domingo, 22 de junio de 2014

Elisabet Cincotta

Ella espera

Ella desea la última palabra
redención de tantos desaciertos
la misma que brinde la alegría
de haber costeado los espantos

Ella está desahuciada de lamentos
angustia de despedida sin perdones
oscurece el día aunque la rosa inicial
de primavera otorgue lágrima rocío

Tiembla el pulso otrora firme
quema el olvido entre papeles
no fluye la palabra y sigue
ostentando avances sin dejar huella

Así ceñida de errores ofrece manos
su dolor es más fuerte que la espera
sabrá que no habrá rencores sin la frase

sin embargo aún la espera


Historia

Has perdido el hilo
la mano el triunfo

has querido victorioso
fecundar la vida en limosna
un futuro a corto plazo
y no has llegado a comprender
la risa del que sufre
porque sufrir a veces es canto
y no borra la dicha del día
la pobreza
has mirado el hoy
con hiriente desparpajo
y pisado la ternura del que ama
y así sigues prepotente lastimando…
lastimando
la carencia del sentir no la oculta
el poder ni la exigencia
mientras tanto tu mano
se bifurca entre cencerros
y anuncia lentamente la partida
sin embargo necio de tu historia
levantas la cabeza y caminas


Llueve la soledad

mañana el sol penetrará la rutina
desde las esquinas el barro oscilará
niebla

un viento agosto repartirá pétalos
desde un rincón de flores
siempre tuyas
mientras una lista de quehaceres
enfrentará al mediodía
con temores nuevos
y nitidez agreste

más allá
quien sabe cuánto
el cielo torbellino de recuerdos
amenazará con nubes al destino
                   en esta soledad que llueve ausencia


Elisabet Cincotta. Buenos Aires, Argentina

--
Cuanta más luz haya en nosotros, más brillante será el mundo en que vivimos. 
Shakti Gawain
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