Diálogo en otoño
Poema a dos
manos
Esther
González Sánchez.-
¡Oh
dueño mío en valle de pupilas!
encima de los meses tan llenos de noviembre,
mi encarcelado talle,
encima de los meses tan llenos de noviembre,
mi encarcelado talle,
como
una golondrina de ala dócil
espera, aguarda el golpe de la luz
que nos empuje al mar
espera, aguarda el golpe de la luz
que nos empuje al mar
de
nuestros pechos de ánfora.
Ernesto
R. Del Valle.-
Espera mujer,
los
colmillos de la ausencia
clavan
sus nostalgias.
Espera a que la lluvia
Espera a que la lluvia
con
su luz de otoño
se
embriague de ansias
y el
mar acoja nuestros pechos
en la
resaca de algas
y nocturnas caracolas.
y nocturnas caracolas.
EGS.- ¡Mi siempre victorioso!
Aún vive tu rumor sobre las cosas
y tu perfume salva la escalera,
Aún vive tu rumor sobre las cosas
y tu perfume salva la escalera,
aunque
acaso, después de tanto tiempo
ya no
me reconozcas
tan
desvestida y rota,
tan llena de distancia
como guarda una tarde sin memoria.
tan llena de distancia
como guarda una tarde sin memoria.
ERDELV.- Asisto a la brevedad
de las cosas que existe en ti.
A la simplicidad de tus gestos,
de las cosas que existe en ti.
A la simplicidad de tus gestos,
al
anagrama de tu risa.
Busco
tu piel en la suavidad
del
caos en las alas de las mariposas.
Te busco cuerpo y alma
Te busco cuerpo y alma
en
cada luminar de estrella
guiñándome
en la noche.
EGS.- ¡Ven! ¿No miras como
tiemblan
mi
boca y mi estatura?
Entra
a visitar lo tanto tuyo:
los
verbos que ayer fueron de tu alma,
y en qué sudor de besos te reclamo
cuando un sostén de hilo
y en qué sudor de besos te reclamo
cuando un sostén de hilo
y
luna a media asta,
me
recuerdan en luto
que
no me resta nada
de lo
que tuve ayer.
ERDELV.- ¿Cómo no mirar ese temblor
de
tus labios, si mis besos aún apacientan
sus
rebaños?
¿Cómo olvidar tu cuerpo de amapola
¿Cómo olvidar tu cuerpo de amapola
embestido
por mi cuerpo,
poseído
en su aliento de feminidades vastas?
¡Ay
mujer de mis ánforas!, ¿qué sed
para tu fuego siente mi espiral apasionada?
Voy a ti con mis deseos al festival de tus otoños.
para tu fuego siente mi espiral apasionada?
Voy a ti con mis deseos al festival de tus otoños.
EGS.- Se muere este quebranto.
Susurra
su insistencia
que
ya no habrá retorno
de días con Giraldas,
ni altura de castillos en la arena
de días con Giraldas,
ni altura de castillos en la arena
que
sólo ¡Amado mío!
alrededor
de mí vive el silencio,
un grave y conventual silencio
un grave y conventual silencio
que
se agota en los labios
y en los ojos cumplidos
y en los ojos cumplidos
detrás
del horizonte.
ERDLV.- Beberé tus silencios mujer
mía…
No
más castillos en la arena.
Rodearé
los humedales de tus muslos
exaltaré la piel en sus contornos de astros
exaltaré la piel en sus contornos de astros
y
agotaré en tus labios
esos
bríos que no sabrán, jamás
de
ortigas conventuales ni horizontes…
Esther González Sánchez. Vigo, España
Ernesto R. Del Valle. Camagüey, Cuba.
Reside en Estados Unidos
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