos. El agua aceitosa teñía de arco iris el difuso dibujo de la ancha pamela blanca de la ciclista sobre el caudal estancado. Era junio y llovía, como siempre. A la anciana dama no parecía importarle, pedaleaba con parsimonia y el faro amarillento de la bicicleta carraspeaba una luz rojiza a cada golpe de pedal.
Sé que no hay nada al final del camino del canal, sólo búnkeres derruidos y cráteres cubiertos de hierba rala. Más allá, la planicie se rompe en un brusco acantilado. La playa, bajo el cielo en blanco y negro, está desierta y la pamela me recuerda a una gaviota volando sobre la arena negra, cerca de las olas erizadas por el viento de poniente.
Nunca quiso hablar conmigo. Pedaleaba y pedaleaba, ida y vuelta, silencio tras silencio, hasta que aquella tarde de junio se paró frente al galpón en donde sobrevivo y me rogó que no la siguiera. Esperé hasta muy tarde, el faro de la bicicleta no apareció traqueteando de regreso por el camino. Me quedé dormido y nunca volví a verla.
El amanecer del día siguiente parecía tener una fluorescencia especial. Imaginaciones, pensé mientras me frotaba los ojos, los días eran iguales desde hacía mucho tiempo. El transistor no capta ninguna emisora y queda poca comida. Creo que nunca volverá a pasar nadie. El camino del canal ya no viene de ninguna parte. Qué más me da: nunca supe montar en bici.

………………………………………………………………………………………………………2004


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¿Acaso no destruimos a nuestros enemigos cuando los hacemos amigos nuestros?
Abraham Lincoln


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Julio Bepré

-Avellaneda, provincia de Buenos Aires, Argentina-

¿Qué es?


Miraba desde lejos tu figura
apenas asomada en el balcón.

Luego arribó hasta mí
un amable canturreo
no escuchado jamás.

Es su voz me dije ensimismado.
Es tu voz resuelto te grité.

Tus ojos fulguraban en mis ojos
mas nada recompuso
la ruinosa demanda
de este incauto y mísero
fervor de la memoria.

Confuso en este azar ambiguo
no concluyo ni logro esclarecer
si este amor es un prodigio
o el infierno que mis ojos niegan.


Tensión

Fue en ese día de aquel turbado mes
cuando volvió envuelta en su silencio.

La brisa recién ondeaba y ella corría y corría
con las ropas sueltas sorteando con gracia
cada estorbo.

Mínima fue esa historia ante mis ojos
amarrada al desvelo de la luz matinal.

Ahora escucho el temblor de un vocablo
y enseguida me agobia otro dilema.

Indago empecinado y me ignoro y aíslo
de cuanto halló el sigilo de tanta desnudez.

¿Por qué otra vez me muevo para pronto llegar
cuando se fueron otros sin ningún parvo anuncio?

¿Quién es esa mujer de arribo presuroso
que con sus ropas sueltas airosa brinda y traba
esta existencia esquiva?

¿Dónde es posible hallar y aguardar o acrecer
una respuesta pronta y así saber lo que vendrá
en todo esto que vivo?


Hasta hoy

No puedo demorar este momento. Vivo
como aquel que soñó adentrarse en el aire
y encontrar el misterio que tienen las alturas. Ver

cómo encapota aquel cielo inconcluso, cómo
alguien camina por un yermo extendido donde
no existen más rastros del último verdor. Tiembla

cada ser y se agita una gris semejanza de años
y años que otorgó la zozobra. Y al fin
resta sólo el más simple mirar desde una

empañada ocasión como nueva promesa
hasta hoy no cumplida.

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El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar.
Francisco de Quevedo y Villegas

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Nolberto Malacalza

-San Nicolás, provincia de Buenos Aires, Argentina-

Primera vid


mujer que crece vertical desde el talón de la montaña
que se alimenta con saliva espesa de volcanes
y aparta las piedras
para mostrarle al sol sus senos verdes

mujer que se aparea con la luz
y gime
en los espasmos de la tierra
hasta cuajar los hijos crecidos de la savia
los hijos madurados
sobre el agreste regazo mineral

mujer erguida desde la comisura de la era

quieto flamenco sarmentoso
abrigo de pichones con morados reflejos

sabrán de ti
………………cuando derrames tu placenta
………………en los primeros cálices de barro

no pedirá dios el llanto de corderos
ni ascenderán por él
los humos inocentes de la carne
cuando lo toque la luz de tu rocío trasegado en vino

desde el oriente a roma
desde la grecia por nacer hasta el humilde canaán
desde los centuriones a los césares
…………………………………………………sabrán de ti

y hasta maría de magdala y el joven nazareno
en su lecho de amor
………………………………sabrán de ti


Otra sangre

………………… “La vieja zarza arde en la llanura de mi recordación...”
………………………………………………Juan Gelman, LA PIEDRA

íbamos con el sol en los bolsillos
pateando catedrales de escarcha

nuestra sangre
menos cobarde que ahora
solía navegarnos a contracorriente

nos subía a las cabreadas
para enamorar palomas con sombras chinescas

brillaba como el barrilete rojo sobre
………………………………el cielo de parís
sabía intuir el vello de las semanas
sin arrancarle vestidos al calendario

nuestra sangre de ahora
requiere alguna mano de piedad

no sabe ser extranjera
ni borbotear hacia qué o cuánto

se arropa junto al fogón mira
las bandadas por la ventana busca
amaneceres extraviados entre los nardos
y hace reserva de hipogeos

cómo salirnos cómo
volver de qué modo
fugarnos
……………hacia la sangre otra

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Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.
Confucio

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Marié Rojas Tamayo

-La Habana, Cuba-

El sobrino


Cuando supimos que el viejo Matías había sido encontrado muerto en su cuarto, todos lo sentimos. En el solar somos pobres, pero muy solidarios con el dolor ajeno, en este caso, si no lo llorábamos nosotros, ¿quién lo haría?
Me vino a la mente aquel verso de “Dios mío, qué solos se quedan los muertos”, porque éste era el difunto más solo del universo, ni un hijo, ni una esposa, ni un hermano vivo, nadie que viniera a darle un entierro decente.
Estábamos mi comadre Lola y yo aseando un poco el cuerpo, para que cuando vinieran a llevárselo a la fosa común no estuviera lleno de inmundicias, cuando por la puerta abierta hizo entrada un joven con un sobretodo azul.
Nos dijo que era su sobrino, se acercó al cadáver, le hizo la señal de la cruz y nos agradeció por cerrarle los ojos. Después fue directo para la cocina, buscó un cuchillo grande y comenzó a levantar una losa debajo de la cama. Del agujero extrajo una lata oxidada, de la cual sacó un fajo de arrugados billetes de baja denominación.
-Con esto nos da para hacerle un funeral humilde, pero decoroso –nos dijo tendiéndonos el dinero.
¿Cómo el viejo no nos había hablado jamás de este pariente? Sabíamos que venía del campo, pero nos dijo que sus dos hermanas habían muerto. Dio las carreras con nosotras, certificado de defunción, funeraria, floristería, hasta café para brindar a los vecinos del solar, que nos reunimos para acompañar a Matías a su última morada.
Al regreso me entretuve conversando con la comadre Lola. “¡Qué clase de muchacho!”, me dijo, “Si no fuera por esa joroba que oculta debajo del sobretodo, sería perfecto, ¿te fijaste qué ojos, qué sonrisa?”
Entonces fue que me percaté que el sobrino se nos había quedado atrás, ¡qué falta de educación la nuestra! Era nuestro deber pedirle que nos acompañara, al menos hasta que encontrara alojamiento en la ciudad, o le adecentáramos un poco el cuarto del difunto.
Le hice una seña a mi comadre y corrí de regreso a la tumba; justo a tiempo para verlo quitarse el sobretodo, desplegar las alas que creímos giba y elevarse, más allá de las copas de los álamos, rumbo a la nueva casa de Matías.

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…y en la hora del naufragio y en la de la oscuridad alguien te rescatará, para ir cantando.
María Elena Walsh

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Victoria Servidio

-Cosquín, provincia de Córdoba, Argentina-

Bruma

Un gris atardecer agoniza en la bruma del mar.
El lamento estalla en cada ola
se desangra en espuma sobre la playa.

Aletea la tristeza
blanco pañuelo que agita el viento
Llora la sirena de un barco
que arriba o zarpa
no importa
llegar no siempre es quedarse
y partir quizás inicie el regreso.

De gris, vestida mi alma
deja sus huellas en la arena
se diluye en la bruma
cabalga en la ola y se interna
en el mar de su soledad.

Bruma

Um gris entardecer agoniza na bruma do mar.
O lamento estala em cada onda
se debulha em espuma sobre a praia.

Aleteia a tristeza,
branco lenço que agita o vento.
Chora a sirena de um barco
que arrima ou zarpa
náo importa,
chegar náo sempre é ficar
e partir talvez inicie el regreso.

De gris, vestida minha alma
dejxas sus marcas na areia
se dilui na bruma
cavalga na onda interna
no mar da solidáo.

Traducción: Perpetua Flores, poeta brasilera radicada en Buenos Aires
………… …………… Del libro Moradas (Narvaja Editor 2006)



Hora de pensar

Cuando se seque el llanto

la angustia sea de arena

la ilusión se extinga

la pena no estalle
en lluvia sobre la tierra

no suene más
el clarín de los reclamos.

será hora de pensar
si no estaremos muertos.

que perdimos las batallas
y al final ganaron ellos.

Ellos los impecables.
Los que ordenan
oprimen…

Si las fibras se endurecen
la esencia se acartona
si se borra la poesía.

Será hora de pensar
qué hacer con ellos.

………… …………… …Del libro Armas del poeta (Narvaja Editor 2008)

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El hombre bajo todo gobierno será el mismo, es decir, con las mismas pasiones y debilidades.
José de San Martín

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Bertha Carou

-Lincoln, provincia de Buenos Aires, Argentina-

Miro al espejo
Y veo
…….Una mujer parecida a mí.
La sombra se desliza
llega hasta los bordes
…….y rompe los esquemas de la geometría.

Estampa de amor adormecido
…….escucha el susurro
…….de tiempos apretados

Se asocia la noche
…….con alfileres de silencio

El sueño deletrea el paraíso y
…….se funden mi gesto y la palabra

………… …… …… …… …… (Marzo 2002)

……* * *

Lluvia sobre el cristal
………… …va goteando el verso
Lame mi piel
………… …en besos húmedos
………… ……en goteras solitarias

………… …… …… …… …… (Atardecer lluvioso de marzo 2002)

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Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquéllos a quienes odiamos.
François de La Rochefoucauld


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Analía Pascaner

-Catamarca, Argentina-

La final

Para Agustín, quien siempre consigue ponerse de pie


…………………… “La mayor gloria no está en haberse mantenido siempre en pie,
…………………………sino en haberse levantado una y otra vez tras cada caída”.
…………………………………………………………………………………………………Confucio

Walter y Valentín vivieron una tarde que nunca olvidarían.
El torneo nacional reunía a los chicos de 9 y 10 años en una provincia norteña. Durante dos días se disputarían competencias individuales y por equipos.
Las luchas individuales consistían en el enfrentamiento entre dos atletas.
Los equipos se formaban con los cinco participantes que habían obtenido mayor puntaje en los torneos realizados anteriormente en cada provincia. Walter aseguró el primer lugar en la lista. Valentín ni siquiera ocupó el quinto lugar.
Los competidores se saludaron ante una seña del árbitro. Parados frente a frente con las rodillas apenas flexionadas y actitud alerta, se evaluaron con sus miradas.
Ambos eran compañeros en el mismo gimnasio de judo, pertenecían a la misma categoría, entrenaban y luchaban juntos en torneos locales, interprovinciales y nacionales.
Walter, ágil y concentrado.
Valentín, tranquilo y confiado.
Lentamente comenzaron a moverse en círculos sin salvar aún la distancia que los separaba.
Su provincia llevaba ganados todos los trofeos, sólo faltaba la copa del enfrentamiento por equipos.
Una provincia del sur contaba con cuatro participantes. Su delegado habló con organizadores y profesores. El entrenador decidió “prestar” a Valentín y así la provincia sureña completaría un equipo.
Los atletas se estudiaban y se movían con precisión, aguardando alguna señal en su adversario.
Los acompañantes de estos chicos comenzaron a correr la voz: la final por equipos era entre su provincia y la del sur.
Cada integrante debía luchar con otro del equipo rival. Cuatro parejas pasaron: victoria derrota victoria derrota. Y sólo quedó una pareja por enfrentarse, la pareja que definiría el campeonato por equipos: la pareja de Walter y Valentín.
Y al fin se lanzaron uno contra otro, trenzados en lucha firme e intensa.
Amigos y competidores de otras provincias rodearon poco a poco el centro de lucha, todos expectantes.
Los entrenadores de estos dos chicos permanecieron en forzoso silencio. Su profesor delegó el puesto de árbitro en otra lucha para presenciar aquel enfrentamiento. Un profesor de otra provincia abandonó su sitio en las gradas para alentar con su presencia a su consentido Valentín.
Uno intentando derribar al otro, ambos resistiendo cada uno de los embates, ambos mezclados en una lucha feroz y sin tregua.
El gimnasio bramaba.
-¡Dejate ganar Valentín, así llevamos la copa, no seas boludo! -exclamaba un compañero.
-¡Valen, dale que sos capaz de ganar esta lucha!
-¡Perdé, Valentín, perdé! -vociferaba la mamá de Walter.
-¡Vamos hijo! ¡Vamos que vos podés ganar! -pedía su mamá, quien cruzó una mirada furiosa con la madre de Walter, la cual se alejó con un gesto de desprecio.
Walter comenzó a dominar con lances precisos y ágiles y de ese modo conseguía agregar puntos a su marcador.
La delegada de los atletas apoyó su mano en el hombro de la mamá de Valentín. El profesor comentó:

-¡Vaya sorpresa con este chico! Quién se hubiera imaginado, ¿verdad, señora?
Valentín demostró un valor inusual y con una toma ágil sometió a Walter quien sorprendido, se encontró tendido en el tatami debajo de su adversario.
Treinta segundos faltaban para que terminara la lucha si ambos continuaban en esa posición.
El rojo igualó el contraste entre aquellos dos rostros. Uno pujando por salir, el otro intentando mantener la retención.
Los relojes avanzaban con asfixiante lentitud.
La situación se tornaba difícil para el campeón reconocido.
Treinta segundos eran necesarios para que la competencia por equipos terminara.
Walter no podía con Valentín.
Treinta… tan sólo treinta segundos para que el árbitro levante la mano de Valentín… o la lucha continúe si Walter conseguía ponerse de pie.
De pronto el sonido de un silbato, dulce para unos y amargo para otros, marcó el fin de la lucha.
Walter se levantó enojado y se retiró del tatami sin saludar a su adversario-compañero, enojo que se convirtió en llanto cuando la furia de su mamá lo abofeteó.
Valentín ganó y levantó la copa -trofeo que no llevó a su provincia- junto a los integrantes del equipo sureño. Su vuelta a casa fue un regreso con manos vacías, hostigado por compañeros y entrenador “por no haberse dejado ganar”.

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Los que tienen un gesto espontáneo de compasión no saben sin duda cuánto bien hacen. Sin saberlo siquiera, invitan a quienes alcanza su gesto, a abandonarse con confianza a los impulsos de su alma.
Marie de Hennezel

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Dinko Pavlov Miranda

-Magallanes, al sur de Chile-

Visto tu discurso con ropas extrañas
para omitir cualquier vestigio;
pues si pienso tu epidermis
todo es febril,
todo es dolor
y sólo quisiera un mundo
de sordos y ciegos,
que nadie te indique
ni te nombre jamás.

……..* * *

Tras la vidriera
donde me ha ubicado
tu indiferencia,
anuncio tu pausada muerte,
tu lejanía lenta,
enfriando cenizas,
desde hoy
te vuelves pasado irremediable
como la voz que te anunciaba en mí,
quemando tus fragmentos
como alas de mariposa
a la luz de las brasas,
esto te anuncio desde hoy.

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Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, no será un vencedor, será un vencido lento.
Miguel Hernández

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Víctor Hugo Tissera

-Cañada de Gómez, provincia de Santa Fe, Argentina-

Me duele el amor
(Para Lara, mi ángel, en el día de su bautismo)

Me duele el amor,
su pronunciación, y grito
en la existencia de mí.
Me duele el desborde
que produce en mi pecho
cuando quiere salirse
y me inhibe la voz.
Me duele en la garganta,
en la saliva, en el aire
y en estas tremendas ganas
de vivir por él.
Me duele cuando nace
en la canción de madrugada,
cuando abro los ojos
o despierto sediento
de su luz de luz.
Me duele hasta los huesos
las carnes, las caricias.
Me duele cuando nombro
su nombre de esperanza,
su pequeña sonrisa
su paz y su candor.
Me duele el amor
que me recorre entero,
porque no puedo amarlo
más allá de él.
Me duele con su ternura
con el dolor de ángel y de promesas,
porque no hay amor más grande
que el que nos consagra “abuelo”.

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Lo que importa más, nunca debe estar a merced de lo que importa menos.
Johann W. Goethe


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Raquel Piñeiro Mongiello

-Funes, provincia de Santa Fe, Argentina-

Escaleras

Desde cualquier sitio
escalones hablaron
a mis oídos, dijeron de todo.
Entonces, dejé el crepúsculo,
y subí a ponerle
unos brotes a la luna,
mandé párrafos al cielo.
Y con palabras nuevas,
puse en el hueso de la noche
un trabajo de estrellas.


Pueblos

Sonidos puros
aletean en el espacio,
suben por enormidad de ojos.
No desisten de herencias,
ni de ninguna constelación
fiel a sus principios
de pueblos originarios,
no queriendo ser,
templos de sombras.

Ayllus (Pueblos)

Chaparichej
wayra lijra
alockay atun ancha ñahui
mana chinga
imatapag
manta chinca ninancu
masi manta
manta ckam
tuta yana.


Rostros

Ellos son,
todo eso necesario
que nos roza
desde el más allá
y necesitan estar
inolvidablemente presentes,
para que el olvido
no juegue su partida.

Uyacuna (Rostros)

Paycuna
tucuy munay
muyumpi
carumanta pachay
munani tiay
cunan chayancka
yuyaj
mana yuyamampa.


Ecos

Siento ecos milenarios
atendiendo al infinito
y duendes con profecías
de pájaros soltando rezos.
Veo longitud de tristezas
retenidas en párpados
de aborígenes.

Ñaupa huayracuna (Ecos)

Amoj huayracuna
ancha unay
supay cuna huilla
piscko rimay
ancha ckani ilackicojta
apicojta ñahuicuna
ancha ascku runacuna.


……………………Traducción al quechua: Mario Salazar y Lucindo Díaz
Nota de la escritora: “En quechua casi no hay escritos en forma poética como los hay en español. Tal el presente caso, de alto vuelo poético; de modo tal que la traducción es casi literal y puede haberse deslizado algún error, pero no de peso”.

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¿Cómo he de verme a mí mismo si vuelvo la espalda a mi único espejo: los otros hombres?
Luis Franco


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Elisabet Cincotta

-Buenos Aires, Argentina-

Puerta cerrada

Cuando escuchó la sirena Julia lo supuso. Otra niña violada. Otra vez había pasado. Tres violaciones, esto no tenía fin. Hacía 10 años de la primera, por ella tuvo una condena de 5 años. Salió en libertad. Pocos años -pensó Julia- el tratamiento psicológico lo hubiera ayudado pero él no lo quiso terminar, quizás hubiese sido efectivo.
La segunda violación 3 años de cárcel. ¿Cómo es posible? –se preguntó-. Y ahora las sirenas policiales la enloquecían. Qué había hecho mal- se auto reclamaba-. Seguro vendrá en busca de cobijo, llorará su arrepentimiento, después amenazará con el suicidio y por último intentará convencerme para que le dé una coartada. No está bien, nunca lo estuvo. Esto no puede seguir así, debe tener fin, las niñas no tienen la culpa de sus drogas, de su propia niñez, ni de mí.

Tal como supuso esa noche llegó cansado, llorando a pedirle algunos pesos. Julia lo abrazó como sólo ella podía hacerlo. Le preparó un café con leche, hasta medialunas había comprado para él esa tarde.

Carlitos se extrañó del recibimiento, por lo general siempre había reproches. Tomó la taza, estaba caliente. Prendió el televisor, mientras ella traía las medialunas.
Julia abrió un cajón de la alacena, se dio vuelta, lo miró con lágrimas y disparó. Cayó muerto, cinco disparos efectivos terminaron con su vida. Se arrodilló para besarlo y en voz muy baja le dijo: Hay cosas que una madre debe arreglar con sus hijos a puerta cerrada. Respiró hondo y apoyó el revólver en su sien.

Al día siguiente los noticieros anunciaban que el violador se había entregado en una localidad cercana.


Primer Premio "Certamen Cuentos Brevísimos 2008" organizado por el Grupo Almafuerte de Berazategui (Buenos Aires)

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La cólera es una ráfaga de viento que apaga la lámpara de la inteligencia.
Robert Green Ingersoll


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Estela Posada

-Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina-

El viaje


Desandando telarañas
encuentro tu sombra enredada
en los ocasos obscenos de vigilias
sin lujuria

Me escondo entre las faldas de los recuerdos
para no sembrar espinos

Volverán las golondrinas?
quizás arrepentidas
de colores

Deshilachadas de cuentos innombrables
mordidas por los lobos
vacías de los besos de tu boca

Como yo
que me desgarro
y me recojo tercamente
después de desangrarme


Tardíamente

Llegué tarde
las gotas agrietaban los paraguas
y el silencio no era ni eco

llegué tarde, me arrepiento
cansada de andar, me rindo
ante el tiempo
bufón antiguo travestido d´esperanza
el destino imperturbable me espía con un ojo henchido
lleno d´estupor

tarde, vacías las odres antes rebosantes
para mí, huecas campanas estridentes
le ponen quejidos a la aurora siempre azul

el futuro es violeta
porque tiene moretones forjados desde el vientre ontológico y servil
preñado en el dolor d´un ocaso sin pupilas

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Muéstrame un hombre completamente satisfecho y te mostraré un fracaso.
Thomas Edison

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Gabriel Gómez Saavedra

-Concepción, provincia de Tucumán, Argentina-

Nocheucaliptos


Vos buscándome,
yo sin encontrarme.

Toda la noche
hace parte en las siluetas de los eucaliptos
cuando la ciudad
es afuera.

En tu boca
la noche había puesto
la única flor
que pudo aspirar sin romper.

Yo, solamente me buscaba
por la lija del aire
entre las hojas de los eucaliptos.


Ruta 38

Todavía tengo este dolor desorientado
y la boca seca.
Estoy recién salido de una ascensión algodonada,
del paisaje donde el blanco lo pisa todo
y uno no termina de ser engullido.
Ahora me aquieto en esta síntesis
diagramándose de voces superpuestas
y de pasos que gotean con el suero.
Cayéndome ajenos
por la baja guardia de la yacencia.

Hay un pedazo de conciencia que se me debe,
atrasado entre el caucho frenado,
los metales retorcidos del auto
y los de la rastra cañera;
como si a la luz del oxígeno
la enterrara temporalmente
un golpe de ceniza.

Supongo que es domingo.

Los azulejos de la sala del hospital
se cuadriculan con las filas de las hormigas del hielo.
El alto yeso del techo,
el ácido olor de las esterilizaciones
y el cavernoso hueco del que abandonó la cama de al lado
se intercalan perteneciéndome.

Sí, debe ser domingo,
la descuidada lluvia
afuera
va como afirmándolo.

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Ordenar una biblioteca es una manera silenciosa de ejercer el arte de la crítica.
Jorge Luis Borges

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Cuentos breves

Manuel Peyrou
-Buenos Aires, Argentina, 1902-1974-
La confesión


En la primavera de 1232, cerca de Aviñón, el caballero Gontran D'Orville mató por la espalda al odiado conde Geoffroy, señor del lugar. Inmediatamente confesó que había vengado una ofensa, pues su mujer lo engañaba con el Conde.
Lo sentenciaron a morir decapitado, y diez minutos antes de la ejecución le permitieron recibir a su mujer, en la celda.
-¿Por qué mentiste? -preguntó Giselle D'Orville-. ¿Por qué me llenas de vergüenza?
-Porque soy débil -repuso-. De este modo simplemente me cortarán la cabeza. Si hubiera confesado que lo maté porque era un tirano, primero me torturarían.

……………………………………………………………………Gentileza de Susana Máspoli


Ana Broglio
-Buenos Aires, Argentina-
Tal vez

Crecimos juntos. Ella me pegaba con los juguetes porque era mayor.
Había nacido en el año 1907 y yo, en 1911.
Después de la primaria desaparecieron los tranvías pero su casa y la mía seguían siendo vecinas.
Quitaron el empedrado para asfaltar la calle -el progreso, decían- y ella y yo, siempre llevándonos mal. Era casi odio -afirmaban también-.
Cuando me jubilé de la Municipalidad ella ya se había jubilado de la Sedería y hubo un tiempo en que me retiró el saludo. Unas ramas de mi olivo invadían su parcela.
Ahora que seguimos cerco de por medio, tal vez me anime a declararle mi amor y tal vez, ella me acepte.

………………………………………………………Tomado de la revista digital Inventiva Social


Orlando Van Bredam
-Nacido en Entre Ríos, reside en El Colorado, provincia de Formosa, Argentina-
Viejo oficio

Todas las noches, la joven prostituta muerta sale de su tumba y se ofrece en una esquina cercana al cementerio. Regresa cuando escucha el primer gallo. Algunas veces, satisfecha por lo obtenido; otras, decepcionada. Es tan duro ganarse la eternidad.

…………………………………Tomado de http://gacetaliterariavirtual.blogspot.com


Liliana Varela
-Buenos Aires, Argentina-
Oír la voz


Cómo confesar la verdad. La agonía le atenazaba el pecho al pensar en que ya no era la misma del día anterior. Hoy, una mujer se reflejaba en su espejo: y se odiaba por ello.
Las olas lamían los restos de semen de sus piernas con desesperación mientras ella creía escuchar la voz de su madre llamándola a su lado.
No sintió el frío del líquido que la envolvía al internarse en la búsqueda materna; así como tampoco sintió los gritos roncos de su padre ahogados en el llanto de la culpa y el alcohol.

……………………………Tomado de http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com

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No podrá haber olvido para tanta miseria, ni habrá mala memoria para tanto dolor.
Fermín Fierro

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Evangelina Arroyo

-San Nicolás, provincia de Buenos Aires, Argentina-

Estación sola

1

cada quien
sus mil demonios dentro

……………………………la pluma reseca
……………………………la lengua casi inútil

………………………………………………………cada quien
………………………………………………………estación sola
………………………………………………………dueña del verano

2
la palabra anhela
decirse porque sí
porque el amor a la izquierda
o a la derecha del cosmos

……………………………da lo mismo
……………………………el abrazo por la noche
……………………………o por la sombra
……………………………siempre y cuando
……………………………la estación sola apague los desvelos
……………………………y el cuore permanezca ahora o nunca

………………………………………………………cada quien
………………………………………………………su salvación, la libertad
………………………………………………………y su mala alquimia fuera

Inventario

……………………“y es que el mundo es un álbum de postales”
………………………………………… ……………(Rafael Alberti)


a veces un disfraz para el desierto
una metáfora del mundo
y que nadie permanezca ajeno a la poesía

un álbum de tinieblas en el alma
una caravana de ciervos agrestes
una marioneta de colores
un destello negro
………………………………………………por aquí pasó un ángel

las flores cerca
janis joplin
alejandra
………………………………………………el humo en las paredes rotas

los libros
los sueños de oro
………………………………………………el cielo inmóvil

y un mar de memorias
abandonando esta casa
que nunca……será mi casa

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…qué voy a hacer sin mí/ cuando te vayas…
Belén Reyes

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Mirta Alicia Soler

-General Lamadrid, provincia de Buenos Aires, Argentina-

Yo decido


Yo trazo con fuerza
en una hoja blanca
el espacio es mío,
lo estiro lo cubro
lo sueño lo río,
es que el tiempo también
a mi antojo administro.
Si es noche es luna,
que sube que baja,
se baña en mis lágrimas
entre líneas que estallan,
enloquecidas mareadas
en curvas rápidas.
Yo decido por ellas,
si son soles que mueren,
que sufren, se apagan,
les doy vida en la luna
se dispersan, son rayas,
se encienden en llamas
ya no sé qué hacer,
este tiempo es mío
y hago amanecer.


Piel

Ya todos se fueron
me he quedado sola
dibujo en la roca
bañada de noche
el silencio mío
que pesa en mi piel
Sueño
y tú eres la roca
que roza mi mano
despierta es vida
de un amanecer
Ya todos volvieron
sigo estando sola
mi sueño se pierde
la roca también
el silencio es mío
y el amanecer

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Los pequeños actos que se ejecutan son mejores que todos aquellos grandes que se planean.
George Marshall

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Susana Cattaneo

-Buenos Aires, Argentina-

En la cajita de vidrio hay un bosque con saltos de agua. Peces de colores hacen nidos en los árboles y los insectos tejen una red que une el cielo con todas las capas subterráneas. Las hojas sostienen una danza que confina el invierno a la morada de un dios que olvida.
Ramos de esplendor adornan tu almohada y un sendero de piedras transporta besos y panes de miel hacia el país del júbilo.
En la caja se agitan alas pintadas de tiza, alas de mariposas del norte, con pintas azules y laberintos tatuados en sus cuerpos de libertad.
Hay liebres que corren con sus ojos de barro, ojos que miran, a veces, una llovizna clara que deshace las sombras.
En la cajita está la ilusión de una niña que me visitó en la infancia. Una niña muerta con sueños de cristal que viven en sus manos.

…………………………………Tomado de: http://revistapapirolas.blogspot.com/

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El hombre del sombrero pasó por el mismo lugar, a la misma hora, por la misma vida. Pero hoy los árboles lloraban, los perros proferían aullidos que goteaban sangre, mi sin-nadie estaba aún más solo.
Piaban desde las ramas seres ocultos; la tristeza se agolpaba en el cielo. Había nubes que escribían lluvia y una niebla teñía de gris el mediodía.
Wanda, la cachorra, jugaba en mis ojos. Fresia atendía el mundo con una bufanda de pájaros que la protegían del frío. Había un bosque si miraba la altura. Algo rojo encendía el paisaje.

Hoy me pesa la eternidad.
Hoy, una selva negra en la raíz de mis manos.

………………Tomado de: http://mispoetascontemporaneos.blogspot.com

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Porque yo te aguardaba por el norte. Y en el sur, silencioso, me esperabas.
Carmen Toscano

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