sábado, 9 de abril de 2022

Gustavo Vaca Narvaja

La Dama de la noche

Entrelazados en días y noches 
entre brizas suaves, inquietas y esperadas 
Emergió la bienvenida muy intensa 
A los amantes buscadores 
de crecidos goces y sueños 
Lo fue… y lo es… Pero usted 
Luna testigo solitaria y brillante 
Si usted puede enviarle con su luz blanca intangible 
algunas bondades a la “Dama de la noche”… 
Dígale… dígale… que gracias a su abrupta intervención, 
cuando asomó y entró con alas, vestida de seda 
bendijo de fuego su desnudo cuerpo 
consintiendo que su amante encontrara
el diálogo con la luna… que le permitió 
ver por fin, que no existe inmortalidad 
a un hombre que pecaba de omnipotencia 
Y en ese lecho cálido de luces de luna 
en el descanso merecido de sus cuerpos 
fue cuando decidió el abrazo a la realidad 
Y aceptó por primera vez 
Que no sería tan mala la gracia 
de arenas de luna, navegando en estrellas 
para ser recibidas sin herir su soberbia. 
Y en esa madrugada de silencio, comprendió 
que ese simple razonamiento pudo ser aceptado
cerrando las cortinas de las dudas 
A los amantes buscadores de crecidos 
Goces y sueños 
Esa luna testigo solitaria y brillante 
Pudo enviar la luz blanca e intangible 
con estas bondades, a la dama de la noche 
ASÍ FUE… 


*Nota del autor: Poesía inspirada en la amante de Sir Hamilton, una mujer de 1760, La dama de la noche.
Gustavo Vaca Narvaja 
Córdoba-Neuquén, Argentina

3 comentarios:

  1. Realmente me asombra este poema que lleva cierta impronta del período romántico-neoclasicista, una conjunción muy interesante y singular. Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Lina, si quieres puedes ver el video
    es interesante
    Saludos
    VIDEO
    https://youtu.be/mv2E0fbJPnk

    ResponderEliminar

Muchas gracias por pasar por aquí.
Deseo hayas disfrutado de los textos y autores que he seleccionado para esta revista literaria digital.
Recibe mis cordiales saludos y mis mejores deseos.
Analía Pascaner