-Quilicura, Chile-
Algo sobre los idiomas
Los pormenores y detalles están escuetamente en la salle,
a borde de página, como si fuese un manuscrito o diario de vida
donde penosamente se tuercen abismos que conducen al cielo.
Tachadas o desviadas a propósito sucumben en la porfía
sus otras palabras, las obscenas, las turbias,
las que no tienen más refugio del placer de escucharlas
o balarlas como bestia en su saliva.
A de que en tu oído estaban en desuso
macerando mansamente,
y me dejabas unas u otras para el festín
su fuese una tarde de esta
a consolar el sol que bajaba de vez en cuando a mi cremallera.
Aquí,
mi rabia de no traducir
con tus otras palabras lo que ataba mis brazos
y bajía en soledad el grito,
mas el paisaje no ocultaba nada.
A malditos si supieran cuan ruin fui esa tarde,
bajé como imitando un venia
y abracé sus piernas.
Cual herido conduje mis palabras hacia sus palabras
que no fueron otro idioma
mas mi mano era otra palabra y mis dedos otra torcedura
que besó en rezo su plegaria.
De allí seré penitente.
Cercenando el mar en su caída
Sabía de esa calle
cercenando el mar en su caída.
Bajaba mis pisadas por la vera
y cruzaba la plaza en un desdén hasta tu cuarto.
Condell, Pudeto, el café,
eran mis señas para golpear las escaleras
donde hubo disturbios, malos entendidos
y destrozos de amor en esa turba.
Ya en ese entonces amaba
y bajía cual preñado mi frondosa saliva.
Mordía pañales y banderas para conquistarte
en fuese de gloria sobre las otras batallas.
De mí no se cuenta elocuencia, sino, la brevedad
de ser parsimonioso, como el gusano que se atreve
al éxtasis en fuga de cruzar la selva
de frondosa vaguedad.
Ahí fue mi conquista.
Me atrevo a decir que mantuve la calma
para despistar mi inocencia.
Nada se sabe,
ni se ha descubierto pito alguno
para acusar mi adicción.
Sólo amaba cual petardo las tardes enteras
en tu cuarto de paredes oscuras.
Menuda fragancia aterrizó en mis labios
cuando ya sabía de esa calle
cercenando el mar en su caída.
Poemas finalistas en la Antología Erótica de la Revista-libro ANCLA # 2 (2008)
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El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio.
Stendhal
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miércoles, 24 de marzo de 2010
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Querida Analía...qué sorpresa más linda encontara en tu revista a Pablo, mi compañero, y con estos poemas que me encantan, además!
ResponderEliminarTe felicito de nuevo por todo lo que haces mes a mes y apenas él vuelva, te dejará sus saludos aquí, en tu lindo espacio.
Un abrazo manchado desde estas tierras quilicuranas!
Amanda Espejo
Analía, grata sorpresa para mi encontrar estos textos expuestos al rumor de los lectores. Mis gracias por este hecho que me gratifica internamente y además mi gratitud para quien los hizo llegar haciendo con su gesto alegrar más mi ego. Desde este rumoroso Chile estaré agradecido.
ResponderEliminarPablo Delgado Ulloa
Mi querida Amanda:
ResponderEliminarComo muchas veces te digo por mail, me encanta encontrarme con nuestras manos tendidas en la solidaridad.
Gracias.
Querido Pablo:
Ha sido un gusto incluir tus sentidos poemas en esta revista literaria.
Muchas gracias a los dos.
Mi abrazo y mis buenos deseos
Analía