martes, 20 de agosto de 2024

Rolando Revagliatti

“Estimados congéneres” 

Entre estimados 
nos turnamos para espiar 
tu libro 
entre congéneres 
nos espiamos por riguroso turno 

Entré en tu libro 

A cinco minutos de concluida la lectura 
de tus discursos dedicados 
estamos 
a cinco minutos de apaciguado el certero despliegue 

Me asaltó tu ciudadanía 
¿cómo no tentarme? 
si fui también un comensal 
durante todos 
estos 
años. 

Estimados congéneres”, recopilación de discursos de Norah Lange. 


         *   *   *

“Peinando a tía” 

La mano de la tía estacionaba 
garbanzos en los cartones azules 

La de su sobrina estacionaba porotos 
de Onam en los cartones amarillos: 
ternos endogámicos 
impotentes cuaternos 
quintinas anorgásmicas 

Leguminosa la sobrina estacionada 
en las ensaladeras de su tía. 

Peinando a tía”, cuento de Juan Carlos Pellanda. 


         *   *   *

“El médico de la casa” 

Subasto aparecidos 
inyectados de telequinesis fraterna 
señores interesados 
también en rododendros 
y vacas ininfluenciables ramoneando. 

El médico de la casa”, relato de Rudyard Kipling. 


         *   *   *

“Papeles póstumos del Club Pickwick” 

Para los póstumos papeles el señor Pickwick juega al whist y bebe su ponche frío 
diserta de pie sobre el sillón de Windsor 
entre aplaudido y aplaudido con vehemencia 
con carismático pickwicknianismo el señor Pickwick 
se deja otear oteando con el catalejo que extrae de su impecable gabán 
estimula instruye ordena reconviene aconseja disuade a su cochero 
y en su cuaderno de apuntes apunta observaciones sobre la tenacidad de los caballos por la vida 
y casi perece sospechoso en el mar de una trifulca 
sobrenada 
sin eludir desprecio y puñetazos 
según consta en las actas del club 

El señor Pickwick a la caza de su sombrero, grajos y otras aves 
y de cierto hallazgo con forma de piedra por diez chelines 
y de las veintisiete interpretaciones (la inscripción en la piedra) de su propio cacumen 
el malinterpretado señor presidente 
y su enamorada, patrona y demandante, la matrimoniable viuda Bardell 
de tan enseñoreada incidencia en el augusto meollo 
(y la señora de Leo Hunter) 
y todo consta en las actas por ellas lo sé 

¡El señor Pickwick subrepticiamente en el internado de señoritas, de noche! 
vejado adviene 
un ataque regio de reumatismo que lo postra pickwicknianamente 
y de alcoholismo que lo duerme en una carretilla pickwickniana dentro de un corral 
o bien 
azarado entre recules y profundas reverencias abandonando espacios inconvenientes 
o contentísimo y encarnado con sus negras polainas por entre la nieve 
y al diablo, al helado diablo el señor Pickwick 
desaparecido y reaparecido
luego rodeado de los reclutados media docena de habeas esqueletos 
lo saben, pickwicknianos unidos 
el benemérito señor Pickwick se da a sosiego 
a moderación, a jubilación 
y todo todo todo consta en las actas del club.

Papeles póstumos del Club Pickwick”, novela de Charles Dickens. 


         *   *   *

 “La casa deshabitada” 

Chitón, procuran los procuradores 
es la llovizna negra, costas y mañas 

Atráense (sórdidos vaivenes) 
los vocablos bufete rico y bufete pobre 
y zarandeado tribunal de la chancillería 

Me inclino ante la Ley/ yo me prosterno 
(cuando otros enloquecen) 
qué menos que guiñando o haciendo ojitos 

Abnegaciones y lealtades copulando con perentorios chantajistas 
próximos a la luminosidad artificiosa de los ensimismados candelabros 
del celebérrimo pleito Jarndyce y Jarndyce 

¿Velos?, pero sobre todo pretendientes 
para mi dueña y mujercísima Esther 
(dama Trot, dama Durden) Summerson 

(Apostillas entre la niebla sucia 
y la cellisca de Londres recauda 
Vladimir Nabokov 
y yo administro). 

La casa deshabitada”, novela de Charles Dickens. 


Poemas del libro del autor: Leo y escribo. 3ª edición-e (corregida). Diseño integral y diagramación: Fernando Delgado. Editado en septiembre 2022 

Rolando Revagliatti 
Buenos Aires, Argentina

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