lunes, 19 de mayo de 2014

Raúl Pérez Arias

Don Inocencio

Llegó del charco
de agua podrida de pozo
como dice Larralde.
Del peón mal pago
de la changa, el hambre;
mate terere
y una pala
para cavar su soledad.

Llegó como cualquier 
hornero.
Hizo de su vida
una metáfora 
de sol y luna.
Crió hijos, nietos y perros.
Hoy lo asesinó la indiferencia
y está libre. 

*  *  *


Al bajar
cerraduras
relojes de amianto
filo del tren en marcha
paisaje que te aleja
inocencia
camisón
             hastío.
Alguien tocó el timbre
dejó rosas en tu puerta.

*  *  *


Aquella tarde
nunca fue mía
porque hubo golpes
reprimiendo el cansancio
tardío del hambre.
Busqué reposo
en la enagua de tu vientre
pero habías partido
a seguir la lucha
republicana de tus senos.
Y quedé solo
a destiempo
como una contienda
sin palabras.
Cuando volví
yo
apenas si recordaba
quien era
si es que alguien fui
aquella tarde
que nunca fue mía.


Poemas inéditos


Raúl Pérez Arias. Lomas del Mirador, La Matanza, Buenos Aires, Argentina


--
Haz tiempo para todo, y lo que es tuyo vendrá a tus manos en el momento oportuno.
Mahatma Gandhi
--

2 comentarios:

  1. Hermoso poemas los de Raúl. y es cierto la indiferencia, siempre termina libre, nadie la juzga.

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    Respuestas
    1. Gracias por tu lectura y tus conceptos, María Ester.
      Saludos cordiales
      Analía

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