miércoles, 8 de octubre de 2008

Editorial

con voz propia nº 23 - octubre 2008

……………revista literaria



……………,,……………Pies, ¿para qué os quiero si tengo alas para volar?
…………………………………………………………………………………Frida Kahlo



El indio no es el que mira usted...

El indio no es el que mira usted
en el catálogo de turismo,
cargando bultos
o llevándole comida a la mesa.
Tampoco el que ve desde la ventanilla
y pide monedas haciendo malabares,
ni el que habla una lengua muy otra
y resiste fríos nocturnos.
No, el indio está adentro,
y a veces se le sale, acéptelo,
aunque lo entierre en apellidos,
aunque lo socave bien
y niegue su manchita de infancia,
ahí está, acéptelo.
Y si aparece esa agua rancia,
voraz, el aguardiente que inflama,
ya verá que se le sale,
el indio empuja con su fuerza de siglos,
emerge ardoroso y se le sale,
con lo guardado,
con lo que dura doliendo.
No, no es otro,
el indio soy yo,
a ver, repita conmigo.

Alan Mills. Poeta, ensayista y traductor nacido en Guatemala, 1979
........................................................................Fuente: www.enfocarte.com




El Gran Circo ha pasado, el público ha quedado satisfecho, los actores no demasiados malos, quizás en familia se siga hablando de él otro día más, y aún cuando todo quede olvidado, en la plaza del pueblo todavía estará la aureola del aserrín y los agujeros de las estacas, la lluvia y el olvido pronto borrarán las huellas, sólo los que fuimos actores lo recordaremos…
Pierre Clostermann, El gran Circo




...............................Edición y dirección: Analía Pascaner

…............................San Fernando del Valle de Catamarca
...............................Catamarca – Argentina



Julio Carabelli

-Buenos Aires-Tucumán, Argentina-

Naturaleza


Cuando aquella mujer que había decidido viajar para conocer otras culturas que le permitieran enriquecer su visión del mundo, para plasmarlo luego en su pintura y en sus escritos, llegó al pueblo “El mejor de todos” donde cada uno de sus habitantes era mejor que sus vecinos y por lo tanto no había gobernador ni autoridad alguna ya que el mejor de todos no podía ejercer cargos burocráticos, por un lado, y por otro ninguno de sus vecinos, que eran cada uno de ellos el mejor de todos, lo hubiera votado.
El mejor de todos y más anciano que todos, aceptando su presunto reportaje, le contó que al principio el pueblo se había constituido con el mejor talabartero, el mejor herrero, el mejor lechero, el mejor carnicero, el mejor almacenero, el mejor albañil y el mejor carpintero, pero al ir creciendo las distintas familias tuvieron que importar gente para determinadas tareas y cada tarea dejó de ser una tarea digna para el mejor de todos que tuvo que recurrir al albañil o al carpintero importado porque el mejor de todos no iba a trabajar para el mejor de todos y eso era obvio en el pueblo y hasta las Naciones Unidas lo llegaron a comprender. La que no comprendía ni entendía a aquella sociedad de los mejores era nuestra mujercita que cada día se veía obligada a hablar con el mejor de todos sintiéndose ella, por ser mujer y por ser extranjera, la peor de todas porque nadie la llamaba para que hiciera una pintura ni para escribir aunque más no fuera una carta ya que todos los habitantes pintaban los mejores cuadros, componían la mejor música y escribían los mejores cuentos. Entonces, como andaba escasa de amistades, se le ocurrió visitar al mejor de todos uno por uno para ver sus cuadros, escuchar su música y leer sus cuentos con lo que consiguió que cada mejor que todos quisiera tenerla en su casa admirando sus obras. Ella, al ser tan requerida, dejó de hacer sus cosas para no hacer absolutamente nada, pero dicen las malas lenguas que sigue viviendo en el pueblo aquel donde al poco tiempo dejó de ser el mejor público para convertirse en la mejor de todas.

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Escritura
Si supiera qué puedo escribir, no dejaría una sola palabra sobre el papel. No lo sé: por eso escribo.
David Lagmanovich, microrrelato del libro Menos de 100

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Rodolfo Leiro

-Buenos Aires, Argentina-

El metejón

Yo tuve un metejón ¡quién no lo tuvo!
con la hija del ruso de la tienda,
la junaban de cerca, corta rienda
y en la rienda cortita me entretuvo.

La campanié de lejos; corajudo
no fui nunca pa mendigar el beso,
ratoncito pavote, sin su queso,
el que quiso poder y nunca pudo.

Y así la vi pasar, como un velorio
cerquita de la fiesta del casorio,
entre el luto y el brindis campanudo.

Se me escapó la vida en fulería,
queriendo ser señor, fui gilería.
El que quiso poder y nunca pudo.


La parda

Fue una nami de rango, distinguida,
empilche, jeta roja, colorete,
colonia que costaba un buen biyete
y tarros de tacón y a su medida.

Querida del bacán de buena vida,
señor de una lustrosa voiturete,
bigotín, sobretodo a lo paquete,
compadrón envidiado en la avenida.

Mas el tiempo te trinca, te lapida,
te triza, te erosiona, te fustiga
y no escapa la parda a su destino;

hoy, tras un mostrador, flaca, vencida,
con la mirada en el ayer perdida.
Se turbian sus recuerdos con el vino.


La Chona

Cuando vichó al flaco Mico
que andaba atrás de la Chona,
una naifa gordinflona
carmín grueso en el hocico,

el rechifle mordió el pico
y levantó la bordona
de Inocencio Lamartona
que tiempo atrás fue milico;

y lo encaró al flaco Mico,
matraca, corneta, pito
en un carnaval de grito

que rejuntó la gilada,
surcó al aire la trompada
y algún flojo sopapito.

Y el fato aquel, mi amiguito,
no terminó de buen modo,
a los dos, codo con codo,
se los llevó otro milico;

y el tormentoso asuntito,
chimento pa la barriada,
como una escena pintada
por un curda, con grafito,

puso en la tarde un puntito
y una estampa de trapito
que se perdió tras la loma,

cuando con gozo infinito
encandiló a otro mocito
la boca infiel de la Chona.


Del libro En lunfa (agosto 2008). Poemas en lenguaje popular lunfardo


Nota: En este libro, el autor expresa que el vocabulario utilizado no corresponde exactamente al “cautivante lenguaje lunfardo, que ha suplido, en ciertas formas, con vocablos utilizados al revés, como “zapie” por pieza, “rioba” por barrio, “nami” por mina (…)”

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He aquí la prueba para verificar si tu misión en la tierra ha concluido: si estás vivo es porque aún te falta terminarla.
Richard Bach

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Emilse Zorzut

-La Plata, Buenos Aires, Argentina-

La paloma perdida

Nacieron sueños en tardes de diciembre.
Aroma de tilo los volvió transparentes.
Carecieron de cuna y cobertores.
La canción de nana
la cantó el abismo.
Al abrir los ojos ya eran viejos.
Los siglos fomentaron mansedumbre.
Nos pusimos a contarles
cuentos de hadas
para convencerlos de que eran principio.
Pero estaban marcados,
tenían el signo de los que nacen híbridos.
De todos modos
en tardes de diciembre
cuando el tilo recrea nuestro olvido
los sueños
que nacieron viejos
buscan las nanas que el abismo inventó.

……………* * *

Enfrento mi cántaro repleto
o tal vez vacío de interrogantes.
Mi decir:
Un horizonte que perdió su fuga.
Necesito tu morada
con hogar encendido,
alfombra despoblada de ruidos.
Puedes convertir la no pregunta
en un templo
donde los recuerdos armen cabriolas
sobre el arco iris.

………………………………………Poemas del libro La paloma perdida

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Si vas a salir de frente a describir la verdad, deja la elegancia para el sastre.
Albert Einstein


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Rosa Beatriz Valdez

-Catamarca, Argentina-

Con la vida en un hilo

La mujer de negro se levantó del sillón, dejó el tejido sobre la mesita y miró -a través de los visillos de la ventana- la calle desierta. “¿Cuánto tiempo había pasado desde que él se marchó? ¿Dieciocho años?, quizás veinte… ya no lo recordaba.” Volvió a su tarea: un derecho y un revés, un derecho y un revés…
De pronto, sintió que los dedos se le amortiguaban y las agujas cayeron en la alfombra. Un dolor impreciso se apoderó de su cuerpo; se acurrucó en el sillón y un profundo sopor la invadió. Tuvo un sueño extraño: sus brazos y piernas se multiplicaban y todo su cuerpo se cubría de una oscura vellosidad. Se despertó sobresaltada con los golpes en la puerta.
- ¡Querida, soy yo, he regresado! Penélope, ¿dónde estás?
Al entrar a la sala, Ulises sintió que un hilo invisible lo envolvía con fuerza, alzándolo hasta el cielorraso. Quiso gritar, pero la hebra de seda le oprimía la garganta. Una sombra fugaz se deslizó por el muro y en un beso de bienvenida lo devoró.


La vendedora

“¡A las lindas manzanas, aproveche señora, mire qué grandes y qué baratas! ¡Pruebe, pruebe… son una verdadera tentación!”
Cuando la mujer hincó sus dientes en la crujiente pulpa, el cuerpo de la vendedora se fue alargando, a-l-a-r-g-a-n-d-o y se enroscó en la pata de la mesa, mientras le mostraba su lengua bífida.


Los amantes

Todos dicen que son el uno para el otro. Ella, con su larga cabellera rubia cubriéndole los pechos y ese afán por la equitación; él, con la cabeza altiva, sus brazos musculosos y el andar resuelto.
Una tarde, cuando el sol se recostaba en el horizonte, la invitó a dar un paseo por el campo. Al trotecito los vieron pasar e internarse en el bosque, a Lady Godiva y a su amante, el centauro.

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Los amantes
Ellos son dos por error que la noche corrige.
Eduardo Galeano, El libro de los abrazos

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Alejandro Haddad

-Buenos Aires, Argentina-

Ella misma


Ella pasea por los humedales.
Si la miran, la verán pasar.
Cuando hay una flor se detiene a disfrutarla.
Cuando no, deja una gota de leche para que florezca.
En el lodo que recorre
están postrados los rostros de mujeres humilladas.
Levanta un occipital, un maxilar, un frontal izquierdo.
Rearma cráneos y les da pensamientos de libertad.
Que su madre y que su abuela,
según dicen, están ahí.
Que hasta que les encuentre los pedacitos
ella irá muriendo los días un poquito de a poco.
Que cuando estén reconstruidas,
les dará un soplo de beso que nunca hubo,
y se dedicará a vivir la vida en paz.
Así dice ella de ella misma:
me dedicaré a mí cuando deje de ser yo.


La Fosa

La mariposa de todas las albas
que se posa sobre tu nombre
regresa preocupada al fondo de la cuestión.

¿Cuántas enterradas como vos
son como ella sin darse cuenta?
¿Cuántas flores pasaron de estación
mientras la pregunta
de a qué cuerpo homenajean?

El viento pasa,
lame y arrastra la tierra
una sobre otra.
Yo sé que estás ahí,
aunque a veces, tantas mariposas
me confundan a quién.

……………………………….Poemas del libro Ellas surcando los tiempos (2008)

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Todos los seres, todos los acontecimientos de tu vida, están allí porque tú los has convocado. De ti depende lo que resuelvas hacer con ellos.
Richard Bach

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Hugo Omar Torres

-Maipú, Mendoza, Argentina-

Labrador


Amante fiel del surco
caminante antiguo del valle
peregrino de la siembra,
en ti nacen los sueños de los frutos
madurando la impaciencia de los días.

Simple forjador del esfuerzo
y de tu eterna compañera.
Madre tierra,
hembra fecunda
llena de lunas y soles,
intensa yema que crece
en el vientre virginal de la vida.

Solitario centinela del campo,
hay llagas de oficio maduro
en la amplitud callada
de tus manos.
En tu alma madura
hay un vendaval antiguo de sueños
que fecundan la historia.

Extraño héroe del trabajo,
obstinado soldado bajo la lluvia
incansable soñador de los frutales
alimentando la esencia del surco,
pariendo esfuerzos como leños
llenando de sudores la tierra,
para que la semilla nueva
envuelta en sus misterios
crezca misteriosamente bella.

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La gente joven está convencida de que posee la verdad. Desgraciadamente, cuando logran imponerla ya ni son jóvenes ni es verdad.
Jaume Perich

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Sergio Borao Llop

-Zaragoza, España-

Composición


El pintor supo que se estaba muriendo y de inmediato comprendió que aún había una última cosa por hacer.
Para evitar inútiles lamentaciones y odiosas pérdidas de tiempo, ocultó celosamente su enfermedad y dijo a todos sus allegados que se disponía a comenzar una nueva pintura. Todos sabían que eso significaba su completa desaparición de la vida pública por un tiempo indeterminado.
Definitivamente aislado, juntó todos sus cuadros en la nave que le servía de estudio y almacén (nadie había sospechado que los que vendía, aquellos que se exponían en las mejores galerías del continente, eran meras copias edulcoradas de los originales, que nadie salvo él había visto). Poco a poco, los fue ordenando en el muro del fondo. Noventa cuadros. Podría formar con ellos un rectángulo. Nueve filas de diez (o seis de quince, o cualquier otra cábala imaginable).
Hizo instalar unos estantes de lado a lado de la nave. Después, tuvo que contratar a un obrero para que se ocupase de las filas más altas. El tiempo se agotaba. Cada vez más ansioso, fue dirigiendo la composición del improvisado puzzle, guiado por su poderosa inspiración, de la que tanto se había escrito en las revistas especializadas. Algunas veces gritaba, ante la indignada sorpresa del peón; otras, paseaba nervioso por toda la nave, murmurando para sí. Su mirada delataba la fiebre; aquella inquietud era el símbolo de un presagio. Su salud se consumió en pocos días.
Al fin, tembloroso y débil, sentado en una butaca junto a la puerta de la nave, lugar desde el que se podía apreciar mejor el conjunto, hizo una imperceptible indicación a su empleado, que cambió un cuadro por otro, lo mismo que había estado haciendo una y otra vez durante las últimas horas o los últimos días. Pero esta vez, el resultado satisfizo al pintor: Sonrió levemente, hizo un gesto vago con la cabeza, se recostó en la butaca y pareció extasiarse en la contemplación de la obra terminada.
Si otra persona hubiese estado allí, junto a él, tal vez su corazón se hubiese sobrecogido ante el magnífico espectáculo, quizá hubiese podido comprender que aquel gigantesco mural, poblado de horribles criaturas danzantes, de imposibles árboles que no podrían crecer en otro lugar que no fuese el innombrable averno, de casas formadas por cuarzo y estiércol, de ciudades llameantes y mares negros, no era otra cosa que el retrato fiel e inconfundible del pintor que ahora yace en la butaca contemplando con sus ojos muertos el poso que los años fueron dejando en su alma.

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Si los hombres, una vez que han hallado la verdad, no volviesen a retorcerla, me daría por satisfecho.

Johann Wolfgang Goethe

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Vasco Baigorri

-Aristóbulo del Valle, Misiones, Argentina-

Foto

La trenza
que parte en dos tu espalda,
dibuja,
…….insinuante,
el asfalto para mis caricias.

En la ruta de tu cuerpo,
quiere transitar mi mano
descubriendo
los paisajes secretos de tus curvas,
mientras las uvas de tus pechos
se bañan en mi boca.


Bailaora

Rojinegra tu ropa
gitana.
Rojo tu corazón
negra mi angustia negra
del talle de tu boca
quiero prenderme
mientras
en la guitarra de tu cintura
deslizo el flamenco de mis dedos.


Arquitecta

Encadenar la belleza.
Silenciar la palabra.
Secar los besos.
Dormir los sueños.
Amputar las caricias,
es la dictadura
de la Inquisición
y sus herederos,
para ellos
en mi mano izquierda
….una rosa roja
abanderada del verbo
arquitecta del libre albedrío.

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Cuando una multitud ejerce la autoridad, es más cruel aún que los tiranos.
Platón


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Sergio Pravaz

-Rawson, Chubut, Argentina-

no sé de árboles


desconozco la historia
…….de la luna
no sé de árboles
e imagino que un puente
es también el gajo de una mandarina

aún así
cuando sacudo el silencio
puedo ver palabras
…….que brillan


perras las palabras

perras las palabras
muerden donde ellas quieren

a caballo de nadie
…………queman el sol en sus lenguas
y dibujan
………………………………casas redondas y murmullos

apenas si sonríen
cuando intentamos embestir


partan ahora

y entréguense al viento
para que el
mundo las recorra

observen los niños
y
declamen su alegría
entréguense y saluden
con pasión de albedrío
…..pues
el rebaño de los disconformes
las esperan

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El releer obliga a encontrarse de nuevo con uno mismo, y con el recuerdo de lo que uno fue alguna vez.
Jorge Teillier

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Salomé Moltó

-Alcoy, Valencia, España-

Aquellos ojos verdes en el tren

Subí al tren con el suficiente tiempo y me acomodé de forma rutinaria, sin pensar en nada o quizá pensando mil cosas a la vez. Creí estar sola en el vagón pero cuando levanté la vista quedé sorprendida ante la mirada inquisitorial de unos ojos profundamente verdes que me miraban como preguntándome qué hacía yo allí, me sentí sobrecogida como si me hubieran cogido comiendo el pastel a hurtadillas. Me apresuré a saludar discretamente y la severidad de aquellos ojos se desvaneció como si hubiera soplado una ligera brisa acariciándome, me sentí mejor. Acababa de cumplir los preceptos de educación que la respetable viajera de los ojos verdes esperaba de mí como norma de cívico comportamiento.
El tren arrancó con las dos mujeres como únicas viajeras. Me vi obligada a observar a la dama que tan severamente había juzgado mi despiste. Vestía sobriamente quizás a la moda de veinticinco o treinta años atrás. Su figura recta y enjuta, sus labios delgados cerrados con un rictus desdeñoso, el pelo negro con avanzados mechones blancos, y sus ojos, sí, sus inmensos ojos verdes profundos, expresivos que pasaban rápidamente de la censura a la conmiseración, incluso a la permisividad.
Podía seguir los dictados aprobatorios o los rechazos más contundentes sólo con mirarle a los ojos. En poco tiempo aprendí la regla, sí aprendí a saber cómo poner las manos, cómo las piernas, cómo inclinarme hacia un lado u otro siguiendo el dictado aprobatorio o censor de su mirada.
¿Pero quién era aquella señora salida de un cuadro de los años cincuenta? ¿Se le había parado el reloj? La forma de su peinado, su traje, los zapatos, incluso el bolso eran de tiempos pasados. Así creí recordar, los llevaba mi madre, cuando yo era pequeña. Habían pasado muchos años ya, las formas, las relaciones humanas, la moda, habían cambiado. Unos ciertos valores democráticos se habían impuesto, ya no era necesaria tanta rigidez.
En una de las estaciones subió un grupo de jóvenes. Los ojos verdes se espantaron, recorrieron la exigua ropa de la joven, sus enormes botas, su pelo descuidado, los ojos verdes interrogaban, se inquietaban, incluso una aguda sorpresa se implantó en ellos al observar el pendiente de uno de los muchachos y una mueca de espanto al ver la cresta del tercero.
Yo me puse a temblar ante el desparpajo de los tres jóvenes, su charla, sus risas, su despreocupación pensando qué harían aquellos hermosos ojos verdes ante tamaño sacrilegio cívico. Los ojos verdes seguían observando desencajados, aterrados, como si mil preguntas los golpearan. De repente se cerraron y ya no se abrieron más.
El tren seguía su rápido camino, en el vagón tres jóvenes reían, hablaban, gesticulaban, una figura rígida, ausente, impávida intentaba aislarse. Yo vigilaba a los unos y a la otra como cuando en un tribunal intentas encontrar la respuesta más exacta.
Dos estaciones después subió una pareja de personas mayores, se sentaron enfrente de mí y saludaron a la señora de los ojos verdes.
- ¡Hola Marita! Dijo la mujer. El marido correspondió con una sonrisa.
Era la primera cosa que sabía de ella. Se llamaba Marita. Correspondió al saludo con una sonrisa de compromiso pero no dijo palabra.
En la próxima estación se apeó.
- ¡Pobre Marita! Es la primera vez que sale de casa desde que su marido se fue a Alemania.
- Sí, creo que ha ido al médico, repuso el hombre.
- Veinticinco años esperándolo. El reloj se le paró entonces y no conoce el mundo de hoy.
-¿Para qué? Así no sabe que su marido vive con otra con la que tiene otros hijos.
Quise verla por última vez. Sólo apercibí su figura elegante y digna que desaparecía por entre las casetas de la estación mientras el tren seguía rápido, los jóvenes continuaban hablando ajenos a todo, la pareja se acomodaba para echar un sueñecito y yo con la imagen en la mente de aquellos preciosos ojos verdes, imaginando su infinito sufrimiento, sentí un escalofrío sacudirme el alma.

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Ten cuidado de lo que escribes
Antes de conocer la tristeza
y la melancolía
escribía sobre ellas.
Ahora
que las conozco
me pregunto
si no las habré tentado.
Andrés Bohoslavsky, El pianista del Black Cat y otros poemas

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Liliana Chávez

-Córdoba, Argentina-

……….I

Esta angustia ayer
no estaba aquí
y es mucho más
que pasar el dedo por la piedra
y encontrar el musgo.
Exaspera
esa misteriosa ceremonia del corazón
que muerde
sus propios bordes
para no gritar.
Camino por el intenso vacío
de nada vale volver la cabeza
ya sé del oficio,
del obstinado desierto.

……….II

A la otra le hablo,
a la que nunca escucha,
a la que litiga contra sí misma.

Pero ella me mira
casi diría ofendida
desaprensiva otra vez
muerde la raíz
de la verdad
hasta callarla.

……….III

No puedo acallar a la niña
que toca su pequeña flauta
de huecos oxidados.
Allí en el camposanto,
donde viven sus muertos.

……….IV

Sólo tengo restos
la mitad de un reloj de arena
dos cuerdas
que asfixiaron el sonido
manos que enumeran
señales de espanto
y una estructura
que cae
a un abismo sin tiempo.

………………………………………….Poemas inéditos

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Duelo
En una cornisa comida por el tiempo,
aguardo tu adiós o el abismo.
Sospecho que es lo mismo.
Ya no respiro.
Gabriela Delgado


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Ricardo Mastrizzo

-Capitán Bermúdez, Santa Fe, Argentina-

Palabras con palabras...

palabras con palabras
del aplauso como cándida despedida
palabras del gato mientras ronronea
escritas con otras palabras
palabras en un manto de olvido
al olivo la oración de lo no perdido
palabras que muerden la brecha del cauto
palabras más palabras
menos del silencio que
juntan albores y esperanzas
palabras en los ojos de la sed
de la fuente del deseo
palabras en la piedra que grita
en la rueda que gira
palabras y más palabras en el guiso
de una justicia mala
inacabada
palabras de un sueño sin palabras
subiendo como agua desesperada
al rincón bajo
a la nube alta
palabras que siembran
un silente sabor de cielo y pampa
palabras menos por unas cuantas más
palabras
más o menos
revolvemos en la lata del pecado o el deseo
valiente y sin asombro
asomando el pliego mártir
cuando nos vamos lejos
muy lejos
a sentarnos bajo la arboleda
sintiendo que
cada hoja que vuelve al suelo de lo alto
no es ni más ni menos que
una pasada primavera esperando de espaldas
un viento leve
para volvernos
para volvernos

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Sólo los grandes ignorantes permanecen inmutables.
Confucio

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Cristina Villanueva

-Buenos Aires, Argentina-

No te guíes por lo obvio

Una chanchita linda y coqueta deshojaba la margarita para saber si su cerdito la amaba. Contenta porque el resultado del horóscopo floral fue “te quiere mucho” pero molesta debido al dicho popular que le hacía tan engorroso encontrar margaritas.

Vendedor de Zapatería
El me dijo si amás como escribís me rindo a tus pies. Lo hizo, pero nunca supe si se debía a mi capacidad de amar o a su trabajo.

Buena mañana
El pájaro y el pez se encontraron en un espacio intermedio entre el agua y el aire. De esa extraterritorialidad les quedó un erotismo nómade y la extraña armonía de los márgenes.

Asunto de palabras
Entonces es así, me pregunté. Se cuenta para espantar el fantasma de la muerte o el de ser tan pequeños y solos, en la historia que nos precede y nos va a continuar, así sin paraíso, casi ciegos, entre templos y ciudades perdidas y ganadas. Migajas en la naturaleza que nos aterra y nos consuela. Espejos rotos que se juntan inventando ficciones para llegar a una verdad: verse en la mirada de los otros, un lenguaje para abrigarnos de la nada.

Buenos Aires
Esquinas con veranos rotos, abuso de un calor sin respiro. Buenos Aires en clave de bolsas de basura revisadas minuciosamente como si buscaran los restos de una civilización perdida. Caballos extraviados de algún cuento atropellándonos y la sortija ¿cuándo? Tangos llorando un ayer en lugar de esperar un mañana. La luz, un reflector sin piedad sobre espejos dormidos mucho tiempo. Las llanuras prometidas, los paraísos, una histérica que al final no se deja. Un miedo en la punta del crepúsculo que siempre se enrojece de heridas y el amor y la furia.

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Sin la mujer, la vida es pura prosa.
Rubén Darío


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Rincón de las Américas

..........................................
¿Dónde están nuestros hijos ahora, qué viento los barrió?
¿Dónde nuestros maizales de oro, meciéndose en el sol?
¿Qué fue de nuestras huacas sagradas, qué fue de nuestra paz?

Éste es el día del año justo. Ya terminó el dolor.
Vengo a cantarles la profecía. El indio no murió.



.............................Fragmento de Taki Ongoy
.............................Víctor Heredia, Argentina
................


Alberto Darío Valenzuela

-San Nicolás, Buenos Aires, Argentina-

Decir mestizo

…………Coronado de espinas la identidad dormida entre los siglos,
recuesta el sueño de libertad perdida
sobre hojas blancas de la América profunda.
…………Desciendo una plegaria de voluntad dolida
al vientre inmortal de la Pachamama,
retengo sus latidos en el verso altivo,
significante y tibio del espíritu,
a bajar bebo una rima que renace en el salmo mestizo de mi poesía,
y sin embargo no alcanzan sus raíces
a despejar frentes de espinas
bordadas de silencio entre los siglos.

…………Con los miembros dispersos todavía,
soy sapucay herido recorriendo entre los vientos
los puntos cardinales de la tierra fecunda
en busca de tu nombre y el mío,
hermano de sangres derramadas,
de civilización y barbaries ensalzando nuestro ser,
Latinoamericano.
…………Soy la búsqueda de respuestas entre signos impuestos,
por la espada,
por la cruz,
por el mercado,
intentando que olvide la esencia del grito que reclama
una nueva existencia del nosotros.

…………Soy vocal abierta y consonante conjugándose en el rito,
la palabra inaudita reclamando alas,
el retornar de las plegarias abonadas
el vientre inmortal de las mujeres violadas de la tierra nueva.

…………Soy el verso anonadado entre ofrendas marchitas,
una rima sin nombre escudriñando aguas
verdaderamente benditas,
corrientes puras que enaltezcan la gracia de mi piel mestiza.

…………Soy caminante entre las lágrimas del tiempo,
Latinoamericano,
mojado de injusticias devengo en los ritos de la tierra conquistada,
bebo la esperanza del sur y del norte en las tierras mutiladas,
sostengo entre mis manos las migajas del después de la barbarie:
saberme hijo del sol,
retorno universal en el maíz que del seno de la Pachamama
me arranca a la existencia.

…………Sostengo entre mis manos las cenizas del imperio vencido
la civilización de la América profunda que se quedó sin voz.
…………Sostengo entre mis versos la cruz, la espada y la palabra,
soy Balam Quitzé e Inti,
soy Tupac, Cortez, algún Mendoza,
soy la fusión sin nombre,
el Fierro marginado,
la Pampa desangrando,
su costado abierto,
soy Malinche
descendiendo la identidad condenada a la intemperie,
un lugar impropio entretejido de ausencias,
injusticias del tercer mundo.

…………Celebro sin embargo las manos aferradas a la tierra
desafiar a la memoria entre mis versos,
la cotidianeidad del poema indígena en las venas,
a Adán y Eva, a lo que queda de España
comulgando la piel mestiza del Toba que se alza entre mis siglos,
honrar al realismo mágico deportando espinas
del cuerpo mutilado de la historia Latinoamericana.

…………Soy lengua que se disuelve
en el abecedario improcedente del espíritu,
la palabra recostada entre la hojas de mi árbol dormido,
lúgubre conjugar de vocablos y consonantes ortodoxos que no nombran.
…………Soy silencio absoluto
fuera del decir mestizo y cotidiano
del nombrar latinoamericano,
del decir incondicional de la poesía,
del decir mitológico de realidades recogidas de la América profunda.
…………Soy lengua Guaraní, Mapuche o Maya
enclaustradas en formas castellanas,
sin decir mestizo, soy la nada,
y me queda la poesía,
el realismo mágico para retornar al ápice de mi esencia,
para reencontrarme con el ser mestizo que deviene a la conquista.

…………Soy roca angular y heterogénea,
Seibo consagrado a resurgir de las cenizas,
la Argentina de plazas ensanchadas
de revoluciones sin glorias, ausencia de fíat consagrados,
la expectativa infinita de las madres de mayo
un reencuentro de la historia con los hijos coronados.
…………Soy selva chaqueña y montaña andina conjugados,
la omisión de otras memorias retornando
todos los rincones del recuerdo para los que olvidan
la última mañana del nativo libre.
…………Soy la libertad naciente,
soy las distintas caras de la esclavitud nacida en otras orillas.
…………Soy la teofanía originaria y fundante
en la desnudez de la palabra ajena
un antes y el después de ella en la poesía
una luz apagada entre las sombras,
el verbo impedido en cada sustantivo que no nombra.
…………Soy Colón, Garcilazo, Alberti,
la conjunción del universo en mi piel mestiza y en la pluma.

.....................

José Víctor Martínez Gil

-México-

Pasión lectora
Se quitó las gafas para dormir. Después, las gafas se deslizaron y siguieron leyendo. Era una novela interesantísima.

Amo
El perro soltó a su dueño.

Infinitud
El árbol creció tan alto que tuvieron que talarlo. Y aún no acaba de caer.

Aplauso
Aquél mosquito, obtuvo como condena, ir al teatro.

Narcisismo
Cupido lanzó la flecha al revés.


Cuentos hiperbreves publicados en la Antología Mil y un cuentos de una línea, España (2007)

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Lucero Balcazar

-México-

XI
Justice

Y sigues
Mirando a lo alto
Sueñas
Con la justicia
Entonces te autoproclamas
Juez en el Parque Céspedes
(tu selva nocturna)
Y en honor a la justicia
Loco pudo ser un buen poeta
Pero admira demasiado
Al personaje de la Noveleta
(que algún día escribirá)
Un jinetero llamado “El Labia”
Que una noche cualquiera
Abrió sus fauces
Y desde entonces noche a noche
Lo lleva a pasear a las altas cimas de la nada
Le habla al oído
Y lo devora sin remedio

……………………………………………......…Del libro El Loco

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Óscar Wong

-México-

Luna fértil

El mar, la dentellada oscura donde brama la serpiente,
el disco rojo que trasmina.
La Luna viene, fértil,
ilumina tu mirada de ámbar.

Esbelta y tierna me cobijas,
gardenia cándida
tu pupila resplandece.

Bebo tu amor en densos gajos,
insaciable bulle el alba en nuestros cuerpos.

………………………………………..Del libro Razones de la voz (2002)

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Daniel Alarcón Osorio

-Guatemala-

Comunicación entre líneas de una mujer y un hombre


Aquí
te dejo un aguacate
una ensalada de tomate
como a ti te gusta
y
un elote grande
le dice ella.
Y un silencio cocido
para encontrarse un poco más
y seguir caminando
como a mí me gusta,
se dice él.

…………………………………De Aprender a quedarse (inédito, 2008)

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Carlos Ernesto García

-Santa Tecla, El Salvador-

Las montañas de Fengdu


En las montañas de Fengdu
me dispongo a cruzar
el puente colgante
reservado para los muertos.

Abajo se escucha
el relinchar del río Changjiang
que con sus aguas turbulentas
corre como un caballo furioso.

Una anciana
que sostiene entre sus manos
un cuenco de madera
me invita a tomar de un líquido
que me ayudará en el más allá
a olvidar el pasado.

…………………………………..De La maleta en el desván

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Jorge Rodríguez Lagos

-Honduras-

Insomnio y delirio

Con quien mi vacío llenara
Con la transparencia definitiva
Toco
En mi piano
Una marcha nupcial
¡Quién grita!
La realidad en las aceras del mundo
Entre el bambú
De un cuadro
Un ciervo
Corre
Leo una fábula sobre duendes y hadas / tiro
Todo por la ventana

¿Qué haces?
Mientras te encuentro
En esta selva de pájaros y jaulas
Lanzo anzuelos a peces imaginarios
Mi alma
Está temblando
De soledad

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Helen Dixon

-Matagalpa, Nicaragua-

Espejo para desenredar sombras


……………………………………………para los enredos
……………………………………………del tío Pablo


¿Quién soy?

Soledad profunda como la sombra
Enterrada a la orilla de una lámpara
Pensando, triste, alegre, triste,
Mientras tu alma interminable
Ronda.

Soy esas mismas olas
Que hora tras hora
Buscan raíces terrenales
En la sustancia del cuerpo,
Desnudando el nudo
Desenredándome del tuyo.

El viento me canta, me cuenta las horas
Al azar, me trae ecos de fuego, de pasiones
Y nostalgias que nadie llama.
Herida de tus virutas, tu pelo colocho
Bailó el incendio de mi alma.

Mis árboles arden, mis raíces llamean, chispean,
Quemándose de nuevo, dan luz.
El bosque, triste, con la llama solitaria
De tu cruz.

Yo lejos ahora, a la hora azul
Regreso al abanico inmenso del mar
Como varilla, como rayo de luz,
Yo mujer, era allí, eran mis aguas.

Desbocada, violenta, estirada desde el cielo
En la soledad del mar, grito triste mis furias
En el vaho del mar, corren libres mis locuras
Con las piedras pulidas que golpe a golpe
Agotan sus ásperos gritos de vida.
Vida de antes, de nadie, vuelta mía,
Allí camino largamente, pienso en ella.

Extraña, ya no soy cosa,
Presencia familiar y ajena,
De bruces de noche
Del molinero taciturno.
Lejos de tu ciudad, soy bruja,
Soy mi propia brújula.

Mis esperanzas fueron sombras
Para ahogar los lamentos
En medio de las brumas
Que entierran lámparas,
Desvanecen imágenes
Allá arriba en el campanario
Suelto mi pájaro, pensando
Más lejos que nadie, lejos
De ti también.

Quien soy, pensando en profunda soledad.
Desenredando sombras.

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Florencio Quesada Vanegas

-San José, Costa Rica-

Tu puerto
……………………..A María Asunción Vanegas Robles. In memoriam

De este invierno, guardaré cada gota de lluvia,
para esculpir tu rostro con las estrellas.

Fue el último día que escuché tu voz
a la altura de tus hombros.

Ya no veré tus dos corceles galopar por tu frente,
y mariposas desnudas volar por tu luz.

Madre: como empezando a subir la dura cuesta,
solos por el camino a casa.
Sin mirar la noche y tu vuelo de luna.

¿Dónde estará tu puerto? ¿En qué mar navegará el olvido?
Y tu risa de mirto, qué viento la esparcirá como el trigo.

El mar alcanzará en una gota de tu llanto.

Y yo, simple velero. Arreado por tus besos otoñales,
esperaré la próxima noche,
para mirarte a tus ojos.
…………………………………………….Madre.

………Lunes 08 de septiembre 2008

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Leonardo Zapata

-Cuba-

Alguna vez
…………………………A John Lennon

Alguna vez alguien dibujó una puerta y por ella salió dando un portazo, hasta llegar donde el último trazo del cielo era el cerrojo de la misma puerta, por el que alguien nos vigila como para que el dibujo de nuestra única entrada y salida no tenga llaves.
Alguna vez alguien de saber tanto dibujar puertas a partir de ahí se hizo ausente y, por derroche de la tinta o por falta de una feroz ganzúa, se extravió en la lejanía de su propio paisaje.
Alguna vez alguien imaginó una puerta y en el momento de cruzarla comenzó a llover, y a contramarcha los trenes se fueron huyendo sin regreso, porque nada sabían que se fueron los años tratando de aprender cómo dibujar una puerta, para que los encerrados del mundo supieran dónde crecen los parques donde antaño los tigres dormían bajo los árboles.

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Melba Fernández Olivares

-Moa, Holguín, Cuba-

Misión de Colores

Gran caminito viajero
vestido de guardarraya
lleva el dulce de tu voz
a la orilla de la playa.

Llévale a los pulpos rojos
y a los peces encarnados
un mensaje de sabores
que los deje almibarados.

Con el azul de cielo y mar
llena todo de ilusión
lleva la verde esperanza
cumpliendo con tu misión.


El mensajero de la paz

Un blanco y pequeño barco
con banderas de colores
se fue a recorrer los mares
cargado con lindas flores.

Es un barco de papel
como dice la canción
pero es lindo y tan alegre
que conmueve el corazón.

Por cada puerto del mundo
ya lo vemos avanzar
nos deja siempre un mensaje
“En paz queremos danzar”.

…………Del libro La nana del ABC (2008), poesía para niños y niñas

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Daniel Montoly

-República Dominicana-

-Hölderlin-

……………A Pedro Monges Rafúl

Los púberes caracteres de esta noche
eluden las elucubraciones
del cuerpo joven de un viajero
que, en su semejanza
con ella, busca el enigma,
la puerta o la demencia
como otra ruta al punto inmanifiesto
donde la desnudez no sugiere
otra cosa, que, la profanidad de la belleza.

........(I)

……….……Que no caiga sobre mí tanta limosna.
……………Jorge Espinosa

bajo la inefable mirada de la noche
sus múltiples cabezas
contemplan
el ritual del código, y el antropomorfo
movimiento de la roca
labra el subterráneo corazón
de la tormenta
como un relámpago de música
tal como el hacha
con que al principio se hizo el mundo.

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Leticia Ruiz Rosado

-Aguadilla, Puerto Rico-

Orquídea amarilla

Cuando en el caserón
de los recuerdos
recogiste una orquídea
amarilla...
se encendió en mí toda
la pasión de juventudes perdidas...
añoradas por el paso del tiempo
era desamor a destiempo...
cuando el ingenioso árbol
monstruosamente gigantesco
descubrió el secreto...
supe que sólo el tiempo
como antes era
seductor...
un verso.

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Carlos López Dzur

-Puerto Rico-

Cambio de nombre

En la encina del llanto, te lloro,
Carlos, por lo que permanezca de tu recuerdo.
En mí enlutezco y doy a ti lo que es tuyo
(no digas que algo se guardó con falsía).
No. Hoy todo lo entierras tú mismo.
Eres como el ángel-rostro que pelea conmigo.

Torcido está tu muslo.
Falta que cambie tu nombre y geografía.
Que te ofrezca la serpiente y las palomas
con sus hojitas de olvido.

Observa en el firmamento mi pacto perpetuo.
Eleva tus ojos a la bendición y no creas que mi golpe
es duro o mi separación para siempre
porque no te llamaré más Carlos
y vas al río del olvido. Él tiene que morir
y tú, sin ese nombre, comenzar de nuevo
desde el sepulcro que le doy.

El huirá del hermano que lo busca para aniquilarlo.
El sabe que el mundo es ingrato desde su falaz fraternidad;
pero yo no huiré de ti ni conmigo, ante ti,
es que tú huyes. Nos peleamos gratamente fieles
sólo por cosechar el fruto de otros nombres
y escribir otros versos ignorados
en la nobleza de algún porvenir.

En la encina del llanto, mutuamente invocados,
yo te lloro por un rato, pero quiero
que estés conmigo. Yo sólo te cambio
el nombre para que sea posible en Canaán.

……………………………………………………De Teth mi serpiente

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Noris Roberts

-Caracas, Venezuela-

Muchacho Solitario

Una lágrima resbala a diario por las heridas de tus labios,
mirada de papel inerte que ya no teme a la muerte pues has sentido hundirte entre los acantilados de espinas donde un cerco de sal sólo respiras
Tus sueños siguen ausentes,
la esperanza se desvanece en el fragor de una lucha que apalea tu mente
lacerándote la soledad donde más hiere sin comprender porque sobrevives entre sombras de sauces y olvido escuchando del viento su quejido entre los péndulos del insomnio, entre la aridez de cartones que crujen miseria como si castigo merecieras
¿Acaso la vida desgajó tus sueños en las profundas desnudeces donde más que sobrevivir es un hálito de muerte condenándote a ser el niño que sucumbió ante los grandes desiertos pues vagas sin rumbo cierto donde no anida ningún consuelo?
Yaces lastimado en un universo de asfalto donde te preguntas…
¿Quién soy, el clamor metálico de una ilusión?
Porque en la pura indigencia, los gobernantes arrancaron de tus labios tu sonrisa risueña mientras sus ricas viandas lucen exuberantes en sus mesas
…y soñaste mil historias diferentes en tu territorio de relámpagos y torrentes con tu rutina vaga e hiriente
Muchacho solitario...

……………………………………………………Texto tomado del sitio web de la autora

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Teódulo López Meléndez

-Venezuela-

Sin palabras


Nadie venga
a pedirme una respuesta
las letras se opacaron
………………….menos
una explicación
…………….sobre nada
…………….no sé nada
sin palabras
un poeta
no es

…..hueco en el vacío
gangrena


Espejismo

Me exaspero

verde que se pierde
agua inválida
dátil que no vierte

Extremo mi sequía

…….la piedad
se evapora como un espejismo

……………………………………………Poemas tomados de http://www.poesia-inter.net/

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Joseph Berolo

-Colombia-

Soneto a una mujer lejana


Desde un mundo lejano del suelo que pisas
de la misma esencia del alma que suspira;
de este corazón lejano que atesora prisas,
desde aquí mis ojos saben que te miran

posada en tu silencio de auroras por llegar,
talvez metida entre la noche que te abriga,
la media luz que aprisiona tu lánguido mirar,
el hondo penar que no quieres que desdiga.

Desde mi propia angustia desleída en llanto
estoy vagando en letras que aprisionan ruegos
al duende que te amarra; quiero ser el canto

que ronda tus balcones, la lira que estremece
tus pasiones, el campo fresco, el suave riego
de mi fuente a tu cereza que mi soñar se mece.

.................

Simón Zavala Guzmán

-Guayaquil, Ecuador-

La Palabra

Quede el sonido allí
que sólo baje por la oscilante
simetría del eco
que resbale por su propia
ansiedad
por su delirio de ser voz.
Que mida la distancia entre la
sílaba y la miel del verbo
que viaje por las sinuosidades
de su aliento anterior.

Sólo así podrá ser.

Y cuando quiera estar en la
pregunta
en el indescifrable cosmos del
acento
que pase a ser cadencia
ritmo en la ascendente escala
rito en la musicalidad
y plenamente brote a la luz
como un susurro líquido
en la secuencia de las sensaciones.

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Julia del Prado

-Perú-

Hace tarde


……A Erick Strada, poeta arequipeño,
……que ahora en agosto lo conocí personalmente en nuestra bella ciudad.

Hace tarde
gris de Lima
se aferra Julia
a las noches marinas
olor de gaviotas.

Hace tiempo
su huella queda
en ese cántaro blanco
lleno de agua
con la que bañará a Erick
y lo pinta
de verdesazules
naranjasrosaserranos
dulce / dulce pincel

abrigo de este invierno
que no se va / que permanece

sembremos amigo
libros / muchos muchos

en este hoy que
nos queda
breve.

………………………………Poema tomado del sitio web de la autora

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Luis Felipe Hernández Mendoza

-Ica, Perú-

Santísima pachamama

Hace tres mil años
yo también estuve ahí
fui convocado
por los apus
por la tierra…el mar…el cielo…el fuego
y nuestra santísima naturaleza
y era para darle un tributo de amor
era el pago a la bendita
y amada pachamama
que pedía que la quisiéramos con amor
pedía que no destrozáramos
sus entrañas virginales

Hace tres mil años anduve
por los mismos parajes
subí sus escarpadas escalinatas
y sentí el aliento de su boca dorada
el soplo divino de sus vientos de libertad
agitaba sus banderas
y sentí la fuerza mágica…telúrica
en machupicchu…saysahuaman
en la piel de la pirámide
y en machupicchu sentí volar
hasta tocar el cielo
ahí respiré el aire más limpio
y puro del planeta azul
bajo un olímpico baño de sol
impulsé mi vida

En machupicchu bebí
del manantial de agua
que era como el maná de dios
a miel y leche
que brotaba de uno de sus pezones
inmensos de nuestra santísima madre tierra

Asistía cantarle
al espacio infinito
y le arrancamos al lugar las
más bellas canciones
tocamos su alma, sus fibras
y le cantamos los más bellos poemas
de testigo tú y yo
los apus
el firmamento de estrellas
y la amadísima pachamama
coqueteaba con nosotros
nos hablaba del amor de sus hijos
desde hace tres mil años

………………………………………………4 de enero del 2008

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Homero Carvalho Oliva

-Santa Cruz de la Sierra, Bolivia-

XXV


Soñé palabras
Que abrían puertas
Desperté con un extraño manojo
Aún estoy buscando las cerraduras.

XV
………………………..Para Brisa Estefanía y Carmen Lucía

En su cuarto
Detrás de una puerta
Que sonríe cuando la abrimos
Mi hija me presentó a su Hada Madrina
La vi sonrojarse como roja cereza
Y la escuché reír sonora como las abejas
Volando por la habitación cual rana traviesa.

Por la misma puerta
………………………………….Inevitables
…………………………………………….....……Entraron los años
Y el Hada se fue despacito
Para no despertar a mi hija.


………………………………………Del poemario Las puertas

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Pablo Cassi

-Chile-

Vestido Callejero

No te esperaré
con el habitual deseo de mis manos
ni la existencia volcada en un antiguo
hotel
del barrio estación
donde fuimos testigos del último
invierno.

Aprenderé a olvidar la geografía
de tus palabras
los gestos que aún te acusan
los personajes que habitan en tu oído
y que alimentaste con la música de un
bolero,
con caricias de esfinge
callejera.

………………………………Del libro Para un peregrino distante

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Alejandra Zarhi

-Chile-

Cercenando la noche

Voy a cercenar esta noche
todas las ridículas lágrimas
que destruyen la piel enamorada.

Pondré el corazón como una fría coraza
y las emociones las bañaré con escarchas.

Pintaré este mundo de sueños e ilusiones
en un manto negro esparciéndolo por el bosque.

No más cantos ni canciones.
Nunca más hechizarme con esos cantos
de duendes y magos destruyendo corazones.

Sí, soy cambiante,
soy paciente y fielmente
espero la razón de sus temores.
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Daniel Abelenda Bonnet

-Colonia, Uruguay-

El alfarero

………“Como el barro en las manos del alfarero, así eres tú en mi mano”.
……….Jeremías 18: 6

De greda parecen los dedos
El torno gira rápido
Entre los fuertes muslos
Allí abajo -a solas con Dios-
sentirá crecer el día
Mientras su sudor cae
Sobre la arcilla húmeda.
Moldea, redondea una vasija
O se quiebra antes del horno
Y entonces, el alfarero
Volverá a empezar.

……………………………De Las peras del olmo

.....................

Delfina Acosta

-Paraguay-

Un día tú dijiste...

Un día tú dijiste: soy feliz.
La tienda azul del mar es mi camisa.
Junté en mi percha todo de este mundo:
el torso del océano y la brisa.
Te fuiste a caminar alegremente
por Chile entero dando Buenos días

Sucede

Sucede que mi carne se deshoja
porque ella es desde antes mi enemiga.
Morir o envejecer. La tarde quieta,
la noche tan callada en mis mejillas,
me ocurren. Y me ocurre la penumbra
del corazón. De niña no sabía...
Me hablaban de muñecas de cristal,
de la importancia de las blancas cintas
en el cabello verde, o me llevaban
al cine. Me contaban las mentiras
que a ellas les dijeron, y yo, buena
y sana fui instalada en una esquina
del tiempo hasta que ahora, a la hora
de aquel reloj que marca el mediodía,
me digo, finalmente, que en mi rostro
el sol se puso ya. Cuán largo día...

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Antonio Miranda

-Brasil-

Las Valijas (Canción)

Tenemos las valijas listas para un nuevo viaje.

Llevamos un cepillo de dientes
dos camisas
y un morral lleno de sol.

Y es cuanto basta
por ahora.

Hemos sido felices aquí
hemos tenido techo
nuestros amigos compartieron con nosotros
su pan.
Es hora de partir.

Vivir será
un incesante
fluir.

……………………Del libro Tu país está feliz, obra musical

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