Sinfield’s
Cuando era niño
mi madre me
enviaba a comprar
frutas y
legumbres.
La tienda se
llamaba
Sinfield’s
Campo del Pecado.
Había hileras de
manzanas,
naranjas,
chauchas,
repollitos de
Bruselas.
Podías oler la
tierra fresca
en las patatas.
Era como el jardín
del Edén.
Luego me aventuré
al centro de la
ciudad
donde vi un enano
un hombre-anuncio
que llevaba
carteles que decían:
“El pecado se paga
con la muerte”.
No sabía qué
significaba
pero sonaba mal.
“¿Es verdad?”, le
pregunté
al párroco.
“Sí, lo siento”,
me contestó.
Desde entonces
no me sentí bien
yendo a ese
mercado.
Piedras
Recibí una carta
de un amigo
desde la Patagonia.
Decía que había
juntado unas piedras
-para hacer
patitos-
en el lecho del
río Negro,
por si un día nos
encontrábamos.
Pensé en Francis
Bacon
-el filósofo, no
el pintor-
y su experimento.
Puso unas piedras
azules
en el lecho de un
estanque
al lado del río
Ver.
Bajaré mañana al
río
y veré si aún
están allí.
Incaland
Estuve ayer
en la Plaza del Mercado
de St Albans.
Había dos
flautistas peruanos.
La música era
desgarradora.
Me dije que si
fuera
un exiliado
peruano
no hubiera podido
contener mis
lágrimas.
Puse 50 peniques
en un recipiente.
Me ofrecieron una
cinta
con una
inscripción
“Peru - Incaland”.
Diez libras.
Desistí,
sintiéndome culpable.
Gorhambury
Antaño usábamos
humo
y espejos, palomas
y semáforos,
botellas
y tambores.
Bacon escribió en
New Utopia,
en New Atlantis,
acerca de un tubo
que podía llevar
sonido
“en extrañas
líneas y distancias”.
Se me ocurrieron
estas cosas
al lado del río
Ver
en Gorhambury,
justo cuando un
amigo
me llamó desde la Patagonia.
El puente
Cuando era niño
había un puente
colgante chino
en el parque
Wardown.
Aún sigue ahí,
pero ahora
con más medidas de
seguridad.
Nos encantaba
hacerlo balancear
como un caballito
mecedor
o un columpio
gigante.
Por debajo el agua
fluía
lentamente.
Una cerilla
tardaba más de un minuto
en cruzar por
debajo.
Entonces nos
parecía que la vida
duraría
eternamente.
Hoy el lago está
helado
y el río inmóvil.
Del libro del autor: La
casa de empeño y otros poemas. Lord Byron Ediciones, 2013. Colección
Prometeo Desencadenado
Robert Gurney
St. Albans, Inglaterra
Este autor me gusta mucho y no había leído estos textos; siempre me asombran los escritores que logran emcionar con las palabras cotidianas y las sugerencias en la totalidad del escrito.
ResponderEliminarBetty
Gracias por tu lectura y conceptos, querida Betty. Es agradable saber que has disfrutado de los poemas de este buen amigo.
EliminarCariños
Analía