Me pregunto de qué está hecha el alma
de los perdedores, la más bella de las almas
tengo preguntas extrañas últimamente
ésas que supongo hacen los desesperados
ahora voy en busca de las respuestas
que habitan en el fondo de los sueños abandonados
los míos y los tuyos
pero no me importan los misterios milenarios
ni las naturalezas muertas ni los dados que arroja Dios
no me interesan las mentiras
me interesás vos y de qué estás hecho
he cerrado los ojos mucho tiempo
para ver mejor, para entender muy tarde
que hay preguntas que no tienen respuesta.
El pianista del Black Cat
En aquellos años, en que trabajé en el cabaret Black Cat
preparando tragos para los clientes
conocí a Vlad el pianista, tocaba blues como pocos
me llamaba la atención que tocara allí
entonces decidí charlar con él directamente
dijo que prefería estos lugares a los teatros
y las prostitutas del puerto a las mujeres de la ciudad
y luego siguió, contándome sin parar
su declaración furiosa de principios, que no entendí
de eso hace mucho tiempo, yo era adolescente, estudiaba música
y soñaba con tocar en el Royal Center de Londres
con los grandes y codearme con ese mundo
que se rendiría ante la belleza de la ejecución
del concierto Nº 1 de Chopin
ahora, en el final de mi vida
nuevamente me gano la vida en el Black Cat
y si me preguntan por qué elegí tocar acá
decido mentirles y les digo que no sé.
Un artista en el banco
Si existiera Dios,
pensaba mientras sumaba cheques
en mi trabajo cotidiano
podría haber sido artista, y no esto que me volvía
demasiado gris para mi gusto
un Renoir un Ibsen
un Chaplin un Morrison
un Mozart un Fellini
un Tolstoi un Modigliani
soñaba sin cerrar los ojos, una vida a mi medida
simetría imperfecta
confundir el Monte del Sinaí
con la caja de atención al público.
Maniquí
Si parecés un maniquí
es probable que no me dé cuenta
como una máscara que mira
en un escaparate de saldos
la gente que pasa podría comprarte
una ilusión.
Margot, la prostituta que leyó a Bakunin
Vale más un instante de vida verdadera
que años vividos en un silencio
de muerte.
Mijaíl Bakunin
Caminando de madrugada por la calle de la tristeza
llegando a la intersección con el boulevard de los perdidos
me senté como siempre, a observar el cielo estrellado
mientras encendía un cigarrillo
Encontré, convertida en objeto de consumo nocturno
a quien había sido mi compañera de estudios, Margot
que leía a Baudelaire y Rimbaud en francés para entenderlos
envejecida por el paso del tiempo
y la intensidad de un trabajo que reclama su libra de carne
nada en ese abrazo habló de poesía
su mundo, reconvertido en mercancía
ahora demuele las palabras que tanto amaba
y la asimila a una muñequita del barroco
abandonada a su suerte
la neblina que cubre el boulevard
nos transforma en dos adolescentes
que debaten la función social del arte
y las teorías anarquistas del príncipe Mijaíl Bakunin
al mismo tiempo
cuando la bruma se retira
lo único que confirma su presencia
es una colilla de cigarrillo con su lápiz labial y su perfume
y su voz, espectral, diciendo:
salvo que seas poeta, las palabras no significan nada.
Poemas del libro del autor: Margot, la prostituta que leyó a Bakunin y otros poemas. Prólogo Sergio Rigazio. Colección Poesía Mayor. Leviatán, 2019
Andrés Bohoslavsky
Interesantes poemas.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura, Sergio.
EliminarMi abrazo y mis mejores deseos
Estimado Sr. Bohovslavsky, UD. nunca defrauda, es evidente que nuestra amiga y protectora, Analía Pescaner, también lo ha notado.
ResponderEliminarDisfruto mucho de su voz, porque aunque le lea, ya me suena, y a veces hasta le echo de menos; un timbre que no se olvida. Gracias.
Muy agradecida por tu lectura y tus conceptos.
EliminarMi abrazo