martes, 20 de agosto de 2024

Norma Etcheverry

El manzano 

Finalmente mandé sacar el manzano de la huerta. Como un amor que nace enfermo y no puede dar frutos, debía terminar y salir de mi vida. 
Dirán que fui cruel, sabrán que no. Le di oportunas primaveras a sus flores blancas. Las manzanas prometían ser dulces y crecer enteras como una persona que se precie y decida ser feliz. Pero al llegar el verano caían sin fuerza antes de la cosecha. Entonces, se llenaba de palomas y cotorras que, al igual que los cuervos, venían por los restos. 
Confieso que era bella la luna sobre las ramas del manzano enfermo y yo solía pegarme al cristal frío sólo para admirar su plenitud, su circular blancura en dirección opuesta. Imaginaba un pájaro que atraviesa la noche o el último avión que abordé para cruzar de un continente a otro. 
Siempre con la esperanza a cuestas, lloraba sobre el hombro de un futuro cercano y volvían a nacerle flores blancas, crecía el entusiasmo y la indulgencia de otro otoño sin hacha. 
No hubo nada que hacer. El jardinero no aceptó cavar la tierra para quitar la enorme raíz que el manzano ha dejado en mi huerta. Dijo que un pozo semejante sería triste y se llevó los troncos y las ramas. 
Todo parece más vacío ahora, aunque el sol da de lleno sobre el limonero. 
Como un amor que nace enfermo y esperamos que cure, lo regué cada día, cada estación del año. Cuando un amor así brota de la tierra, todos los males y todos los bienes se desparraman. 
Guardamos la esperanza en la caja de Pandora. 


Del libro de la autora: la vida leve. Ediciones La Carta de Oliver, noviembre 2014 

Norma Etcheverry 
La Plata, Buenos Aires, Argentina 

5 comentarios:

  1. Conozco la experiencia, pero en mi caso era un peral; no fui capaz de aliviar su tenaz búsqueda del fracaso y tampoco podía pagar al verdugo. Me fui de aquel lugar y él se quedó intentándolo.
    Lo ha contado maravillosamente; sí hay amores, manzanos y proyectos que nacen enfermos, pero no todos tienen la determinación, o la clarividencia, de poner fin a lo que nació para yermo.
    PS: El jardinero era un vago.

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  2. Exclente desicion Norma, tu trabajo con profundas raices psicologica, ... Saludos Mirta Soler

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  3. ¡Hermosa metáfora! Gracias, Norma. Y gracias, Analía, por la revista. Abrazos para las dos.

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  4. Mirta, César, Max:
    Muchas gracias por vuestra lectura y vuestros conceptos.
    Mi abrazo y mis mejores deseos

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Analía Pascaner