Resplandor
¿Por qué las lágrimas si no me
han derrotado?
¿A quién le dejo mis ganas de
volar?
Sé que en la noche hay luz
aunque no brille
y en el silencio hay tanto que
escuchar…
Ya no me importa oír este
lamento
aunque el otoño se lleve el
resplandor
de aquellas hojas que acumulan
presagios.
Se está acercando, y no es sólo
mi voz.
Noviembre
Gracias a tu vida, sigo
caminando,
ungiendo mi esperanza con tu
aliento
aunque crezcan el tiempo y la
distancia.
Dar de nuevo y barajar no será
fácil
a pesar de mi camino y de tus
huellas.
Las cosas no serán diferentes
una vez que el cielo esté
perdido.
Porque no olvido tu amor quiero
volver
eternamente al sol que nos
cuidaba.
Al partir
Sigo pensando que lo mejor es
irme
en vez de ver gastadas
retahílas.
La frente alta, el corazón
intacto,
mi alma marchita, la fuente sin
monedas.
El cenicero gris y sin sentido,
las copas de ayer llenas de
vacío…
Vuelvo a sentir que me llena el
desgano
al repetir nuevamente el
recorrido.
El reloj de arena quedó atrás
y será el mar quien cure mis
promesas.
Dibujaré mis sueños tantas veces
como sea necesario, al partir.
Gigante
¿Adónde vas, gigante de las
sombras?
Descubre un poco más de tu silueta.
Usaré siempre el mismo traje
gris
pero de lejos desvistes mi
tormenta.
En el otoño fuiste sal y luz de
día,
quizás ahora, final y dios a
medias.
No esperaré a cubrirme con
silencio,
sólo te dejo mi parte en la cosecha.
Sin piedad
La historia de mi vida se repite
sin dueño
y vuelvo, adormecido, e intento
respirar.
Así como el invierno destiñe los
caminos
tu ausencia es la que me hace
odiarte sin piedad.
Fue tanto lo que amé, tanto lo
que intentamos
que al volver a pensarlo siento
que di de más.
No creas que al volar pudiste
deshacerte
de mi sombra a tu lado. Te sigo
donde vas.
El cielo es un reflejo de lo que
llevo dentro.
La vida, el camino de vuelta
hacia el altar.
El sol me desalienta a seguir
buscando paz
aunque no me despierte antes de
cada sueño.
Seguramente un día estarás
disponible
y toda esta nostalgia verá la
realidad.
Tu ausencia es la que me hace
odiarte sin piedad
así como el verano espera su
destino.
Poemas del
libro Presagio de luz. Febrero 2011
Gonzalo Salesky. Córdoba, Argentina
Gonzalo lindos poemas
ResponderEliminarSiempre dejas rastro por donde pasas con esa mágica fuerza en tus versos
Un saludo
Gracias por tu lectura, Anabel.
EliminarSaludos cordiales
Analía