viernes, 15 de noviembre de 2019

Martha Valiente


El taller

La escalera se afilaba
dentro de aquella enredadera del perfume
que subía desde el patio hasta tu pelo.

Las ventanas cubiertas de pañuelos verdes,
para enternecer las luces
                                    y el silencio.
Ladridos de grillo cuando abrías la puerta.
                                        Un ronroneo
mal disimulado en el abrazo.

Nunca tuve el coraje de entregarme
                                        entera y a lo largo
al acecho deseado de tu cuerpo.

La memoria consuela,
hasta que llega el arrepentimiento.


Días como hoy

Días como hoy
te hacés presente
con tus frágiles dedos aniñados
la línea de luto de tu ceja
los ojos lobunos y amielados
tu boca y su beso irrevocable
el desencuentro vital que recortó el milagro
del tiempo denso que duramos.

Días como hoy
me despierto llorando sin saberlo
me pongo de duelo sin pensarlo
y caigo más y más adentro
en un lugar tan hondo que no termina nunca
y abajo tan abajo que da miedo
porque estás
                  todavía
esperando de mí un abrazo
otro más
                  antes de irte
con un portazo dulce
lleno de agujas y de llanto.

Días como hoy
Desespera la ausencia
con tu boca que espera un nuevo beso
el penúltimo siempre.

Hay días como éste
que no es cualquiera no
porque es tu cumpleaños
porque es julio
y es un invierno más
sin beso y sin abrazo
en que mejor sería no estar
o volcarme de una vez en ese oscuro agujero
hacerme espacio y hueso donde estuvo tu cuerpo

para renacer,
                   quien sabe.

Un día de estos a lo mejor no me despierto
llorando ni de ninguna forma
y me angustia saber que en días así
sólo vos me hacés falta,
Alejandro.


Martha Valiente
Nació en Uruguay. Reside en Buenos Aires, Argentina

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