lunes, 12 de junio de 2023

Sergio Borao Llop

Nostalgia 

A Ítaca volví; fue mi destino. 

Largo tiempo vagué sin otra idea 
que retornar a sus doradas costas. 
Hubo noches de fiebre, dolorosas heridas, 
desesperadas horas de silencio. 

Es cierto, sí, que padecí la cólera 
del feroz Poseidón y del exilio;
que velé eternas noches para no perecer. 

Mas al fin regresé: fue mi destino. 

Atrás quedaron cíclopes y cantos de sirena; 
lejos ya en la memoria, la divina Calipso, 
la funesta Caribdis, y Circe, la hechicera. 

Pero hay atardeceres melancólicos 
que me traen aromas de ese tiempo; 
mirando al horizonte y al pasado
siento el ardor del viejo navegante. 

A Ítaca volví; fue mi destino 
mas hoy siento nostalgia de la espuma 
del viento, de la sal, de la resaca… 


El precio de los regresos 

Cuando partí no sabía 
el precio de los regresos.

Ignoraba que hay monstruos 
bajo la superficie 
cuya visión no puede 
soportar la razón. 

Que la luz no penetra 
las simas abisales 
donde el Olvido acecha. 

También desconocía 
que las mareas traen 
decepciones sin nombre 
entre coral y espuma.

(No sabía tampoco 
que todo viaje es largo
cuando es en soledad) 

He aprendido que toda 
navegación esconde tempestades
y crepúsculos negros;
que la ruta 
es un capricho de los dioses 
y el tiempo un aliado del naufragio. 

Pero Ítaca exige tales pruebas. 
No todos los viajeros 
gustarán los manjares del retorno.


Viajero soy 

Viajero soy. La ruta es mi destino. 
El frenesí del mar, mi desafío. 

Viajero soy. En todas partes moro, 
y en ninguna. Mi patria es el recuerdo 
de tres o cuatro rostros y unos versos 
que alguna voz amada pronunció. 

Viajero soy. En el confín del mar 
está la tierra de mis padres; lejos, 
otros mares y otras tierras y otros dioses. 
Todo cabe en mi cuaderno de bitácora. 

Viajero soy. El horizonte espera 
la estela de mis naves, las palabras 
que mi pecho proclama, las batallas 
que los vates cantarán en la mañana. 

Y más allá de todo 
rodeada de mar* se alza la etérea 
Ítaca, paciente, inamovible, 
hermosa al atardecer* eternamente aguarda 
el retorno de sus hijos nómadas. 


*Nota del autor: rodeada de mar y hermosa al atardecer son dos de las formas empleadas para describir a Ítaca en La Odisea. 
Poemas pertenecientes al libro del autor: Arenas de Ítaca 

Sergio Borao Llop 
Zaragoza, España 

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