El Divino Alfarero no se repite nunca
Leopoldo Marechal
Desde el no sonido
un encuentro sagrado
un silencio inaugural
en la p de palabra
¿fue antes del Verbo?
¿estaba en el silencio primigenio?
La mudez de la p dibuja
giros
espirales de tiempos
y una historia aparece.
El Divino Alfarero y el hombre
respiraron la vida en la palabra
parieron los reinos multiplicándose
las estrellas iluminaron las gargantas
las mentes programaron complejidades
los corazones se vistieron
en sístoles y diástoles
de tierra fértil de aguas dulces y saladas
los electrones fueron materia
sin olvidar la fuente.
Magnificencia
en el cosmos pequeñito del humano.
Como un juego de naipes
se nos abren los días y las noches
desde el sagrado uso de la palabra.
*Primer Premio Certamen Nacional “Gonzalo Delfino”. Gaiman, Chubut, junio 2016
Desnudez
Entre la nieve que cubre todo
se espigan
como ahogados pidiendo auxilio
los árboles y las matas,
se alarga el crudo invierno
y ellos parecen espantapájaros oscuros
entre islotes blancos.
Se yerguen, ateridos,
son sombras espejándose en los pedregales.
En mis ojos
son una filmación de la humanidad.
Y uno se adentra en tantos pueblos
que se yerguen
como los árboles y las matas.
Duele el poema
para decir del silencio de olvido
sin pesadumbre de nada.
Y la nieve cubre.
Quizás la primavera descongele
el corazón
de los hombres.
Desamparo
El frío me desapacigua las manos
la carne
el embrión del ser.
Huelo el lamido del viento
sobre las espaldas del mar sobrecogido
sobre las espaldas ateridas de la gente
no hay para ella gas ni luz
los leños escasos están muy húmedos
las chapas se descobijan
para encender el fuego
en la ciudad que avanza…
El desamparo del hombre
me desapacigua las palabras
y una ironía acre
dibuja insistente
la compasión deshabitada
en este siglo veintiuno.
La compasión respira
sin embargo
en el abedul pródigo
y calienta las manos de la gente.
Todos los textos pertenecen a Obra poética 1987-2017, Editorial Vinciguerra.
Últimos dos poemas, también en el libro de la autora: Desde el brocal del alma, 2011
Cecilia Glanzmann
Nació en Bell Ville, Córdoba. Reside en Trelew, Chubut, Argentina
Muchas gracias Analía por publicar estos poemas mios, que están en el que mencionaste, y en mi Obra Poética 1987- 2017, Vincigueŕa.
ResponderEliminarSiempre un placer compartir tus poemas, Cecilia. Gracias a ti.
EliminarMi abrazo y mis mejores deseos
Como siempre gozo de tu palabra y ella me eleva. Abrazo desde Valencia. María Cristina Berçaitz
ResponderEliminarMuchas gracias, Cristina.
EliminarMi abrazo y mis mejores deseos