Al hermano, en su agonía
Pero aquí abajo la muerte
se paga viviendo
Giuseppe Ungaretti
*
Contigo hasta la final
estación de tu viaje
Pienso en el aire
de ti que se demora
aún en nosotros
Lejano el dios
de los vivos
y los muertos
acaso sabrá
lo que sentías entonces
lo que hubo de fugaz
en la celda simple
de las manos juntas
sobre tu pequeño
lomo hirsuto y triste
como el mundo
y se apagaron
tus ojos al fin
como un candil
en plena noche
Por un tiempo
han de seguir
tus orejas enhiestas
como estaban
en atenta escucha
Para ti sea toda
la paz, hermano,
para ti en la fosa gris
que nos dejaste
con gemido.
6.6.14 9.50 am
No
Sabes,
no dudo de ti, ni del tiempo
que ha
de arriar inclemente
cada
bandera. Has de llegar pues
sin
aviso ni señas, y será
tal vez
un domingo bajo la misma
lluvia
que empapa el lomo de los perros
de
Dios. Será como el paso
de un
sueño a otro sueño
y otra
vez otra mano
sutil
ha de abrir la eterna partida
de ajedrez
de toda ruina y olvido.
Mientras cae a plomo la noche
uno
escribe bajo la sombra
fantasmal
de las galaxias
otras
líneas oscuras del Diario
deste viaje
sin regreso
uno
escribe como si nada pasara
como
las marcas de agua nocturna
en
hondo bosque, en plena tormenta
de
Dios, uno escribe y el rayo de pronto
y la
furia, y ese vacío infinito
Intemperie
Camino en mitad de la noche, ahí
donde no acude al conjuro la voz
que quisieras ni la sombra fiel de Lenore
bajo el círculo de oro llega. No,
sabes ya que no hay otro sol más allá
ni otro tiempo que hoy para el viaje
agotador de los huesos. Apenas un ligero
dilatarse la espera, un susurro del viento
entre las hojas del bosque, tan lento.
Y en cornisa buscarse, amanecer a lo lejos.
Windschief
Poemas tomados
de AERA Revista de Poesía
Alejandro Drewes. Buenos Aires, Argentina
--
El hombre grande es aquél que en
medio de las muchedumbres mantiene, con perfecta dulzura, la independencia de
la soledad.
Ralph Waldo Emerson
--
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