lunes, 3 de julio de 2023

Stella Maris Dodd

Una calle 

Quise encontrar a alguien 
para aligerar mi carga. 
La calle me rodeó de gólgotas. 
Vi al ciego que mendiga 
en el portal de la iglesia. 
Al diariero entibiando sus pies 
con noticias urdidas. 
Al que husmea en los tachos de basura. 
A esa mujer triste de la plaza 
observando a los niños ajenos… 
Iba como todos los días, 
con mi cruz a cuestas. 
Al pasar frente a un espejo, 
mi imagen ya no reflejaba
ni la cruz, ni el calvario. 


Fugacidad 

Tus versos 
vuelven a mis oídos 
como una guitarra
templada en el viento. 
Un rumor 
transmutado en palabras 
echó a volar las penas 
extraviándolas en el aire. 
Al invadir mis sentidos 
fue una telaraña 
que atrapó mi alma.
Esa voz grave, 
incendiándolo todo 
controla mi vigilia. 

La ausencia de tus palabras 
ha dejado vacía la casa. 


Pecado 

Quise ser roble
de manos extendidas, 
desafiar al viento en el desierto. 
Me derribó su fuerza. 

Intenté ser oasis 
en medio de la tierra, 
saciar la sed de tantos peregrinos. 
El sol agrietó mi sangre. 

Anduve por ríos y por mares 
en busca de la playa redentora, 
donde Alguien me perdone 
este pecado de soberbia.

Llegué demasiado tarde, 
el Sudario ya no estaba. 


Stella Maris Dodd
Gaiman, Chubut, Argentina

2 comentarios:

  1. Es un verdadero placer encontrar a una amiga cuyos versos me erizan la piel. Un lujo leerte. Abrazo desde Valencia. María Cristina Berçaitz

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Cristina, y me alegro por este reencuentro.
      Mi abrazo

      Eliminar

Muchas gracias por pasar por aquí.
Deseo hayas disfrutado de los textos y autores que he seleccionado para esta revista literaria digital.
Recibe mis cordiales saludos y mis mejores deseos.
Analía Pascaner