La
condena
Ese
día me había levantado tarde
no
tenía planes ni nada de eso
salí a
caminar, a contemplar los maniquíes
cuando
uno de ellos me dijo:
hubo
un terrible accidente en el tren que toma diariamente
le
dije:
la vida es así, extraña
me quedé dormido esta mañana
para seguir vivo
para charlar con vos en esta
esquina
Chagall
Encender
un cigarrillo
mirar
el cuadro de Chagall
tomar
la lapicera negra
el
cuaderno, una hoja en blanco
cerrar
los ojos
ese
es el punto
si no
cierro los ojos
el
cuadro no se materializa.
Gato negro
El tiempo nos engaña al no
existir
una cicatriz no es nada, sola
pero si nos conecta a algo, nos
está hablando
un encuentro es una herida
cicatriz más tiempo, es un gato
negro que huye en un callejón
/ solitario
/ solitario
los gatos fueron asesinos en otra
vida
en la huida, el gato resbala en
un papel de golosinas
se lastima y se formará la
cicatriz
la misma que hay en nuestra
mente.
Le pasa la lengua, no para
curarla, sino para recordar algo.
Piedras
Cuando ya no estemos sobre esta
tierra
ni nosotros, ni ellos
ni las plantas ni los animales
ni las ventanas del club con sus
marcos grises
ni los dulces de mamá
ni los diarios llenos de
tonterías
ni las recetas japonesas, ni el
té de jazmín
ni tu dulce sonrisa al
despedirme
estas dos piedras
tal vez rueden cerca tuyo.
La apuesta de Blaise
Unas pocas monedas contra la
vida eterna.
Me sentaría a jugar
si no las hubiese gastado en el
bar
tomando algo, pensando un poema.
El acta
a mi madre Sara
Yo, que estoy en el medio del
mar
leo el acta, que con unos
cuadraditos marcados con una x
deja constancia de la muerte de
mi madre
mientras la rompo y el viento se
la lleva
depositándola en unas olas
gigantes
pienso en ella con sus lentes
viejos, leyendo a Chejov
o las cartas de familiares de
Rusia
y en aquellos años en que era
feliz, paseando con mi padre por la
/ playa
/ playa
mientras yo corría detrás de
ellos
me doy vuelta y la veo sentada
en una silla en la proa
rodeada por unos albatros que
picotean restos de comida
me llama y me siento junto a
ella, mientras saca unas fotos viejas
en paisajes extraños, junto a
sus padres
y luego otras y otras, como un
repaso de su vida
mientras hablamos de las cosas
que quedaron sin hacer
de esos planes simples que
teníamos
y ya no podremos realizar
giro la vista al mar y cuando me
doy vuelta para abrazarla
ya no está
a mis pies, veo la foto en que
ella está delante de la casa de sus
/ padres
/ padres
en la calle de la revolución
la llevo al camarote, la pego en
la pared
y me acuesto a dormir
en el sueño, escucho su voz,
casi imperceptible, que me dice:
- no estés triste, ya nos veremos.-
me despierto, me sirvo un vaso
de vodka
y miro por el ojo de buey la
tormenta que se avecina
voy a la sala de máquinas, a
cumplir mi turno
y la escucho nuevamente:
- hijo, el hombre es lobo del hombre-
me río pensando en ella, en esos
viejos tiempos
donde soñaba un mundo más justo
sin imaginar que nos
convertiríamos en bestias.
Poemas del
libro del autor: Una noche en
bosque-poesía y otros poemas. Poesía Mayor, Editorial Leviatán. Buenos
Aires, Argentina. Marzo 2014
Andrés Bohoslavsky. Desde algún lugar del
mar
Me encantaron..
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Karina
EliminarSaludos cordiales
Analía
Un soplo de aire fresco, como siempre, Andy.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Bob
Muchas gracias por tu lectura, querido Bob.
EliminarCariños
Analía