María Rodríguez

-Almuñecar, Granada, España-

Fragmentos

…….I

Vino como se fue
con su línea trazada.
La mochila sobre el hombro
y los sueños a la espalda…

…….II

El agua se le ofreció
al cansado caminante.
Y este en pago le entregó:
su sudor y polvo del camino.
Agua y caminante
se saciaron mutuamente,
siguiendo cada uno su destino.

…….III

Bajó la angustia…
y le di cobijo.
Bajó el llanto…
y le di asilo.
Bajó la tristeza…
y le di morada.
Apareció la alegría…
y no tuve dónde albergarla.


Por la mujer afgana

Mujer encarcelada
que en tu cárcel estás cautiva,
abre tus ojos y mira
lo que el espejo te brinda,
no escondas tu sonrisa
y que tu cuerpo ande y baile
en perfecta armonía,
porque tus derechos y vida
con la libertad van unidas.
¡Desnúdate mujer!
muéstrale al mundo tu valía.


Escondido deseo

Quise ser brisa,
quise ser puerto,
quise ser mar…

Y en dulces estrofas
acompañar, tu alegre navegar.

Pero la brisa se volvió viento,
el mar en terrible tempestad
y el puerto rompió amarras
para mi barca naufragar.

No hubo truenos,
no hubo rayos,
la tierra no tembló
en su caminar.

Solo fue…
un deseo escondido
de ser luz,
fuente,
baile,
melodías…
en un sereno compás.


Dicen...

Dicen…
que tan enamorado está el ciprés
del cielo que lo cobija,
que alarga sus brazos hacia él
queriendo tocarle en su lejanía.

Dicen…
que por las noches,
cuando nadie le ve,
su sombra se alarga hasta el río,
para verter sus lágrimas en él.

Dicen…
que de madrugada
gallardo y gentil
espera al sol que aparezca
para sus besos
ser el primero en recibir.

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Debe de haber algo extrañamente sagrado en la sal: está en nuestras lágrimas y en el mar…
Khalil Gibran

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