viernes, 8 de marzo de 2019

Nerina Thomas


Esos días en que llueve

Los días de lluvia, el sol nos sienta al costado del día.
Nos marca otra tarea que completar. Nos invita a caminar bajo un paraguas, a transitar viendo con cuidado los charcos y casi siempre a ordenar nuestro nido.
Este verano se anuncia con días de mucho sol y otros con copiosa lluvia. Será.
En los distintos continentes, la temperatura no es como fue siempre. Hay variantes y nada es estable. Mucho frío, nieve, hasta en el sur de nuestro país aún sucede.
Hay que adaptarse, como a tantos cambios.
Y rezongar menos. Hacer del tiempo una variante en nuestros días.
Además no lloverá siempre, ni el sol se esconderá tantos días.
Por ello, agradezcamos la lluvia y el sol, ambos acarician.


Crónica de la calle (crónica desde un lugar abierto)

Los autos van y vienen por Pellegrini, como si fuera una pista sin fin. A veces se detienen, porque el semáforo se pone en rojo. Como si se paralizaran. Mientras cruzan otros vehículos, un micro de línea completo cruzando la misma. La que siempre tiene movimiento y ruido. Los verdes de la Plaza López, brillan porque hay un sol propio del invierno. Unos abuelos con boinas, otros con sombrero. Una niñera con mellizos en un coche. Mujeres acompañadas con su mascota. Como en aquella callecita de ese pueblo de Andalucía, Baños de la Encina donde cada uno transita con ellos. En Roma las calles son anchas como en Pellegrini, y la piedra la habitan.
Las avenidas desembocan en bulevares o se cruzan. Los bares muestran pizarrones con costos de lo que ofrecen, a quienes transitan por los mismos. Como en Castelforte, con las sombrillas rojas y los sillones que combinan. Como en Sarmiento y Santa Fe en nuestro clásico Bar El Cairo. Las calles en cada parte del mundo se parecen. Tienen el común denominador de crear en mis ojos y en mi mente, las mejores películas y hasta un corto.


El rol del escritor

Cuando el escribiente toma conciencia de su talento, adquiere un compromiso con la humanidad de por vida. Es un sacerdocio para trasmitir desde la palabra cada hecho con la mayor transparencia. Sea oral o escrita.
Le permite hacerlo, su gran sensibilidad la cual hace que descubra un mundo utópico que tiene el metiee y no tienen dudas que de la nada hace aparecer un mundo que les pertenece. Escribir…es un acto de libertad… Por ello se sabe que lo que uno escribe “lo salva o lo condena”. Palabras que me recordó mi padre en la tierra, cuando advirtió mi vocación. El que escribe - ve no solo el árbol…también el bosque… Y debe - cada expresión, cada párrafo ser útil para el que lo recibe. Este le permitirá discernir sobre lo abordado. Sin olvidar que cada uno mira las cosas desde su óptica, pues la verdad absoluta no existe. Este rol es infinito, maravilloso, nos da la posibilidad además, de vivir enamorados hasta los últimos momentos de existencia. Y contamos con la claridad de que lo que cada uno de nosotros trasmite. No nos pertenece…siendo en realidad del que lo necesita. Por ello celebro la vida escribiendo.


Nerina Thomas
Rosario, Santa Fe, Argentina

2 comentarios:

  1. Gracias Analía por la invitación a compartir en tu revista. Un placer

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un gusto compartir tus escritos, Nerina.
      Cariños, que estés muy bien
      Analía

      Eliminar

Muchas gracias por pasar por aquí.
Deseo hayas disfrutado de los textos y autores que he seleccionado para esta revista literaria digital.
Recibe mis cordiales saludos y mis mejores deseos.
Analía Pascaner