Innovaciones Amorosas
Te hamo,
así, sin acentos
ni faltas de ortografía.
Te hamo, así,
después de haber amado,
de haber escrito al amor,
he decidido
hamarte.
Hazme en tus manos...
Hazme poema,
verso,
pájaro suelto,
vivo fuego o
mar sereno.
Hazme abismo
precipicio
eco
de mi mejor
silencio.
Hazme tus armas,
declara (me)
tus guerras.
Hazme el viento
en tu pollera
y bajo sábanas
tus besos.
Hazme la noche,
la calma y desnuda
violencia
de los dos amantes.
Hazle el tiempo
quieto,
el paraíso
ido;
hazme el encuentro
y el desencuentro
y hazme feliz
al final del cuento.
Hazme en tus manos
como si fuese
arcilla
pero por favor
hazme,
mujer,
que no estoy hecho.
Micro-poéticas
I
La poesía es la derogación
absoluta de todas las leyes del universo, el triunfo de lo concebible por sobre
lo probable.
II
Todo empezó hace mucho, en una
rima o un simple verso. Lo demás no lo recuerdo, fue un huracán que se llevó el
viento.
III
Y es que me aburro, ¿saben?, y
se me antoja, entonces, gritar en silencio todas esas cosas que no tengo para
decir.
IV
¡Estas no son horas de andar por
el viento! -les dije una noche a mis versos. Sordos serían, porque no volvieron hasta el otro día. ¡Versos! ¡Mejor sería criar cuervos!
V
¿Quieres saber un secreto? Hoy
no me dejaré escribir. Mejor vete a dormir -me dijo el poema. Y yo le obedecí. Discutir con un poema es como discutir con una mujer.
VI
He desbastado la soledad como se
tala un árbol, sin pensar que el bosque seguirá viviendo allí, entre la hierba
inapagable y el cielo inalcanzable.
VII
Alguien derrama una lágrima.
Alguien la recoge. Y el amor sigue su tortuoso recorrido por la selva humana.
VIII
Construí cadenas. Yo, que quería
puentes.
Sebastián Zampatti. Tandil, Buenos Aires,
Argentina
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Analía Pascaner