Esos días en que
llueve
Los días de lluvia, el sol nos
sienta al costado del día.
Nos marca otra tarea que completar. Nos invita a caminar bajo un
paraguas, a transitar viendo con cuidado los charcos y casi siempre a ordenar
nuestro nido.
Este verano se anuncia con
días de mucho sol y otros con copiosa lluvia. Será.
En los distintos continentes,
la temperatura no es como fue siempre. Hay variantes y nada es estable. Mucho
frío, nieve, hasta en el sur de nuestro país aún sucede.
Hay que adaptarse, como a
tantos cambios.
Y rezongar menos. Hacer del
tiempo una variante en nuestros días.
Además no lloverá siempre, ni
el sol se esconderá tantos días.
Por ello, agradezcamos la
lluvia y el sol, ambos acarician.
Crónica de la
calle (crónica desde un lugar abierto)
Los autos van y vienen por
Pellegrini, como si fuera una pista sin fin. A veces se detienen, porque el
semáforo se pone en rojo. Como si se paralizaran. Mientras cruzan otros
vehículos, un micro de línea completo cruzando la misma. La que siempre tiene
movimiento y ruido. Los verdes de la Plaza López, brillan porque hay un sol
propio del invierno. Unos abuelos con boinas, otros con sombrero. Una niñera
con mellizos en un coche. Mujeres acompañadas con su mascota. Como en aquella
callecita de ese pueblo de Andalucía, Baños de la Encina donde cada uno
transita con ellos. En Roma las calles son anchas como en Pellegrini, y la
piedra la habitan.
Las avenidas desembocan en
bulevares o se cruzan. Los bares muestran pizarrones con costos de lo que
ofrecen, a quienes transitan por los mismos. Como en Castelforte, con las
sombrillas rojas y los sillones que combinan. Como en Sarmiento y Santa Fe en
nuestro clásico Bar El Cairo. Las calles en cada parte del mundo se parecen.
Tienen el común denominador de crear en mis ojos y en mi mente, las mejores
películas y hasta un corto.
El rol del
escritor
Cuando el escribiente toma
conciencia de su talento, adquiere un compromiso con la humanidad de por vida.
Es un sacerdocio para trasmitir desde la palabra cada hecho con la mayor
transparencia. Sea oral o escrita.
Le permite hacerlo, su gran
sensibilidad la cual hace que descubra un mundo utópico que tiene el metiee y no tienen dudas que de la nada
hace aparecer un mundo que les pertenece. Escribir…es un acto de libertad… Por
ello se sabe que lo que uno escribe “lo salva o lo condena”. Palabras que me
recordó mi padre en la tierra, cuando advirtió mi vocación. El que escribe - ve
no solo el árbol…también el bosque… Y debe - cada expresión, cada párrafo ser
útil para el que lo recibe. Este le permitirá discernir sobre lo abordado. Sin
olvidar que cada uno mira las cosas desde su óptica, pues la verdad absoluta no
existe. Este rol es infinito, maravilloso, nos da la posibilidad además, de
vivir enamorados hasta los últimos momentos de existencia. Y contamos con la
claridad de que lo que cada uno de nosotros trasmite. No nos pertenece…siendo
en realidad del que lo necesita. Por ello celebro la vida escribiendo.
Nerina Thomas
Rosario, Santa Fe, Argentina
Gracias Analía por la invitación a compartir en tu revista. Un placer
ResponderEliminarUn gusto compartir tus escritos, Nerina.
EliminarCariños, que estés muy bien
Analía