El horizonte
destila sangre
en el océano
-naufraga el día-
una barca
remonta atardeceres
carga el sudor
de la faena
con un adiós
estancado
en la mirada.
El paisaje de la
palabra
dibuja mi sombra
figura hueca
perfil deforme
marioneta dislocada
mascarón de proa
que zozobra.
Ojalá que la
campana
que marque mi hora
llegue muda
y sin saberlo
arribe
al último sueño.
Tras los muros
del insomnio
refulge el feto
que diseca
las heridas
coagula la zozobra
mastica el miedo
disipa los ribetes
que araña la locura
Me fugo
en el vuelo
el trepidar de los leños
penetro
en la voz primera
me fugo
nadando
en el amnios.
En la bodega del
silencio
añejo los sonidos
envaso palabras
las apilo
en la arcada del recuerdo
descorcho burbujas
de inocencia
decanto el llanto
etiqueto alegrías
tapono el dolor
en la bodega del silencio
vibra
una
mandolina
la mudez
de
sus acordes
estaciona
los
sabores
de una vida.
Poemas del libro De mí. Editorial El copista, diciembre 2011. Córdoba, Argentina
Victoria Servidio. Cosquín, Córdoba, Argentina
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El amor verdadero hace milagros,
porque él mismo es ya el mayor milagro.
Amado Nervo
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Hola Victoria, qué placer leer estos poemas que conmueven sin estridencias y con un recorrido de sensitivas imágenes textualizadas en pocas palabras.
ResponderEliminarUn abrazo
Betty
Gracias querida Betty
EliminarUn abrazo
Analía