POSTALES LONDINENSES
Hora
Racimos de flores rosadas sobre
las rejas
del viejo ministerio, que lucen
como pinceladas
en medio de lo abierto y de lo
gris.
A esta hora, todo se aquieta en
estas calles
donde otrora Churchill anduvo
por los bordes
calientes en medio del oscuro
tronar
de la Luftwaffe. Hace sólo un
momento
un hombre pensativo contra la
vidriera,
y con su rubia cerveza, miraba
hacia la calle…
bajo un halo de soledad, que es
semejante en todos lados.
Todo parece aquietarse a esta
hora
extraña en estas calles anchas,
que quedan flotando así, como
del tiempo.
The Globe
W.S., en memoria
Racimos de flores rosadas sobre
las rejas
del viejo ministerio, que lucen
como pinceladas
en medio de lo abierto y de lo
gris.
A esta hora, todo se aquieta en
estas calles
donde otrora Churchill anduvo
por los bordes
calientes en medio del oscuro
tronar
de la Luftwaffe. Hace sólo un
momento
un hombre pensativo contra la
vidriera,
y con su rubia cerveza, miraba
hacia la calle…
bajo un halo de soledad, que es
semejante en todos lados.
Todo parece aquietarse a esta
hora
extraña en estas calles anchas,
que quedan flotando así, como
del tiempo.
The Globe
W.S., en memoria
400 años borran todo,
no siempre
a la piedra, ni a la letra,
que a veces es más duradera
y sólida.
Por lo demás, el gran río
siempre estuvo
ahí, y durante algunos meses
aciagos,
bombardeado por las noches.
La memoria,
tantas veces volátil, incierta,
escurridiza,
suele también tener la opaca
firmeza
del granito. Pero 400 años
borran
todo, hasta los edificios que
parecían destinados.
No así algunas palabras,
algunas voces,
donde parece los tiempos
respiraran.
La ventana
que a veces es más duradera
y sólida.
Por lo demás, el gran río
siempre estuvo
ahí, y durante algunos meses
aciagos,
bombardeado por las noches.
La memoria,
tantas veces volátil, incierta,
escurridiza,
suele también tener la opaca
firmeza
del granito. Pero 400 años
borran
todo, hasta los edificios que
parecían destinados.
No así algunas palabras,
algunas voces,
donde parece los tiempos
respiraran.
La ventana
Faber & Faber
Por esta ventana, entre
cuarteto
y cuarteto, seguramente
el poeta
habrá buscado en el
espacio
y en el paso de la gente
una respuesta.
Toda ventana abierta,
siempre
alienta. La poesía,
algunas veces,
suele ser una ventana,
donde
el viento llama y deja
signos.
Además, me digo,
ésta no es
ni será ya cualquier
ventana.
Una ventana alta
para airear
los versos de Mr. Eliot
para siempre.
Viejo cementerio
En el viejo cementerio de
Old Brompton,
de antiguas lápidas
carcomidas
por los soles y las lluvias,
algunas dibujadas
sin prisa por el moho,
se extiende
un camino por donde
los caminantes
apaciguan su momento
entre los árboles,
mientras los pájaros chistan
y revolotean
ocultos en lo alto de las
copas.
Todo está dicho, pareciera,
en el paisaje,
donde una parte oscura y
presentida
yace más allá del tiempo
y de los aires,
en tanto el sol ilumina
débilmente
la frágil brevedad de todo
lo que respira,
puja, arde, y olvida.
Por esta ventana, entre
cuarteto
y cuarteto, seguramente
el poeta
habrá buscado en el
espacio
y en el paso de la gente
una respuesta.
Toda ventana abierta,
siempre
alienta. La poesía,
algunas veces,
suele ser una ventana,
donde
el viento llama y deja
signos.
Además, me digo,
ésta no es
ni será ya cualquier
ventana.
Una ventana alta
para airear
los versos de Mr. Eliot
para siempre.
Viejo cementerio
En el viejo cementerio de
Old Brompton,
de antiguas lápidas
carcomidas
por los soles y las lluvias,
algunas dibujadas
sin prisa por el moho,
se extiende
un camino por donde
los caminantes
apaciguan su momento
entre los árboles,
mientras los pájaros chistan
y revolotean
ocultos en lo alto de las
copas.
Todo está dicho, pareciera,
en el paisaje,
donde una parte oscura y
presentida
yace más allá del tiempo
y de los aires,
en tanto el sol ilumina
débilmente
la frágil brevedad de todo
lo que respira,
puja, arde, y olvida.
Del poemario Dos cigarrillos para Eliot;
Londres, mayo de 2013 y mayo de 2014.
Eduardo Dalter. Buenos Aires, Argentina
--
El proyecto es el borrador del
futuro. A veces, el futuro necesita cientos de borradores.
Jules Renard
--
Quedo, desde ya, de lo más motivado como para involucrarme con "Dos cigarrillos para Eliot". (Qué bueno, Eduardo, esos dos mayos londinenses.)
ResponderEliminarRolando
Gracias por tu lectura, querido Rolando.
EliminarSaludos cordiales
Analía
Vitalidad en lo leve, intensidad en lo real. Destreza poética. Jose Tallarico
ResponderEliminarAgradezco tu lectura y tus conceptos, José.
EliminarSaludos cordiales
Analía