viernes, 22 de junio de 2018

Gustavo Vaca Narvaja



“Yo soy casi un secreto.
Si no me muestro… creen que ya no existo”
Carlos Fuentes


Alzheimer

Soledad
Delgada, humana y marchita
anciana, ausente y presente.
Con sus manitas delgadas y secas
sosteniendo en su frente de surcos
reflexiones, pensamientos y dudas.
O cruzadas tal vez en las tardes
sobre su falda pulida y pulcra
todo su universo vivido de años pasados

Rastros
Mira en las tardes a través del cristal
aquel infinito desnudo en silencio,
blindando la palabra, en sus labios hendidos.
Su estampa resalta en la ventana del asilo
donde los surcos de su rostro… crecen
acompañando el cauce de la vida…

Imagen
Solemne ella: en el antes. Presente y mañana.
Hoy… la vemos pequeña e indefensa,
buscando el enigma del llamado inalcanzable
cuya virtud primera, es mantener la intimidad
de su dignidad, resguarda a cualquier manipulación
que pueda dañar su honor.

Contacto
El elogio, se presenta como nexo necesario
entre la máscara de una comedia premeditada,
y esta imagen efímera, con su demencia avanzando.
Aún así, por esa curiosidad y obstinada prudencia,
su alma se agita ante la espera de este encuentro,
donde su libertad, seguramente se verá limitada
como símbolo de inocente piedad, ante su belleza
perdida por el cerrojo implacable del tiempo.

Sonido
Sobre su comprensión perdida
una aureola brilla con candidez ebria,
de puro mutismo… vacilando,
entre la irrupción ocasional de una canción,
o una palabra aislada, cuya fascinación
del sonido, le permite crecer, como si fuese
resultado de aquel no muy lejano anuncio,
cuando la realidad toque su puerta,
y entre sin nombre…… y sin memoria.

El gesto
Sin embargo…
mantiene la sonrisa de una proclama,
y de sus ojos, nacen pequeñas lágrimas cobijadas
de párpados sedientos en equilibrios delirantes
sabiendo de su inteligencia… congelada.

La nada
Sucede que la certidumbre al insomnio vacío,
hace visible el delirio por tener una luz intensa
por estar condenada a la bruma… y las sombras
late… la enfermedad del olvido.

Paseo
Estación enjaulada, en zonas lejanas
semejando llanuras sin horizontes claros,
donde su pureza conservada, pasea por el patio
de dos jardines silenciosos de lirios y madreselvas,
rociados de vanidades ajenas y ausentes.

Misterio
Aún así, erguida y orgullosa de su nada,
muestra sus cabellos plateados,
nevados de años con brillos de sol,
una beldad estática, mantenida sin ayuda de nadie,
recordando ella sola, ella sola,
el cortejo del amante ausente,
perdida la atrevida manía de simular el ensayo
de una limosna de amor…
donde su honor, vive solemnemente el deleite
del recuerdo escondido.


Gustavo Vaca Narvaja
Córdoba-Neuquén, Argentina


2 comentarios:

  1. Ah caramba, estos textos duelen, no obstante me gana la dignidad, la sabiduria de quien lleva los años con algunas desmemorias y el temple intacto. Palabras dedicadas a la anciana, palabras que se entibian en el corazón de quien las está leyendo. Gracias al autor y a Analia por la publicación Doble abrazo

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    Respuestas
    1. Muy agradecida por tus palabras acerca de este poema, querida Betty.
      Cariños, mis mejores deseos
      Analía

      Eliminar

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