miércoles, 22 de noviembre de 2023

Andrés Bohoslavsky

El alma de los perdedores 

Me pregunto de qué está hecha el alma 
de los perdedores, la más bella de las almas
tengo preguntas extrañas últimamente 
ésas que supongo hacen los desesperados 

ahora voy en busca de las respuestas 
que habitan en el fondo de los sueños abandonados 
los míos y los tuyos 

pero no me importan los misterios milenarios 
ni las naturalezas muertas ni los dados que arroja Dios
no me interesan las mentiras 
me interesás vos y de qué estás hecho 

he cerrado los ojos mucho tiempo 
para ver mejor, para entender muy tarde 
que hay preguntas que no tienen respuesta. 


El pianista del Black Cat 

En aquellos años, en que trabajé en el cabaret Black Cat 
preparando tragos para los clientes
conocí a Vlad el pianista, tocaba blues como pocos 
me llamaba la atención que tocara allí 

entonces decidí charlar con él directamente 
dijo que prefería estos lugares a los teatros 
y las prostitutas del puerto a las mujeres de la ciudad 
y luego siguió, contándome sin parar 
su declaración furiosa de principios, que no entendí 

de eso hace mucho tiempo, yo era adolescente, estudiaba música 
y soñaba con tocar en el Royal Center de Londres 
con los grandes y codearme con ese mundo 
que se rendiría ante la belleza de la ejecución 
del concierto Nº 1 de Chopin 

ahora, en el final de mi vida 
nuevamente me gano la vida en el Black Cat 
y si me preguntan por qué elegí tocar acá 
decido mentirles y les digo que no sé. 


Un artista en el banco 

Si existiera Dios, 
pensaba mientras sumaba cheques 
en mi trabajo cotidiano 
podría haber sido artista, y no esto que me volvía 
demasiado gris para mi gusto 
un Renoir un Ibsen 
un Chaplin un Morrison 
un Mozart un Fellini 
un Tolstoi un Modigliani
soñaba sin cerrar los ojos, una vida a mi medida 
simetría imperfecta 
confundir el Monte del Sinaí 
con la caja de atención al público. 


Maniquí 

Si parecés un maniquí 
es probable que no me dé cuenta 
como una máscara que mira 
en un escaparate de saldos 
la gente que pasa podría comprarte 
una ilusión. 


Margot, la prostituta que leyó a Bakunin 
Vale más un instante de vida verdadera
que años vividos en un silencio de muerte.
Mijaíl Bakunin 

Caminando de madrugada por la calle de la tristeza 
llegando a la intersección con el boulevard de los perdidos 
me senté como siempre, a observar el cielo estrellado 
mientras encendía un cigarrillo

Encontré, convertida en objeto de consumo nocturno 
a quien había sido mi compañera de estudios, Margot 
que leía a Baudelaire y Rimbaud en francés para entenderlos 
envejecida por el paso del tiempo 
y la intensidad de un trabajo que reclama su libra de carne 

nada en ese abrazo habló de poesía 
su mundo, reconvertido en mercancía 
ahora demuele las palabras que tanto amaba 
y la asimila a una muñequita del barroco 
abandonada a su suerte

la neblina que cubre el boulevard 
nos transforma en dos adolescentes 
que debaten la función social del arte 
y las teorías anarquistas del príncipe Mijaíl Bakunin 
al mismo tiempo 

cuando la bruma se retira 
lo único que confirma su presencia 
es una colilla de cigarrillo con su lápiz labial y su perfume 
y su voz, espectral, diciendo: 
salvo que seas poeta, las palabras no significan nada


Poemas del libro del autor: Margot, la prostituta que leyó a Bakunin y otros poemas. Prólogo Sergio Rigazio. Colección Poesía Mayor. Leviatán, 2019 
Andrés Bohoslavsky 

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias por tu lectura, Sergio.
      Mi abrazo y mis mejores deseos

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  2. Estimado Sr. Bohovslavsky, UD. nunca defrauda, es evidente que nuestra amiga y protectora, Analía Pescaner, también lo ha notado.
    Disfruto mucho de su voz, porque aunque le lea, ya me suena, y a veces hasta le echo de menos; un timbre que no se olvida. Gracias.

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