lunes, 12 de junio de 2023

Andrés Bohoslavsky

El piano bajo la lluvia 

Cuando el pianista terminó la ejecución de la sonata 
el público de pie aplaudió a rabiar 
extasiado por esa música de ensueño. 

El mundo es extraño me dije 
y sin saber por qué, pensé que las personas 
no siempre sabemos quiénes somos 
sino hasta que es tarde. A veces, demasiado tarde. 

En el mismo instante 
en que concluye mi pensamiento comenzó a llover 
con intensidad 
solo queda el piano mojándose
ni pianista ni público ni nada 
como si esto nunca hubiese sucedido 
o solo hubiera ocurrido en mi mente. 

Mientras miro esta imagen desolada 
se desliza hasta mis pies
mojada, doblada y casi destruida 
una partitura para piano y diluvio. 


El falso genio 

Sale de la vieja lámpara y dice concederme tres deseos 
miro hacia todos lados para que no piensen que estoy loco 
y terminar nuevamente en el psiquiátrico 
o declarando en la comisaría de madrugada. 

Pero el tipo era un simple estafador. 

Cuando vuelvo a mi cuarto
no encuentro a mis padres 
ni retorné a mi infancia 
y tampoco esta noche logré escribir el poema perfecto. 


La cajita de música 

Tirada entre cosas sin uso, en una bolsa arrojada por azar 
en un tacho de basura de la plaza 
encuentro una vieja cajita musical. 
La tomo, le doy cuerda con la pequeña llave 
que cuelga de ella 
debo haberme excedido o tal vez haya roto algo. 
Sale la bailarina de su interior
pero su cuerpo no es porcelana sino humano 
pequeña como las hadas de los cuentos 
me agradece haberle puesto fin al sufrimiento 
y encierro de tantos años. 


Poesía en el lado oscuro de la luna 

Cuando llegué a la luna, abrí mi valija y saqué las pocas cosas 
que necesitaba para pasar esos días 
creyendo que podían convertirse 
en una buena oportunidad para hacer cosas postergadas: 
el libro de Chéjov sin terminar 
el álbum de fotos que no miraba hace tiempo 
el avioncito para armar que mi padre me había traído 
de uno de sus viajes 
y yo dejé sin tocar desde mi niñez, el cubo de Rubik 
para intentar resolverlo y un cuaderno para escribir poesía. 

Ahora que volví a la tierra veo a todos estos objetos
junto a mí, en el banco de siempre en la plaza 
el libro de Chéjov, el álbum de fotos, el avioncito armado 
y el cubo de Rubik sin resolver. 

Estaban todos, salvo el cuaderno que olvidé 
en su única página escrita hay un poema 
que ahora gravita sobre un cráter 
en el lado oscuro de la luna. 


El pequeño Buda

El niño que vende golosinas en la plaza 
se acerca y me pregunta qué escribo 
un poema es mi respuesta 
me pregunta qué es un poema 
un poema no tiene explicación, contesto. 

Si no tiene explicación, entonces es como el pájaro 
que me sigue 
y me cuida hasta que vuelvo a casa, dice. 


Todos los poemas pertenecen al libro del autor: Medianoche en la plaza de los sueños. Editorial Leviatán, Buenos Aires, 2021. 
Últimos tres poemas, tomados de la web. 

Andrés Bohoslavsky 

2 comentarios:

  1. ¡Vaya vaya!, o andan Uds. muy inspirados o se me ha roto otra vez la espita del deleite. (A Chejov, de taquito, pero el cubo ni lo intenté); llega un momento en que uno sabe qué es lo suyo.
    Gracias, Sr. Bohoslavsky.

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    Respuestas
    1. Apreciado Max:
      Muchas gracias por tus apreciaciones.
      Mi abrazo y mis mejores deseos cada día

      Eliminar

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