-Guayaquil, Ecuador-
Canto a la Esperanza
Sólo cuando seas libre
entenderás el vuelo de los pájaros
su proyectada sombra sobre la
espalda terca de los siglos
la dimensión exacta de sus alas.
Ojo, piedra, luciérnaga fantástica
cabalgarás sobre la claridad de tus
ideas.
No habrá un resquicio para el descanso
de tu mente
tu voz será un océano
una luz que rompa el tímpano del tiempo.
Irás hacia el espacio
para que el golpe de tu huella
inicie el trazo perfecto de la forma.
Para entonces ya no tendrás cadenas
ser alado
verbo encendido lengua simultánea
camino para siempre
hombre
te crecerán jilgueros en las manos
y cruzarás
viajero ineludible
por todos los besos de la tierra
sembrando la esperanza.
Reconstrucción de la verdad
Espejo de lodo la mentira.
Todo lo que ella arguye inventa escupe
sirve para tapar el sol con el dedo meñique.
La verdad
la pobre y huérfana verdad
siempre tendrá la estatura de una desconocida
pero no será un cadáver de mármol
velándose entre gusanos.
Por eso uno piensa que en la claridad de los
sabios
hay un sol más hondo
donde los seres aparecen realmente
como son.
La verdad es un rostro de cristal
cuerpo tibio de mujer.
La verdad tiene un sitio
por donde se puede respirar aire libre
llega como una inconmovible fruta
llena de olas
y ahoga en su momento a tanto
mercader
a tanto mono de organillero
a tanto político de subasta.
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Todas las guerras son guerras civiles, porque todos los hombres son hermanos.
François Fénelon
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miércoles, 24 de marzo de 2010
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