Recordando el paraíso
ARDE EL AGUA GRIS DE LA ALEGRÍA
CON LAS LLAGAS DE SUS LÁGRIMAS OSCURAS
ATAWALLPAC
Aprendí que el paraíso era aquello
-un lugar EXCELENTE-
para vivir la otra vida.
Flotando sobre la luz de los
bellos caminos,
respirando el aire misterioso de
otro
MUNDO.
Podía contemplar un largo y
nutrido cielo
de colores, dulce como la miel,
divino como la fantasía.
Aprendí que el paraíso era real
y que vivía en un mundo irreal,
en este paraíso que ofrecía
otros sabores.
Así fueron las divagaciones de
mi inocencia.
Pero un día, comprendí que tú,
eras un vasto
territorio, con sus islas y
océanos, engarzadas
en la terrible belleza que
engendraste.
Tu cuerpo era ese paraíso,
profano
y hermoso, que ni los sueños
pudieron reemplazarte.
El peso, esa sustancia completa,
eras TÚ.
La naturaleza aguardaba con
cierta ferocidad
el poderoso ritmo de tus pechos.
-arrojé al fuego mi atrevida imaginación-
Y de ese sueño yo desperté.
Y nos amamos en un mundo real
con una existencia real
sobre las cuatro paredes de este
loco
UNIVERSO.
José Diez Zalazar
Chiclayo, Perú
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