El teatro mexicano de
los sueños
Como todos los años, llegan los indios zapotecas a la meseta
del Pedimento.
A un lado se ve la mar, y al otro picos y precipicios.
Aquí se desatan los sueños. Un hombre arrodillado se levanta
y se mete en el bosque: lleva del brazo una novia invisible. Alguien se mueve
como lánguida medusa, navegando en barca de aire. Hay quien dibuja en el viento
y hay quien cabalga, majestuoso, al paso, arrastrando una rama entre las
piernas. Las piedritas se vuelven granos de maíz y las bellotas, huevos de
gallina. Los viejos se hacen niños y los niños gigantes; una hoja de árbol se
convierte en espejo que devuelve hermoso rostro a quien lo mire.
El encantamiento se rompe si alguno no se toma en serio este
ensayo general de vida.
…………......…………De Memoria del Fuego: El siglo del viento
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Yo creía que la ruta pasaba por el hombre, y que de allí
tenía que salir el destino.
Pablo Neruda
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El poema de Tejada Gomez es uno de los homenajes a nuestra bandera que más me ha conmovido. Expresado a manera de ruego, y ruego sencillo, contiene voces de respeto, de amor, de pretensión de mantenerla fuera de todo ultraje. Gracias por compartirlo, es un buen homenaje al autor también.
ResponderEliminarPILAR ROMANO
Apreciada Pilar:
EliminarMuchas gracias por tus conceptos, por tu lectura, aprecio tus palabras. Tejada Gómez me conmueve con su sencillez.
Un saludito cordial, que estés muy bien
Analía
Galeano y Neruda, belleza que fulgura, que agobia si no se degusta lentamente, saboreando cada palabra, cada universo. ¡Gracias!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura y tus apreciaciones, querida Anamá.
EliminarUn saludito cordial y mis deseos que estés muy bien
Analía