Duende este es el último poema que te escribo
Adiós
El dolor se ha adueñado de mi
alma
para quedar suspendido en su
rivera.
Vivimos, una locura compartida
que nos llevó hacia un desierto
sin fronteras.
Pero desato los lazos que nos
atan,
y prefiero sepultarte en el
olvido,
mientras despliego las velas de
mi barca
hacia un lugar incierto y sin
destino.
Soy egoísta, no te quiero
compartido,
ni deseo continuar esta agonía,
sin burbujas de amor está mi
copa,
¡Necesito quedarme a la distancia
para acallar la soledad de mi
alma!
Y en esas largas noches que me
esperan,
humedecidas de rocío mis
mejillas
vacías, sin tu amor, sin tu
presencia,
sentiré dos soledades
compartidas,
en ese mundo brutal que te
rodea.
Implacables con argucias te mantienen
atado en esa farsa en la que
vives.
Algún día, sabrás de los
motivos,
en este amor que te ha dejado
libre.
Quédate con el cascarón de tu
rutina…………………
Si lo que te entregué, mi amor,
¡de nada sirve!
En alas del viento
En alas del viento
viajan mis palabras
escondidas
en rincones de mi alma
Hoy soy rosal en flor
perfumando sensaciones
Siento tu boca
recorriendo mis rincones
enloquecido de pasión.
¡Pero vendrá el adiós……
Toda yo, estaré
vestida de misterios,
y en esa ceremonia
de secretas pisadas,
trataré de atrapar
al sol unos instantes,
para después,
aferrada a un espejo roto
llegar hasta otra orilla
mirando desde allí,
como se borra
tu figura desgarbada………
¡Perdiéndose en la noche de mi
alma!
¡Grita mujer!
Ese dolor marchito ya de tiempo.
¡Cuánto amor entregaste!
Y hoy
contemplas desde las sombras
aquel instante en que fuiste
la más feliz del Universo.
Pensaste
que el amor te sonreía
¡Pobre de ti!
Él, un espectro escondido entre
las sombras,
tomó tus primicias
y resignó tu metáfora de sueños
para después
con los puños cerrados
golpearte sin piedad
olvidando
tu debilidad y tu inocencia.
Sin protección,
alejada de aquellos que te amaban,
tu razón se volvió llaga
y oscuros cardenales dibujaron
en tu cuerpo
un mapa de sacrílegos rituales.
¡¡¡Grita mujer!!!
Trata de que la humanidad
escuche tu lamento
¡¡¡Grita mujer!!!
Para aquellas mujeres que sufren
tanto como tú………………
¡¡Y casi están al borde de la muerte!!!
Soy un sueño
Soy un sueño perdido en la nada.
Una luz que titila en las
sombras.
Un sollozo que ya ni te nombra,
peregrino en senderos sin alma.
Desvarío en la sed de mis ansias
enigmático, erótico, yermo.
Borroneando de exilios el verbo
que dejaron en ti mis palabras.
Fui tan solo un juguete en tus
manos,
girando momentos de fuego y
lujuria.
Más, dejaste tu marca en mi
cuerpo,
contraluz de hechizados
misterios
Y aunque quiera borrar ese
tiempo
que pasó como pasa un suspiro.
Estarás suspendido en los
hilos……………
¡De seda, tejido por mis
sentimientos!
Del libro de la
autora: Mascarón de Proa
Lydia Pistagnesi
Banfield, Buenos Aires, Argentina
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