viernes, 16 de septiembre de 2022

Editorial


con voz propia Nº 119

Revista literaria 

Septiembre 2022 


Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner 
Publicación creada en noviembre de 2006 
Distribución y publicación gratuitas 
ISSN 2314-0275 




¿Cómo puedo sonreír cuando estoy lleno de tanta tristeza? Es natural: necesitas sonreír a tu dolor porque eres más que tu dolor. 
Thich Nhat Hanh 




Durante años, copiando a los demás, traté de conocerme 
Desde dentro no podía decidir qué hacer 
Incapaz de ver, escuché mi nombre 
Luego, salí afuera. 


       * * * 

Hoy, como cualquier otro día, nos despertamos vacíos y asustados 
No abras la puerta del estudio y empieces a leer 
Coge un instrumento musical.
Deja que la belleza de lo que amamos sea lo que hacemos 
Hay cientos de formas de arrodillarse y besar el suelo. 


       * * * 

La brisa de la mañana guarda secretos para ti 
No te vayas a dormir. 
Debes pedir lo que realmente quieres 
No te vayas a dormir. 
La gente va y viene a través del umbral 
Donde los dos mundos se tocan 
No te vayas a dormir. 


Rumi 
Poeta sufí, 1207-1273 
De Amor y vida: Poesías, Frithjof Shuon 




Y no es que existan las casualidades, simplemente cuando alguien busca algo siempre lo encuentra, es el deseo de la persona lo que hace que las cosas sucedan, su necesidad lo lleva a ello. 
Hermann Hesse




Revista literaria con voz propia 
ISSN 2314-0275 
Propietaria: Analía Pascaner 
San Fernando del Valle de Catamarca 
Catamarca – Argentina 

Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 


Si pudiera calmar el dolor de una vida, o hacer más llevadera una tristeza, no habré vivido en vano.
Emily Dickinson


Autores publicados


¿Quién eliges ser en este momento? 
Pregunta del día, en Internet 

con voz propia Nº 119 – Revista literaria 
Septiembre 2022 
Autores publicados en esta edición


Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia
Las expresiones derivadas del material literario aquí publicado, son de exclusiva responsabilidad de cada autor. Analía Pascaner 


Revista literaria con voz propia 
Publicación y distribución gratuitas 
ISSN 2314-0275 
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner


Alba Aída Oliva

Sonriendo Canto 

Van a querer robarte la sonrisa, 
con esa garra que tiene la injusticia. 
Pero sonríe sobre el mar y con la brisa 
Confiadamente, 
ante lo imposible. 
Ríe por lo hermoso y verdadero, 
porque la risa te bendice 
con el misterio del sueño venidero 
que nos hace felices. 
Ríe con lo bueno y lo vedado, 
porque la arruga es galardón que 
el tiempo ha forjado 
Sonríe pleno, 
que no haya dudas, 
sólo hay un tiempo que tienes deparado. 
Hay que vivirlo, riendo y amando, 
pues si te tengo no siento adversidades,
pues si te tengo la muerte ya no existe. 
Canto a la vida la alegre y la triste, 
porque la lluvia moja a los prados y los revive. 
Así sobre mis caminos he llorado; 
Por mi dolor 
he recibido amor y ahora canto. 


Silencio 

Oh el silencio sagrado, 
cadencioso íntimo, crepuscular, ansiado. 
Recóndito, el silencio de la noche oscura 
de la madrugada fría, 
de la húmeda escarcha, 
de la brizna de mi alma. 
Anhelo el silencio del cielo azul 
Inmenso como la creación. 
El silencio que redime,
que aguarda, que arrulla. 
El silencio del ruego, 
de los que callan su amargura. 
De los que sellan su amor. 
De los que ocultan su agonía. 
El silencio dulce de manteles y rosas, 
de agua, de miel, el que espero 
para soñar aún contigo. 


Pájaro, vuélveme 

Hoy ha venido un pájaro a mi rama, 
Estoy tan triste, 
pero él llega y se posa frente a mí, 
tan bello, 
observo sus movimientos 
y la belleza del manto 
que deshoja la mañana, 
con su trasluz. 
Y temblequea y entona un trino, 
Ahueca un ala 
y es todo mío. 
Una fervorosa pena musita 
Pájaro herido, 
juega conmigo, desde mi alma, 
yo te lo pido. 
Vuélveme niño, pájaro mío. 


Alba Aída Oliva 
Mataderos, Ciudad de Buenos Aires, Argentina 

Reír nos hizo invencibles. No como los que siempre ganan, sino como los que no se rinden. 
Frida Kahlo

María José Calatayud Ponce de León

Silencio sin retórica 

No tengo voz. 
La dejé esperando una palabra 
en el ángulo incierto de la tarde. 
No pude articular ni una sílaba 
y fui como el silbido de ese viento
que traspasa la copa de los árboles 
meciendo soledades. 

El nudo en mi garganta 
se quiso volver llanto 
y tuve que tragarme hasta el último acento 
porque no entenderían 
que era por esta tierra dolorosa. 

Y me volví silencio, 
silencio sin retórica.

Fue ayer cuando me dijo el árbol: 
-No eres nadie,
tan solo con dos ramas 
y dos raíces en tierra. 
Eres débil y tu copa parece 
un final sin terminar de la espesura. 
Mira la sombra que produce mi copa. 

Y me vi reflejada 
en el espejo redondo de una lágrima. 
Y miré la majestad del árbol 
y entendí porque mi voz 
era un tallo quebrado en mi garganta. 

Y ya no tengo voz, 
porque grité tan alto 
que cimbré la copa engreída de ese árbol 
y doblé mis ramas 
hasta tocar la punta húmeda de mis raíces
y la tierra se abrió sin hacerme preguntas, 
como si comprendiera mi silencio
y perdonara 
sembrando ante mis ojos 
multitud de semillas con las voces 
que quisieron callar y florecieron. 


La esperanza 

Ya anduve atardeceres 
y fui con las auroras 
a surcar por encima de tus sueños. 
¿No crees que ya pasaron las libélulas 
que debieron anunciar que llegarías? 
Y me quedé esperando en ese ocaso 
que inventaste para mí esa tarde.

-No esperes nada, 
dijeron los silencios del arroyo 
que baja de las altas serranías, 
reflejando el vuelo de las aves 
cuando completan su círculo amoroso 
y vuelven, colmados sus instintos,
a su lejano peregrinar de verdes nuevos. 

Y no volví a esperar, 
Traigo aroma de madera derramada 
bajo la húmeda soledad de los recodos 
y el color de la herida que el relámpago 
abrió en el cielo gris de la tormenta. 

La desnudez del agua transparenta mi cuerpo 
y tengo la limpidez del aire que se adentra en la sangre 
con el rojo calor de los incendios. 

No me importan la noche ni los vientos, 
ni su ausencia vagando en los rincones. 
Hoy se llenan de luces mis pupilas 
cuando despierto y sé que ya no espero. 


María José Calatayud Ponce de León 
Costa Rica

Sé que soy parte del universo, como lo es un árbol, la hierba, el agua, las tormentas o las rosas. Simplemente soy parte de todo ello. 
Ram Dass

Aurea López Quiles


El reloj que confesó que necesitaba 
en la puerta de Flores de Kiskeya, 
mientras llenaba su pipa, 
yo un cigarrillo, después de comer, 
no lo vendían en Pedernales. 
Uno similar de brillo dorado 
fue lo que encontramos. 
Se lo llevó a su casa. 
No quería perderlo no le fuera arrebatado. 
Miraría la hora 
de marchar a uno u otro trabajo. 
Hubiera preferido uno sumergible de mejor marca 
como el antiguo que se le oxidó 
con tanta humedad caribeña, 
para saber la hora de otros días de tristeza 
por el incierto futuro que acecha. 


       * * * 

En la camilla con una sábana 
que no se cambió en días 
venían con sus mejores ropas 
a la consulta del médico.
Limpieza hermosa 
la de ellos y sus únicos tesoros 
cogidos en los brazos. 
Por un constipado, 
por unas medicinas recetadas 
por los médicos del hospital. 
A veces por medicamentos imposibles, 
inexistentes, caducados, 
por un sobre que les curara la diarrea
del agua no potable. 
Y sin ser médicos, voluntariamente, 
hacíamos de enfermeros, doctores, 
de lo que fuera necesario. 

Todo fue antes del COVID-19. 
Ahora van a los hechiceros haitianos 
para que les curen 
con la magia del vudú. 


       * * * 

No exportan, no viven del turismo 
como hace la República Dominicana. 
Sometidos por el imperialismo 
de uno o de otro continente, 
por sus vecinos, 
la corrupción los ahoga,
les destroza la vida. 
Sin parar de luchar. 
No llegan a viejos. 
Las ayudas desaparecen 
en las maletas 
de los mandatarios. 
Les roban, los prostituyen, 
los engañan, los matan a golpes. 
Los utiliza la rapiña inhumana 
en sus orgías de poder y abuso. 
Inertes como los diamantes que lucen,
incrustados en el oro de un anillo o brazalete, 
los gobernantes perversos 
se preparan a vender lo que les paguen. 
Piedras junto a las piedras. 


Poemas del libro de la autora: Entre Dominica y Haití 
Áurea López Quiles
Alicante, España

La cultura es lo único que puede salvar un pueblo, lo único; porque la cultura permite ver la miseria y combatirla. La cultura permite distinguir lo que hay que cambiar y lo que se debe dejar, como la bondad de la gente… 
Mercedes Sosa

Dora Zulema Lorusso

Cansancio 

El cansancio lo agobiaba. Deseaba llegar pronto a su casa. El traqueteo del tren alimentaba su somnolencia. Descendió en la estación, le restaban varias cuadras. Caminaba apresuradamente. Mientras su cuerpo se sumergía en la oscuridad de la noche, se preguntaba: ¿qué es eso que flota en el aire?, ¿a qué se debe ese humo?… Tuvo la molesta sensación que la viscosidad de la atmósfera lo rodeaba ajustándose a él como un envase flexible. Extendió su brazo izquierdo -el derecho sostenía la pesada mochila con libros para preparar su próximo examen- su mano se humedeció con la densa bruma que semejaba un espeso velo. De pronto, la mano busca introducirse en el bolsillo del saco -a modo de protección- al escuchar algo que lo sobresalta. 
Presta atención, deteniéndose. Identifica el sonido. ¿De dónde proviene ese ruido de cadenas? ¡Ay!… ¿Quién le toca el hombro? Tratando de razonar, se dice: Nadie, tonto. Sigue entonces, avanzando. La bruma es cada vez más espesa. A esta altura había perdido la cuenta de cuántas cuadras le faltaban para llegar a su casa. 
Pero, algo sucede varios metros al frente. Se detiene nuevamente. Cree ver blanquecinos destellos. ¿Qué son esas luces extrañas?… Duda. Mira hacia atrás. La noche cerrada como un hoyo negro lo estremece… Las luces se van desvaneciendo como leve crepitar de fuego recién encendido. ¿Quién miente? Sus percepciones o la fantasmagórica certidumbre de estar viviendo circunstancias que no comprende. 
Una sensación de indefensión lo invade. El miedo lo abruma. Siente en su hombro una mano que lo sacude. Entonces, una voz le dice: 
Vamos muchacho… Llegamos a la Terminal. ¡Qué sueño pesado tenés!… 


Dora Zulema Lorusso 
Lanús, Buenos Aires, Argentina

La imaginación tiene sobre nosotros mucho más imperio que la realidad.
Jean de la Fontaine

Rolando Revagliatti

“Victim”

A la luz del día más claro 
nos interceptan 

y en la noche

En la propia casa 
nos interceptan 

y en las casas ajenas 

En las calles, en el trabajo 
en las bibliotecas nos interceptan 

y en los bares 

Solos, acompañados por las esposas
rodeados por los amigos 
o abandonados por los amigos 

nos interceptan 

A la luz del día más claro
nos anulan los victimarios 

en una celda. 

Victim” (“Víctima”) de Basil Dearden. 


       * * * 

“The piano” 

Con mis traductores simultáneos 
hija y piano 
             y sin ninguno de los dos 
por atrás 
en el cuello desprevenido, elocuente 
soy besada 

por mi alumno 
mi oyente 
mi hablante 
               declarándose 

y es ahora 
mi cuerpo todo el piano 
que él toca. 

The piano” (“La lección de piano”) de Jane Campion. 


       * * * 

“The fog” 

La niebla 

las palabras son: 
la niebla 

las palabras de la niebla son: 
la venganza y el resarcimiento
 
Aun cuando un banco de niebla 
lo haya sido de sangre 
se invoca la disipación 

Y que no vuelva por nosotros. 

The fog” (“La niebla”) de John Carpenter.


       * * * 

“I compagni” 

A las ideas disparatadas 
les han brotado revoltosos 
asalariados y enfrentativos 
militantes 

A las ideas disparatadas les florecieron 
unos inconformistas recalcitrantes 

A las ideas disparatadas 
se les atraviesan los efectivos recapacitantes 
disparos comunes de los soldados 
y la infaltable policía 

A las ideas disparatadas les germinaron
amorosos disparates reivindicativos
(al principio con las hojitas vacilantes) 

Y todo logrado 
con poquita agua cada día 

Fuera de lo común 
el mucho sol. 

I compagni” (“Los compañeros”) de Mario Monicelli. 


Del libro del autor: Tomavistas. 4ª edición (corregida), Ediciones Recitador Argentino, agosto 2022. Tomavistas tiene 5 ediciones en soporte papel: 1998, 2001, 2004, 2005, 2012; y 3 ediciones en soporte electrónico: 2009, 2013, 2018. 
Rolando Revagliatti 
Buenos Aires, Argentina 

Vivir es la cosa más rara del mundo. La mayoría de la gente existe, eso es todo. 
Oscar Wilde

María Cristina Berçaitz

Soliloquio 

En tu ausencia 
presiento tu presencia. 
¡Esta loca manera de extrañarte! 
Este dulce dolor que me acompaña…
............................................ 
El sinuoso camino de mi vida, 
transcurrido por desiertos y ciudades, 
se cruzó varias veces con el tuyo.
Hoy decidí seguirlo, paralelo, 
escondida entre selvas y lagunas, 
salpicada de luces y rocío. 

Cada tanto te detienes a mirarme, 
a recoger las flores perfumadas, 
a tirar piedritas en el río, 
a sentarte sobre la hierba húmeda 
para ver nublarse 
la luna y las estrellas. 

Nunca habrá para nosotros 
amores juveniles, 
ni el arder de fogatas frente al mar, 
o el perderse en las sombras caminando. 
No tendremos espacios en el tiempo, 
no tendremos campos verdes, o un trigal. 

Pero, profundo como el cielo azul 
y vibrante como las cuerdas tensas 
que desgranan la música y el alma, 
así siento nuestro amor, 
así nos entregamos vos y yo, 
en mutua comunión. 
¡Tantas cosas sentimos de igual forma!
............................................ 
Es tan dulce y dolorosa tu ausencia, 
que es casi… una presencia. 


A Joaquín 

              (El nieto que me hizo poeta) 

Niño de la noche tibia 
capullito de alelí 
amasado en nueve lunas 
como duelas de marfil.
Un vientre y un lucerito 
un corazón pequeñito 
otro grande, mucho más 
y un amor de mujer niña 
que los une más y más. 

Estallaste en esta noche 
con fuerza de manantial 
rodeado de amor, de luces, 
besos, risas y alegrías por demás. 

Y te insertaste en la vida 
con bellos sueños de paz. 

                                                  10-06-2008 
                                                 Abuela Cristina 


A mi nieto Sebastián 

Surgió de las entrañas de la vida 
Este capullo dulce y misterioso. 
Bajo un cielo celeste desvaído 
Abrió los ojos y miró su entorno. 
Será simiente varonil y férrea, 
Tiempo tendrá de edificar ternura, 
Impondrá siempre el pensamiento justo, 
Abrirá su presencia a este presente, 
No cerrará su mano a la dulzura.

                                                   Abuela Cristina 
                                                  5 de mayo de 2018 


María Cristina Berçaitz 
Buenos Aires, Argentina – Valencia, España 

Atesoro lo humano cuando tiendo las manos a favor del encuentro… Por la cosa más pura con la cual me alimento, por mi pan de ternura, con las alas del alma, desplegadas al viento. 
Eladia Blázquez

Iris Giménez


Tomo nota 
escribo 
palabras para recordar 
cosas importantes
qué sana 
qué enferma 
desde cuándo 
por qué. 
Hace de mí un intento 
tomar nota. 
Nada me dice por dónde empezar, 
sólo esta realidad que sucede 
no sin esfuerzo 
e inevitablemente. 


Cada minuto 
desde el primer minuto 
espera 
que reinicie la búsqueda.
Cada minuto 
desde el despertar, cada mañana 
junta retazos 
que se dejen hilvanar. 


Salí a caminar 
a la hora exacta 
en que se encienden las luces de las calles. 
Salí con voces en la cabeza. 
Crucé 
miradas, sobre todo de niños, 
-creo que también las escuchaban-; 
un cielo todavía claro, uniforme; 
el aire quieto; 
una caravana de autos como hormigas. 

             ¿Alguna vez te preguntaste 
             qué hicimos de nuestra vida?, me dije. 

Caminé despacio, 
últimamente hago todo despacio / llegué lejos. 
Me di cuenta porque al volver 
ya no estaban las voces 
y se veían estrellas en el cielo. 


Mis hermanas y mis hermanos 
quieren saber 
cómo estoy cómo va “todo”. 
En algún lugar 
de la sangre 
de la historia 
conjugamos verbos similares: 
nacer, sobrevivir. Preguntarnos.


Iris Giménez 
Viedma, Río Negro, Patagonia Argentina 

La vida de una persona es lo que sus pensamientos hacen de ella. 
Marco Aurelio

Lilí Muñoz

Espuma es apenas la memoria 
brizna en el canasto que tejimos 
hilito de canción 
tapiz terrones 
tesón del huellar entre las alas 


          * * * 

Aún se yerguen mesetas y pezones 
habitan yemas 
retozan 
en junturas 
vibran cielos 
y celos 
encienden paraísos y humedales 
maderos astillan 
no lugares 
cómo deshacer los ghettos 
cuando se esfuman las fronteras 
quiénes amarran nuestros tiempos 
ellas 
desnudan en desnudo 
mudan y mutan 
también ellos 
los que aún quedan 
todavía. 
                                      2020


          * * * 

compañero del alma 
a brujularla 
hasta encontrar los centros
y los otros 
si el sur se ombliga 
¿te das cuenta? 
al norte ya no hay centro del mundo 
cambia el ombligo 
todo es según el punto en que sitúas
igual que en el amor y sus lenguajes 
si los años arriba 
o si abajo 
si el pesar de distancias y de ausencias 
proa hacia las cuatro estrellas 
compañero 
hacia los cuatro puntos de la tierra
a remover los centros de los mundos. 


Último poema tomado de: 
Comentario de la autora en dicha página web: …gracias por la publicación de algunos de los poemas generados por el Encuentro de Poetas en Homenaje a Miguel Hernández (…) La segunda línea, "a brujularla", es una licencia que me permití sobre la base del sustantivo brújula. 28-6-2010 
Lilí Muñoz
Neuquén. Patagonia Argentina

Alégrate, porque todo lugar es aquí, y todo momento es ahora. 
Buda

Annabella Rinaldi

Todavía no aprehendió 

Duele. Duele un montón. Pero va a 
pasar, y cuando sane, más fuerte vas 
a brillar, más alto vas a volar, más 
libre vas a soñar. Y vas a entender, 
que algunas historias terminan, para 
que otras mejores puedan empezar. 
El Principito 


Todavía no aprehendió lo que significa el desapego. 
Todavía no aprehendió lo que significa el dolor y el sufrimiento. 
Sigue poniendo en práctica que el amor tiene que ver con lo externo. A sabiendas que el Amor está dentro de uno, con la presencia del Todo, de lo Uno, de Dios. Llámese Cristo, Tao, Brahma, Yahvé, Allah, Budha y todos los Dioses Egipcios*. 
Sigue en permanente Maya. La ilusión según los hinduistas. 
Sale a la terraza de su casa, en un día que amenaza lluvia, bendita lluvia, para limpiar. Para limpiar lo no logrado, lo imaginado, la ilusión, Maya. El cielo está totalmente cubierto de nubes grises. Se pregunta ¿el cielo es gris? 
El cielo en esos momentos está velado, como nuestra conciencia, con capas; elevando el estado se logrará ver el cielo celeste. Porque los humanos así lo denominaron, su esencia no cambiará nunca. El Ser es imperecedero. 
Se restriega el rostro con los ojos semi abiertos. Sintiendo la humedad del viento del oeste trayendo las benditas nubes más grises aún, que por fin y por gracia de Dios traerá la bendita lluvia. 
Agradece el ser observador de sí mismo. ¿Qué está pasando? No lo sabe. Sólo sabe que no sabe nada. 
Observa al trabajador de la casa ubicada en diagonal, que nuevamente como cada año repara la pared soplada, por su eterna exposición al oeste, de donde vienen los vientos, el frío, el sol, el calor del verano, que está pasando. Como todo. 
Esa pared, viva, todavía no aprehendió a fluir con los cambios, pero sólo es una pared que no aprehendió. 
Observa la salida de los estudiantes del colegio de enfrente. Pareciera que son Todo en Uno, con sus uniformes, deberían ser Todo en Uno, pero son seres individuales que viven en comunidad. Cada uno en su mente, esa loca de la casa que domina y hace decaer aun en los momentos en que se piensa que se está mejor plantado. 
Si el limpio líquido no cae del cielo, cae de los ojos sobre sus mejillas. De todos modos está limpiando. Se entrega. Se aliviana. 
Siente el silencio interno, ante tanto bullicio, pero a diferencia de todo, ahora está aprehendiendo. 
Respira… sólo respira…
Entra a la casa. A su templo… 


*Nota de la escritora: Pueden recibir otros nombres. 
Cuento del libro de la autora: Donde viven las palabras
Annabella Rinaldi 
Neuquén Capital, Patagonia, Argentina

Vivir y dejar vivir es ser consciente de que la vida, aunque breve, se presenta como el tiempo: días de sol o de lluvia, días de calma o de borrasca, y el secreto consiste en aceptarla tal cual es, porque no podemos cambiarla. 
Bernabé Tierno

Ricardo Ponce Castillo

Desde su juventud 

Ayudado por el narcotráfíco 
y sus malditas drogas, 
el joven inteligente, 
ya fuera de sí, 
asalta, roba, mata 
sin importarle nada. 

Ayudado o empujado 
por los adultos 
que se ríen de su idiotez, 
sus familias, 
agobiado por el temor, 
se alejan de él. 

Así están las cosas, 
el de arriba elimina 
al de abajo, 
al que estorba, 
al que protesta, 
al que lucha buscando 
la justicia. 

Así nace el joven combatiente, 
luchando desde su juventud 
para poder decirle al mundo 
que son parte del pueblo, 
de nuestra historia. 


Ese amor intenso 

Mientras dormía, soñé, 
sí amada mía, te vi venir 
y yo impaciente te esperaba, 
abrí mis brazos para recibirte 
y deleitarte con mi amor; 
sí, ese amor intenso 
que desde mi pecho brotaba,
construíamos la fortaleza 
que nos llevaba seguro 
hacia el mañana incierto. 

Soñé que eras mía, 
que tu voz era concierto 
de ángeles vigilantes, 
mis oídos se deleitaban, 
todo era sinfonía; 
esos labios que tanto besé 
me insinuaban su dulzor, 
su suavidad, su poesía. 

Sí, amada mía, te soñé, 
tomados de las manos 
irisamos el futuro 
con albos amaneceres 
y rojizos rosicleres; 
y siempre abrazados 
le cantábamos al amor. 


¿Qué más podía hacer? 

Perdonen si ya no pueden 
respirar, si por mi causa están 
enfermos, muertos en vida; 
de cierto les digo: 
he hecho todo lo posible 
para mantenerme limpio 
para ustedes, para que puedan 
respirar y seguir viviendo. 

Pero los incendios forestales,
las industrias químicas, 
sus propias casas, 
las barricadas con neumáticos, 
llenándome de mugre, 
¿Qué más podía hacer?
 
Es que no los entiendo, 
me dijeron mis amigos
que eran inteligentes, 
que me cuidarían custodiando 
los bosques, ya que ellos 
son los que me ayudan 
a cumplir mi tarea. 

Si me matan, ustedes 
se mueren conmigo, pobres, 
no importa ni ya me importan: 
¡YO SOY EL AIRE! 


Ricardo Ponce Castillo 
Coquimbo, Chile

Cada día es diferente, cada día trae un milagro propio. Sólo es cuestión de prestar atención a ese milagro.
Paulo Coelho

Gerardo Molina

Casi Primavera 

Una banda de músicos bohemios
-roto el vaho de la mañana nueva- 
su bullicio trajeron a mi patio 
donde humildes gorriones señorean. 

Al festejo se suman los dorados
         -tan mimosa pareja- 
y el sabiá y el hornero presurosos 
ocupan su lugar en la platea. 

Un blando premio fulge en la gramilla 
         de migas como estrellas. 
Desde la tensa cuerda de la ropa 
el glotón benteveo curiosea. 

Una banda de músicos bohemios 
que el verde visten de armonías frescas 
y una tímida flor de duraznero… 
         ¡setiembre ya está cerca! 


Juan Amigo 

Nombre único y sonoro 
llega atravesando siglos: 
de todos los nombres, Juan 
es claro nombre de amigo. 

¡Cuánta nobleza atesora!
igual que el apóstol bíblico. 
Digo, simplemente, Juan 
como si dijera amigo. 

Cuando duele la nostalgia 
para poderlo evocar 
-amigo entre los amigos-
digo, simplemente, Juan. 


Paisajes… 

Paisajes del arroyo y la barranca 
donde ensoñé el amor por vez primera, 
vivos estáis en mí, como aquel árbol 
que extiende su follaje en la ribera, 
a cuya sombra casi adolescente 
escribí en sueños mi primer poema. 

Vivos estáis en mí… dulce memoria 
para seguir viviendo. Permanencia 
de cuánto amé y viví, cuando las horas 
aún vestían sus mieles de inocencia. 

Vivos estáis en mí, 
estremecéis aún mi lira de poeta 
y prolongáis fulgores en el tiempo 
como una eterna y dulce confidencia. 


Del E- Book del autor: Oda al árbol y otros poemas. Primera edición: Uruguay, agosto 2020
Gerardo Molina 
Canelones, Uruguay

Mira en lo profundo de la naturaleza, y entenderás un poco mejor todas las cosas. 
Albert Einstein

Alicia Balista

Alejandra 

La hoja vuela hacia su delicada mano 
posa sus aristas 
        -verdes     tiernas- 

mientras 
con la mirada cansada 
recorre sus nervaduras perfectas 
con ramificados caminos 
presagiando destinos inciertos 
de vidas próximas     pasadas 

ruedan por su rostro 
cristales líquidos 
perdiéndose en sueños nebulosos 
tratando de recordar 
cada uno de ellos 

una magia plasmada de estrellas 
deja caer su polvo nacarado 
sobre el recurrente sueño 
olvidado en algún recoveco 
del alma despojada 
de un futuro incierto turbado 
y esperanzas adormecidas 

las palabras malditas     descaradas 
ahogadas en su garganta 
se desbordan sin piedad
y recuerda los días 
que sentía el terror de estar loca 


Amanece 

Amanece
y la noche que abarca tu mirada 
ha desaparecido 
con el viento de la nostalgia 

un farol cuelga junto a tu puerta 
mientras 
una campana tañe en las tormentas 
infernales del universo 

y cuando regreses a la ciudad
verás tus ilusiones extraviadas
en un pasado no lejano 
cuando te surja la pregunta 
“ni siquiera sabes por qué vives” 
sin embargo 
te convences un poco 

tratas de superar 
tu propia rutina persistente 
y de borrar el daño que te causa 

el silencio es abrumador 
y el latido de tus sienes 
ya no se escucha 
porque la angustia 
debilitó tu conciencia 
y has perdido la memoria
en los desfiladeros de tus sueños 


Alicia Balista 
Villa Adelina, San Isidro, Buenos Aires, Argentina

Tenemos que aprender a mirarnos a nosotros mismos con la misma ternura con que nos miraríamos si fuéramos nuestro propio padre o madre. 
Georges Bernanos

Luis Alberto Serrano

El dragón de oro 

   Llevaba en coma unas semanas. Los tres hermanos estábamos a sus pies, día y noche, relevándonos y organizados. Mi hermana, la más pequeña, que hacía los turnos los fines de semana, vino inquieta. Dijo que papá había despertado un segundo y, con un pequeño hilo de voz, le susurró algo que no llegó a entender del todo: “nunca pierdan el dragón de plata, pero no lo custodie ninguno”, antes de volver a sumirse en el sueño conectado a la máquina que lo mantenía vivo. ¿Qué quiso decir?, nos preguntábamos ante el enigmático encargo. 
   La clave debe estar en el cortijo de la sierra, pensamos. Al día siguiente, mi esposa hizo turno en la habitación del hospital para que pudiéramos ir a “rebuscar” a ver si hallábamos algo que nos pudiera dar una pista acerca de ese mensaje. Lo encontré en una desvencijada caja de música. Era un anillo de plata con un dragón de oro engarzado. Al rato, una llamada nos alertó del fallecimiento de nuestro padre. 
   No sabremos nunca lo que significó este sello para él. Y eso que intentamos investigar el significado, consultando con expertos en la materia. No sacamos nada en claro. Lo mejor que se nos ocurrió esa tarde fue decidir que deberíamos llevar, un mes cada uno, el anillo en señal de respeto a su última “orden” de protegerlo como si fuese a él mismo. Hoy, creo entender que eso era lo que quiso hacer con su última voluntad, para mantenernos unidos para siempre. 


Luis Alberto Serrano 
Islas Canarias, España 

Recuerda que la mejor relación es aquélla en la que el amor por cada uno excede la necesidad por el otro.
Dalai Lama