Seducciones
Yo sé
lo que
se dice
de las sombras blancas que suelo
vestir.
Y de
cof
cof
cof
la tos.
Tengo un cutis de porcelana,
cuidalo,
no lo rompas.
No me dan los tiempos
para responder
a todos tus reclamos.
Tal vez,
no sé,
acaso, esto sea el ocaso
que viene caminando
por el boulevard.
Imputaciones
Vos
y tus ceremonias secretas en la
nieve
(que cae
paf paf paf
sobre
la calle sucia,
insuficiente para armar
un muñeco ridículo
con nariz de zanahoria
y un viejo gorro tejido).
Vos
y el espesor del aleph
siempre confuso y mutante.
Vos
y tus buñuelos en el jardín.
Vos,
apenas un ruido
día y noche,
galope de búfalos
en la cama desarmada.
Vos,
siempre vos,
cosecha exigua.
Cuando está ahí
tu dinosaurio,
yo cierro los ojos.
Andrea Fregoli
Rosario, Santa Fe, Argentina
El dinosaurio, ¿se refiere al cuento corto de Monterroso?,da que pensar...
ResponderEliminarGracias por tu lectura, Haidé.
EliminarCariños, mis mejores deseos
Analía