lunes, 9 de diciembre de 2019

Editorial


con voz propia nº 93

Revista literaria

Diciembre 2019

Propietaria – Editora – Directora: Analía Pascaner

Publicación creada en noviembre de 2006
Distribución y publicación gratuitas
ISSN 2314-0275




Si yo no soy para mí, ¿quién será para mí? Y cuando me ocupo de mí, ¿qué soy "yo"? Y si no es ahora, ¿cuándo?
Hillel el Sabio. Pirkei Avot 1:14




Cómo distinguir la noche del día

Preguntó un gurú a sus discípulos si sabrían decir cuándo acababa la noche y empezaba el día.
Uno de ellos dijo: ‘Cuando ves a un animal a distancia y puedes distinguir si es una vaca o un caballo’.
‘No’, dijo el gurú.
‘Cuando miras un árbol a distancia y puedes distinguir si es un mango o un anacardo’.
‘Tampoco’, dijo el gurú.
‘Está bien’, dijeron los discípulos, ‘dinos cuándo es’.
‘Cuando miras a un hombre al rostro y reconoces en él a tu hermano; cuando miras a la cara a una mujer y reconoces en ella a tu hermana. Si no eres capaz de esto, entonces, sea la hora que sea, aún es de noche’. 

Anthony de Mello




Olvídate del mundo. Piensa solamente en lo que llevas piel adentro y sabrás qué dulce y qué sabroso es, de pronto, vivir. 
Jorge Debravo


  
Revista literaria con voz propia
Inscripción Registro: ISSN 2314-0275
Propietaria: Analía Pascaner
San Fernando del Valle de Catamarca
Catamarca – Argentina



Nadie puede hacerlo todo siempre mal, no existe tal perfección.
John Seymour


Autores publicados


Revista literaria con voz propia nº 93
Diciembre 2019
Autores publicados en esta edición: 



Autores publicados desde inicios de la revista con voz propia:

Revista literaria con voz propia
Publicación y distribución gratuitas
ISSN 2314-0275
Propiedad, dirección y edición: Analía Pascaner


Victoria Asís


Si. . .

Si tu voz se pierde irremisible
Puedo encontrarla, degustarla a solas
igual que a los sones
modulados por el viento.

y el abrupto movimiento de tu mar
caudal sonoro de tu canto.

Tu nocturnal caricia me llega
desde el bravío andar de tus manos
en mi piel.

La distancia llora por no lograr
poner una barrera entre los dos
por no poder quitarnos eso. . .

Eso que nunca muere. . .


Hoy. . .

Me planto en el ruedo
desprovisto mi cuerpo de implantes
de inútiles accesorios
con la amargura que me viste.

Con preguntas repetidas y no,
con temores y. . .
Por lo que vendrá.

Me sobran quebrantos y decepciones
mentiras piadosas, la hipocresía

El dilema es sólo uno,
cómo seguir sin hipotecar mi sueño
mi última esperanza de encontrarlo
y que me abrace. . .


Victoria Asís
Nació en Entre Ríos. Reside en Magdalena, Buenos Aires, Argentina


Caer está permitido. Levantarse es obligatorio.
Proverbio ruso

Bertha Carou


La fraternidad de los opuestos

Están allí, entrelazados
como observando la Nada,/ el Infinito
en un punto del cielo…
o tal vez/ el devenir de los humanos.
Uno, con la voz roja de pasión desmesurada
otro, con la blancura aromada entre los verdes
que apenas se insinúa con recato.
Porque aún queda suspendida
la sorpresa eléctrica del vuelo
que les brinda/ a la mañana/
ese colibrí que no descansa:
un aleteo ágil ensancha su plumaje
un derrame de colores
saturando el patio en un instante
Y no descansa…
Se agita/ va y viene/ toca breve
el blanco del jazmín/ saluda al rojo
-pura pasión descontrolada, ese geranio-
¡Tan diferentes pero tan juntos!
Hermanados
El geranio y el jazmín en el muro de mi patio.


Una tanka
Forma de poesía japonesa de más de 1400 años

Dos sentimientos
de humanos, florecidos:
la pasión, la templanza
los dos, tan diferentes
no obstante, tan unidos.


Ruego

La tierra despierta su voracidad de ocaso
se nutre del sol desprevenido
que cae en la negrura de su vientre.
Oh, sol atormentado!
Sé que estás allí
-no me humilles en mi fragilidad de sombra-
le pediré que en su rutina
ilumine la desventura de los hombres.


Bertha Carou 
Lincoln, Buenos Aires, Argentina


Es un gran privilegio haber vivido una vida difícil.
Mahatma Gandhi

Andrés Bohoslavsky


Elección de autoridades del Honorable Consejo Mundial de Escritores

Llegué a la dirección que me habían dado, donde concurrirían todos los escritores del mundo a elegir su presidente. Eso intenté, pero no me franquearon la entrada, una voz que salía de un aparato extraño me pidió mis datos personales y yo desde el lado de afuera de una puerta blindada de acero los fui dando: apellido, nombre, dirección, teléfono y otros. La voz, que me dejó en espera un par de minutos, salió al aire nuevamente, diciéndome simplemente que mi acceso estaba denegado ya que no cumplía con los requisitos necesarios para ingresar a la elección de autoridades del Honorable Consejo Mundial de Escritores (HCME).
Al cruzar la calle me encuentro con mi amigo Pedro, ciego de nacimiento, uno de los mejores poetas hiperrealistas del mundo, cuya mirada sobre él mismo es tan particular que nadie que lo lee pensaría que es no vidente. Sagaz como pocos, también invalidado para entrar, mientras acaricia a mi gatito Sasha, me explica que para ingresar había que escribir sin incriminar, sin cuestionar y sin interrogar nada ni a nadie. Esos eran los preceptos básicos que no habíamos cumplido y que habían determinado nuestro rechazo.
La asamblea eligió las autoridades del HCME, su presidente es el dueño de una entidad financiera de carácter mundial, su vice es el CEO de una de las fábricas de armamento más afamadas en su rubro y así se iba completando el organigrama con más gente de ese tipo, que ha construido este tipo de sociedades y que ahora viene por las palabras para convertirlas en mercancía, en objeto de consumo integrado en la aldea global.
Con Pedro y otros amigos, fundamos la antítesis del Honorable Consejo Mundial de Escritores (HCME), no tiene sede, no tiene autoridades ni organigramas, no tiene objetivos ni metas, no tiene negocios ni fines de ningún tipo, y para completar el cuadro, por el momento ni siquiera posee un nombre.
Su único requisito es que al escribir, incrimines, cuestiones e interrogues lo que quieras y a quien quieras. 


Andrés Bohoslavsky


¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?
Blaise Pascal

Julia Burguener


Ruego y promesa

Jesús:
Agua pura y transparente
de tus cielos y tus ríos,
te suplico: deja en mí.
Lava mi alma.
Cicatriza mis heridas.
Baña el árbol de mis penas.
Haz que brote, florecido.
Ponle frutos bienhechores
y nutrientes de esperanza en su raíz.
En mis brazos doloridos
deja el peso de tu fuente.
Beberé de tu alimento.
Y en el cántaro vacío de mi pecho,
gota a gota,
poco a poco,
nuevamente,
agua pura y transparente
de tus cielos y tus ríos
como pueda,
juntaré.


A los maestros

Maestros:
Guardianes de un tiempo de inocencia 
durante el tímido despliegue de las alas.
No sólo alumbran la mente de los niños
sino que forman para siempre el alma.

Torbellino de un tiempo que requiere
de paciencia, de amor, de tolerancia…
Es el milagro de la acción docente
en la tierra fértil que entibia la esperanza.

Siembran semillas que brotan con el tiempo
y como árboles frondosos se agigantan.
A su sombra va creciendo la experiencia
y florece después en la nostalgia.

Nadie sabe de los desvelos y pesares,
ni de la entrega generosa y diaria.
Dios los bendiga, Maestros! Son ustedes, 
rayos de luz en “las noches de ignorancia”.


Del libro de la autora: Amaneciendo, Poesías
Julia Burguener
Villa Ocampo, Santa Fe, Argentina


La alegría de ver y entender es el más perfecto don de la naturaleza.
Albert Einstein

Mirta del Carmen Gaziano


Más no puedo

En total desacuerdo me presento,
nunca nadie me dijo lo real, menos lo cierto.
Es posible ver claro, más no puedo
oculta está la verdad, sí, más que oculta.

Por qué nadie nunca me lo dijo?
por qué sigo solo y confundido?
de qué se trata tanto misterio, tanto contrapunto?
de este modo no seré yo, no podrán nunca conocerme.

Aléjense de mí, déjenme solo,
ya podré salir de tanto enredo,
no intenten darme más consuelo.
Yo así no entiendo,
De este modo no comprendo.

Abierto estoy a nuevos despertares,
la esperanza me abre su mejor ventana.
Pude verlo así esta mañana.


Debía ser

Quedó parada allí, junto a la puerta,
no pudo dar ni un paso más, ni darse vuelta,
en el frío umbral, como una estatua,
con ganas de llorar, con desconsuelo.

Quedó parada allí, sin darse cuenta,
él decidió partir esa mañana,
lo vio temprano con sus cosas.
preparó una a una las maletas.

No dijo ni hizo nada,
nada podía,
debió dejarlo ir
verlo alejarse.
Se fue así nomás, sin darle un beso
debía irse ya, debía dejarla,
lo esperaba su esposa
y él la amaba.
Entró a la casa llorando
ya lo extrañaba.


Mirta del Carmen Gaziano
Santa Fe, Argentina


La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme siempre estaré contigo.
Isabel Allende

José Luis Cubillo


Sin vuelta atrás

Acabo de finalizar el informe para la absorción de la empresa y aunque apure todo el tiempo del que dispongo siempre cumplo el plazo prefijado. Incluso en un caso como éste, de suma complejidad por la dimensión de ambas empresas, la absorbida y la absorbente. Me tomo unos segundos de descanso para disfrutar del trabajo bien hecho. Sé que en unos pocos minutos sonará el teléfono. Será el director y me pedirá que suba a su despacho con mi informe. Mis compañeros me observarán pasando entre ellos, con un montón de documentos bajo mi brazo, y se esforzarán inútilmente en aparentar que no ocurre nada y que el día transcurre como otro cualquiera. En fin, por desgracia, esto son cosas que pasan. Los números son los números y no vale darle más vueltas. Uno no se puede dar cabezazos contra un muro, porque tu cabeza es frágil pero el muro nunca se va a inmutar. Es contundente, imperturbable, sólido. Además, dicen que donde una puerta se cierra otra se abre. Me acerco a mis compañeros, lanzo los cientos de folios de mi informe por el aire, y comienzo a desnudarme mientras canto “adiós, adiós adiós, adiós a dios, dios dios, dios dios, a a a a adiós, adiós adiós…”. Sé que en el fondo me lo agradecerán.


José Luis Cubillo
Madrid, España


Yo sé que la muerte no resuelve nada, que todos los problemas hay que resolverlos de pie.
Alejandro Casona

Jaime Icho Kozak


Aunque todos se esfuerzan por salir de sí mismos

                                                  Rainer Maria Rilke

Según lo veo en este instante,
los que aman también son poetas de un tiempo breve;
besan una boca inexpresiva, dándole una sonrisa,
haciéndola más bella y aportan al placer, y acostumbran
a los dolores, que hacen madurar.

Traen pesares junto a las risas, nostalgias que dormían,
y despiertan para llorar sobre la página.

Y cuando algo cae,
¡cómo se precipita la ley de gravedad,
tal un viento marino, en su violencia, en cada bola, en cada baya,
y las lleva hacia el núcleo de la tierra!

En tales cuestiones me incluyo y me reitero.

A veces, pongo un mismo verso en distintas partes,
pero en cada momento, tiene un sentido diferente. 
La Luz es la que cambia.
Iluminar es repetir.
Me gusta poner el mismo verso bajo distintas luces,
bajo la luz de la tarde y de las estrellas.
En la mañana no suena la canción como en la noche.

¿Quién soy?
¿Me he escapado de un sueño o viajo hacia él?
¿Se enrolla o se desenrolla la película?
¿O es una novela que busca su forma después del Ulises de Joyce?
Y aun ando colgado de mi sombra con el traje a rayas del campo de exterminio.

Tengo ya varios siglos y no he encontrado otro mástil de más fuste
que el silencio y la sombra donde colgar mi orgullo y mi ser huérfano.

Ya vendrá un fuerte viento que me arranque de mi sitio,
quizá pasó sin darme cuenta, tal vez, fuera la nota de una sinfonía
y la piedra de un destino que comienzo a ver ahora.

Aguardo mi turno con paciencia y trabajo.
Que hay más estrellas que hombres
y hay alas para quien desee volar.


Jaime Icho Kozak
Madrid, España 


¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie?
Pablo Neruda

Lucía Alfaro


Ritual matutino

Nos hemos convertido
en dioses atrapados
en nuestros propios miedos.
Nuestras heridas
continúan oliendo
a jaguar y ocarina,
atadas a rutinarias cuerdas
de vicio y de desdén.

Las cifras desiguales,
con más ceros que sueños,
nos incluyen a todos:
al crónico indigente, al Papa,
al embrión que se aferra
en el útero de una adolescente,
y al iluso magnate
que ordenó destruir
las torres de Babel.

Tanto fantasma estúpido
transita a nuestro lado,
dejando su locura
y su pétalo mordaz
en la misma estación.

La túnica que estamos arrastrando
es demasiado densa…

Mientras en las iglesias
los ángeles inclinan sus campanas
al ritual matutino,
solariegas cigarras
se mutan en asfalto
y neón plastificado.

Un día somos dioses
inventándolo todo
y otro somos heraldos
avanzando rabiosos
hacia nosotros mismos.

¿Dónde gravita la fe horizontal
de tantas golondrinas?


Del libro de la autora: Vocación de herida. EUNED 2016
Lucía Alfaro
San José, Costa Rica


Los años enseñan muchas cosas que los días jamás llegan a conocer.
Ralph Waldo Emerson

María Cristina Chiama


Estación de trenes

A Nora Domínguez

Mi padre recorre el andén con pasos firmes/ mientras desde arriba del tanque de agua/ veo a mi madre muy pequeñita en la ventana de casa /-como si yo hubiera podido jugar con ella/-tiende el mantel para la cena-/ como si fuera una de mis muñecas./ Mientras mi padre asegura cerraduras, escritorios y la caja fuerte,/ deseo no bajar del tanque de agua,/ quiero más tarde llegar como siempre tarde,/ medio rasguñada, con el pelo enmarañado y que madre me diga: No parecés una niña, cualquier cosa, una gitana./ ¿Las gitanas nunca son niñas madre?/ Yo quería saber…Y nunca lo supe, hasta para eso llegué como siempre tarde para ver una gitana de mi estatura./ A la Dolores le dicen gitana y mirá cómo anda. Andaba madre -corrijo- se tiró a las vías./ ¿De dónde sacás esas barbaridades?/ Y esa noche, como siempre, sonaron campanas en el andén hubo corridas algún grito,/ el tren es ruidoso siempre y desacomoda el sueño y los días suceden a veces sin sucesos/ y cuánto más me acerco al medio de la noche en la vieja estación de trenes,/ mi padre me sale al paso, me aconseja acostarme y descansar tanto que ahora ya ni regreso y la vida me aloja en sitios ajenos./ Pero bien de madrugada me llegan los fantasmas de esos durmientes,/ me cuentan vidas, hechos, leo cartas llegadas de Italia o de Siria o de Galicia…Tanta palabra en medio, tanta memoria huérfana./ El andén, los pasos de mi padre, el andén./


María Cristina Chiama
Nació en Buenos Aires. Reside en Laboulaye, Córdoba, Argentina


Dejemos que el pasado sea el pasado.
Homero

Jasmín Cacheux


Correspondencia

Díganle que la he querido,
que estoy entera, dolorosa,
inexacta, nítida,
que sigo siendo,
que estoy, no duermo.
Díganle que he sido sustancial,
incorpórea
y que en su cuerpo desgranado
se quedó conmigo
la necia costumbre de ahogarme.

Díganle, por favor,
                            cuando sea tarde
que le derrame la voz a las estrellas,
para que nazcan y el cielo no se encamorre,
como esta noche, mientras me marcho.

Díganle que la he querido,
que estoy desnuda, azuzada,
                                         ovillada,
que estoy hendida,
y aún sigue latiendo fuerte
ese lugar casi extinto
en el dedo chico de su mano.


La nostalgia

La nostalgia debe llamarse faraona,
debe ser un poco virgen, un poco puta,
estar muerta, arrojada.
Debe llorar cuando no la encuentran,
A tragos grandes, con café y de noche.
Llamarse cielo verde, reventarse,
almidonarse las solapas y salir por la boca,
tragada, masticada, invertebrada.

La nostalgia debiera amarrarse al cuello,
apretar de a poco,
arrugarse,
parirse por el ombligo,
matarse a carcajadas.


Del libro de la autora: Creaturas cotidianas
Jasmín Cacheux
Xalapa, Veracruz, México


¡Qué cosa tan extraña es la felicidad! Nadie sabe por dónde ni cómo ni cuándo llega, y llega por caminos invisibles, a veces cuando ya no se le aguarda.
Henrik Ibsen