martes, 27 de noviembre de 2012

José Antonio Cedrón


-Argentina-México-


………………Desconfía del que ama: tiene hambre,
……………………………….no quiere más que devorar.
…….…………………Busca la compañía de los hartos.
………………………………………….Ésos son los que dan.
…………………………………………….Rosario Castellanos

Amaré a esa mujer por la impureza
que descubren sus pájaros salvajes
por los desordenados colores
que ella trae a este mundo, blanco y negro.
Su poesía corrige mis lugares comunes
me pone en evidencia a cada línea.
Apenas la conozco después de tantos siglos
de lavarnos la frente y de juntar las manos:
aquel rigor de látigo obediente que penetró
la carne y dio nombre al pecado y a la culpa.
Los custodios que nombro son piedras
de los templos, la quiebra de los justos.
Ella enseña otra historia, intraducible aún
a esa mitad que un día creyó saberla entera.
Y no hay resurrección ni costumbre que pueda
una vez que vio el fondo de las sombras opuestas.
La salvación no quiero, ese chantaje,
quiero sólo la vida de esa mujer que parte
las mitades que faltan del silencio.
La amaré con justeza de asombro milenario
de misterio reciente, poco a poco,
su libertad y la mía descubiertas
para que sea ella, y yo sea yo.


Nasusa

En abril no hay batalla que conmemore nada
entre nosotros. Desde Roma hasta el golpe
de tu piel, en abril hay mis ojos acaso en el incierto rumiar de nuevos días.
El agua y el bocado donde flota mi sombra.
El azar es salvaje, sólo vive una vez,
no tiene historia, por eso es que podemos vencerlo cuando llega.
Escribo este poema adentro de tu pelo,
debajo de tus cielos,
se lo dicto al oído de este día sin fecha
para espantar los ruidos que me nombran
desde una luz muy tenue.
A este abril han llegado mordiendo los alambres
los pájaros brutales de nuestra sequedad,
respiran de tu aire y de mi aire
su libertad, su asombro.
Y digo un poco más sobre el fugaz silencio
necesario, que ha dispuesto volar
enredado en tus dedos,
sin manos que se endeuden de crueldades.
Ahora no hay nada más que vos y yo y aquí
y el hilo de la historia sacudiendo las puertas
de mi cuerpo.
Esa casa vacía donde quedaron piedras
que arrojaron en ella otras mareas
haciendo resonancia en sus paredes.
Con tus ruidos defiendo la frente de las rocas
la porfiada pasión que no entrega sus armas.
La bandera de paz cayó a nuestros tobillos.
La humedad es tan brillante,
el misterio comienza por tu nuca.
Temblorosos y dignos
encontramos diciéndonos más cosas.
Dándole a las campanas de las viejas palabras,
las rebeldes, para que abran sus piernas.
Al fondo del dolor la dicha hará una mueca
nos abrirá los brazos.
El tiempo que nos quede sufrirá escalofríos.


Poemas inéditos

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Si quieres ir rápido, anda solo. Si quieres llegar lejos, anda acompañado.
Proverbio africano

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2 comentarios:

  1. muy b uenos textosAnalia, mucha gente conocida y exitosa, gracias por comparir
    Anahí Duzevich Bezoz

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  2. Gracias por tu lectura y tus palabras, querida Anahí
    Un saludito cordial y mis deseos que estés muy bien
    Analía

    ResponderEliminar

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