lunes, 9 de diciembre de 2019

Bertha Carou


La fraternidad de los opuestos

Están allí, entrelazados
como observando la Nada,/ el Infinito
en un punto del cielo…
o tal vez/ el devenir de los humanos.
Uno, con la voz roja de pasión desmesurada
otro, con la blancura aromada entre los verdes
que apenas se insinúa con recato.
Porque aún queda suspendida
la sorpresa eléctrica del vuelo
que les brinda/ a la mañana/
ese colibrí que no descansa:
un aleteo ágil ensancha su plumaje
un derrame de colores
saturando el patio en un instante
Y no descansa…
Se agita/ va y viene/ toca breve
el blanco del jazmín/ saluda al rojo
-pura pasión descontrolada, ese geranio-
¡Tan diferentes pero tan juntos!
Hermanados
El geranio y el jazmín en el muro de mi patio.


Una tanka
Forma de poesía japonesa de más de 1400 años

Dos sentimientos
de humanos, florecidos:
la pasión, la templanza
los dos, tan diferentes
no obstante, tan unidos.


Ruego

La tierra despierta su voracidad de ocaso
se nutre del sol desprevenido
que cae en la negrura de su vientre.
Oh, sol atormentado!
Sé que estás allí
-no me humilles en mi fragilidad de sombra-
le pediré que en su rutina
ilumine la desventura de los hombres.


Bertha Carou 
Lincoln, Buenos Aires, Argentina

5 comentarios:

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Analía Pascaner