-Buenos Aires, Argentina-
Oniria
Pasan largamente las horas observando, como siempre, tu retrato. Y todo pasa, y todo vuelve, excepto el amor, que apenas de vez en cuando pasa, que nunca vuelve.
Y la vida encadena días y noches en blanco, como páginas vírgenes, inexploradas tierras.
Todo pasa, y nada pasa, como estas nubes grises errantes barcas-.
Deriva del tiempo, aguja marcando un norte trivial o absurdo de la existencia.
Extraños países del sueño, inseguras comarcas por donde he fatigado mis pies, hartos de andar sin poder encontrarte.
Paisajes de la mente, herméticos reinos que visita la luna en blanca carroza de hueso.
Por vosotros, para vosotros, el sueño de este instante tan increíblemente claro, como sueña el anillo de oro en el fondo de marinas aguas sombrías.
…………………………Buenos Aires, agosto 1995 - enero 2002
Escenas iluminadas
Solo en la gran ciudad desierta, salen a mi encuentro las mismas calles conocidas y ni siquiera la noche piadosa de Dios las cambia -apenas las borra un instante-.
Esos balcones y flores y alguna ventana que en este momento preciso se enciende como un ojo tardío, a deshora, iluminan la escena de mi sueño. Pero despierto y te busco, y no estás.
…………………………Buenos Aires, octubre 2004 - mayo 2006
Saga
Escribir como la rosa se inclina sobre el agua oscura: como el agua indiferente a la pluma fluye. Como un canto de pájaros se pierde en la fronda de arboledas inmemoriales.
Entre uno y la soledad abisal de los otros, esta nada, estos golpes de humo contra el muro de la misma cárcel, su débil resonar hasta la más delgada cuerda del silencio que sucede a la última palabra del poema.
Escribir como quien aventura su paso inseguro en el bosque de la noche, y se sabe espejo de la propia noche.
Como la luna insomne en la eterna circunnavegación de otros cielos. Sin anclaje posible en el mar de las hierbas astrales, mientras abajo se hace uno el gemido del viento con la solitaria voz de los lobos.
Tal vez escribir que aún era la hora temprana del mundo y nunca lo vimos -ese simple reflejo de luz mortecina en las alas del ángel-
Tarot/ 2
Y verás entonces como se pierden los últimos pájaros en sus rutas celestes, y una grande sombra verás, como un árbol creciendo de pronto sobre la faz de la tierra.
Has de sentir aún otro temblor junto al tuyo en la desangelada casa vacía de tus años. Y verás por el vientre de la séptima carta que la casa es la Torre, y tu pulso unas olas que lento muy lento se hundirán en el mar, en esta misma noche, tan callando.
Ni otra música
1.
Preguntabas por los árboles que crecen en cada poema: por la sombra piadosa frente al incendio de sol en las caravanas de Persia. Por el rumor de las hojas al oído del peregrino ante aquella tumba de Konya.
2.
Quien escribe sabe bien de las consecuencias: del fragor y la línea oscura que raja los mundos, de la maldición que inaudita sobrevuela la cabeza del poeta y de la maleza sabe, la lenta invadiendo los palacios de toda memoria.
3.
Noli me tangere. Amada tú, que en verdad nunca jamás estuviste aquí. Toda tú en el infinito camino de la repetición y la ruina.
4.
Y entonces era el mundo en el arco del alba: blindado cristal en la cima de la parábola, escondías tal vez el rostro encriptado del dios. Oh música.
5.
Del invierno conoces la sombra de grandes ejércitos, la paciencia silente del asedio, la ceniza que ha de flotar por un tiempo entre el cielo y la tierra.
6.
Viajero, se te ha dicho que detengas el paso en Tubinga: su espejo quebrado es el tuyo, el himno austero de su inmensa noche es tuyo y te empuja. Su ardua luz entre la niebla, turbulentas aguas.
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Todas las cosas ya fueron dichas, pero como nadie escucha, es preciso comenzar de nuevo.
André Gide
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domingo, 13 de junio de 2010
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Cuánta maravilla toda junta "amigo".
ResponderEliminarTus versos, siempre brillan con ese cielo de tus ojos!!
Gracias por tanto talento!!
tqm
Qué buenos textos.
ResponderEliminarAbrazos
Betty
Alejandro: Creás un clima envolvente, de ausencias, nieblas, misterio, tiempos que nos succionan, mientras "la rosa" se inclina junto al agua en su serenidad. La amada del romántico, que nunca encontrará en este mundo, brilla en tu poesía, con fugacidad etérea. Excelente, Alejandro.Qué placer leer estas imágenes, puestas a fluir en el cosmos poético del alma. Saludos de Irene Marks
ResponderEliminarQuerido Ale: qué más puedo decir de tu Poesía que no te haya dicho.
ResponderEliminarCuánta belleza, cuánta grandeza en la re-velación de tu Palabra.
El territorio de tus imágenes me resulta familiar, hay algo de la ausencia no dicho, una falta que inquieta, que conmueve por su intensidad.
Un fuerte abrazo. Liliana Lapadula
Queridas Nerina, Betty, Irene y Liliana:
ResponderEliminarMuchas gracias por sus conceptos acerca de la poesía de Alejandro.
Es un honor contar con su voz en esta revista literaria. Un buen poeta, un excelente ser humano.
Reciban mi cariño
Analía
Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que entré al sitio de casualidad buscando hoteles en Buenos Aires, pero ME ENCANTO!!!
te quería felicitar....
gracias por compartir esto
saludos
Muchas gracias por tus palabras elogiosas, Carolina.
ResponderEliminarMe reconforta saber que te gustó este espacio, correspondiente a la revista literaria con voz propia.
Un saludo cordial y mis deseos que estés muy bien
Analía
También me gustarón mucho los relatos de Alejandro Drewes. Gracias por aportarlos en tu blog.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias por leer los textos poéticos de Alejandro, prosas sentidas y profundas.
ResponderEliminarUn saludo cordial
Analía
para el profesor alejandro drewes.
ResponderEliminarhola profeee no conocia esta parte de usted, la verdad escribe hermoso!
siempre lo escucho atentamente en sus clases, exponiendo todo su conocimiento y ahora con estoo q acabo de leer, se porque me gusta tanto.
andy
Analia querida, las gracias por rescatar estos viejos poemas. En mi despiste, ni recordaba habertelos enviado. Debe ser eso, que uno deja sus poemas como viento en el mundo.
ResponderEliminarMi mejor abrazo
Jens
!Hola, Nerina!
ResponderEliminarSon tan bellas como inmerecidas estas palabras tuyas a mi poema. Algun talento puede haber, pero lo que hay sobre todo aqui, el motor de esta escrituira, es la de siempre, la angustia.
Un gran abrazo para vos
Jens
Gracias, queridas Liliana, Betty y a cada uno de ustedes por la lectura tan atenta de estos poemas y prosas poetica. Hay en estos escenarios, ciertamente, la sombra de la Amada como en la noche de Hoelderlin; en la de Novalis, y siempre la sombra de mis ausentes. Que es decir la sombra eterna de la Rosa, sin por que/ohne Warum, de Silesius.
ResponderEliminarUn gran abrazo a cada uno
Jens
Andy querida, ya me daras algun otro dato para identificarte, pero ya ves como el azar de estos encuentros nos lleva a veces a conocer otras facetas del alma del Otro...me alegra mucho saber que me has estado leyendo, y que te ha dejado huella lo que leiste.
ResponderEliminarUn abrazo
Jens
Soy yo quien te agradece por "dejar tus poemas como viento en el mundo", flotando por los rincones, mi querido Alejandro, me honra plenamente contar con tu voz.
ResponderEliminarGracias por leer estos escritos, Andy.
Me alegra que te hayas sorprendido con los textos de este buen poeta y buena persona, y ahora compruebo que también es buen profesor.
Un saludito cordial, mi cariño, mi agradecimiento y mis buenos deseos para cada uno de ustedes.
Analía